Un par de meses más tarde. ―Estás hermosa, mamá ―dijo Aisha a Indira cuando estuvo enfundada en un hermoso y tradicional vestido de novia en color hueso. ―Tal vez no debí escoger este color, el blanco es el luto en nuestro país ―comentó Indira en un ataque de pánico. ―Tu vestido no es color blanco es color hueso y este también es nuestro país, y aquí se usa el blanco para casarse y era tu sueño así que poco importa lo que diga la familia y los amigos sobre tu vestido, desde que lo viste lo amaste y eso es todo lo que importa. ―Estoy nerviosa como si fuera mi primera boda. ―Es la primera de tu elección, en la que tuviste con mi padre, fue elección de mi abuelo y apuesto que no sabías en lo que te estabas metiendo. ―¿Y si me equivoco y Adam cambia después de la boda? ―Mamá, el comportamiento de Adam no se parecerá al de tu primer esposo, y si llega a suceder lo pones de patitas en la calle, ya no eres esa niña indefensa, eres un mujer poderosa con una familia que te apoya. ―Sí, t
Aisha y Gabriel decidieron trasladarse a Londres de nuevo, por varias razones, en primer lugar, porque era necesario que Gabriel apoyara a Indira en la fusión del Consorcio Khan con Industrias Lombardi. En segundo lugar, porque querían que su hijo naciera en Inglaterra, y en tercer lugar porque confirmaron lo que venían sospechando desde hacía un tiempo. Los trillizos tenían una inteligencia superior, pero Gabriela era un genio como Aisha, eso requería una educación especial y para eso los mejores colegios estaban en Londres. Cuando Indira y Adam regresaron de luna de miel dos días antes de lo esperado se encontraron con un Gabriel feliz porque la ecografía reveló que tendrían una niña. ―¿Qué ocurrió mamá? ―preguntó Aisha preocupada porque Indira y Adam regresaron antes de lo previsto de su luna de miel. Su madre no tenía buen aspecto ―El viaje en el yate fue horroroso, no paré de vomitar, la tripulación me dijo que era por el movimiento que se me pasaría en veinticuatro horas, pero
Aisha estaba furiosa y dolida. No podía creer lo que estaba viviendo. Esa mañana temprano se marchaba al gimnasio antes de ir a trabajar cuando se dio cuenta de que no encontraba su bolso deportivo. Recordó que lo había dejado en el coche de Nimai, su esposo, porque el día anterior al salir se encontró con que el suyo tenía una llanta vacía. Abrió la puerta del coche con la clave y le dio al botón para abrir el portaequipaje, al subir la puerta se llevó la sorpresa de su vida. Había varias cajas de regalos de Navidad, algo que no sería nada extraño si ellos celebrasen la Navidad. Aunque vivían en Londres y participaban de la vida social de la época, para los hindús la fecha no significaba. Aparte de las cajas había varias bolsas de una reconocida tienda de ropa infantil. Con manos temblorosas sacó un precioso vestido de niña con sus zapatos y accesorios y un elegante traje de niño. Sin poder creer lo que sus ojos veían abrió las cajas de regalos y vio que contenían juguetes. Su mente
Aisha miró el trago que tenía servido enfrente, había perdido la cuenta de los que se había tomado. Pensaba que eran muchos porque estaba mareada a pesar de tener la resistencia al alcohol de un albañil. ―¡Maldito cabrón! ―murmuró para sí misma Aun estaba furiosa a pesar de haberse desquitado cortando en tiras todos los elegantes trajes de su pronto exesposo y sacando toda su porquería de la casa. También cambió la cerradura de su apartamento, porque era suyo, regalo de su madre y pagado con la fortuna de su familia. Un hombre se sentó a su lado y enseguida el cantinero se acercó a atenderle. ―¿Qué desea tomar, señor Lombardi? ―preguntó el barman con mucha deferencia. ―Ponme un bourbon ―dijo el hombre con voz muy varonil. Aisha gimió en su interior ante lo que le produjo en su centro íntimo el tono de voz del señor Lombardi, ¡Maldito tratamiento hormonal! La tenía cachonda todo el tiempo, pensó apretando las piernas para tratar de calmar la excitación. Se inclinó un poco hacia é
