Cuando llegamos al aula, Benjamín esta sentado al final, tiene el pie en una silla y la mochila en otra.
—Nos guardó el puesto —le aclaro a Alicia cuando lo queda mirando, ella asiente.
—¿Cosas que hacen en Chile? —pregunta, yo asiento.
—Bueno pensé, que las hacían en cualquier parte, es decir, guardar puesto… —digo moviendo las manos.
—Entiendo lo que quieres decir, pero como aquí es todo lujoso, solo estudiantes con padres con dinero, es diferente —dice encogiéndose de hombros, yo asiento, pero luego hace una mueca.
—Allá, corríamos a las aulas para tener los mejores puestos, Benjamín siempre corría por los nuestros —digo sonriendo—. ¡Bien hecho! —digo, me siento a su lado y Alicia se sienta en donde había dejado su mochila Benja.
Desde atrás vemos a cada chico entrando, y grande es mis sorpresa cuando veo entrar a Alisha con sus amigas, cuando me ve me da una mirada de desprecio, yo le doy mi mejor sonrisa y le guiño un ojo, eso parece hacerla enfadar aún más.
—Esta celosa porque Caleb te sonrío —dice Alicia, justo en ese momento Benjamín esta pegado a mi oído.
—¿Quién es Caleb? —pregunta, Alicia hace una señal hacia la puerta, todos miramos.
Ahí viene Caleb, con su mochila al hombro y una mirada intensa de “soy peligro”.
—Me encanta el peligro.
—¿Qué? —pregunta Benjamín, yo hago una mueca.
—Pensé en voz alta.
—Me va a dar un infarto —dice Benjamín agarrándose el pecho, yo ruedo los ojos mirando a Alicia.
—Peligro, eso es lo que es Caleb —dice ella, mirándolo de la misma forma que yo, solo nos faltaba tirarnos encima de él y pasarle la lengua por la cara.
Él se sienta dos asientos adelante de Alicia, su espalda ancha en la chaqueta, por dios.
—No habían de estos en Chile —digo, ella me mira sorprendida.
—¿No?
—Bueno, es que este Caleb es la reencarnación de los chicos malos americanos de los libros, y bueno allá, en chile, somos diferentes —digo riendo, ella asiente.
Cuando la profesora entra, todo el murmullo se calla, según lo que decía la hoja del horario, nuestra primera clase era historia, allá en Chile yo era muy buena en este ramo, ahora veríamos la historia de otro punto de vista, muy interesante.
Ella nos sonríe y cuando pone su mirada en nosotros, siento temor.
—Ustedes deben ser los nuevos —dice, yo hago una mueca, nunca me ha gustado presentarme, Benja, por supuesto antes de que terminara de hablar ya se había parado—. Vengan aquí y hablen un poco de ustedes —dice, yo me levanto de malas ganas.
Odiaba las presentaciones, hola soy trinidad y vengo de chile, ahora váyanse a la m****a todos…
—Hola, soy Benjamín, vengo de Chile —se presenta, yo estoy apoyada en un pies, miro hacia dónde esta Caleb, él me esta mirando fijamente.
—Soy Trinidad y vengo de chile —digo cortante, la profesora asiente sonriendo.
—¿Quiere alguno hacerles alguna pregunta? —pregunta ella, yo me la quedo mirando, ¿era una exposición esto?—. Caleb —dice ella, dejo de mirarla rápidamente para verlo a él, esta inclinado en su mesa y nos mira.
—¿Son novios? —pregunta, Benjamín da un paso hacia delante.
—Dependa de quién pregunte —dice de forma brusca, Caleb levanta las manos en señal de rendición, yo miro a la profesora esperando que nos envíe a sentarnos.
—Bueno chicos, muchas gracias —dice ella, yo paso rápidamente por el lado de Benjamín, evito la mirada de Caleb, aunque la siento.
—¿Qué se cree? —dice moviendo la cabeza Benja.
—Impactada —dice Alicia.
Luego de que salimos de esa clase, las siguientes de la mañana no tuvimos con Caleb ni con Alisha, pero sí con los amigos de Alicia. Que por cierto, habían congeniado muy bien con mi hermano.
Ahora estábamos todos sentados en la mesa de la cafetería, yo me estaba comienzo un sándwich saludable por supuesto, este cuerpo me costaba mucho pulirlo.
Aunque debo ser clara, no me restrinjo de nada.
—Oye Brian —lo llama Alicia, él la mira—. ¿Sabes quién no le quitaba la mirada de encima a la Trini en la primera clase? —le pregunta, él me mira confundido.
