Aisha Sing Khan está furiosa y despechada porque su esposo la engaña con una mujer con dos niños pequeños mientras la culpa a ella de ser estéril. Esa noche con unos tragos de más, la rabia corriendo por sus venas y un tratamiento hormonal para salir embarazada conoce en un bar a Gabriel Lombardi, el CEO principal de industrias Lombardi y principal competidor de los negocios de su familia. La seducción entra en juego, pero arrepentida huye solo para descubrir un mes después que está embarazada de trillizos. Todo marcharía bien si su esposo le diera el divorcio y no tuviera que buscar a Gabriel para que la ayude a deshacerse de su marido. Además de que deberá casarse con ella para calmar a su abuelo, el dueño de industrias Khan. Gabriel se niega a ayudarle, más aún a casarse con una mujer adúltera hasta que Aisha le lanza un anzuelo, tendrá acceso a la tecnología de punta que está desarrollando en la industria de la telefonía celular si se casa con ella. ¿Estará dispuesto Gabriel a dejarse comprar? ¿Encontrará Aisha un padre para sus hijos?
Leer másAisha y Gabriel decidieron trasladarse a Londres de nuevo, por varias razones, en primer lugar, porque era necesario que Gabriel apoyara a Indira en la fusión del Consorcio Khan con Industrias Lombardi. En segundo lugar, porque querían que su hijo naciera en Inglaterra, y en tercer lugar porque confirmaron lo que venían sospechando desde hacía un tiempo. Los trillizos tenían una inteligencia superior, pero Gabriela era un genio como Aisha, eso requería una educación especial y para eso los mejores colegios estaban en Londres. Cuando Indira y Adam regresaron de luna de miel dos días antes de lo esperado se encontraron con un Gabriel feliz porque la ecografía reveló que tendrían una niña. ―¿Qué ocurrió mamá? ―preguntó Aisha preocupada porque Indira y Adam regresaron antes de lo previsto de su luna de miel. Su madre no tenía buen aspecto ―El viaje en el yate fue horroroso, no paré de vomitar, la tripulación me dijo que era por el movimiento que se me pasaría en veinticuatro horas, pero
Un par de meses más tarde. ―Estás hermosa, mamá ―dijo Aisha a Indira cuando estuvo enfundada en un hermoso y tradicional vestido de novia en color hueso. ―Tal vez no debí escoger este color, el blanco es el luto en nuestro país ―comentó Indira en un ataque de pánico. ―Tu vestido no es color blanco es color hueso y este también es nuestro país, y aquí se usa el blanco para casarse y era tu sueño así que poco importa lo que diga la familia y los amigos sobre tu vestido, desde que lo viste lo amaste y eso es todo lo que importa. ―Estoy nerviosa como si fuera mi primera boda. ―Es la primera de tu elección, en la que tuviste con mi padre, fue elección de mi abuelo y apuesto que no sabías en lo que te estabas metiendo. ―¿Y si me equivoco y Adam cambia después de la boda? ―Mamá, el comportamiento de Adam no se parecerá al de tu primer esposo, y si llega a suceder lo pones de patitas en la calle, ya no eres esa niña indefensa, eres un mujer poderosa con una familia que te apoya. ―Sí, t
En la siguiente semana, Indira ayudada por Aisha se ocupó de sacar de la casa de Adam todas las pertenencias de Penélope y donarlas a la beneficencia. Sigrid no quiso entrar a la habitación de su tía, pero si se ocupó de las cosas de su madre, que aún quedaban y que estaba guardadas en el ático de la casa, y se las llevó en una caja. Además de limpiar su habitación para llevarse las pertenencias que quería conservar, y botar o donar el resto. Thomas también hizo limpieza junto con su padre y pronto la casa estuvo lista para la llegada de su tía y su familia que vendría para el primer mes de la muerte de su padre. Por el momento el ama de llaves se quedaría para atender a la nueva familia.―Es una hermosa casa, está muy bien ubicada y es segura, creo que me sentiré muy a gusto aquí, gracias, Indira, has cumplido con creces tu promesa. ―dijo la viuda de Anand ―No quiero volver a La India, allá la gente me mira mal porque soy viuda y no quiero perjudicar las vidas de Jaydev y Ranjit.―J
Aisha y Gabriel estaban en el baño de la habitación de Indira mirando las tres pruebas de embarazo―¿Cuánto tiempo falta? ―preguntó Aisha a su esposo―Dos minutos, cuarenta y ocho segundos.―¿Qué? Entonces, ¿por qué marca las dos rayitas de positivo?―¿Quizás porque esperas gemelos?―No es gracioso, Thor, la niñera va a renunciar, con los trillizos tiene mucho trabajo a pesar de que van al colegio.―Contrataremos una segunda niñera para estos bebés, no te preocupes por eso.―¿Por qué sigues diciendo estos bebés? Es uno solo, Thor, uno.―Espero que sea niña para equilibrar la balanza.―Vamos a dar la noticia, mamá, debe estar comiéndose las uñas.―Creo que se debe estar comiendo otra cosa porque se quedó con Adam.―¡Thor!―Esta bien, vamos, ―dijo tomando los tres palitos.―¿De veras vas a llevar tres pruebas de embarazo llenas de pipí para dar la noticia?―Está bien, las dejo.Cuando abrieron la puerta se encontraron en el pasillo con Indira y Adam esperándolos.―¿Felicitaciones? ―preg
