Capítulo 11. El desfile del novio.Gabriel llegó tarde a su casa la noche del veintisiete, los vuelos se habían retrasado por una tormenta por lo que era más de medianoche cuando llegó metió la llave en la puerta de su apartamento. Pensó que debió haberle pedido a Aisha que pusiera la boda dos días de después. Dormiría apenas algunas horas antes de tener que levantarse para ir a casa del viejo Khan a casarse. Al menos tuvo la previsión de avisar a Isabella para que no lo esperara despierta.―Al fin llegaste ―dijo su hermana levantándose del sofá al escuchar la puerta. Se había acostado allí para esperarlo.―Es muy tarde, Isa. ¿Por qué no estás en la cama?―Estaba preocupada porque no llegabas, con lo apresurado de la boda, pensé que quizás te estabas arrepintiendo a pesar de los bebés.―Nunca haría eso, de haberlo pensado hubiese llamado a Aisha para cancelar, nunca sería tan canalla para dejar esperando a una mujer el día de la boda.―Ella me gusta, me cae bien y creo que es la mujer
En el trascurso de la mañana del día de su boda, Aisha recibió varios mensajes de parte de Isabella informándole de la situación. Le había dado tanta rabia que Gabriel tratara de controlarla y de ordenarle como iban a ser las cosas que hizo todo lo contrario. Tendrían la boda hindú más fantástica que pudiera imaginar. Y no era que ella deseara pasar de nuevo por lo mismo porque ya tuvo esa boda cuando se casó con Nimai a los diecinueve años, pero Thor tendría que aprender por las malas que con ella las cosas se negociaban.―Estás hermosa, hija mía. Siempre he dicho que el rojo es tu color.―Gracias, mamá, en verdad el traje es espectacular y lo mejor de todo muy liviano.―Tu barriga no se nota con el estilo del vestido, pero eso ya no tiene importancia, Nimai se ha encargado de decirles a todos que estás embarazada. El muy miserable debió guardarte al menos algo de respeto por todo lo que hiciste por él y por su familia.―Mamá, eso no tiene la menor importancia para mí, sabes que no s
―¿Quieres acompañarme al médico? Por favor ―preguntó Aisha.―¿El desgraciado de Thor te volvió a decir que no puede ir? ―inquirió Paloma ―Sabes que yo siempre iré contigo, pero es inaudito que el muy infeliz se haya perdido casi todos los controles.―Siempre dice que no puede, que está muy ocupado y en realidad ya me cansé de pedirle que vaya, si no quiere involucrarse con sus hijos, él se lo pierde. Yo pienso disfrutarlos y amarlos con locura.―Sé el carácter que tienes, Aisha y no entiendo porque has aguantado esa distancia que tu esposo ha puesto entre ambos, el que no llegue a dormir, que casi nunca lo veas no es normal. Viven en la casa como dos extraños.―Lo sé, creo que Thor aún está resentido porque mi abuelo lo obligó a firmar un contrato con unas condiciones totalmente diferentes a las que habíamos acordado, a pesar de que pude cambiar algunas cosas en beneficio de Gabriel, no está feliz...―Pero sí estará feliz de que terminemos con la tecnología Holo 360 para usarla, ¿no?
