REGRISTRO DERECHOS AUTOR INDAUTOR: 072413020500-14 REGISTRO DERECHOS DE AUTOR SAFECRATIVE: 2211032551134 Alejandra Sanromán es una rica heredera californiana, que parece tenerlo todo en la vida. A sus veintidós años, dirige su empresa con éxito y va a casarse con el hombre que ama. Sim embargo a pocas horas de la boda, Alejandra escucha a su esposo Alberto Mejía, nada menos que planeando matarla, así que no le queda más opción que fingir su muerte y escapar. Un año después Alejandra regresará con una nueva identidad y una sola misión: destruir a las personas que la traicionaron. Pero si quiere lograrlo y recuperar su fortuna, entonces debe conseguir el apoyo del único hombre al que Alberto le teme: el implacable Scott Hamilton. Ese hombre no es cosa de juego. Todos dicen lo mismo sobre él: despiadado, feroz, horrible... ¡y Alejandra ha regresado para conquistar a ese ogro! ¿El problema? Él es una bomba y ella tiene una habilidad especial para hacerlo explotar cada cinco minutos. ¿Qué pasará entonces cuando no tenga más remedio que casarse con ella?
Ler maisUGPEM. CAPITULO 59. AlguienLiam miró a su padre durante un largo segundo, pero luego volvió a dirigirse a los guardaespaldas.—No importa lo que diga mi padre —sentenció—. Ahora les pago yo, y yo les digo que la llamen. Tienen cinco minutos.Los hombres asintieron y Saínz sacó su teléfono para llamarla, pero Max no contestó. Llamó nuevamente, esta vez con más insistencia, pero ella seguía sin responder. Marquet hizo lo mismo, pero después de un rato su teléfono simplemente dejó de estar encendido.—Lo siento, pero parece que la teniente no está muy comunicativa —le dijo Marquet—. Su teléfono está apagado.Liam respiro profundo, sabía que era probable que ella no quisiera hablar con él, pero él sí necesitaba hablar con ella. Se había dejado llevar por un momento de ira y de tensión, como cualquier ser humano, pero no era estúpido. Incluso aunque las cosas no se arreglaran entre los dos, Liam Grissom era muchas cosas, pero malagradecido no era una de ellas.Le pidió a los guardaespalda
UGPEM. CAPÍTULO 58. ¡Tú también me engañaste!Liam la vio marcharse con la misma determinación de siempre reflejada en el rostro. Algo dentro de él se estaba rompiendo, no era cierto, Max no era algo descartable para él, pero no podía culparlo por desconfiar.Liam sabía que jamás había sido un santo en su vida, pero al menos siempre le había ido de frente, siempre le había hablado con la verdad, cuando había creído que no servía para estar casado se lo había dicho de frente, cuando solo la quería para follársela se lo había dicho de frente, incluso a la anguila con patas de Caroline Wolf la había besuqueado frente a ella... y cuando había empezado a tener sentimientos por ella, cuando había empezado a quererla... eso también se lo había dicho de frente.Había sido honesto con Max en todos los casos, por eso le dolía tanto que ella no hubiera podido retribuir eso. Estaba en su derecho de no quererlo, pero ¡maldición! ¡él le había dicho que la amaba! ¿¡Cómo podía haberle ocultado la ver
UGPEM. CAPITULO 57. Tú no eras la excepción de la reglaEsa fue la noche más larga de su vida, Liam estaba dentro de aquel cuarto, odiándola, y el general estaba en otro muriéndose.Y mientras ella estaba desesperada afuera, Liam estaba adentro rezando para que su padre despertara. Debía estar amaneciendo cuando por fin abrió los ojos y Liam se inclinó sobre él.—¿Papá? ¡Papá!EL viejo Garret sonrió sabiendo que por supuesto sería él quien estaría velando por su salud, después de todo era su hijo favorito.—Ya, ya... estoy bien, hijo —susurró—. ¿Qué fue lo que pasó?—Te dispararon, tres veces.—¿Y tú estás bien? —Garret abrió los ojos de inmediato.—Sí, papá... yo estoy bien. Hubo muchos heridos, incluso le escuché decir a los doctores que el general ese amigo tuyo está en coma... pero yo estoy bien. Supongo que después de todo me elegiste una buena guardaespaldas, ¿no es así?La sorpresa se reflejó en los ojos de Garret y luego solo una molestia profunda.—Por favor, ve a buscar a un
UGPEM. CAPITULO 56. Una elección.—No.La palabra salió de su boca llena de sinceridad pero por desgracia en aquel momento eso no importaba para nada.Max lo sabía en lo más profundo de su corazón, él tenía derecho a estar dolido, pero había esperado que al menos intentara hablar con ella o siquiera comprenderla.—No todo lo que hice como tu esposa fue mentira —murmuró apretando los puños—. Salvarte la vida cuando estabas en peligro era parte del trabajo, pero lo demás no. ¡Nada de lo demás lo fue! Podía haberme dado por satisfecha con estar cerca para vigilarte, no tenía que ayudarte con nada más, ni con el puerto, n con las donaciones, ni con el entrenamiento... todo eso lo hice porque quise, ¡porque lo sentí! ¡Lo hice porque te quiero!Liam abrió y cerró la boca varias veces como si no pudiera creer que ella le hubiera dicho algo como aquello.—¿Me quieres? ¿¡Es una jodida broma!? ¡¿Y crees que puedo confiar en eso?! ¡Me mentiste literalmente desde el primer día! —replicó Liam—. M
