Gabriel no tenía buena cara cuando salieron de la sala, le asqueaba la sordidez del asunto, más aún estar involucrado en un caso de infidelidad, no por lo que pudieran decir de él, si no por lo que pudiera pensar su padre, porque después de tantos años aún le dolía que su esposa se hubiera marchado con su mejor amigo.Una vez que el exesposo de Aisha se marchó, le había entregado el documento firmado por ambos a su abogado con la orden de introducirlo en el juzgado ese mismo día. Quería que se hiciera efectivo de inmediato y dejar atrás esa situación. Se despidió de los abogados de Brahman y la tomó del brazo para llevársela del tribunal.―Oye, Thor, deja de aplicar la fuerza que estás actuando como un bruto ―se quejó Aisha soltándose del agarre de Gabriel para sobarse el brazo.No se había dado cuenta de que le estaba apretando con demasiada fuerza, por lo que molesto consigo mismo le abrió la puerta y ella se subió al coche. Gabriel cerró la puerta, dio la vuelta y se subió al vehíc
―Deja de botarme, Aisha, hicimos un trato y he cumplido mi parte. ―Gabriel observó que la doctora se salía de la sala de observación para darles un poco de privacidad. ―Me dijiste que podía preguntar lo que quisiera y cuando lo hago te molestas. Yo no sabía cómo era la maldita prueba, ni los riesgos que implica, de haberlo sabido no lo hubiese sugerido.Las lágrimas llenaron los ojos de Aisha, aunque no sabía bien porque estaba llorando. ¡Malditas hormonas! La tenían toda sensible.―Lo lamento, son las hormonas que me hacen llorar ― se excusó Aisha llorando a moco tendido.Gabriel pasó un pañuelo desechable de una casa que había cerca. Ella se sonó la nariz.―Disculpa, desde que estoy embarazada siento que he tenido que luchar por mis hijos tanto con Nimai como contigo. Hoy has estado fantástico en la reunión, lo único que lo hubiese superado hubiera sido que sacaras a Mjolnir[i].Gabriel tuvo que sonreír ante sus palabras.―Está bien, firmemos la paz, aunque sea temporal. Vístete y v
―Ya sabía yo que cuando uno pacta con el diablo siempre termina entregando su alma, y tu abuelo es el diablo ―dijo Gabriel a su prometida, iban en el coche rumbo al apartamento de Aisha después de haber salido de la cena.―Mi abuelo es tradicional, no le gusta el divorcio, pero nunca pensé que se atrevería a hacer algo como esto ―dijo aun consternada por cómo su abuelo había manejado el asunto.―Tu abuelo es un zorro astuto que si puede te agarrará por las pelotas y no te soltará hasta que hagas lo que él diga. Debí haber corrido cuando tuve la oportunidad.Aisha se cruzó de brazos y lo miró con rabia. Algo que él no notó por encontrarse concentrado en la carretera―¿Acaso crees que yo quiero casarme contigo? O lo que es peor ¿seguir casada contigo por los próximos veinte años? Pues no ―soltó Aisha de repente.―¿Qué podemos hacer para deshacer este desastre? ―preguntó Gabriel sin prestarle atención al tono irónico de su prometida.―Incorporaremos al acuerdo una cláusula que diga que s
Capítulo 11. El desfile del novio.Gabriel llegó tarde a su casa la noche del veintisiete, los vuelos se habían retrasado por una tormenta por lo que era más de medianoche cuando llegó metió la llave en la puerta de su apartamento. Pensó que debió haberle pedido a Aisha que pusiera la boda dos días de después. Dormiría apenas algunas horas antes de tener que levantarse para ir a casa del viejo Khan a casarse. Al menos tuvo la previsión de avisar a Isabella para que no lo esperara despierta.―Al fin llegaste ―dijo su hermana levantándose del sofá al escuchar la puerta. Se había acostado allí para esperarlo.―Es muy tarde, Isa. ¿Por qué no estás en la cama?―Estaba preocupada porque no llegabas, con lo apresurado de la boda, pensé que quizás te estabas arrepintiendo a pesar de los bebés.―Nunca haría eso, de haberlo pensado hubiese llamado a Aisha para cancelar, nunca sería tan canalla para dejar esperando a una mujer el día de la boda.―Ella me gusta, me cae bien y creo que es la mujer
