Caleb me lleva de la mano escaleras arriba, miro hacia atrás y veo a Alice, ella me mira y me guiña un ojo, yo se lo guiño de vuelta, Caleb camina hacia el final del pasillo y luego de sacar una llave, abre la puerta.—¿Tu habitación? —pregunto una vez entramos, pero Caleb no me deja terminar porque me estampa contra la pared para comenzar a besarme. Sus manos recorren todo mi cuerpo, se quedan en mis muslos y suben de forma provocadora mi falda.Este chico sí que sabe besar, su lengua parece hacer los movimientos correctos, él baja hacia mi cuello, mordiendo y lamiendo, no puedo evitar soltar un gemido cuando una de sus manos sube y aprieta mi trasero.—Un culo exquisito, estoy ansioso de verlo sin esta falda —ronronea, yo asiento y no digo nada porque justo, su otra mano se posiciona en mi centro, por encima de la ropa interior, yo ya estoy mojada y estoy segura que él puede sentirme—. ¿Ya lista, morena?Agarro a Caleb del cabello y lo obligo a mirarme, sus ojos están negros y hay u
Cuando salgo de la habitación de Caleb, sonrío, pero rápidamente mi sonrisa se borra al ver salir a Benjamín de dos habitaciones más adelante. Él se me queda mirando fijamente.—Olvida que me viste —digo pasando por su lado rápidamente.—Difícil —dice, yo ruedo los ojos.Al bajar, veo a las chicas en la encimera de la cocina, así que rápidamente camino hacia ellas. —¡Miren quién llego! —dice Alice riendo, yo sonrío y agarro un vaso para servirme agua—. Y con la boca seca —dice cuando me bebo el vaso por completo.—¿Qué tal el trabajo con Caleb?, ¿Avanzaron algo? —pregunta Kate, yo me río y asiento.—Si, y tiene buenas ideas —digo, ella ríen.Seguimos bailando, riendo, habíamos tenido que rechazar a varios chicos que se nos habían acercado, pero yo solo tenía ojos para un chico en especial. Lo había visto mirarme varias veces, casi sentía que estaba bailando para él, porque no era solo él, yo también quería repetir.—Caleb no te quitaba los ojos de encima —dice Alice, vamos en el jeep
—¡Morena! —grita alguien, estamos todos los chicos en la mesa de la cafetería comiendo, me giro hacia la voz, para ver a Jared caminando junto con Caleb, el primero sonríe y mueve la mano efusivamente. Ambos vienen con sus bandejas en la mano.—¿Qué tal, Jared? —lo saludo cuando se sienta a mi lado en la mesa.—Hola morenita, quise venir a sentarme contigo, ¿No les molesta verdad? —pregunta a los demás en la mesa, todos niegan y él sonríe grande—. Perfecto.Caleb en cambio les hace un asentimiento de cabeza a todos.—¿Todavía no puedes olvidarme? —le pregunto sonriendo, él niega.—De hecho, anoche soñé contigo —dice, yo rio.—¿Debería empezar a preocuparme? —le pregunto divertida, él deja salir una carcajada.—Claro que no morena, no haría nada que no quisieras —dice moviendo las cejas de arriba a abajo, yo ruedo los ojos divertida.—Deja de arrastrarte, Jared —dice Caleb, yo lo miro, él esta serio mirando a su hermano, yo levanto una ceja.—Si Jared, más cuidado con tus palabras —dic
—Supongo que estás de broma —le digo a Benjamín, él se pasa la mano por la cabeza.—Hermana, por favor —me dice, yo ruedo los ojos.—Por dios Benjamín, ¿Nos vas a dejar aquí votadas? —pregunta Alice, yo bufo.—Claro que sí —digo, y luego le apunto con el dedo—. Lárgate de aquí antes que te mate —digo, él sonríe y da la vuelta al Jeep, para irse con una chica. ¿Por qué será que los hombres no pueden dejar de pensar con el pene?—Me envías un mensaje cuando llegues a casa —dice, yo ruedo los ojos.—Seguramente vas a estar muy pendiente —digo rodando los ojos, él me tira un beso y yo lo esquivo—. No quiero tus besos.—Te quiero hermanita.—No puedo creer que vaya a tener que caminar —digo molesta, no es que me molestara caminar, pero sí me molestaba tener que hacerlo porque benjamín quería follar. Más le valía al imbécil limpiar el Jeep.—Alice, ¿Podemos hablar? —me doy vuelta cuando escucho una voz masculina hablar, el chico al que Alice había llamado Noah, la miraba con una expresión a