UGPEM. CAPITULO 55. Todo fue mentiraIntentó quitarse la sangre bajo la ducha mientras intentaba con todas sus fuerzas no llorar, pero al final parecía que era imposible. Se tomó un par de píldoras para el dolor en la espalda y se puso aquello que parecía una simple blusa pero era de grafeno y podía parar balas.Salió más tranquila y Liam miró en silencio cómo se armaba hasta los dientes, poniéndose una gabardina negra para ocultar que llevaba cuatro pistolas encima.Subieron a una de las camionetas blindadas en que habían llegado. Saínz y Marquet delante, ellos detrás. Liam ni siquiera la miraba, tenía los ojos perdidos en la ventanilla y Max se mordía el labio por dentro porque no sabía cómo iniciar la peor conversación que tendrían en sus vidas.Apenas llegaron al hospital Liam dio el nombre de su padre y los llevaron a una sala de espera. Garret Grissom estaba en el quirófano con tres balazos, dos habían pasado sin dañar nada, la tercera bala había afectado uno de los pulmones. Lo
UGPEM. CAPITULO 54. La suerte es lo míoMax era muy consciente de que lo único más o menos parecido a un respaldo legal que tenía en el mundo era el general Morrison. Si algo le pasaba a ese hombre ella iría directamente a la cárcel, y ahora que sabía que Alcott estaba tratando de matarla, la cárcel era una buena posibilidad de que lo consiguiera.Escuchó a lo lejos las sirenas de la policía y se metió al edificio. Tenía el corazón hecho un nudo por la forma en que Liam la había mirado, pero no podía ponerse emocional en ese momento porque su vida literalmente dependía de que pudiera mantener la cabeza fría.Abatió a dos hombres que se cruzaron en su camino y regresó al salón. Uno de los escolta del general había caído y dos más estaban heridos, en aquel momento defendías más sus vidas que la del general, que estaba tirado en el suelo inconsciente.Max simplemente se sumó, esperando que fuera suficiente para mantener a raya a aquella cantidad de atacantes hasta que llegara la policía.
UGPEM. CAPITULO 53. ¿Quién eres?El general arrugó el entrecejo pensativo.—¿De qué estás hablando, teniente?—¡El hijo de Murray, la razón por la que le están haciendo esto a los Grissom… el muchacho era soldado! —le dijo Max—. Creo que todo este evento está orquestado para lastimar a Liam, y quizás a Garret y a usted en el mismo lugar.—¡Pues no va a ser tan fácil porque jamás se me ocurriría salir sin mi escolt...!El general dejó de hablar en el mismo segundo que aquel estruendo se levantó desde la puerta principal. Un par de cuerpos volaron dentro del enorme salón junto con yeso, pintura y arena de la entrada que había volado en pedazos.Max ni siquiera lo pensó, mientras todos se agachaban salió corriendo en dirección a Liam y lo tacleó, haciéndolo caer al suelo sobre su espalda.El primer disparo les pasó cerca y Max sacudió a Liam.—Vamos, vamos... ¡muévete! Vamos!Los dos gatearon desesperados hacia la pared más cercana, Max porque sabía a dónde iba y Liam porque estaba aturd
UGPEM. CAPITULO 52. Esperando un ataqueEl viaje de regreso fue relativamente tranquilo, los dos estaban muy cansados, así que pasaron la mayor parte del tiempo durmiendo. Sin embargo apenas llegaron a Estados Unidos, Max procuró que se le pasara toda aquella pereza, y lo primero que hizo fue ponerse a investigar.—¡Esto puede ser una emboscada! —dijo al día siguiente, poniendo delante de Garret Grissom los documentos de la investigación. Habían ido a la oficina y mientras Liam trabajaba ella aprovechaba para hablar con su padre.—No digas estupideces, solo es un premio.—Esta ONG abrió hace menos de un año, no es confiable. Quizás el premio solo es para atraerlos a usted y a Liam... —intentó convencerlo Max.—Eso ya me lo dijeron, son pequeños, el premio es precisamente para hacer un evento que atraiga a personalidades importantes que puedan convertirse en donantes —gruñó Garret.—Pues hay algo que no me gusta aquí, y a mí el instinto no suele fallarme. No quiero que Liam vaya a ese
UGPEM. CAPITULO 51. Un espejismo y un mal presentimientoAhora el tren estaba libre de cargas así que avanzaba con mucha más agilidad en el regreso, en solo dieciocho horas cubrirían el camino de toda una semana, así que pronto estarían de nuevo en San Petersburgo.—¿Puedo confesarte algo? —dijo Max y él asintió.—Claro.—Pensé que eras más... delicado.—¿Perdón? —Liam fingió ofenderse pero ella lo besó en los labios.—Ha sido una semana dura, sin un solo lujo, y no te has quejado ni una sola vez.—Es que no tengo derecho a hacerlo —replicó él—. La gente a la que ayudamos vive en estas condiciones todo el año, tendría que ser muy cabrón para no ser capaz de soportarlas una semana. Aunque si te soy honesto, este cuerpecito necesita ya una cama caliente.—Bueno... te debo la cama, pero lo "caliente" definitivamente lo puedo poner yo —Aseguró Max abriendo su bragueta y acariciándolo hasta despertarle aquella erección.Se subió sobre él mientras su boca se encontraban en un beso urgente y