Miranda oculta la tristeza del abandono de su madre, pero todo cambia cuando en su camino se tropieza con su guapo hermanastro, por quién comienza a sentir sentimientos difíciles de comprender para ella. Un deseo carnal nace en los dos, lo que le obliga a enfrentar sus duro pasado, ¿Se atreverá a entregarse a sus sentimientos?
Leer más—Creo que lo último que hablamos fue que a tú madre la descubrió tu padre en un bar donde trabajaba de prostituta. —comenta. Íbamos caminando a la parada de autobuses para ir a mi casa. —Sé que no es el tema de conversación de tú agrado, pero todo tu mundo siempre ha sido alrededor de tu familia y te conozco, no eres la misma. ——Hace 5 años que te fuiste a Nueva York, allí perdí a mi mejor amigo y una año mas tarde nos enteramos que mi madre para conseguir mas dinero comenzó a trabajar de puta. Sí, las cosas, las circunstancias te cambian. —le contesto.—Tú nunca me perdiste. —aclara, acariciando mi barbilla con su mano.—No te perdí dices. Un día te vas con la promesa de siempre escribirme y de la nada dejas de responder mis mensajes y comienzo a ver fotos de que seguiste con tu vida, no digo que esté mal, estabas en todo tu derecho, pero te perdiste, no supe nada de ti en 4 años. —quito si mano de mi barbilla y lo veo con decepción. —Hice mi vida, seguí adelante, conseguí hacer lo
—Entonces tengo que felicitarte, vas a ser papá. Me hubieras dicho en el mensaje y te traía un regalo. —respondo totalmente odiosa y enojada.—Sé que debes estar enojada, pero en mi defensa, lo de Jazmín y yo fue mucho antes de conocerte. —se excusaba.—Pero continúa ahora. —le resaltó.—No, yo no estoy obligado a estar con ella. ——¿Cómo dices? —pregunto sorprendida. —Ella está embarazada, de ti está esperando un hijo, obvio que tienes obligación con ella. ——En primer lugar, no creo que sea mi hijo, no sé porque, pero tengo la duda, pero en caso que si lo sea, me encargaré de que a ese bebé no le haga falta nada, me ocuparé de todo, pero no voy a estar con ella, yo quiero estar contigo. —intentaba convencerme de que siguiéramos juntos, pero esta noticia no era cualquier cosa.—Yo no pienso ser la segunda opción. Un bebé lo va a cambiar todo. ——No tiene porque ser así, yo quiero estar contigo Miranda. —insistía.—Theo, creo que lo mejor es que me vaya, estoy muy cansada. Ya hablarem
—¡No, tú no puedes estar embarazada! —exclama Theo totalmente incrédulo a lo que ese papel decía.—Pero si es así, allí lo dije, me hice la prueba y salió positivo. —le resalta. —Seremos papás y con los guapísimo que somos, este bebe será hermosísimo. —le dice totalmente emocionada.Theo veía y veía una y otra vez ese papel, como si el positivo que estaba impreso en algún momento cambiaría. Yo solo aguardaba allí en silencio, debo aceptar que con un nudo atorado en la garganta, de las ganas horribles que tenía de llorar, no puedo creer lo mucho que está noticia me estaba afectando, Theo ha llegado a importarme tanto como para querer llorar porque va a ser papá, con otra mujer. Theo voltea a verme, buscaba darme una explicación, pero era obvio que no hallaba como.—Lo siento, pero en esta prueba yo no confío, así que ahora mismo vamos a hacerte una prueba donde yo decida. —Theo se pone firme, no confiaba en ella.—¡De acuerdo, mi amor! —Jazmín acepta, estaba segura de que no mentía.—¡
—¿Alguna de las dos me responderá? —insiste Theo, ya se le veía molesto. Mérida y yo quedamos paralizadas, ahora como saldríamos de esta.—Yo te voy a decir lo que sucede. —respondo rápidamente, lo hacía sin pensar, aprovecho la adrenalina del momento para decir todo lo que tenia que decir sin filtro.—Te escucho. —se cruza de brazos. Ya iba a decirlo todo, pero Mérida tenía que interrumpir, obvio no quería que la verdad se supiera.—Lo que pasa es que Miranda en su proyecto de investigación sobre ti, averiguó que tú padre me conoció en un prostíbulo. —revela. No pensé que diría eso. —Tu padre nunca quiso que lo supieras, por eso le pedía a Miranda que no colocara eso en su reporte, que no ensuciaran el buen apellido Lancaster con ese secreto. ——Sabía que había algo que mi padre no me estaba contando sobre ti, pero no pensé que fuera tan nefasto. —responde Theo a la noticia totalmente repugnado. —Sabes qué, ya no quiero oír más. Miranda, te trajeron unos documentos sobre el trato co