—¿Cómo te fue? —pregunta mi madre cuando entro en la casa, un ladrido me sobresalta hasta que veo al cachorro caminar hacia mí moviendo la cola, lo tomo en mis brazos sonriendo—. ¿Dónde esta tu hermano? —me pregunta mirando hacia atrás yo me encojo de hombros.—No lo sé, me dejo tirada en el instituto —digo, ella frunce el ceño—. Se fue con una chica —digo, ella rueda los ojos.—Ya verá cuándo llegue —dice, yo río y miro al cachorro en mis brazos, mientras lo acaricio.—¿Cómo te fue en el veterinario? —pregunto, ella asiente y se acerca sonriendo.—Este pequeñito esta sano, solo le falta alimento y mucho amor —dice ella mientras se agacha—. ¿Cierto, nene? —ella le habla como si fuera un bebé, lo que bueno, en perspectiva es.—¿Cómo vamos a llamarlo?, no debemos esperar a Benjamín, que este sea su castigo —digo, ella asiente.—Si, concuerdo contigo, Trini —ella coloca su mano en su barbilla—. Haber, que tal Campeón —dice ella, yo niego.—Por dios mamá, con ese nombre no asustará a nadi
—¿Lo noqueó? —pregunta Caleb a John, este último parece reaccionar y sube el ring, se agacha con Bryce para tocarle el pulso.—Ya lo revisé, vive —digo, él me mira moviendo la cabeza.—No eras ninguna principiante —me dice, yo niego sonriendo.—Ustedes me subestimaron —digo, él asiente.—Lo hicimos.—Pero te aseguro que no lo volveremos a hacer —dice Trevor, yo sonrío triunfante.—Pero quién de verdad no lo volverá a hacer, esta en el suelo, ahora entiendo lo que dijo tu padre —dice Caleb, yo asiento.—Allá en Chile, practicaba, me ayuda a quitarme el estrés, a veces soy muy hiperactiva —le digo, él asiente—. Bueno, ¿Quién sigue? —pregunto, pero ambos chicos niegan y levantan las manos, yo ruedo los ojos.—Débiles —digo mientras me bajo del ring.No me había dado cuenta de que varios chicos que estaban antes entrenando, estaban mirándome.—¿Qué miran? ¿Acaso nunca han visto a una chica noqueando a otro? —pregunto levantando una ceja. Varios de ellos se dan vuelta y siguen en lo suyo,
—¡Mamá, tenemos ratas en la casa! —le grito cuando entro y veo a Benjamín en el sofá, él me fulmina con la mirada, mi mamá en cambio llega corriendo hacia nosotros.—¿Ratas? —pregunta mirando a todos lados, yo le señalo a Benjamín, ella suspira.—Sí, una bien grande —digo.—¿Todavía sigues enojada?—No lo sé, acabo de noquear a un tipo, me imagine tu cara —le digo sonriendo, Benjamín rueda los ojos.—¡Por dios, Trinidad! —me reprende mi madre, yo muevo la mano quitándole importancia.—Boxeando mamá, él esta bien, le di una buena lección —digo sonriendo con arrogancia.—Por dios, ¿qué dijo el pobre chico? —pregunta Papá apareciendo por las escaleras, yo me acerco a él y lo beso en la mejilla.—Me subestimo por ser una chica —digo, él asiente y me da un beso en la cabeza.—Muy bien mi niña.—Bueno, la comida esta lista, vamos a sentarnos —dice mi madre, yo asiento.—Me doy una ducha rápida y bajo —digo y subo las escaleras de dos en dos, mi cuerpo esta sudado y no quiero comer así.O bu
—¿Por qué me preguntas eso?—Bueno, porque estás un poco pálida —dice ella, miro a Caleb y él también me esta mirando.—Y tú, ¿qué me miras? —le pregunto, él enarca una ceja sorprendido y luego retrocede levantando las manos.—Parece que alguien esta de mal humor —dice, yo frunzo el ceño.—Claro que no.—Pareciera que sí —dice Alice, la miro y ella sonríe.—Siento como si me hubieses apuñalado por la espalda —digo, ella rueda los ojos.—Exagerada.Pero yo no solo estaba pensando en ello, en Caleb, sino que también estaba sintiendo aquellas sensaciones que me recorrían el cuerpo y me hacían sentir tan mal.—Necesito ir al baño antes de entrar —digo, ella asiente.—Te acompaño —ofrece.Niego con un movimiento de cabeza.—No, tranquila, ve a ocupar nuestro puesto —digo, ella asiente no muy convencida.Alice me mira sin entender mis acciones, lo que tenía bastante sentido teniendo en cuenta que no sabía nada.Sin esperar respuesta camino rápidamente hacia el baño y me meto a un cubículo.