–¿Tu chica? –Quise decir: mi amiga. —Ah claro, se parecen mucho las palabras —digo, siento su pecho vibrar por la risa. —Bueno, no es como si no quisieras que lo fueras —dice, yo me detengo en seco. —¿Qué?
Leer más10 años después…Punto de vista de Caleb.—Si no la agarras, probablemente lo noquee —me dice Ethan mientras miramos como morena está hablando con Jared tan enojada que hasta él la mira con miedo. Nos da unas cuantas miradas para que lo ayudemos pero yo muevo la cabeza. No voy a dirigir la ira de mi chica contra mí, por muy placentero que sea el sexo de reconciliación.—Si lo hace, se lo va a merecer —le digo medio riendo. Ethan ríe también pero comete un terrible error, ella lo escucha. Al instante en que el sonido sale de la boca de Ethan él se tensa y ella se da vuelta a mirarnos.—¿Quién de los dos se río? —pregunta molesta.Yo apunto a Ethan para librarme, él en cambio entrecierra los ojos mirándome.Lo siento soldado, pero esta no es mi batalla.—¿Qué es tan gracioso, Ethan? —pregunta ella acercándose a él.Jared en la camilla deja salir un pequeño suspiro al ver que la ira de mi chica se dirige a alguien más. Y es que cuando Trini se enoja, da miedo, mucho miedo y ahora en su e
—¿Qué le has dicho?—Tranquilo, solo le di unas pequeñitas amenazas que no logran contener toda la rabia que hay en mí por lo que te hizo, por lo que nos hizo.Caleb mira hacia atrás cuando los chicos se asoman para ver si todo esta bien. Sonrío, porque, ¿qué haría yo sin ellos? ¿Qué sería de mi vida si nunca hubieran aparecido en mi vida?Avanzo hacia ellos y me paro frente a mi cuñado, él abre los brazos porque sabe lo que voy a hacer y yo me adentro con gusto en ellos. Jared deja un beso en mi cabeza y me acaricia la espalda. Él, que fue a verme y a sostenerme cuando no podía parar de llorar y se había esforzado por descubrir que había pasado para que su hermano y yo dejáramos sufrir.—Eres el mejor cuñado que alguien podría pedir, ¿lo sabes? —le pregunto mirándolo. Él sonríe y se echa para atrás con una carcajada que me hace sonreír.—Por supuesto que sí, preciosa y tú definitivamente eres la cuñada más bonita que de seguro voy a tener.—Tenlo por seguro.Le guiño un ojo cuando me
Decir que estoy nerviosa es poco, las palabras de Caleb prácticamente me han dejado sin palabras, sin aire porque en parte él tiene razón. Nunca hizo nada que me produjera desconfianza, siempre me demostró lo mucho que me amaba.Y ahora, diciéndole a Alisha, amenazándola mejor dicho, de si decía algo en contra mío le haría daño. Que no le importaba perder toda su carrera por mí…Él estaba dispuesto a arruinar la suya para que no se arruinara la mía con las posibles acusaciones de Alisha.El video comienza a reproducirse, es la grabación del lugar en donde hicieron la celebración para Caleb, en la cámara se ve él medio sonriendo, porque la sonrisa no llegaba a sus ojos, de hecho no se veía feliz como debería haber estado y en parte siento algo de culpa de haberme ido. Pero las circunstancias lo ameritaban, cualquiera en mi posición lo habría hecho.El enfoque de la cámara cambia y se ve a Alisha con una botella de cerveza, se ve claramente como le echa algo dentro y luego le pasa la bo
—¿Qué mierda pasó? —me preguntó Jared saliendo desde la puerta de entrada.—¡Caleb! —escucho a mi madre, pero sólo subo rápidamente a mi habitación y miro con todo el odio que nunca he sentido a Alisha, quien aún tiene la poca decencia de seguir en mi cama.Cierro los ojos cuando veo que esta desnuda y me odio por no recordar nada.—¿Qué hiciste? —le pregunto.Ella me mira como si no supiera de que estoy hablando, como si no hubiera visto a mi morena salir corriendo con lágrimas en sus ojos. Como si no me estuviera matando por dentro.—¡Qué hiciste! —grito.Ella se sobresalta ante la agresividad en mi voz pero no me importa.—¡Mierda, Caleb! —dice Jared desde la puerta.Me paso la mano por el pelo y lo tiro con rabia, agarro la ropa que está en el suelo y se la tiro a Alisha mientras la agarro del brazo y la saco de mi cama sin importarme que este desnuda y que me grita que le hago daño.No me importa.¡Con una mierda que no!—¡Para, Caleb! —dice, no le hago caso y la sigo arrastrando