—¿Entonces hija? ¿No me vas a decir quien es este chico parado en nuestra mesa con lo que parece ser un buen vino y unas pizzas que huelen delicioso? —no dejaba de ver a Theo, aunque creo que estaba más interesado por las cosas que traía.—¿No creer que tú pregunta es muy larga papá? —intento bromear, pero el chiste no salía —¡Hola señor Cooper, un gusto conocerlo! —terminó por hablar Theo, ya que yo ni sabía por dónde empezar.—¿Theo? ¿Eres amigo de mi hija? —ahora si un poco más serio mi padre.—¡Sí! Trabajamos juntos. —le responde Theo, muy serio.—Sí, él es el chico conde quien estoy escribiendo mi tesis, te conté, sobre el trabajo de investigación. —le explico, yo nunca le di el nombre de quien se trataba, espero que a Theo no se le salga decir su apellido.—Ah, entiendo, me imagino que lo invitaste, no lo dejemos parado aquí afuera, está haciendo frío. Adelante muchacho. —mi padre fue muy amable, espero que todo siga así. —Aquí vino un amigo de Miranda vino a la reunión. —Sara
—Mil gracias cariño por traerme a Miami, estaba desesperada por ir a la playa, la constante nube de Seattle me tiene toda pálida. —comento, aunque sin ser escuchada, ya que Theodor solo estaba pendiente de su celular. —Veníamos a disfrutar de unos días. —le quito el celular de las manos, para ver si así me presta atención.—Tu como siempre vienes conmigo a hacer nada , Mérida. Yo tengo trabajo, lo que paga todos tus caprichos. —dice el, arrebatándome el celular.Theodor no solía ser romántico, más que todo me sacaba en cara todo lo que hacía, como me gustaba su dinero y solo le abría las piernas para pagarle. El jet privado en el que íbamos, aterrizó en la ciudad de florida, el venía por negocios y yo simplemente era un accesorio, quien lo acompañaba a eventos, reuniones y lo hacía parecer un hombre de familia, aunque en nuestro cuarto solo me trataba como su puta, de la pura apariencia vive.—Yo tengo que ir a la oficina, tú quédate en el hotel, no salgas. —me ordena.—Pero son las
Sus labios eran demasiado dulces y suaves, dejan que se me haga agua la boca y otra cosa. Caminamos a hasta la cama, besándonos, lo empujo hacía ella y cae sentado, luego me subo yo en él, el coloca sus manos en mi trasero y acaricia mis piernas; sentía como la respiración se me aceleraba, sus besos eran demasiado adictivos. Del desespero casi que me arranca la camisa del cuerpo, me besaba por el cuello y en mis pechos disfrutaba. Está vez quise estar yo arriba, quería soltarme un poco con él, llegar al nivel del que ya estaba acostumbrado, así que de un momento a otro comienzo a mover mi cadera y supe que lo estaba haciendo bien cuando escuché ese ruido que salía de su boca. —¡Oh! —gemía, me apretaba las piernas. Yo también me la estaba pasando genial, no puedo ni describir lo que sentía, era algo totalmente nuevo para mí, un cosquilleo del cual quería más y más, mientras más quería, más rápido me movía. Una noche maravillosa sin duda alguna, pero ya se nos hacia de día y
Theo me había escrito para invitarme a salir, ya que no nos pudimos ver en la empresa, le dije que me encontraba con mi amiga, me dijo que la invitara también, ya que Octavio iría con nosotros.—Tu hermano es en verdad fastidioso. —regresa Sarah a mi habitación quejándose.—¿Sí? ¿Qué pasó? —le pregunto, pero sin dejar de ver mi teléfono.—Que estaba en el refrigerador sirviéndome jugo y llegó por mi espalda y me asustó, bote un poco de jugo, pero ya lo limpié. —me cuenta —Tranquila, con los años te acostumbras. —le digo. —Theo nos ha invitado a comer, ¿Quieres venir? ——¿Nos ha invitado o te ha invitado y me llevas de chicle? —pregunta ella.—Nos ha invitado, le comenté que estabas conmigo y me dijo que te llevara, porque su amigo, Octavio, ¿Lo recuerdas? Él irá con nosotros. —le explico.—¡Ah, de acuerdo! Bueno, vamos. —accede.Así que le confirmo a Theo para que venga por nosotras. Rápidamente nos arreglamos, para ir y representar a mi novio, no podía parecer un espantapájaros dela
Me besaba despacio, paso sus manos para mi espalda y lentamente comenzó a bajar el cierre de mi vestido, le ayudo a quitármelo, dejándolo caer a el suelo, da un paso hacia atrás para verme así en ropa interior.—En verdad que eres hermosa. —susurra. Se acerca nuevamente y me sigue besando, nuestros labios entrelazados, abrazándonos, acariciándonos. —Sé que eres la indicada, eres lo que tanto esperaba. —sigue besándome, cada vez más subía intensidad. —Eres mi chica. ——Quiero ser tuya, Theo. Hazme tuya. —le pedía con desespero, entre los besos y caricias, el mundo entero se me olvidaba.Theo me carga, crucé con mis piernas su cintura y con mis brazos me sostenía de su cuello, besándonos, entre risas y pasión. Subió poco a poco las escaleras, hubo un momento en que casi nos caímos, pero no perdimos el enfoque. Llegamos a la habitación y me colocó en la cama, con desespero comienzo a desabotonar su camisa, él se la termina de quita, dejando al descubierto su hermoso abdomen, que no dudo