Hola, espero que hayan pasado un maravilloso día de los Reyes Magos. Les recomiendo una historia que me dejó cautiva se llama Lennox y creo que esta gratis en esta plataforma. Saben que los amo y nos leemos en un par de días, ciao.
April González: —¿Antes hacías esto con tu familia? — cuestiona Nathan rompiendo el silencio. —Si, mi madre me rogaba para poner el árbol y yo le decía a mi padre como poner las cosas afuera. — respondo mientras empiezo a darle vuelta al árbol observando que se no se haya queda un boquete inmenso hasta que choco con su cuerpo fuerte donde me pongo tensa. —No me gusta que te sientas incomoda. — expresa a lo que lo miro. —No estoy incomoda, vamos a poner las decoraciones, gracias a Dios este árbol tiene las luces incluidas. — miento dándole la espalda. Busco las inmensas bolsas llenas de decoraciones para el árbol, Nathan me ayuda. Saco los protagonistas de mi decoración, los reyes magos sonrío como una niña pequeña. Juego con todas las decoraciones, camellos, Reye Magos, las pascuas, entre otros, será el árbol de mis sueños. Escucho como Doménech no aguanta la risa logrando que lo mire molesta llenando mis cachetas las cuales
April González: —¿Cómo me veo? — le cuestiono a Adrián donde sus ojos brillan, es un buen actor. —Hermosa, como siempre. Me siento afortunado y eso que no somos nada. — responde con su sonrisa única. —Que pena que no pueda ir. No he hecho nada respecto a lo que descubrí en su apartamento, solo seguirle el juego para saber hasta donde llegara. He trato de sacarle el tema de la familia, pero la evade con elegancia. Escucho como suena mi teléfono, donde es Jocelin. —¿Vienes verdad? — pregunta a lo que giro mis ojos cansada, ya que no ha parado de insistirme. —Ya seria la millonésima vez que confirmo asistencia contigo Jocelin. — respondo. —¡Pues avanza y ven ya estamos aquí! — exclaman mis otros compañeros que también no han parado de insistir a que vaya, cuelgo la llamada. —Bueno tengo que irme, recuerda llevarte la comida solo tienes que calentarla. — me acerco a Adrián que me abraza, me he acos
April González: Observo los ojos apasionados de Nathan… me pregunto si esa tal Eva lo ha visto de esta manera. Fue tan tierno con ella, hablador… no me gusta cuando hay un lado de él que nunca he visto. Su rostro forma una sonrisa traviesa, su miembro esta posicionado en mi entrada mientras mis piernas tocan sus hombros. —¡Nathan…! — exclamo, pero es muy darme ya se entra a mi si cuidado alguno logrando que llegue al clímax con tan solo eso. Esta tan adentro… se siente fenomenal, esta me besa mientras mis temblores se tranquilizan. —Parece que ya no puedes más. — comenta divertido a lo que frunzo mis cejas, creo que nunca había visto esta faceta de él cuando estamos juntos. —¡Claro que no! — digo molesta a lo que sonríe de oreja a oreja dejándome sin aliento. —¿Oh? — cuestiona para lamer sus labios. —Por como te quejas creo que dices la verdad. — sonríe de oreja a oreja dejándome sin aliento. —¿Entonces ya no tengo que conte
April González: —¡Es injusto! — exclama Adrian cuando mi equipo y yo le ganamos al suyo, sonrió con satisfacción. —No se porque no me toca en tu equipo. — dice entre dientes, la alarma del celular suena indicando que la lasaña está lista. —Sigue jugando, verificaré que esté lista la cena. — indico mientras me levanto del suelo. Ayer Adrian y yo salimos a caminar un poco a un parque que queda cerca y en la noche fuimos al supermercado a hacer la compra para la comida de hoy. Además de eso vimos películas en mi apartamento para que luego se fuera a dormir en el suyo. No pude enfrentarme a él… Estaba tranquilo y la estaba pasando bien. Saco la lasaña del horno para cortarla, quisiera saber mas de Adrian… de su vida pasada antes de tomar una decisión de enfrentarme a él y delatarle que se su plan para hacer caer a Nathan. Una mano toma la mía haciendo que me sobresalte y la aleje rápidamente. Puedo ver sus ojos azules sorprendidos y como dice algo que no escucho. —Tienes que tener cu
