Una historia que llega a su final, gracias por acompañarme de nuevo. Bella
Aisha estaba furiosa y dolida. No podía creer lo que estaba viviendo. Esa mañana temprano se marchaba al gimnasio antes de ir a trabajar cuando se dio cuenta de que no encontraba su bolso deportivo. Recordó que lo había dejado en el coche de Nimai, su esposo, porque el día anterior al salir se encontró con que el suyo tenía una llanta vacía. Abrió la puerta del coche con la clave y le dio al botón para abrir el portaequipaje, al subir la puerta se llevó la sorpresa de su vida. Había varias cajas de regalos de Navidad, algo que no sería nada extraño si ellos celebrasen la Navidad. Aunque vivían en Londres y participaban de la vida social de la época, para los hindús la fecha no significaba. Aparte de las cajas había varias bolsas de una reconocida tienda de ropa infantil. Con manos temblorosas sacó un precioso vestido de niña con sus zapatos y accesorios y un elegante traje de niño. Sin poder creer lo que sus ojos veían abrió las cajas de regalos y vio que contenían juguetes. Su mente
Aisha miró el trago que tenía servido enfrente, había perdido la cuenta de los que se había tomado. Pensaba que eran muchos porque estaba mareada a pesar de tener la resistencia al alcohol de un albañil. ―¡Maldito cabrón! ―murmuró para sí misma Aun estaba furiosa a pesar de haberse desquitado cortando en tiras todos los elegantes trajes de su pronto exesposo y sacando toda su porquería de la casa. También cambió la cerradura de su apartamento, porque era suyo, regalo de su madre y pagado con la fortuna de su familia. Un hombre se sentó a su lado y enseguida el cantinero se acercó a atenderle. ―¿Qué desea tomar, señor Lombardi? ―preguntó el barman con mucha deferencia. ―Ponme un bourbon ―dijo el hombre con voz muy varonil. Aisha gimió en su interior ante lo que le produjo en su centro íntimo el tono de voz del señor Lombardi, ¡Maldito tratamiento hormonal! La tenía cachonda todo el tiempo, pensó apretando las piernas para tratar de calmar la excitación. Se inclinó un poco hacia é
Paloma miraba a Aisha pasearse de un lado a otro de la habitación mientras murmuraba las mismas palabras.―No, no es posible, no es posible...―¿Por qué no sales de la maldita duda y te haces una prueba de embarazo de la docena que tienes guardadas en el gabinete debajo del lavabo? ―preguntó su amiga sentada en su cama con las piernas cruzadas.―Estoy segura de que es un virus estomacal, he vomitado tres días seguidos, pero no es posible...―¿Y los quince días de retraso de tu menstruación también es por el virus estomacal? ―preguntó Paloma con ironía.―¿Cómo sabes que tengo quince días de retraso? ―preguntó Aisha con asombro.―Soy tu asistente y mejor amiga, nos conocemos desde los doce años así que sé todo sobre ti, menos las razones por la que aguantaste siete años al imbécil de Nimai.Aisha no respondió.Se dirigió al baño, abrió el gabinete y sacó una prueba de embarazo, después lo pensó mejor y sacó tres, aún quedaban dentro muchos paquetes. Durante los últimos años las compraba
Los tacones de Aisha resonaban por el piso de mármol del vestíbulo de industrias Lombardi, se acercó al mostrador donde una joven elegante esperaba para atenderla.―Vengo a ver al señor Lombardi ―dijo Aisha con voz segura.―¿Tiene cita? ―preguntó con educación la recepcionista.―No, dígale que Aisha Sing, del Consorcio Khan desea verlo.―Por favor, tome asiento, señorita Sing, mientras me comunico con su asistente para que me informe si está disponible.Aisha se dirigió al mullido sofá que estaba cerca y se sentó, sacó su móvil para revisar sus mensajes y correos mientras esperaba. Estaba nerviosa y sabía que si se quedaba sin hacer nada se comería las uñas.Con sus recursos, no fue difícil hallar a Gabriel Lombardi, lo que nunca se imaginó era que el Gabriel sexy del bar, fuera el CEO principal de las industrias Lombardi, uno de los competidores de la empresa de su familia.―El señor Lombardi la verá ahora, señorita Sing, tomé el ascensor hasta el último piso, allí la recibirá su asi