—Diría que yo, pero no estuvimos en la primera clase —dice.
—Caleb —dice, Alicia, él abre los ojos grandes.
—Trini, al menos yo soy gracioso —dice, yo niego.
—No lo eres —digo riendo, él me apunta sonriendo.
—¡Pero te estás riendo!
—Me río de algo que recordé.
—Mentirosa.
—Debes hacerlo con él —dice Kate, yo la miro con los ojos grandes ella se encoge de hombros—. Caleb es la fruta prohibida, esta buenísima, pero es malo, malo.
—¿Ustedes? —pregunto, ella asiente encogiéndose de hombros.
—Hace como dos años, en una fiesta, ha sido lo mejor que he hecho en mi vida —dice, yo muevo la cabeza asintiendo.
—¿Acabo de escuchar, lo que acabo de escuchar? —pregunta Benjamín, Alicia rueda los ojos divertida.
—¿Acaso escuche a un metiche? —pregunto yo, él me fulmina con la mirada, las chicas me miran confundidas.
—¿Metiche?
—Dios mío, se me olvida que estoy en otro país —digo moviendo la cabeza—. Metiche, es como, entrometido, algo así —digo
—Insulté a alguien y no lo disfrute —dice Benjamín, yo lo miro.
—No se si eso es bueno o malo.
—¡Él no entendió lo que le dije! —dice moviendo las manos, todos en la mesa lo miramos, y acabo de darme cuenta que Kate lo miró más de lo normal, o mejor dicho, de otra forma, no lo sé, una forma diferente de a como todos lo estábamos mirando—. ¡Entonces no se ofendió, y que gracia tiene insultar a alguien si el otro no se ofende!
—Dios mío, no puedo creer que seamos gemelos —digo riendo al escucharlo, Kate se ríe, pero no solo se ríe, porque bueno todos nos reímos, pero lo que quiero decir es que ella se rió cuando nadie estaba riendo, bueno si nos reímos pero como esas risitas cortas, algo era gracioso pero no demasiado gracioso, espero se entienda.
Entonces Kate había abierto la boca para reírse, no puedo evitar mirarla con el entrecejo fruncido y la boca en una mueca de desagrado, espero que nadie me haya visto porque definitivamente no me veía nada atractiva, daba miedo yo creo.
—Pero bueno, ¿quién es la dama que se ríe de mis chistes? —le pregunta Benja, ella extiende la mano.
—Soy Kate.
Benjamín como todo hombre que se respeta, no perdió tiempo en hablar con Kate, se sentó a su lado y la hacía reír con cualquier tontera que dijera, yo miré a Alicia.
—La perdimos.
—Definitivamente —dice ella asintiendo.
El timbre sonó, avisándonos que la hora del almuerzo había terminado, todos nos levantamos y guardamos nuestras cosas, esta era la primera clase que todos íbamos a compartir.
—Voy al baño, ¿Alguien va? —pregunto, todas niegan así que me enfundo la mochila al hombro—. Bueno, me guardas puesto, rata —digo, Benjamín asiente.
—No me llames así.
—¿Quién dijo que te hablaba a ti?, si la bota te queda —digo sonriendo, él rueda los ojos.
—No caeré en tus juegos, estoy con una mujer —dice él apuntando a Kate, yo ruedo los ojos y comienzo a caminar.
Iba todo bien, hasta que abrí la puerta y unos gemidos se escucharon, me dieron unas ganas tremendas de reír.
—Disculpen que interrumpa, pero teniendo en cuenta que es un baño, voy a pasar a hacer mis necesidades, mientras ustedes sigan en lo suyo —digo, justo cuando voy a entrar a un cubículo, uno se abre y sale Caleb, arreglándose la camisa, yo ruedo los ojos al verlo—. Por dios, ¿cómo no lo imaginé?—digo moviendo la cabeza, él me mira confundido.
—¿Qué?
—No me hagas caso —digo levantando la mano en señal de que no importa.
—Oye, ¿lo de más tarde sigue en pie? —pregunta, yo me lo quedo mirando hasta que luego recuerdo.
—Ah no, no era verdad, saludos —digo metiéndome en el baño, por un momento no escucho nada pero luego ambos salen del baño.
