—¡Qué bien que llegaron! —dice Alicia acercándose a nosotros, yo me bajo del Jeep y la abrazo.
—Ibamos a pasar a buscarte… —digo, ella asiente.
—Si es que tuve que venirme más temprano, un trabajo —dice, yo enarco una ceja.
—¿Un trabajo?, ¿El primer día de clases? —pregunto, ella se muerde el labio.
—Luego te cuento —dice, yo asiento.
—Bueno primita, ¿Me presentas a las chicas? —dice Benjamín dándole su mejor sonrisa, yo ruedo los ojos.
—No, Benjamín, no quiero que salgas con nadie —digo mirándolo seria, él me mira.
—Hermanita, ¿qué dices?
—Cada vez que salgas o te acuestes con una chica, yo me voy a acostar con dos —digo colocando una mano en mi cadera, él abre los ojos, tanto que parece que se le van a salir, Alicia se esta aguantando las ganas de reír.
—¿Qué dices?, si tú eres virgen —dice, yo me encojo de hombros, pero quiero reírme.
—Ya sabes, Benjamín, tómalo o déjalo.
—Pero tengo necesidades —lloriquea
—Yo también.
—Por supuesto que no, todavía eres chica —dice negando, yo niego, miro hacia el frente y veo un chico pasar, guapísimo, pelo castaño oscuro, rasgos muy varoniles, va con una chaqueta de cuero, irradia olor a chico malo.
—¡Hey! —lo llamo, para mi sorpresa él mira—. ¿Lo hacemos después de clases? —pregunto, él me mira sorprendido por la proposición pero luego esboza una sonrisa coqueta.
—Como negarme a una petición así —dice, yo le guiño un ojo y Benjamín me agarra del brazo llevándome al otro lado del Jeep.
—¡Estás loca!, tenemos que llevarte a un psiquiátrico, sube al Jeep —dice, yo me largo a reír.
—Relájate hermanito, no me voy a acostar con él, solo estaba jugando contigo, puedes acostarte con quieras, pero usa condón —digo, él me mira.
—Pero, ¿No vas a acostarte con nadie?
—Bueno, no como lo dije, porque también tengo necesidades —digo, le guiño un ojo y luego salgo corriendo mientras agarro el brazo de Alicia.
—¡Trinidad! —me grita Benjamín.
Yo me río, cuando llegamos a la entrada, Alicia me queda mirando.
—¿Sabes a quién le hablaste?
—Alicia, cómo voy a saber quién es si apenas he llegado aquí —digo, ella asiente.
—Si, perdón —dice moviendo las manos—. Es Caleb…
—Déjame adivinar, ¿el chico malo? —digo, ella asiente.
—Ahí tienes otro cliché.
—Está buenísimo.
—El malo Caleb, inalcanzable —dice, yo la miro confundida.
—¿Inalcanzable? —pregunto, ella asiente.
—No habla con muchas personas, y es de las que esta con chicas una noche, no novias —dice, yo asiento—. De hecho me sorprendió cuando te respondió.
—¿Cómo no? —digo y luego hago una señal para que me mire—. ¡Estoy más buena que él! —digo, ella se ríe.
—Te extrañé, Trini —dice, yo asiento, le paso el brazo por los hombros y comenzamos a caminar.
—¿Tenemos que ir a buscar el horario? —le pregunto, ella asiente—. Allá en chile no es así —digo, ella me mira.
—Acá tenemos clases en distintas aulas, y nos mezclan —dice, yo asiento.
—Como en la universidad —digo, ella asiente.
—Si, se supone que nos preparan para eso.
—Igual que en los libros —digo riendo.
Cuando llegamos a la oficina del director, la secretaria nos sonríe.
—¿Vienen por el horario? —pregunta, ambas asentimos—. ¿Sus nombres? —pregunta, Alicia le da nuestros nombres y ella comienza a teclear en el computador.
—Deberíamos tener las mismas clases porque mi padre lo pidió —dice, yo asiento.
—Muy bien.
El padre de Alicia, parecía tener mucha influencia en toda la ciudad.
—Listo chicas —nos dice la secretaria, nos da unas hojas que imprimió, Alicia las recibe y las mira, luego asiente.
—Tenemos todas las clases juntas —dice, yo asiento sonriendo.