Paloma miraba a Aisha pasearse de un lado a otro de la habitación mientras murmuraba las mismas palabras.―No, no es posible, no es posible...―¿Por qué no sales de la maldita duda y te haces una prueba de embarazo de la docena que tienes guardadas en el gabinete debajo del lavabo? ―preguntó su amiga sentada en su cama con las piernas cruzadas.―Estoy segura de que es un virus estomacal, he vomitado tres días seguidos, pero no es posible...―¿Y los quince días de retraso de tu menstruación también es por el virus estomacal? ―preguntó Paloma con ironía.―¿Cómo sabes que tengo quince días de retraso? ―preguntó Aisha con asombro.―Soy tu asistente y mejor amiga, nos conocemos desde los doce años así que sé todo sobre ti, menos las razones por la que aguantaste siete años al imbécil de Nimai.Aisha no respondió.Se dirigió al baño, abrió el gabinete y sacó una prueba de embarazo, después lo pensó mejor y sacó tres, aún quedaban dentro muchos paquetes. Durante los últimos años las compraba
Los tacones de Aisha resonaban por el piso de mármol del vestíbulo de industrias Lombardi, se acercó al mostrador donde una joven elegante esperaba para atenderla.―Vengo a ver al señor Lombardi ―dijo Aisha con voz segura.―¿Tiene cita? ―preguntó con educación la recepcionista.―No, dígale que Aisha Sing, del Consorcio Khan desea verlo.―Por favor, tome asiento, señorita Sing, mientras me comunico con su asistente para que me informe si está disponible.Aisha se dirigió al mullido sofá que estaba cerca y se sentó, sacó su móvil para revisar sus mensajes y correos mientras esperaba. Estaba nerviosa y sabía que si se quedaba sin hacer nada se comería las uñas.Con sus recursos, no fue difícil hallar a Gabriel Lombardi, lo que nunca se imaginó era que el Gabriel sexy del bar, fuera el CEO principal de las industrias Lombardi, uno de los competidores de la empresa de su familia.―El señor Lombardi la verá ahora, señorita Sing, tomé el ascensor hasta el último piso, allí la recibirá su asi
Gabriel la miró estupefacto en primer lugar porque la nieta prodigio de Brahma Khan se había mantenido bastante alejada de la prensa y en segundo lugar por la proposición que le acababa de hacer.―¿Estás intentando comprar un esposo y un padre para tus hijos? ―preguntó caminado de un lado a otro visiblemente irritado. ―No, le estoy dando la oportunidad al padre de mis hijos de hacer lo correcto y de paso compartir con él lo que mi equipo y yo estamos creando, ¿acaso no es eso lo que hace la familia? ¿Ayudarse? ―respondió Aisha con cara de inocente.Gabriel seguía caminando de un lado a otro de la habitación mirándola, sopesando las opciones. ¡Maldición! Si era cierto todo lo que ella le decía era una oportunidad única. Los últimos avances tecnológicos del consorcio Khan habían supuesto ganancias millonarias para la empresa y era bien conocido que provenían de la mano de esta mujer.―Si todo lo que quisiera fuera un esposo para que mis sean legítimos te aseguro que con lo que tengo qu
El padre de sus hijos estaba sentado en el salón de su casa materna, esperando que su abuelo Brahma Khan bajara para hablar con él. Gabriel se removió incómodo a medida que los minutos pasaban y no había señales del viejo Khan. Frente a él se encontraban sentadas Aisha y su madre Indira. Al llegar su futura suegra lo había examinado de arriba abajo antes de hacerlo pasar al salón donde esperaba hacía más de quince minutos.―En realidad si se parece a Thor ―dijo Indira a su hija provocando que Gabriel escupiera el té que estaba tomando.―Ya sabes por qué me volví loca con él, mamá, es guapo, mientras lo miraba solo podía pensar en cuanto se parecía a Thor ―respondió Aisha.«¡Por Dios! Esta mujer no tiene un filtro en la boca»―Sí, siempre te han gustado los superhéroes ―reconoció su futura suegra como si él no estuviese allí ―Espero que tus hijos hereden sus ojos azules y nuestro color de piel, sería la bomba como dicen ustedes, pero en cualquier caso serán bebés hermosos. Estoy loca p