Capítulo XXV

Estefanía hubiera querido contestar a su hermanastra que podían hablar de inmediato, pero sabía que necesitaba un tiempo y espacio suficientes para hacerlo con tranquilidad. Tecleó que en un momento le avisaba cuándo podían. Carmen no tardó en regresar con un tazón de granola y unas tostadas con mermelada, que Estefanía agradeció. Mientras desayunaba los mellizos se despertaron (como era usual, Héctor lo hacía primero y dirigía una patada a su hermano cuando lo descubría todavía dormido) y Carmen los levantó para bañarlos. Nunca antes Estefanía se había comido un tazón de cereal tan rápido como en ese momento, se levantó, fue al baño auxiliar del corredor de habitaciones y, todavía en pijama, bajó al primer piso cuando escuchó a sus padres. Su papá se dedicaba a rev

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