—Hizo muy buen trabajo el tío —digo, ella asiente, en el pasillo nos tocamos con Benjamín, quien esta muy campante hablando con una chica pelirroja—. ¡Benjamín! —le grito, él se sobresalta y me busca por el pasillo.
Se despide de la chica con un guiño y luego camina hacia nosotros.
—¿Pidieron sus horarios? —pregunta, yo asiento levantando la hoja—. ¿Y el mío? —pregunta, yo me llevo la mano a la boca, él niega—. Para que quiero enemigos si para eso tengo a mi hermana —dice, yo ruedo los ojos, Alicia ríe.
—¿Te acompaño a la oficina? —le pregunta, Benjamín asiente.
—Gracias querida prima —dice achinando los ojos en mi dirección.
—Antes que se vayan, ¿Dónde está el baño? —pregunto, Alicia me apunta hacia unas puertas con un letrero bastante grande que dice “Baño”.
—Por dios, no nos dejes en vergüenza así —dice Benja, yo lo miro mal y le hago un movimiento como si le fuera a pegar, él se cubre.
—¡Hay Benjamín, como si yo te golpeara! —digo, él me queda mirando como si fuera tonta.
—¡Porque lo haces, bruja! —dice, justo cuando en serio le voy a pegar, arranca hacia donde esta la secretaria.
—Cobarde —digo, Alicia corre hacia él riendo.
Camino hacia el baño, justo cuando voy a entrar, una chica rubia sale, rápidamente recuerdo a Alicia diciéndome que ella era Alisha, la popular, ella me mira de arriba a abajo.
—Así que tú eres la nueva… —dice, yo levanto una ceja—. Y eres morena… —dice nuevamente dejando las palabras en el aire.
—¿Tú eres la tonta? —le pregunto, ella me mira sorprendida.
—¿Disculpa?
—Disculpa aceptada, ahora hazte a un lado, porque vine al baño, no a conversar contigo —digo, paso por su lado y entro al baño.
¿Eres morena?
Puff
No puedo creer que aún exista gente así, por suerte para mí, y por desgracia para ella, a mí no me importa. Entro a un cubículo y cierro la puerta.
—¿Trini?
—¡Estoy aquí!
—¿Te topaste con Alisha? —pregunta, yo asiento, pero luego recuerdo que ella no puede verme.
—Si, espera —digo, una vez estoy lista, salgo del baño, me acerco al lavado—. Ella dijo, “así que tú eres la nueva” y no solo eso, después dijo “y eres morena” —digo imitando su voz de pito, Alicia sonríe.
—Así es, la acabo de ver hablando de ti, muy enojada—dice, yo asiento sonriendo.
—La llame tonta.
—Y eso que fuiste suave —dice ella, yo asiento.
—Quería entrar luego al baño —digo.
Salimos con Alicia del baño, quedaban cinco minutos para entrar a clases, Benjamín ya estaba en el aula, Alicia lo había ido a dejar como a un niño pequeño.
Afuera estaba Alisha, con el famoso Caleb, ella parecía estar reclamándole algo.
—Alisha, ¿no tenía novio? —le pregunto, ella asiente.
—Si, pero porque Caleb no parece darle chance, él es su primo, aunque se han criado como hermanos —dice ella, yo asiento, justo en ese momento, Caleb levanta la mirada, se nota que esta molesto, nuestras miradas se encuentran, la comisura de su labio se levanta, yo le guiño un ojo.
—¿A quién le sonríes? —le grita Alisha, luego mira hacia donde estoy y resopla, como los caballos—. A la nueva, pero sí es morena —dice mirándome de forma despectiva, yo le levanto el dedo del medio.
—Vamos —dice Alicia, yo asiento, y luego vuelvo a levantarle el dedo a Alisha, ella me mira enojada y yo le sonrío, solo para molestarla, le tiro un beso a Caleb, él sonríe divertido—. Ya sabes que te hiciste enemiga de Alisha —
—Lo sé, y lo voy a disfrutar —digo con malicia, ella niega divertida.
—¡Eres un monstruo!