¿Han escuchado ese dicho de qué no todo puede ser perfecto?En estos momentos de nuestra vida todo parecía ser realmente perfecto, Caleb cumplía su sueño de ser boxeador y cada vez se acercaba más a las profesionales, yo en cambio estaba teniendo muy buenas notas que me abrirían un buen lugar en una universidad reconocida. Al menos eso me decía André.No habíamos vuelto a tener problemas con el padre de Dylan, y eso en parte porque André había ingresado un recurso de protección en contra del padre de Dylan, ya que nosotros somos menores de edad y no había ninguna prueba en nuestra contra. Aunque ciertas veces veía un auto sospechoso vigilándonos.Pero tal como había dicho Ethan, no había quedado nada que pudiera inculparnos.Solo quedaban dos meses de clases y con los chicos teníamos planeado prácticamente el verano perfecto.Todo iba bien.Iba más que bien…—¿Qué te está molestando? —me pregunta Caleb mientras acaricia mi espalda desnuda.—¿Por qué me preguntas?—Estás callada, tú nu
Había llegado el día de la boda de Juliette y Mateo, a quienes yo no conocía, pero por las cosas que me habían dicho, ansiaba conocer. Además que ya dije que me encantan las bodas porque hay mucha comida gratis. Con mi mamá habíamos ido a comprar un vestido, tenía algunos pero no eran adecuados para una boda y teniendo en cuenta que íbamos a una boda lujosa, no quería verme mal.Caleb me había dicho que eligiera un vestido rojo porque según él ese color me favorecía, y que él iría con una corbata roja a juego conmigo. Acepte, porque el color rojo si me favorece.Para qué engañarnos.Y cuando lo vi en la vitrina, me enamoré al instante.Era largo, sin mangas y tenía una abertura en la pierna. Precioso era poco.Obvio que me quedó perfecto, y ahora mismo mientras lo tenía puesto y me miraba al espejo con el maquillaje y el peinado que me hizo mi madre, me sentía muy hermosa.—Te ves hermosa.—Lo sé.Ella ríe y se acerca a mí, coloca sus manos en mis hombros y me mira a través del espejo
Morena parecía completamente eufórica.No. Corrijo.Estaba completamente eufórica. Miraba hacia todos lados y casi no pestañeaba.—Creí que no era la primera vez que ibas a una carrera clandestina —le digo. Ella me mira sonriendo.—No, pero aquí son como en la película, allá es diferente, más flaite, más cuídate o terminas apuñalado.—¿Qué? —pregunto horrorizado al pensar que ella ha estado en lugares así a punto, quizás, de ser apuñalada.Ella mueve su mano quitándole importancia.—Cosas que pasan en Chile.Muevo la cabeza y voy a decir algo pero mi celular vibra con una mensaje de Ethan.Noah está allí, ahora está corriendo pero luego se acercara a ustedes.Entendido.—Noah está aquí, luego vendrá hacia nosotros —le digo.Unos tipos pasan frente a nosotros y le dan una mirada hambrienta a mi chica, ella no se da cuenta porque está muy entretenida mirando la carrera que está ocurriendo frente a nosotros. La pego más a mí y ellos llevan su vista hacia mí que los miro con una expresión
—¿Qué crees que haces? —pregunto enojada.Alisha iba caminando hacia donde estaba la habitación que le habían asignado a Caleb en el gimnasio de Joel. Ahí podría cambiarse, asearse y lo que quisiera hacer adentro.Ella se da vuelta y me da una sonrisa inocente.—Hola Trini.—Te hice una pregunta.Me acerco más a ella recordando lo bien que se sintió romperle la nariz y lo mucho que me estaba pidiendo a gritos que lo hiciera. Yo no soy agresiva pero ella saca lo peor de mí.—Solo camino por aquí, ¿acaso no puedo? —dice y coloca ambas manos en su cintura—. Porque te recuerdo que este lugar es mío y puedo entrar a donde se me antoje.—Eres patética, ¿lo sabías? Ni todo el dinero del mundo podría cambiar eso.La expresión de Alisha cambia drásticamente y sé que he dado en el clavo. A veces no necesitas usar la fuerza porque las palabras pueden herir aún más y no sanan en un par de días, sino que te persiguen por mucho tiempo.—¿Acaso vas a golpearme? Porque si lo haces, el pobre Caleb ten
Según John, en la primera fila estaban los mejores patrocinadores, y por tanto a Caleb tenía que gustarle a uno de ellos. No se trataba de dinero, ya que los padres de Caleb bien podrían patrocinarlo, sino que se trataba del prestigio de los mismos. Algunos de ellos tenían gimnasios equipados con máquinas de última generación, todo un equipo de médicos que se enfocaban específicamente en ellos.—Ese que está ahí —me dice apuntando a un hombre grande y serio que a pesar de que estaban sentados, se veía mucho más grande que los demás—. Es el mejor patrocinador, los chicos a los que ha puesto bajo su brazo se han vuelto profesionales reconocidos.Asiento mirándolo.Nosotros estamos sentados frente a ellos con solo el cuadrilátero que nos distancia, estamos todos, dicho esto incluso Ethan está aquí. Lo único raro que encontré es que detrás de los patrocinadores esta Alisha. Quién me ha visto y me ha dado una sonrisa macabra, como si ella supiera algo que yo no.Como diríamos en chile, “te