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Un cliché NORTEAMERICANO
Un cliché NORTEAMERICANO
Por: CatalinaMC
Un cliché norteamericano

Habíamos llegado hace dos días a la ciudad donde vivía el hermano de mi padre, él había encontrado una casa para nosotros a solo dos calles de la suya, este lugar era completamente nuevo para mí, bueno en verdad para todos.

—Hay muchas chicas lindas aquí —dice Benja, mi hermano gemelo, yo ruedo los ojos.

—Para ti todas las chicas son lindas —digo, él asiente sonriendo.

—Tu, mejor que nadie dice que todas las chicas son hermosas.

—Yo lo digo porque es verdad, en cambio tú, lo dices para poder entrar entre sus piernas —digo, él niega divertido.

—Que boca tan vulgar la tuya —dice.

Ambos íbamos a entrar a esa escuela cliché, yo simplemente quería volver a mi país, aquí todo era diferente, no vendían las cosas que vendían allá, y la gente parecía tan fuera de lugar, me encontraba solo con gente blanca, muy blanca, algunos me quedaban mirando raro, por dios, estamos en el siglo veinte uno y todavía son racistas. Y eso que yo solo era morena, tenía mi piel bronceada natural, y me sentía orgullosa de ella.

—Estoy ansioso por entrar a esa escuela —dice, yo me encojo de hombros.

—Yo solo quiero saber si es tan cliché como se muestra en los libros —digo, ahora es Benja quién rueda los ojos.

—Tú y tus libros, eres la típica nerd de los cliché.

—Normalmente la nerd es tímida —digo, Benja asiente riendo.

—Y tú definitivamente no tienes nada de tímida.

Yo era una fan de los libros, y se me podría considerar una nerd, me gustaba tener notas perfectas, me gustaba leer, pero no era para nada tímida, de hecho tenía una personalidad muy fuerte. Probablemente estudiaría Derecho, pero aún tenía un año para decidir.

—Hola mis bebés, ¿Ansiosos por mañana? —pregunta mi madre entrando en la sala, la casa era grande, era una casa de clase media pero era muy alta, esto me hacía una gran diferencia en cuanto a Chile, en que las casas de clase media no eran para nada como esto, y eso explicaba el porqué aún éramos un país en desarrollo. Aunque a mí parecer las riquezas no estaban bien equilibradas y era lo que en parte nos retrasaba.

—Yo ansioso, ya sabes que la nerd solo quiere saber si es igual de cliché que en los libros —dice Benja, yo ruedo los ojos y le tiro un cojín, ambos estábamos sentados en el sofá de la sala, ella ríe.

—Es igual de cliché prima, diría que peor, así que prepárate —dice Alicia entrando en la sala, ni siquiera toco, pero nadie se sorprendió, ella era así, Benjamín en cambio si se burlo de ella.

—Menos mal que tenemos una puerta, como sería si no la tuviéramos —dice, ella le levanta el dedo del medio y Benja ríe.

—Por eso eres mi prima favorita —dice ella dándome un beso sonoro en la mejilla, luego con un golpe en la cabeza saluda a Benja, él solo ríe.

—Mañana nos vamos contigo, porque ni idea de cómo llegar —decimos con Benja al mismo tiempo, Alicia ríe.

—No recordaba que ustedes hablan al mismo tiempo —dice.

Benja y yo habíamos nacido con solo una hora de diferencia, él nació primero y le encantaba decir que era el hermano mayor, pero a fin de cuentas yo lo era, Benja aún era inmaduro, y como no, si los hombres maduran mucho después que las mujeres, y aún así nos consideran el sexo débil, patético.   

—Que puedo decir, somos gemelos —digo, ella asiente.

—Quiero que conozcas a mis amigas, te agradaran —dice ella, yo asiento.

—Y ¿a mi no me las vas a presentar? —pregunta Benja, Alicia rueda los ojos.

—Tú no las quieres de amiga —dice ella.

—Por supuesto que no, no creo en la amistad entre hombres y mujeres, en un momento u otro queremos hincarles el diente —dice Benjamín riendo, yo ruedo los ojos y Alicia igual.

—Se me olvidaba, casi, que eres un mujeriego —dice Alicia, mi madre levanta una mano en dirección de Benjamín.