Cuando llegamos al aula, Benjamín esta sentado al final, tiene el pie en una silla y la mochila en otra.—Nos guardó el puesto —le aclaro a Alicia cuando lo queda mirando, ella asiente.—¿Cosas que hacen en Chile? —pregunta, yo asiento.—Bueno pensé, que las hacían en cualquier parte, es decir, guardar puesto… —digo moviendo las manos.—Entiendo lo que quieres decir, pero como aquí es todo lujoso, solo estudiantes con padres con dinero, es diferente —dice encogiéndose de hombros, yo asiento, pero luego hace una mueca.—Allá, corríamos a las aulas para tener los mejores puestos, Benjamín siempre corría por los nuestros —digo sonriendo—. ¡Bien hecho! —digo, me siento a su lado y Alicia se sienta en donde había dejado su mochila Benja.Desde atrás vemos a cada chico entrando, y grande es mis sorpresa cuando veo entrar a Alisha con sus amigas, cuando me ve me da una mirada de desprecio, yo le doy mi mejor sonrisa y le guiño un ojo, eso parece hacerla enfadar aún más.—Esta celosa porque C
—Me acabo de encontrar a Caleb, teniendo sexo en el baño —digo divertida, Alicia sonríe rodando los ojos.—Caleb lo hace en cualquier parte, sobre todo en los armarios del conserje —dice, yo asiento.—Espera, ¿Cuántos armarios hay?—Dos.—El malote Caleb —digo moviendo la cabeza, de alguna forma esto se me tornaba interesante.—No te acerques a él, es malo para cualquier chica —dice, yo levanto una ceja.—Si se ha acostado con varias chicas, además los gemidos en el baño me informaron que la chica la estaba pasando muy bien, solo me lo quiero tirar.—¡Trinidad! —me grita Benjamín, yo le sonrío de forma angelical.—Hermanito, solo decía qué quiero tirarlo a un barranco, por sucio y pecador —digo, Alicia se atraganta con la risa, Benjamín me analiza con los ojos medios cerrados, yo en cambio sigo sonriendo.—Más te vale, pecadora —dice apuntándome con el dedo.Yo me vuelvo hacia Alicia y le susurro:—Cada vez que me lo prohibe, más ganas me dan de hacerlo —digo, ella asiente.—Suele pas
—Uff, sobreviví —digo levantándome de la silla.—Tampoco fue tan malo —dice Alice, Kate y Benjamín con nosotros hacia la salida.—Las clases sí —digo, Kate me empuja el hombro en broma, yo la miro, ella sonríe.—Harás el trabajo con Caleb —dice, yo asiento.—Le voy a dar como pelota de fútbol —digo riendo, las chicas ríen, Benjamín rueda los ojos—. En el trabajo por supuesto —digo y les guiño un ojo a las chicas, ellas asienten.—Me han dicho que es muy bueno haciendo trabajos —dice Kate, yo me río.—Eso espero porque me gustan los trabajos bien hechos.—Estoy segura que no decepciona —dice Alice.Fuera todos se suben a sus autos, Benjamín ya va llegando hacia el Jeep.—¿Te vas con nosotros? —le pregunto a Alice, ella asiente.—En la noche habrá una fiesta, en casa de Jared —dice Kate.—¿Quién es Jared? —pregunto, ellas me apuntan hacia una moto negra, un chico de cabello negro, esta sobre ella, besando a una chica.—El hermano de Caleb —dice Valery llegando a nosotras.—Mierda, ¡qué
Literal debo estar con la boca abierta porque Jared se acerca a mí y la cierra con su mano en mi mentón.¡Le dimos hasta abajo!—Hola, Jared —digo moviendo la cabeza, él sonríe y da un paso atrás.—¿No vas a decirme tu nombre?, aunque ya lo sé pero igual —dice, yo levanto una ceja.—Creo que estoy perdiendo la memoria, porque no recuerdo haberte dicho cómo es que me llamo —digo, él sonríe y se encoge de hombros.—Cuando llega alguien nuevo a ese instituto, los rumores corren rápido —dice.—¿Y qué rumores corren? —pregunto, me sirvo un vaso con agua y me doy vuelta hacia él, doy un sorbo esperando que hable.—Bueno, muchos rumores de una chica latina, morena, y exquisita —dice, yo levanto una ceja divertida—. Aunque ahora que te veo, los rumores no te llegaban ni a los talones.—¿Ese es tu coqueteo? —pregunto, afirmo mi cadera en la encimera de la cocina, él da un paso hacia mí.—Es difícil ver bellezas así por aquí, morena —dice, abro los ojos sorprendida cuando escucho que dice “more