April González: Es de noche solo puedo ver en el techo el reflejo de mi lampara. Otra vez estoy paralizada en el suelo mientras no puedo respirar y no paro de llorar. Estoy cansada de esto, no puedo seguir. Me doy por vencida… mis ojos se cierran poco a poco. No quiero seguir estudiando. A la mañana siguiente fui a dar una presentación en la universidad donde domino el material, pero siento mi cuerpo raro. Anoche no ha sido la primera noche que me ha dado ataques de pánico, se ha vuelto una costumbre desde que entre a estudiar medicina. ósea que llevo dos años sufriendo de esto ataques. —¿April? — me llama la doctora al yo parar de dar mi presentación, el corazón lo tengo a mil y sin más… —Deje la universidad y ahora estoy aquí con usted. — le respondo al psiquiatra que asiente mientras escribe. Es mi primera cita con el psiquiatra, la psicóloga me refirió para que me recetara pastillas para la depresió
Darme de baja y dejar la universidad mientras estudiaba medicina con 26 años fue lo más fuerte que me ha sucedido en la vida en el aspecto académico. Mi meta era llegar a tener un doctorado. Dejar la universidad por la carga académica ya que mi cuerpo y ansiedad no podía más con la carga. Pensé que era una persona capaz… —Buenas, ¿tiene esta blusa de tamaño mediano? — cuestiona una señora con cariño mientras yo doblaba ropa. —Claro, ahora le verifico. — sin más dejo de hacer mi trabajo y me concentro en la clienta. Gracias a Dios conseguí trabajo bastante rápido. No me da mucho dinero como para pagar mi apartamento, pero me ayuda para no gastar rápidamente mis ahorros. Me quedan 8 meses de contrato con ese apartamento y volveré a vivir con mis padres. Si pudiera conseguir otro trabajo… —Aquí tiene. — le doy la blusa a la señora la cual responde con una sonrisa y un agradecimiento. Este es mi primer trabajo… fuera de los negocios familiares. Me acerco a mis com
—¿Yo? — cuestiono mirando a mi alrededor para luego señalarme. —No soy una heroína. — respondo a lo que al niño nuevamente se le empiezan a llenar los ojos de lágrimas y arruga su cara a punto de volver a llorar. Mierda, se me olvida no ser tan sincera, no tomar las cosas literalmente y tener filtro. —Lo siento, pero si quieres te puedo ayudar en lo que desee. — comento para que no estalle a llorar. —Citaron a mi papa por mis malas calificaciones, se va a matar. Tendré su trabajo en un futuro y no puedo sacar malas notas. — explica caminando lentamente hacia mí. —Este verano fui a estudiar por mis pasadas malas calificaciones, no puede jugar o salir. Ahora otra vez, es capaz de enviarme lejos y no quiero. — llora para después abrazarme hundiendo su cabeza en mi vientre. Aguanto las ganas de separarlo, mientras estudiaba me di cuenta de que no me gusta tocar a la gente o que ellos me toquen. Creí que era algo normal cuando mis compañeros me abrazan y yo solo me mantenía conge
—Nathan, he estado esperando por ti desde las siete de la mañana. — nos interrumpe un señor de tes trigueña y calvo algo molesto. —Lamento la tardanza, Cabrera. — el hombre se aleja de mi centrándose en el señor acomodando su ropa haciendo que vuelva a respirar. —¿Usted es? — pregunta Cabrera señalándome. —¡director Cabrera! — grita emocionada Joelian corriendo hacia nosotros con muchos papeles los cuales se les caen al suelo Me acerco a ella para ayudarla tomando los papeles y poniéndolos en orden, esquivo como toda una atleta la mirada del señor Domenech. El director gira sus ojos, como si Joelian fuera un peso para él haciendo que me moleste. Ya puedo ver la atmosfera toxica que rige en este instituto y yo soy una joven inocente que no tiene malicia aquí. Estaré entre víboras si me aceptan… —Le quiero presentar a April González, la maestra que le mencione ayer por teléfono. — señala. —Mucho gusto director Cabre