April González —Buenas noches… — cuelgo de forma acelerada, tapo mis ojos tratando de tranquilizar mi corazón. Por alguna razón su voz… la escucho más varonil que otros hombres. Además, logra que yo hable demás cosa que no es normal. Miro la hora, se me olvidó avisarle que no puede dejar a Noah en el asiento del copiloto. Pienso si enviarle un mensaje o no, pero decido no hacerlo ya que sabrá que los estaba observando. Salgo del baño para seguir trabajando en recoger la tienda y dejarla presentable. Tengo que admitir que me gusta más este trabajo que estar escuchando bochinches todo el tiempo en la escuela y eso que fue mi primer día de trabajo. No quiero imaginarme como termine de loca en mayo. —Me han dicho que caíste bien en el grupo. — me sorprende Joelian saliendo de la nada entre la raqueta de ropa logrando que se me caigan algunas blusas. —Joelian, no soporto que hagan eso. — respondo tocando mi pecho para recoger la r
Nathan Domenech —Tranquila. — susurro sin dejar de tener esposadas sus manos detrás de su espalda, puedo sentir su respiración contra mi rostro. —Solo... déjame cerrar la puerta con seguro. — le aviso haciendo lo que mencione, así soltándola. La maestra de historia me mira con odio y trata de darme una cachetada cosa que tomo su mano con brusquedad. —Ten cuidado, este rostro vale más que el de tu vejestorio Camacho. — la amenazo alejando su mano. Camino hacia su escritorio y me siento en su silla. —Siéntate. — mando a lo que ella tensa su mandíbula, pero siente. —Buena chica. — le doy un cumplido, me siento cómodo. —¿Qué harás esta noche? — cuestiono estudiando un bolígrafo que tome. —Nada que te importe, Domenech. — responde casi botando fuego por su boca. —¿Qué tal si te invito a mejor restaurante de la cuidad? Y luego… — me levanto de la silla rodeando con lentitud el escritorio, pongo los dos brazos en la silla donde esta
April González —Eduardo siéntate, ahora. — manda Yarimar por lo cual todos se sientan, esta me mira. —Di lo que viste de la maestra nueva de historia. —¿Carla? — cuestiona Eduardo a lo que asienten todos menos yo, ahora me vengo a enterar de su nombre. —Eh… bueno. — no me siento en confianza en decirle, lo acabo de conocer como hace una hora, miro a Yarimar y niego. —Pues lo digo yo. — comenta encogiéndose de hombros. —April vio como Nathan salió de la zona de superior con los labios rojitos e hinchados ¿y adivina a quien vio después de la misma forma? — cuestiona, puedo ver como los ojos brillosos de Eduardo se opacan logrando que me de pena. —Te lo hemos dicho Eduardo, ella no es para ti. Es una mujer que le gusta el dinero… — sigue hablando Jocelin, cierro mis ojos con fuerza sin querer escuchar como hablan mal de la maestra y tiran por el piso la ilusión del pobre de Eduardo. —Mejor conoce a April. Es una mujer buena
Nathan Domenech Miro de arriba abajo la mujer delante de mí no parece para nada lesbiana. Aguanto una sonrisa al imaginarme una broma contra Drake, pero mantengo mi postura seria y fría. Deborah Olivencia, paso cada examen de recursos humanos haciendo ver que April estaba diciendo la verdad. —Es algo sorprendente ver como alguien pasa con tal facilidad estos exámenes. — comento mirando los resultados en mi computadora, lo cual sonríe y asiente con seguridad. —April me tiene envidia por lo que voy a ganar. — responde satisfecha de lograr eso contra su amiga. —Ella se lo perdió. — manifiesto haciendo una mueca. —Eso mismo le dije a ella, pero no quiso entrar más a detalles. — concuerda conmigo. —Estoy preparada para el papeleo señor Domenech y servirle lo mejor posible. — me fascina su seguridad. —Vale, puedes trabajar en la mesa que está ahí con las estadísticas. — describo hago una mueca al pensar que te tie