Caleb me lleva de la mano escaleras arriba, miro hacia atrás y veo a Alice, ella me mira y me guiña un ojo, yo se lo guiño de vuelta, Caleb camina hacia el final del pasillo y luego de sacar una llave, abre la puerta.—¿Tu habitación? —pregunto una vez entramos, pero Caleb no me deja terminar porque me estampa contra la pared para comenzar a besarme. Sus manos recorren todo mi cuerpo, se quedan en mis muslos y suben de forma provocadora mi falda.Este chico sí que sabe besar, su lengua parece hacer los movimientos correctos, él baja hacia mi cuello, mordiendo y lamiendo, no puedo evitar soltar un gemido cuando una de sus manos sube y aprieta mi trasero.—Un culo exquisito, estoy ansioso de verlo sin esta falda —ronronea, yo asiento y no digo nada porque justo, su otra mano se posiciona en mi centro, por encima de la ropa interior, yo ya estoy mojada y estoy segura que él puede sentirme—. ¿Ya lista, morena?Agarro a Caleb del cabello y lo obligo a mirarme, sus ojos están negros y hay u
Cuando salgo de la habitación de Caleb, sonrío, pero rápidamente mi sonrisa se borra al ver salir a Benjamín de dos habitaciones más adelante. Él se me queda mirando fijamente.—Olvida que me viste —digo pasando por su lado rápidamente.—Difícil —dice, yo ruedo los ojos.Al bajar, veo a las chicas en la encimera de la cocina, así que rápidamente camino hacia ellas. —¡Miren quién llego! —dice Alice riendo, yo sonrío y agarro un vaso para servirme agua—. Y con la boca seca —dice cuando me bebo el vaso por completo.—¿Qué tal el trabajo con Caleb?, ¿Avanzaron algo? —pregunta Kate, yo me río y asiento.—Si, y tiene buenas ideas —digo, ella ríen.Seguimos bailando, riendo, habíamos tenido que rechazar a varios chicos que se nos habían acercado, pero yo solo tenía ojos para un chico en especial. Lo había visto mirarme varias veces, casi sentía que estaba bailando para él, porque no era solo él, yo también quería repetir.—Caleb no te quitaba los ojos de encima —dice Alice, vamos en el jeep
—¡Morena! —grita alguien, estamos todos los chicos en la mesa de la cafetería comiendo, me giro hacia la voz, para ver a Jared caminando junto con Caleb, el primero sonríe y mueve la mano efusivamente. Ambos vienen con sus bandejas en la mano.—¿Qué tal, Jared? —lo saludo cuando se sienta a mi lado en la mesa.—Hola morenita, quise venir a sentarme contigo, ¿No les molesta verdad? —pregunta a los demás en la mesa, todos niegan y él sonríe grande—. Perfecto.Caleb en cambio les hace un asentimiento de cabeza a todos.—¿Todavía no puedes olvidarme? —le pregunto sonriendo, él niega.—De hecho, anoche soñé contigo —dice, yo rio.—¿Debería empezar a preocuparme? —le pregunto divertida, él deja salir una carcajada.—Claro que no morena, no haría nada que no quisieras —dice moviendo las cejas de arriba a abajo, yo ruedo los ojos divertida.—Deja de arrastrarte, Jared —dice Caleb, yo lo miro, él esta serio mirando a su hermano, yo levanto una ceja.—Si Jared, más cuidado con tus palabras —dic
—Supongo que estás de broma —le digo a Benjamín, él se pasa la mano por la cabeza.—Hermana, por favor —me dice, yo ruedo los ojos.—Por dios Benjamín, ¿Nos vas a dejar aquí votadas? —pregunta Alice, yo bufo.—Claro que sí —digo, y luego le apunto con el dedo—. Lárgate de aquí antes que te mate —digo, él sonríe y da la vuelta al Jeep, para irse con una chica. ¿Por qué será que los hombres no pueden dejar de pensar con el pene?—Me envías un mensaje cuando llegues a casa —dice, yo ruedo los ojos.—Seguramente vas a estar muy pendiente —digo rodando los ojos, él me tira un beso y yo lo esquivo—. No quiero tus besos.—Te quiero hermanita.—No puedo creer que vaya a tener que caminar —digo molesta, no es que me molestara caminar, pero sí me molestaba tener que hacerlo porque benjamín quería follar. Más le valía al imbécil limpiar el Jeep.—Alice, ¿Podemos hablar? —me doy vuelta cuando escucho una voz masculina hablar, el chico al que Alice había llamado Noah, la miraba con una expresión a