En el trascurso de la mañana del día de su boda, Aisha recibió varios mensajes de parte de Isabella informándole de la situación. Le había dado tanta rabia que Gabriel tratara de controlarla y de ordenarle como iban a ser las cosas que hizo todo lo contrario. Tendrían la boda hindú más fantástica que pudiera imaginar. Y no era que ella deseara pasar de nuevo por lo mismo porque ya tuvo esa boda cuando se casó con Nimai a los diecinueve años, pero Thor tendría que aprender por las malas que con ella las cosas se negociaban.―Estás hermosa, hija mía. Siempre he dicho que el rojo es tu color.―Gracias, mamá, en verdad el traje es espectacular y lo mejor de todo muy liviano.―Tu barriga no se nota con el estilo del vestido, pero eso ya no tiene importancia, Nimai se ha encargado de decirles a todos que estás embarazada. El muy miserable debió guardarte al menos algo de respeto por todo lo que hiciste por él y por su familia.―Mamá, eso no tiene la menor importancia para mí, sabes que no s
―¿Quieres acompañarme al médico? Por favor ―preguntó Aisha.―¿El desgraciado de Thor te volvió a decir que no puede ir? ―inquirió Paloma ―Sabes que yo siempre iré contigo, pero es inaudito que el muy infeliz se haya perdido casi todos los controles.―Siempre dice que no puede, que está muy ocupado y en realidad ya me cansé de pedirle que vaya, si no quiere involucrarse con sus hijos, él se lo pierde. Yo pienso disfrutarlos y amarlos con locura.―Sé el carácter que tienes, Aisha y no entiendo porque has aguantado esa distancia que tu esposo ha puesto entre ambos, el que no llegue a dormir, que casi nunca lo veas no es normal. Viven en la casa como dos extraños.―Lo sé, creo que Thor aún está resentido porque mi abuelo lo obligó a firmar un contrato con unas condiciones totalmente diferentes a las que habíamos acordado, a pesar de que pude cambiar algunas cosas en beneficio de Gabriel, no está feliz...―Pero sí estará feliz de que terminemos con la tecnología Holo 360 para usarla, ¿no?
―¿Cómo fuiste capaz de hacer tal estupidez, Aisha? Perdimos el veinticinco por ciento de la compañía por tu culpa, si sabías que él iba a pedir la prueba de paternidad porque te arriesgaste, tenía un acuerdo prenupcial perfecto y lo echaste a perder. ―le preguntó Brahman furioso.―No entiendo lo que pasó, abuelo, estoy segura de que mis bebés son hijos de Gabriel. No pueden ser de Nimai estoy segura de que no lo son.―Tus hijos llevaran el estigma de bastardos por tu culpa, tanto que cuide de ti y de tu madre... De haber sabido lo tonta que eras jamás te hubiese dado esas acciones. Estoy decepcionado de ti, Aisha, nunca pensé que diría estas palabras, pero ya no eres bienvenida a mi casa, desde hoy estás muerta para mí ―dijo el abuelo dándose la vuelta para marcharse.―¡Papa! ¿Cómo te atreves a hablarle así a mi hija? ―le gritó Indira.―Piénsalo bien antes de decir otra cosa, Indira, porque si te pones de su lado también renegaré de ti.―Pues... ―¡No! No digas nada, mamá, solo ayúdam
Indira entró en su casa esa noche solo para encontrarse a su padre sentado solo en la oscuridad, al verlo se detuvo y encendió la luz. ―¿Cómo está Aisha? ¿Y los bebés? ―preguntó Brahman a su hija. ―¿Cómo crees que está? Lo único que te diré sobre mi hija es que traigo en el bolso su carta de renuncia. ―La compañía no sobreviviría si la dejaba trabajando allí, su lealtad ya estaba dividida. No puedo demostrar debilidad ante nuestros competidores o pronto seríamos atacados por todos los frentes hasta hacernos caer. Tengo otros dos hijos a los que debo legarles cuando yo no esté. Mi idea era que Aisha y tú, manejaran el cincuenta por ciento de la compañía y tus hermanos el otro cincuenta por ciento, pero ahora estamos divididos. Lombardi tendrá lo que debería ser de ustedes y podrá ir a nuestras reuniones de la junta directiva y enterarse de todos los asuntos confidenciales del consorcio, y de paso tendremos que compartir con él el último invento de Aisha. ―¿Eso es lo único que te imp