Aisha miró el trago que tenía servido enfrente, había perdido la cuenta de los que se había tomado. Pensaba que eran muchos porque estaba mareada a pesar de tener la resistencia al alcohol de un albañil.
―¡Maldito cabrón! ―murmuró para sí misma
Aun estaba furiosa a pesar de haberse desquitado cortando en tiras todos los elegantes trajes de su pronto exesposo y sacando toda su porquería de la casa. También cambió la cerradura de su apartamento, porque era suyo, regalo de su madre y pagado con la fortuna de su familia.
Un hombre se sentó a su lado y enseguida el cantinero se acercó a atenderle.
―¿Qué desea tomar, señor Lombardi? ―preguntó el barman con mucha deferencia.
―Ponme un bourbon ―dijo el hombre con voz muy varonil.
Aisha gimió en su interior ante lo que le produjo en su centro íntimo el tono de voz del señor Lombardi, ¡Maldito tratamiento hormonal! La tenía cachonda todo el tiempo, pensó apretando las piernas para tratar de calmar la excitación. Se inclinó un poco hacia él cuando un olor a macho vernáculo inundó sus fosas nasales. «Y pensar que no tengo a nadie que me rasque esta picazón» pensó con rabia. Sin girarse lo miró por el rabillo del ojo. Sin darse cuenta de que él podía verla por el espejo que estaba detrás de la estantería de licores.
Una sonrisa asomó a los labios del señor Lombardi al verse observado por la chica que estaba sentada a su lado. Se sentía halagado porque la mujer era espectacular, con esa piel color caramelo acompañada de unos ojos verdes preciosos y un largo cabello negro que le llegaba a la cintura.
Como si fuera lo más natural del mundo él giró su silla para conversar con ella. El movimiento hizo que ella volteara la cabeza para mirarlo «¡Por Dios! Es guapo como Thor» Pensó admirándolo embobada «Me puede dar con su martillo todo lo que quiera» siguió elucubrando en su mente mientras inspeccionaba a ese metro noventa de pura masculinidad.
―Gabriel Lombardi para servirla ―se presentó extendiendo la mano.
―Aisha Sing ―respondió dando su apellido de soltera.
«En fin, pronto volveré a usarlo cuando me divorcie de la escoria de Nimai» pensó frunciendo el ceño al pensar en su esposo.
―Es un placer conocerte, Aisha ― agregó él en plan seductor.
―El gusto es mío ―dijo distraída pensando que ese nombre le sonaba de algo, pero en ese momento no lograba ubicarlo. ¡Lo tenía! El principal competidor de las empresas de su familia era de apellido Lombardi, pero de seguro era un viejo horrible y no era este dios griego ¿o era nórdico?
―¿Thor era griego o nórdico? ―preguntó de pronto Aisha.
Gabriel volvió a sonreír, a menudo le decían que se parecía a Thor o por lo menos al actor que protagonizaba la película, por lo que se dio cuenta de que la mujer que tenía al lado pensaba lo mismo.
―Nórdico ―respondió Gabriel.
Aisha tomó lo último de su trago y puso el vaso en la barra, solícito Gabriel le pidió al cantinero que le pusiera otro. Aisha negó con la cabeza y sacó su tarjeta para pagar su bebida.
―Gracias, pero no necesito que un hombre me pague el trago, soy una mujer independiente que no necesita a un hombre para sobrevivir ―declaró orgullosa.
―¿Eres del movimiento feminista? ―preguntó Gabriel.
―¡No, por Dios! Soy tradicional y liberada ―replicó mientras se inclinaba un poco más de lo normal hacía él.
Gabriel pidió una soda de cola para ella y se la puso delante, ella agarró el vaso y siguió tomando como si fuera bourbon mientras seguían discutiendo sobre el movimiento feminista.
―Voy al baño un momento ―informó Gabriel levantándose de su silla, pero dejando su abrigo para indicar que el asiento estaba ocupado.
Cuando salió del baño se encontró con que Aisha venía hacia el aseo meneando sus caderas en un andar absolutamente sexy. Se quedó recostado en la puerta admirándola, era una mujer realmente exótica. Tenía un cuerpo de infarto que combinaba con una elegancia que pocas veces había visto juntas en una mujer. Aisha se paró frente a él, se puso en puntillas y lo besó. Durante unos segundos se quedó sorprendido hasta que su mente reaccionó, con una mano la pegó a su cuerpo y con la otra abrió la puerta que había a su espalda y la haló hacia dentro del aseo. Un beso sucedió a otro, con la pasión corriendo por sus venas la subió a la encimera del lavabo. Aisha no opuso resistencia alguna, sus sentidos estaban embotados por el alcohol y por el sabor de ese hombre que besaba como los dioses. La química hizo su magia y un par de minutos después se encontró teniendo el mejor orgasmo de su vida, a pesar de que Gabriel era un desconocido. Un segundo después él la siguió, jadeando recostó la cabeza en el hombro intentando recuperar las fuerzas.
