188Julieta, notando la chispa de indecisión en los ojos de Isabel, sonrió con complicidad. —¡Qué buena idea, Isa! Yo sé que yo no lo pensaría dos veces. ¡Esa sopa es un regalo para el alma! —bromeó, intentando animarla. Isabel suspiró y finalmente asintió, aunque fuera a regañadientes. —Está bien —dijo con voz baja—, aunque no sé cómo voy a comer algo con los nervios destrozados. —No te preocupes —respondió Callum con una leve sonrisa—. No es solo por la comida, también para que te distraigas un poco. Mientras Julieta sonreía satisfecha por la decisión, Isabel miró a Callum, agradecida en silencio por su paciencia. Aunque las emociones seguían revueltas en su interior, sabía que ambos solo querían lo mejor para ella. Una comida tranquila con Callum podría ser justo lo que necesitaba para empezar a despejarse.Isabel miraba por la ventana del coche, perdida en sus pensamientos. Callum, que sostenía el volante con una mano, la observó de reojo. No estaba acostumbrado a
189Callum, que parecía más animado que nunca desde que le dijo que sí, le mostró el cuarto que había preparado para ella. Era el mismo que había usado antes, cuando tuvieron aquella discusión que marcó una distancia entre ambos. Esta vez, sin embargo, todo estaba dispuesto con esmero: las sábanas frescas, una lámpara cálida en la mesilla y un pequeño ramo de margaritas en la cómoda.—Espero que te sientas cómoda aquí. Si necesitas algo más, solo dilo —dijo Callum, manteniendo su tono amable pero sin invadir su espacio— nada ha cambiado por aquí desde que te fuiste.Callum quería decirle tantas cosas, pero no se atrevía, quería ir despacio con ella y reconquistarla.—Gracias, está perfecto —respondió Isabel, acariciando el borde de las sábanas con nerviosismo— yo… gracias, Cal.Callum y ella se quedaron viendo un tiempo, pero él término dando pasos atrás hasta cerrar la puerta y luego se le ocurrió que tal vez ella quiera ponerse algo más cómodo así que con pasos apresurados entró
190Frente a él estaba Arabella, luciendo como si hubiera salido directamente de un desfile nocturno, pero con ese aire desafiante que tanto conocía.—¿Qué haces aquí? —preguntó Callum, su voz baja pero cargada de una fuerza que podría cortar el aire— ¿Es Terrence?Arabella ladeó la cabeza, sonriendo como si no percibiera la evidente hostilidad. —¿Así recibes a la madre de tu hijo? Pensé que habíamos tenido mejores tiempos, Callum —soltó una risita que a Callum le irritó— me llegó una citación a los juzgados… me estás demandando. Pero luego pensé, esto debe ser un error ¿No, Callum?Callum dejó escapar un corto suspiro, pero su mirada no se suavizó ni un milímetro. —Deja de usar a Terrence como excusa para tus espectáculos. Si tienes algo importante que decir, dilo ahora. Si no, vete y comunícate con mis abogados —dejo Callum en claro— sé lo que haces, hiriendo a tu propio hijo —negó con la cabeza.Arabella se cruzó de brazos, aparentemente divertida. —Tanta agresividad,
1 POV Julieta Mi respiración estaba atascada en mi garganta mientras él bombeaba sin descanso dentro de mí, una explosión se acumulaba en mi vientre bajo ya familiar para mí. Miré sus hermosos ojos de azules que me devolvían la mirada de manera cálida. Era el único momento que teníamos donde no era como el hombre de las nieves, frío y distante. Siempre era tan frío en el trabajo, que me siento privilegiada cuando la calidez entra en su mirada y solo es para mí, compaginando con su cuerpo caliente. Sus musculosos brazos sostenían todo su peso me besaba de manera ardorosa mordiendo mis labios casi con saña. Me entrego sin vergüenza al único hombre que he amado siempre. Llegamos a nuestro clímax casi al mismo tiempo y me siento en las nubes. Como cada vez. Aún mi sudor no se había secado cuando él ya estaba levantándose de la cama y metiéndose al baño. Suspiré un poco triste, pero ya acostumbrada porque nunca fue el tipo de hombre que se acurruca y se queda horas hablando o simpl