Aisha estaba por salir de su casa a llevar a los niños al colegio cuando su móvil sonó, sonrió al ver que era Indira.―Hola, mamá.―Hola, Aisha, antes que nada, estoy bien, no quiero que te asustes.―¿Qué pasó? ―preguntó preocupada, acababa de desayunar una nausea producto del miedo azotó su garganta.Indira le contó lo sucedido, al cerrar la llamada corrió al baño más cercano y vomitó el desayuno, tenía que tranquilizarse se dijo, su mamá estaba bien. Salió del aseo pálida y fue en busca de la niñera y sus hijos que estaban en el coche esperando para irse al colegio.―Niños ―dijo llamando la atención de sus traviesos trillizos ¿Que les parece si en vez de ir al colegio, vamos a Londres a ver a la abuela Indira? ―preguntó sabiendo la respuesta.―Sí ―dijeron casi al unísono.―Vayan a darle la noticia a papá que está en el viñedo con tío Gino.Los trillizos salieron corriendo y llamando a su padre a gritos. Los tres perros corrieron detrás de ellos.―Por favor, prepara el equipaje de lo
Indira abrió los ojos, la habitación donde estaba era blanca y brillante, una solución iba de una bolsa puesta en un tripie para sueros hasta su brazo por lo que dedujo que estaba en el hospital. Trató de incorporarse y un quejido salió de su boca al sentir el cuerpo adolorido, mayormente en el brazo y en un pie. En su campo de visión apareció la cara de un preocupado Adam.―Al fin despertaste, estaba muy preocupado.Indira levantó su mano y acaricio su cara.―¿Estas bien? Ella me dijo que te había disparado―preguntó ella con voz ronca.―¡Por Dios! Que cerca estuve de perderte, si, mi amor, estoy bien, la bala solo tocó piel y músculos, no tocó el hueso, me recuperaré. Me siento tan culpable, Indira, todas las señales de su locura estaban allí, el atendernos con una dedicación casi obsesiva, su peinado igual al de Priscilla, inclusive la ropa y el perfume que usaba pertenecieron a su hermana, te juro que no me di cuenta, nunca pensé que era peligrosa.―A veces las personas que tenemos
Adam haló a Indira y la puso detrás de él para cubrirla con su cuerpo. El movimiento desconcertó a Penélope un momento y su rostro se llenó de furia, su arma se movió peligrosamente de un lado a otro. Indira se aferró a la espalda de su prometido, estaba asustada, pensó en su padre que había perdido un hijo recientemente, sabía que si la perdía a ella se moriría. No quería morir a manos de esa loca, pero tampoco quería que le hiciera daño a Adam.―Quítate, Adam, si haces lo que te digo, nada te pasará ―dijo Penélope con ojos desquiciados.―Tendrás que matarme primero a mí, Penélope ―respondió Adam ―No permitiré que dañes a Indira.―No, Adam ―susurró Indira con la frente pegada a su espalda.Por el rabillo del ojo, Adam vio a su hija entrar en el salón, cuando Sigrid vio la situación se devolvió. Debía ganar tiempo, estaba seguro de que llamaría a la policía, Sigrid podía querer mucho a su tía, pero estaba seguro del amor de su hija. Había sido él, la persona más cercana a sus hijos po
Brahma fue dado de alta quince días después. La familia de Anand, a excepción de Anjali y Meena, se había marchado a la India junto con Kiran y su familia, al día siguiente de que el anciano fuera traslado a la habitación, dejando atrás la unidad de cuidados intensivos. Aisha y Gabriel también habían vuelto a Italia.Con la excusa de que ayudaran a cuidar a su abuelo, Kiran había dejado a sus hijas en Londres. Después del fallido casamiento de Anjali con Prasad, y de la promesa de Anand de casar a una de las chicas con él, entendió que las jóvenes de la familia nunca podrían volver a La India, corrían el riesgo de ser secuestradas o lastimadas por ese hombre. Era lamentable, pero en su país aún ocurría ese tipo de delitos y lo peor era que los agresores salían impunes, más aún cuando tenían dinero.La familia se reuniría de nuevo para el funeral de Anand una semana después, en el primer aniversario de su muerte.Adam acompañó a su nueva novia y a su padre a casa, por el momento seguir
Indira esperaba en la cafetería del hospital frente a una taza de té a que Adam y sus hijos salieran del consultorio. Quizás debería recoger sus cosas e irse a casa o a un hotel cercano, había uno pasando el estacionamiento que servía a los familiares de los pacientes que venía desde el interior del país, o de otras partes del mundo. En fin, a pesar de la mala noticia que le dieron a Brahman estaba mucho mejor y si pasaba la noche sin ninguna crisis lo trasladarían a la habitación al día siguiente. Adam entró a la cafetería seguido de sus hijos, los chicos parecían nerviosos y un poco avergonzados. ―¿Podemos sentarnos? ―preguntó Adam. ―Sí, claro ―respondió Indira. Adam tomó asiento a su lado. ―Mis hijos tienen algo que decirte, Indira. Sigrid levantó los ojos con valentía y la miró a la cara. ―Lamento haber irrumpido en el consultorio de mi papá con acusaciones contra usted, señora Khan. ―Disculpa aceptada, más no fuiste tú la que irrumpió, fue tu tía, tú solo la seguiste. Sig