El teléfono de Aisha sonó sacándola de su letargo postsexo, miró la pantalla y vio que quien la llamaba era Nimai que de seguro acababa de llegar a la casa. En ese momento se dio cuenta de lo que había hecho, horrorizada empujó a Gabriel, se subió la ropa y salió huyendo del baño, ante la mirada sorprendida de él. Trató de seguirla, pero su huida lo había pillado con los pantalones abajo, literalmente.
Aisha corrió fuera del aseo, recogió su abrigo y bolso que continuaban en la silla y salió a la calle. Tuvo suerte porque en ese momento un taxi se estacionó frente a ella y una pareja descendió del mismo. Sin pensarlo dos veces se subió al coche y se marchó del lugar sin mirar atrás, se dijo que se olvidaría de esa noche y nunca más se comportaría de esa manera.
Su teléfono volvió a sonar. ¡Maldición! De nuevo era Nimai. Todo eso era su culpa, si no le hubiese dicho todas las cosas que le dijo por la mañana, si no lo hubiera visto con su nueva familia no se habría ido a ese bar a beber como cosaco y no se habría acostado con Thor.
Paloma miraba a Aisha pasearse de un lado a otro de la habitación mientras murmuraba las mismas palabras.―No, no es posible, no es posible...―¿Por qué no sales de la maldita duda y te haces una prueba de embarazo de la docena que tienes guardadas en el gabinete debajo del lavabo? ―preguntó su amiga sentada en su cama con las piernas cruzadas.―Estoy segura de que es un virus estomacal, he vomitado tres días seguidos, pero no es posible...―¿Y los quince días de retraso de tu menstruación también es por el virus estomacal? ―preguntó Paloma con ironía.―¿Cómo sabes que tengo quince días de retraso? ―preguntó Aisha con asombro.―Soy tu asistente y mejor amiga, nos conocemos desde los doce años así que sé todo sobre ti, menos las razones por la que aguantaste siete años al imbécil de Nimai.Aisha no respondió.Se dirigió al baño, abrió el gabinete y sacó una prueba de embarazo, después lo pensó mejor y sacó tres, aún quedaban dentro muchos paquetes. Durante los últimos años las compraba
Los tacones de Aisha resonaban por el piso de mármol del vestíbulo de industrias Lombardi, se acercó al mostrador donde una joven elegante esperaba para atenderla.―Vengo a ver al señor Lombardi ―dijo Aisha con voz segura.―¿Tiene cita? ―preguntó con educación la recepcionista.―No, dígale que Aisha Sing, del Consorcio Khan desea verlo.―Por favor, tome asiento, señorita Sing, mientras me comunico con su asistente para que me informe si está disponible.Aisha se dirigió al mullido sofá que estaba cerca y se sentó, sacó su móvil para revisar sus mensajes y correos mientras esperaba. Estaba nerviosa y sabía que si se quedaba sin hacer nada se comería las uñas.Con sus recursos, no fue difícil hallar a Gabriel Lombardi, lo que nunca se imaginó era que el Gabriel sexy del bar, fuera el CEO principal de las industrias Lombardi, uno de los competidores de la empresa de su familia.―El señor Lombardi la verá ahora, señorita Sing, tomé el ascensor hasta el último piso, allí la recibirá su asi
Gabriel la miró estupefacto en primer lugar porque la nieta prodigio de Brahma Khan se había mantenido bastante alejada de la prensa y en segundo lugar por la proposición que le acababa de hacer.―¿Estás intentando comprar un esposo y un padre para tus hijos? ―preguntó caminado de un lado a otro visiblemente irritado. ―No, le estoy dando la oportunidad al padre de mis hijos de hacer lo correcto y de paso compartir con él lo que mi equipo y yo estamos creando, ¿acaso no es eso lo que hace la familia? ¿Ayudarse? ―respondió Aisha con cara de inocente.Gabriel seguía caminando de un lado a otro de la habitación mirándola, sopesando las opciones. ¡Maldición! Si era cierto todo lo que ella le decía era una oportunidad única. Los últimos avances tecnológicos del consorcio Khan habían supuesto ganancias millonarias para la empresa y era bien conocido que provenían de la mano de esta mujer.―Si todo lo que quisiera fuera un esposo para que mis sean legítimos te aseguro que con lo que tengo qu