—Me acabo de encontrar a Caleb, teniendo sexo en el baño —digo divertida, Alicia sonríe rodando los ojos.—Caleb lo hace en cualquier parte, sobre todo en los armarios del conserje —dice, yo asiento.—Espera, ¿Cuántos armarios hay?—Dos.—El malote Caleb —digo moviendo la cabeza, de alguna forma esto se me tornaba interesante.—No te acerques a él, es malo para cualquier chica —dice, yo levanto una ceja.—Si se ha acostado con varias chicas, además los gemidos en el baño me informaron que la chica la estaba pasando muy bien, solo me lo quiero tirar.—¡Trinidad! —me grita Benjamín, yo le sonrío de forma angelical.—Hermanito, solo decía qué quiero tirarlo a un barranco, por sucio y pecador —digo, Alicia se atraganta con la risa, Benjamín me analiza con los ojos medios cerrados, yo en cambio sigo sonriendo.—Más te vale, pecadora —dice apuntándome con el dedo.Yo me vuelvo hacia Alicia y le susurro:—Cada vez que me lo prohibe, más ganas me dan de hacerlo —digo, ella asiente.—Suele pas
—Uff, sobreviví —digo levantándome de la silla.—Tampoco fue tan malo —dice Alice, Kate y Benjamín con nosotros hacia la salida.—Las clases sí —digo, Kate me empuja el hombro en broma, yo la miro, ella sonríe.—Harás el trabajo con Caleb —dice, yo asiento.—Le voy a dar como pelota de fútbol —digo riendo, las chicas ríen, Benjamín rueda los ojos—. En el trabajo por supuesto —digo y les guiño un ojo a las chicas, ellas asienten.—Me han dicho que es muy bueno haciendo trabajos —dice Kate, yo me río.—Eso espero porque me gustan los trabajos bien hechos.—Estoy segura que no decepciona —dice Alice.Fuera todos se suben a sus autos, Benjamín ya va llegando hacia el Jeep.—¿Te vas con nosotros? —le pregunto a Alice, ella asiente.—En la noche habrá una fiesta, en casa de Jared —dice Kate.—¿Quién es Jared? —pregunto, ellas me apuntan hacia una moto negra, un chico de cabello negro, esta sobre ella, besando a una chica.—El hermano de Caleb —dice Valery llegando a nosotras.—Mierda, ¡qué
Literal debo estar con la boca abierta porque Jared se acerca a mí y la cierra con su mano en mi mentón.¡Le dimos hasta abajo!—Hola, Jared —digo moviendo la cabeza, él sonríe y da un paso atrás.—¿No vas a decirme tu nombre?, aunque ya lo sé pero igual —dice, yo levanto una ceja.—Creo que estoy perdiendo la memoria, porque no recuerdo haberte dicho cómo es que me llamo —digo, él sonríe y se encoge de hombros.—Cuando llega alguien nuevo a ese instituto, los rumores corren rápido —dice.—¿Y qué rumores corren? —pregunto, me sirvo un vaso con agua y me doy vuelta hacia él, doy un sorbo esperando que hable.—Bueno, muchos rumores de una chica latina, morena, y exquisita —dice, yo levanto una ceja divertida—. Aunque ahora que te veo, los rumores no te llegaban ni a los talones.—¿Ese es tu coqueteo? —pregunto, afirmo mi cadera en la encimera de la cocina, él da un paso hacia mí.—Es difícil ver bellezas así por aquí, morena —dice, abro los ojos sorprendida cuando escucho que dice “more
Caleb me lleva de la mano escaleras arriba, miro hacia atrás y veo a Alice, ella me mira y me guiña un ojo, yo se lo guiño de vuelta, Caleb camina hacia el final del pasillo y luego de sacar una llave, abre la puerta.—¿Tu habitación? —pregunto una vez entramos, pero Caleb no me deja terminar porque me estampa contra la pared para comenzar a besarme. Sus manos recorren todo mi cuerpo, se quedan en mis muslos y suben de forma provocadora mi falda.Este chico sí que sabe besar, su lengua parece hacer los movimientos correctos, él baja hacia mi cuello, mordiendo y lamiendo, no puedo evitar soltar un gemido cuando una de sus manos sube y aprieta mi trasero.—Un culo exquisito, estoy ansioso de verlo sin esta falda —ronronea, yo asiento y no digo nada porque justo, su otra mano se posiciona en mi centro, por encima de la ropa interior, yo ya estoy mojada y estoy segura que él puede sentirme—. ¿Ya lista, morena?Agarro a Caleb del cabello y lo obligo a mirarme, sus ojos están negros y hay u