Gabriel la miró estupefacto en primer lugar porque la nieta prodigio de Brahma Khan se había mantenido bastante alejada de la prensa y en segundo lugar por la proposición que le acababa de hacer.―¿Estás intentando comprar un esposo y un padre para tus hijos? ―preguntó caminado de un lado a otro visiblemente irritado. ―No, le estoy dando la oportunidad al padre de mis hijos de hacer lo correcto y de paso compartir con él lo que mi equipo y yo estamos creando, ¿acaso no es eso lo que hace la familia? ¿Ayudarse? ―respondió Aisha con cara de inocente.Gabriel seguía caminando de un lado a otro de la habitación mirándola, sopesando las opciones. ¡Maldición! Si era cierto todo lo que ella le decía era una oportunidad única. Los últimos avances tecnológicos del consorcio Khan habían supuesto ganancias millonarias para la empresa y era bien conocido que provenían de la mano de esta mujer.―Si todo lo que quisiera fuera un esposo para que mis sean legítimos te aseguro que con lo que tengo qu
El padre de sus hijos estaba sentado en el salón de su casa materna, esperando que su abuelo Brahma Khan bajara para hablar con él. Gabriel se removió incómodo a medida que los minutos pasaban y no había señales del viejo Khan. Frente a él se encontraban sentadas Aisha y su madre Indira. Al llegar su futura suegra lo había examinado de arriba abajo antes de hacerlo pasar al salón donde esperaba hacía más de quince minutos.―En realidad si se parece a Thor ―dijo Indira a su hija provocando que Gabriel escupiera el té que estaba tomando.―Ya sabes por qué me volví loca con él, mamá, es guapo, mientras lo miraba solo podía pensar en cuanto se parecía a Thor ―respondió Aisha.«¡Por Dios! Esta mujer no tiene un filtro en la boca»―Sí, siempre te han gustado los superhéroes ―reconoció su futura suegra como si él no estuviese allí ―Espero que tus hijos hereden sus ojos azules y nuestro color de piel, sería la bomba como dicen ustedes, pero en cualquier caso serán bebés hermosos. Estoy loca p
Tan solo una semana después de la reunión con su abuelo, Gabriel alertó a los abogados de Brahman de que tenía las pruebas que necesitaba para que programaran una reunión con el esposo de Aisha. Ese día pasó a buscar a su prometida en su apartamento y juntos se dirigieron al despacho de abogados.―¿Crees que lograras que firme el divorcio? ―preguntó Aisha mordiéndose el labio.Gabriel se giró a mirarla, le pareció super sexy el gesto que hizo con los labios, su vista volvió de nuevo a la carretera para evitar estacionar su coche y apoderarse de los labios de su prometida.―Por supuesto, tu pronto exesposo es un bravucón porque estaba tratando contigo solamente, pero una vez que alguien se le enfrente retrocederá.Gabriel se estacionó en el sótano del edificio y juntos subieron hasta la oficina del juzgado donde Aisha había introducido los papeles de divorcio que él se había negado a firmar. Llegaron temprano para revisar que el nuevo documento de divorcio estuviese redactado de acuerd
Gabriel no tenía buena cara cuando salieron de la sala, le asqueaba la sordidez del asunto, más aún estar involucrado en un caso de infidelidad, no por lo que pudieran decir de él, si no por lo que pudiera pensar su padre, porque después de tantos años aún le dolía que su esposa se hubiera marchado con su mejor amigo.Una vez que el exesposo de Aisha se marchó, le había entregado el documento firmado por ambos a su abogado con la orden de introducirlo en el juzgado ese mismo día. Quería que se hiciera efectivo de inmediato y dejar atrás esa situación. Se despidió de los abogados de Brahman y la tomó del brazo para llevársela del tribunal.―Oye, Thor, deja de aplicar la fuerza que estás actuando como un bruto ―se quejó Aisha soltándose del agarre de Gabriel para sobarse el brazo.No se había dado cuenta de que le estaba apretando con demasiada fuerza, por lo que molesto consigo mismo le abrió la puerta y ella se subió al coche. Gabriel cerró la puerta, dio la vuelta y se subió al vehíc