—Benjamín, tu hermana es mujer, ¿quieres que los hombres piensen así de ella? 

—Por supuesto que no, ella sabe que cualquier hombre que se le acerque demasiado terminará sin pene —dice, mi madre lo reprende.

—¡Benjamín, esa boca! 

—Mamá, es biología —dice rodando los ojos.

Por supuesto que yo no era virgen, aunque él prefería pensar que sí, no había estado con muchos hombres, la verdad solo dos, y uno de ellos era su amigo, había sido mi primera vez pero él era un idiota de primera, y por mucho que me gustara, no quería a alguien así en mi vida, así que me aleje, como era tan buena haciendo.

El segundo chico fue en una fiesta, era lindo y muy caliente, me hizo disfrutar más que el amigo de Benjamín, pero solo había sido algo de una noche, y eso había sido hace un mes. Hablábamos por mensaje, pero si tuvimos una oportunidad de tener algo, con este viaje y nueva vida, iba a ser imposible. No tenía sentimientos por él así que no me importaba mucho, solo lo sentía como una compañía agradable con la que hablar.

—¿Qué piensas? —pregunto Alicia, yo me encojo de hombros.

—Pensaba en el chico con el que me acosté en una fiesta —digo, los ojos de Benjamín me miraban sorprendido y luego enojados, solo lo decía para divertirme con su actitud.

—¡Qué hablas Trinidad! —espetó, solo me decía Trinidad cuando estaba enojado, normalmente me decía Trini o Trinita, Trinita no me gustaba para nada, pero él solía decirme así de pequeños—. Por qué tomo un avión de inmediato y voy a Chile a buscar a ese idiota —dice enojado, yo me largo a reír, no puedo creer que aún sea tan sobreprotector.

—Relájate Benja, solo bromeo —le digo palmeando su hombro, él asiente relajándose, mi madre me guiña un ojo. Ella sabía de mi primera vez, así que esto también le divertía.

—Más te vale que sea así —dice, yo ruedo los ojos.

—Tú puedes tener sexo con todas las mujeres que quieres y yo no puedo dejar que me toque un hombre, que injusto eres —digo, él niega.

—No tiene que tocarte ningún hombre, le corto las manos.

—Tengo necesidades.

—Si las tienes entonces para eso tienes las manos y canales porno —dice, todos nos largamos a reír.

—Las manos no son como un pene Benjamín, tú lo sabes perfectamente —dice Alicia.

—No importa, aún esta pequeña, lo hará cuando encuentre un buen hombre, que yo apruebe por supuesto y después de haberse casado —dice, yo me lo quedo mirando.

—No me voy a casar —digo, él asiente complacido.

—Eso me parece perfecto, entonces nunca tendrás sexo.

Alicia se levanta y me toma de la mano para sacarme de la casa.

—Me la llevo lejos de tu toxicidad de hermano —dice ella, Benja rueda los ojos.

—¿Dónde vamos? 

—A la cafetería de la esquina, mis amigos están ahí y quiero que los conozcas —dice, yo asiento y me despido de mi madre, quién me da algo de dinero por si lo necesito.

—¡Cuidado con estarle presentando hombres! —grita Benja, ambos nos reímos.

—Eso mismo haré —le grita Alicia—. Tu hermano no cambia —dice ella, yo asiento.

—Él sabe lo de Gustavo, aunque no me lo haya dicho —digo, ella me queda mirando.

—¿No paso nada con él? 

—No, la verdad es que me gustaba mucho, pero luego comenzó a comportarse como un idiota, y eso no me gusto, coqueteaba con algunas chicas frente a mí solo para darme celos, no soy esa clase de mujer, ni quiero serlo, si él no era capaz de enfrentarse a mi hermano por mí, entonces no me merecía —digo, ella asiente.

—Quisiera tener ese poder en ti misma que tú tienes, porque mi vida amorosa es un desastre —dice riendo.

—Lo tienes, es solo que tienes que descubrirlo y sacarlo a flote.

—Bueno Trini, vamos a que conozcas a mis amigos, te voy a mostrar el cliché norteamericano —dice, yo asiento sonriendo.

—Estoy ansiosa por conocerlo.

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