Cuando salgo de la habitación de Caleb, sonrío, pero rápidamente mi sonrisa se borra al ver salir a Benjamín de dos habitaciones más adelante. Él se me queda mirando fijamente.—Olvida que me viste —digo pasando por su lado rápidamente.—Difícil —dice, yo ruedo los ojos.Al bajar, veo a las chicas en la encimera de la cocina, así que rápidamente camino hacia ellas. —¡Miren quién llego! —dice Alice riendo, yo sonrío y agarro un vaso para servirme agua—. Y con la boca seca —dice cuando me bebo el vaso por completo.—¿Qué tal el trabajo con Caleb?, ¿Avanzaron algo? —pregunta Kate, yo me río y asiento.—Si, y tiene buenas ideas —digo, ella ríen.Seguimos bailando, riendo, habíamos tenido que rechazar a varios chicos que se nos habían acercado, pero yo solo tenía ojos para un chico en especial. Lo había visto mirarme varias veces, casi sentía que estaba bailando para él, porque no era solo él, yo también quería repetir.—Caleb no te quitaba los ojos de encima —dice Alice, vamos en el jeep
—¡Morena! —grita alguien, estamos todos los chicos en la mesa de la cafetería comiendo, me giro hacia la voz, para ver a Jared caminando junto con Caleb, el primero sonríe y mueve la mano efusivamente. Ambos vienen con sus bandejas en la mano.—¿Qué tal, Jared? —lo saludo cuando se sienta a mi lado en la mesa.—Hola morenita, quise venir a sentarme contigo, ¿No les molesta verdad? —pregunta a los demás en la mesa, todos niegan y él sonríe grande—. Perfecto.Caleb en cambio les hace un asentimiento de cabeza a todos.—¿Todavía no puedes olvidarme? —le pregunto sonriendo, él niega.—De hecho, anoche soñé contigo —dice, yo rio.—¿Debería empezar a preocuparme? —le pregunto divertida, él deja salir una carcajada.—Claro que no morena, no haría nada que no quisieras —dice moviendo las cejas de arriba a abajo, yo ruedo los ojos divertida.—Deja de arrastrarte, Jared —dice Caleb, yo lo miro, él esta serio mirando a su hermano, yo levanto una ceja.—Si Jared, más cuidado con tus palabras —dic
—Supongo que estás de broma —le digo a Benjamín, él se pasa la mano por la cabeza.—Hermana, por favor —me dice, yo ruedo los ojos.—Por dios Benjamín, ¿Nos vas a dejar aquí votadas? —pregunta Alice, yo bufo.—Claro que sí —digo, y luego le apunto con el dedo—. Lárgate de aquí antes que te mate —digo, él sonríe y da la vuelta al Jeep, para irse con una chica. ¿Por qué será que los hombres no pueden dejar de pensar con el pene?—Me envías un mensaje cuando llegues a casa —dice, yo ruedo los ojos.—Seguramente vas a estar muy pendiente —digo rodando los ojos, él me tira un beso y yo lo esquivo—. No quiero tus besos.—Te quiero hermanita.—No puedo creer que vaya a tener que caminar —digo molesta, no es que me molestara caminar, pero sí me molestaba tener que hacerlo porque benjamín quería follar. Más le valía al imbécil limpiar el Jeep.—Alice, ¿Podemos hablar? —me doy vuelta cuando escucho una voz masculina hablar, el chico al que Alice había llamado Noah, la miraba con una expresión a
—¿Cómo te fue? —pregunta mi madre cuando entro en la casa, un ladrido me sobresalta hasta que veo al cachorro caminar hacia mí moviendo la cola, lo tomo en mis brazos sonriendo—. ¿Dónde esta tu hermano? —me pregunta mirando hacia atrás yo me encojo de hombros.—No lo sé, me dejo tirada en el instituto —digo, ella frunce el ceño—. Se fue con una chica —digo, ella rueda los ojos.—Ya verá cuándo llegue —dice, yo río y miro al cachorro en mis brazos, mientras lo acaricio.—¿Cómo te fue en el veterinario? —pregunto, ella asiente y se acerca sonriendo.—Este pequeñito esta sano, solo le falta alimento y mucho amor —dice ella mientras se agacha—. ¿Cierto, nene? —ella le habla como si fuera un bebé, lo que bueno, en perspectiva es.—¿Cómo vamos a llamarlo?, no debemos esperar a Benjamín, que este sea su castigo —digo, ella asiente.—Si, concuerdo contigo, Trini —ella coloca su mano en su barbilla—. Haber, que tal Campeón —dice ella, yo niego.—Por dios mamá, con ese nombre no asustará a nadi