Nathan Domenech —Los estudiantes siempre están hablando de ella, que si explica bien y que es una de ellos. — Carla toma de su compa luego de dar un suspiro, giro mis ojos por tanto que se queja de April. —Me tiene cansada todo de ella, están responsable, callada… — hace varias expresiones para luego gruñir. —Creo que te entiendo gatita. — concuerdo con ella. —Es insegura y no soporto eso de nadie. —Si, pero dejas que ella siga siendo cercana a tu hijo. — brilla la malicia en sus ojos, aprieto mi mandíbula al ella mencionar a Noah. —Él tiene que crecer solo, no puede tener todo el tiempo a una niñera. Yo tu… — me acerca tocando mi pierna y con seducción. —hago que desaparezca de la vida del pequeño. — la tomo del pelo para halarla con fuerza haciendo que salga una risa de ella. —Carla, si sabes lo te conviene es mejor que no opines de la vida de los demás. — amenazo a lo que sigue riendo divertida. —Dime la verdad Do
April González —No me mires de esta forma, te he llamado desde las 8:30 de la noche. — Domenech rompe el silencio. —¿Ocho y media de la noche para darte cuenta de nadie recogió a tu hijo en la escuela? — pregunto apretando mis puños, sus ojos me miran algo sorprendidos. Analizo como está vestido, solo tiene su camisa blanca algo desabotonada y su pantalón si correa tiene a lo que rio con sarcasmo. —Todo por mujeres, ¿enserio? ¿Para que tuvo un hijo? Si no está ahí para… —¡Nunca lo quise, fue un error! — exclama dejándome pasmada. Ya no puedo controlarlo… mi corazón esta a mil, me apoyo del caunter para poder respirar bien. Toco mi pecho, solo quiero gritarle y caerle encima. Mi visión se vuelve algo borrosa, pero puedo escuchar como se acerca. —¡No! — exclamo alzando mi mano para que no me toque. —No necesito tu pena. — susurro inhalando y exhalando sonoramente. —No seas terca, déjame ayudarte. — sus manos se h
April González Cierro mis ojos con fuerza al escuchar como se abre una puerta. Literalmente no quepo en la quema de Noah, que está durmiendo plácidamente sin darse cuenta de que su podre lo dejo en su cama. Mi corazón empieza a latir rápido al recordar como sus manos calientes buscaban la forma de piel, su voz ronca y su respiración en mi oído. Creí que iba a ceder cuando se debilitaron mis rodillas, gracias a Dios me tapé rápido. Escucho como Domenech abre las gavetas con sumo cuidado para luego escuchar como abren y cierran la puerta. Abro los ojos con lentitud cuento hasta 360 y me giro para encontrarme sola en el cuarto. Hoy aprendí que si expreso lo que siento no me llega a dar el ataque de pánico. Antes creía que podía soportar cualquier cosa, hasta cuando mi exnovio rompió conmigo no me dolió o expresé tristeza seguí con mi vida normal… ¿Por qué sentí esa ansiedad en la etapa mas importante de mi vida? Trato conciliar el sueño, logrando dormir cinco
April González: Observo como Nathan sube las escaleras sin tan siquiera mirarnos. ¿Sera bipolar? Hace unos minutos estaba normal. Tomo a Noah del hombro para dejarlo en las sillas altes del caunter. Noto que también esta como su podre… tal vez siga enojado porque no dormí en cuarto. —Anoche fui a tu recamara y trata de acostarme, pero la cama es muy pequeña. — rompo el silencio prendiendo la estufa. —Tu padre me ofreció su cama, pero no pude dormir. Así que lo ayude con su trabajo. —Él no cocina desde que mama murió. — declara de la nada dejándome asombrada e incómoda. —Cuando ella estaba muy débil la dejaron aquí en casa y su deseo fue que mi padre le cocinara. Lo conocí bien en ese tiempo, nunca había pasado tanto tiempo con nosotros. Si lo veía cinco veces al año era mucho. — dejo los panes ya mojados con la mezcla en el sartén, me acerco a Noah para acercarlo en mi pecho. —No se que es pedir a un padre, pero quiero ser… — no se qu