2POV JulietaLos murmullos en la oficina empezaron a crecer en toda la oficina, sus compañeros de trabajo eran bastantes chismosos y amaban regarlo en los demás pisos de la compañía.—Pensé que salía con Julieta, juraba que era su amante —dijo un hombre al que la misma Julieta había rechazado con educación en varias ocasiones.—Liliane es más bonita, mírala —dijo alguien más— toda la clase y la belleza que tiene la chica, no como ella que se cree la gran cosa.—Liliane siempre ha hecho gran pareja con el señor Maximiliano, no sé porque no se casaron hace cinco años —dijo una mujer cerca de Julieta.La madre de Max la favorecía frente a su hijo y de mí misma siempre que podía, para que él no se olvide de ella. No sé por qué Max no admite que tenemos una relación, así su madre lo dejaría en paz, sería lo más fácil.—Lamento tener que decepcionarlas —dijo Max Hawks sin pizca de arrepentimiento en su voz o su rostro—. Tengo una videoconferencia…—En cinco minutos con la gente de S
3POV JulietaMe tuve que quedar hoy viernes hasta tarde para hacer unos pendientes que se retrasaron por nuestra escapada al hotel y la videoconferencia de Shanghái, él se había ido hace mucho rato.Eran las nueve de la noche cuando salí de la oficina y estaba totalmente solitario y oscuro, los demás se habían ido y me fui caminando sola hasta llegar a la estación del metro, que quedaba al menos unas ocho cuadras de Hawks Holdings. Sin embargo, era mi rutina diaria y mi único ejercicio, no importaba qué tan tarde saliera me gustaba tomar transporte público me hacía sentir menos sola.Cuando llegué a mi casa sintiendo mi alma apesumbrada, sola, vi a mi alrededor. Solo tenía alumbrada la cocina; todo lo demás estaba a oscuras. Nadie me esperaba, nadie me abrazaba. Tenía al menos cinco años sin ver a mi familia simplemente porque no quería regresar.—Que sola me veo en el futuro —solo el eco era mi compañía. Ni siquiera me atrevía a tener una mascota porque a Max no le gustaba el p
4 POV Julieta Así que, como dijo Michelle Hawks, pues simplemente me quedé y la vi alejarse para mezclarse con los invitados que de vez en cuando me lanzaban miradas furtivas preguntándose quien era yo. Así era yo, tenía poca fuerza de voluntad cuando de la familia Hawks se trataba. —¿Qué haces aquí todavía? —pregunta la señora Brigitte en cuanto me ve con desprecio. —Su hija me dijo que podía quedarme —le respondí sinceramente, sin verla a los ojos porque no le gustaba— así que eso hice. Ni siquiera tomé una copa de champán porque sabía que eso los enfurecería, la simple asistente no podía tomarse su costoso champán. —Ay, qué raro, Michelle haciendo caridad —dijo, mirándome como si fuera la cosa más asquerosa que había salido de la alcantarilla. Me tragué el cúmulo de emociones que tenía en la garganta y seguí parada en una esquina cuando la mamá de Max se fue al ver que no me inmutaba con sus palabras crueles. Solo unos minutos más y me voy, quiero cumplir e irme de es
5 Narrador omnipresenteJulieta trata de ignorarla, pero el ruido de desaprobación de su garganta le hizo contestar.—Que tenga buenas noches, señora Brigitte —habla de manera temblorosa, las primeras lágrimas cayendo por mis mejillas, gracias a Dios le daba la espalda.—Espero que esto te haga razonar y que te largues de una vez por todas de la vida de mi hijo, a mí no me engañas, sé cómo lo vez. Conozco a las de tu clase —me recrimina con desdén—. No perteneces a este lugar. No perteneces a Hawks Holding como tú piensas que lo haces. No seas ilusa, niña. No le llegas ni siquiera al cemento por el que pisa mi hijo.No tiene ni jodida idea de quien soy en verdad, pero está aquí como siempre para pisotearme.—Se equivoca —levanté el mentón con valentía por primera vez en tres años, sin importar mi deplorable estado—. Es su hijo el que no me llega a mí ni a los tacones. Buenas noches, Brigitte Hawks —y con eso me fui.La escuché gritar obscenidades a lo lejos, pero no me importó. S