―¿Cómo fuiste capaz de hacer tal estupidez, Aisha? Perdimos el veinticinco por ciento de la compañía por tu culpa, si sabías que él iba a pedir la prueba de paternidad porque te arriesgaste, tenía un acuerdo prenupcial perfecto y lo echaste a perder. ―le preguntó Brahman furioso.―No entiendo lo que pasó, abuelo, estoy segura de que mis bebés son hijos de Gabriel. No pueden ser de Nimai estoy segura de que no lo son.―Tus hijos llevaran el estigma de bastardos por tu culpa, tanto que cuide de ti y de tu madre... De haber sabido lo tonta que eras jamás te hubiese dado esas acciones. Estoy decepcionado de ti, Aisha, nunca pensé que diría estas palabras, pero ya no eres bienvenida a mi casa, desde hoy estás muerta para mí ―dijo el abuelo dándose la vuelta para marcharse.―¡Papa! ¿Cómo te atreves a hablarle así a mi hija? ―le gritó Indira.―Piénsalo bien antes de decir otra cosa, Indira, porque si te pones de su lado también renegaré de ti.―Pues... ―¡No! No digas nada, mamá, solo ayúdam
Indira entró en su casa esa noche solo para encontrarse a su padre sentado solo en la oscuridad, al verlo se detuvo y encendió la luz. ―¿Cómo está Aisha? ¿Y los bebés? ―preguntó Brahman a su hija. ―¿Cómo crees que está? Lo único que te diré sobre mi hija es que traigo en el bolso su carta de renuncia. ―La compañía no sobreviviría si la dejaba trabajando allí, su lealtad ya estaba dividida. No puedo demostrar debilidad ante nuestros competidores o pronto seríamos atacados por todos los frentes hasta hacernos caer. Tengo otros dos hijos a los que debo legarles cuando yo no esté. Mi idea era que Aisha y tú, manejaran el cincuenta por ciento de la compañía y tus hermanos el otro cincuenta por ciento, pero ahora estamos divididos. Lombardi tendrá lo que debería ser de ustedes y podrá ir a nuestras reuniones de la junta directiva y enterarse de todos los asuntos confidenciales del consorcio, y de paso tendremos que compartir con él el último invento de Aisha. ―¿Eso es lo único que te imp
―El señor Gabriel Lombardi desea verla, señora Khan. ―Informó a Indira su asistente.Indira levantó su cabeza del reporte que estaba leyendo, aunque estaba preparada para recibirlo, porque esperaba la visita de Gabriel mucho antes, no pudo ocultar la sonrisa de desprecio que asomó a su rostro.―Dígale al señor Lombardi que pase, y llame al consultor jurídico de la empresa, por favor.Al cerrarse la puerta los ojos de la dama volvieron a su reporte, aunque por dentro estaba temblando de rabia sabía que debía controlarse, ella era la representación de su hija y debía hacer lo mejor posible su papel de persona fría e indiferente.Un toque en la puerta.―Pase ―dijo sin levantar los ojos.―El señor Lombardi y su abogado, señora.El rostro de Gabriel era de piedra cuando se enfrentó a su suegra.―¿Qué desea señor Lombardi? ―preguntó Indira ignorando al abogado.―Vine a reclamar mis acciones, como bien sabes, en el acuerdo prenupcial se estableció que todas las acciones que poseía Aisha en e
La primera audiencia del juicio contra Aisha Sing y el consorcio Khan, fue fijado para dos meses después de que ella se marchara a California.―Nuestra representada la señora Sing está actualmente trabajando en los Estados Unidos por lo que pedimos a la corte que nos permita seguir el proceso sin su presencia, ―dijo uno de los abogados acercándose al juez. ―Le entrego para el expediente la carta autorización donde se indica que somos sus abogados.―Objeción su señoría la señora Sing es la parte demandada por lo que debería comparecer ante el juicio ―dijo el abogado de Gabriel.―Denegada, es un juicio civil, abogado ―dijo la juez ―Sin embargo, abogado de la defensa debe informar a su cliente de que en caso de ser requerida su presencia deberá comparecer ante este tribunal.―Mi cliente está en disposición de hacerlo su señoría. La juez escuchó los alegatos iniciales de ambas partes. Antes de pedir las pruebas.―Le entregó a su señoría, copia certificada del acuerdo prenupcia
La rabia oscureció la mirada de Gabriel al escuchar lo que le explicaba el director del hospital. Se giró hacia la puerta y estampó el puño en la pared, haciéndole un hueco en el muro de tabique.―¡Señor Lombardi! Contrólese, por favor. Sabemos la gravedad de la situación...―¡Qué me controle! ―gritó Gabriel al director del hospital ―¿Cómo se atreve a pedirme que me controle? ¿Acaso no sabe el daño moral que le ha hecho a mi exesposa, y a mis hijos?El director del hospital respingó al escuchar sus palabras. La patóloga bajó la cabeza avergonzada.―Sí, como lo oye bien, exesposa, porque me divorcié de ella pensando que me había engañado, le quité el apellido a mis hijos pensando que no eran míos y ahora ni siquiera sé dónde están por culpa de esta...―Mi cliente y su familia han sufrido un daño moral y espiritual irreparable así que prepárense para una demanda ―informó el abogado de Gabriel interrumpiéndolo para que no ofendiera a la mujer y evitarse más problemas.―¿Por qué lo hizo?