El padre de sus hijos estaba sentado en el salón de su casa materna, esperando que su abuelo Brahma Khan bajara para hablar con él. Gabriel se removió incómodo a medida que los minutos pasaban y no había señales del viejo Khan. Frente a él se encontraban sentadas Aisha y su madre Indira. Al llegar su futura suegra lo había examinado de arriba abajo antes de hacerlo pasar al salón donde esperaba hacía más de quince minutos.―En realidad si se parece a Thor ―dijo Indira a su hija provocando que Gabriel escupiera el té que estaba tomando.―Ya sabes por qué me volví loca con él, mamá, es guapo, mientras lo miraba solo podía pensar en cuanto se parecía a Thor ―respondió Aisha.«¡Por Dios! Esta mujer no tiene un filtro en la boca»―Sí, siempre te han gustado los superhéroes ―reconoció su futura suegra como si él no estuviese allí ―Espero que tus hijos hereden sus ojos azules y nuestro color de piel, sería la bomba como dicen ustedes, pero en cualquier caso serán bebés hermosos. Estoy loca p
Tan solo una semana después de la reunión con su abuelo, Gabriel alertó a los abogados de Brahman de que tenía las pruebas que necesitaba para que programaran una reunión con el esposo de Aisha. Ese día pasó a buscar a su prometida en su apartamento y juntos se dirigieron al despacho de abogados.―¿Crees que lograras que firme el divorcio? ―preguntó Aisha mordiéndose el labio.Gabriel se giró a mirarla, le pareció super sexy el gesto que hizo con los labios, su vista volvió de nuevo a la carretera para evitar estacionar su coche y apoderarse de los labios de su prometida.―Por supuesto, tu pronto exesposo es un bravucón porque estaba tratando contigo solamente, pero una vez que alguien se le enfrente retrocederá.Gabriel se estacionó en el sótano del edificio y juntos subieron hasta la oficina del juzgado donde Aisha había introducido los papeles de divorcio que él se había negado a firmar. Llegaron temprano para revisar que el nuevo documento de divorcio estuviese redactado de acuerd
Gabriel no tenía buena cara cuando salieron de la sala, le asqueaba la sordidez del asunto, más aún estar involucrado en un caso de infidelidad, no por lo que pudieran decir de él, si no por lo que pudiera pensar su padre, porque después de tantos años aún le dolía que su esposa se hubiera marchado con su mejor amigo.Una vez que el exesposo de Aisha se marchó, le había entregado el documento firmado por ambos a su abogado con la orden de introducirlo en el juzgado ese mismo día. Quería que se hiciera efectivo de inmediato y dejar atrás esa situación. Se despidió de los abogados de Brahman y la tomó del brazo para llevársela del tribunal.―Oye, Thor, deja de aplicar la fuerza que estás actuando como un bruto ―se quejó Aisha soltándose del agarre de Gabriel para sobarse el brazo.No se había dado cuenta de que le estaba apretando con demasiada fuerza, por lo que molesto consigo mismo le abrió la puerta y ella se subió al coche. Gabriel cerró la puerta, dio la vuelta y se subió al vehíc
―Deja de botarme, Aisha, hicimos un trato y he cumplido mi parte. ―Gabriel observó que la doctora se salía de la sala de observación para darles un poco de privacidad. ―Me dijiste que podía preguntar lo que quisiera y cuando lo hago te molestas. Yo no sabía cómo era la maldita prueba, ni los riesgos que implica, de haberlo sabido no lo hubiese sugerido.Las lágrimas llenaron los ojos de Aisha, aunque no sabía bien porque estaba llorando. ¡Malditas hormonas! La tenían toda sensible.―Lo lamento, son las hormonas que me hacen llorar ― se excusó Aisha llorando a moco tendido.Gabriel pasó un pañuelo desechable de una casa que había cerca. Ella se sonó la nariz.―Disculpa, desde que estoy embarazada siento que he tenido que luchar por mis hijos tanto con Nimai como contigo. Hoy has estado fantástico en la reunión, lo único que lo hubiese superado hubiera sido que sacaras a Mjolnir[i].Gabriel tuvo que sonreír ante sus palabras.―Está bien, firmemos la paz, aunque sea temporal. Vístete y v
―Ya sabía yo que cuando uno pacta con el diablo siempre termina entregando su alma, y tu abuelo es el diablo ―dijo Gabriel a su prometida, iban en el coche rumbo al apartamento de Aisha después de haber salido de la cena.―Mi abuelo es tradicional, no le gusta el divorcio, pero nunca pensé que se atrevería a hacer algo como esto ―dijo aun consternada por cómo su abuelo había manejado el asunto.―Tu abuelo es un zorro astuto que si puede te agarrará por las pelotas y no te soltará hasta que hagas lo que él diga. Debí haber corrido cuando tuve la oportunidad.Aisha se cruzó de brazos y lo miró con rabia. Algo que él no notó por encontrarse concentrado en la carretera―¿Acaso crees que yo quiero casarme contigo? O lo que es peor ¿seguir casada contigo por los próximos veinte años? Pues no ―soltó Aisha de repente.―¿Qué podemos hacer para deshacer este desastre? ―preguntó Gabriel sin prestarle atención al tono irónico de su prometida.―Incorporaremos al acuerdo una cláusula que diga que s