Amelia DeLucas siempre ha cuidado a su mejor amiga Rosa y esta vez no seria diferente, tras dos compromisos fallidos. Rosa la llama para decirle que se va a casar en las Vegas. Despues de casi doce horas de vuelo Amelia solo quiere llegar para evitara esa locura de boda. Alli conoce a Ryan el guapo pero insufrible padrino, que a diferencia de ella apoya 100% a la pareja. Cuando el matrimonio se lleva acabo, a ellos los acompañan a la cabaña del lago, para verse envueltos en una serie de mentiras cuando descubren que no solo ellos están allí, los padres de la novia habían decidido pasar unos días en aquel lugar.
Leer másAmelia sentia que lo que staba a punto de hacer era una verdadera locura pero desde que supo que ellos realizarian este viaje supo que tal vez llegaria esto a ocurrir. Ella se quedó de pie en el umbral de la puerta sonriendo insegura. Llevaba un camisón ligero, una pequeña pieza muy sexy en seda verde que le colgaba de los hombros por unos tirantes increíblemente finos y que le llegaba hasta la mitad de los muslos. El pelo, suelto y rizado, le caía por la cara y los hombros como una cortina de fuego.-Vaya! -exclamó.Ella sonrió y cruzó la habitación hacia él con un, movimiento seguro de caderas. -¿Te gusta? -preguntó deslizando los brazos por su pecho.Puso las manos sobre su cintura pero la suavidad de la seda lo animó a deslizarlas hasta sus caderas. --Es una mezclar de amor y odio. Me gusta, pero ahora no. Ahora preferiría que no llevarás nada.-Está bien -dijo cruzando la habitación y tumbándose en la cama-. Pero tú primero.Se quitó la camisa de los hombros pero había olvidado
Entonces él redujo la marcha, no iría demasiado deprisa si ella no lo quería, ni por las escaleras ni a la cama. Tenían todo el tiempo del mundo, aquella mujer merecía la espera. Cuando llegaron al umbral de la habitacion, tuvo una idea loca. No se detuvo a pensar solo la alzo en brazos y la entro, ella se merecia algo de romantico y aunque el no era la persona mas romantica del mundo tenia sus momentos.Se aseguró de que la puerta estuviera bien cerrada y entonces la miró. Por fin la tenía para él solo, para toda la noche. Se acercó a ella. Aquella iba a ser la tercera noche juntos, la primera en realidad en la cual no dormiria como amigos si Dios queria y se apiadaba algo de el. Bien sabiasu creador que estaba cansado de escabullirse para darse varias duchas frias en la noche.-Enhorabuena -dijo ella sonriendo-. Lo has conseguido.-¿Que he conseguido qué?-El contrato, por supuesto.-¿Así que era por eso por lo que nos dábamos la mano hace un momento?-¿Te encuentras bien? -pregun
-Adoro tu risa -dijo Ryan besando sus labios en mas de una ocasion sin dejar margen a que ella prostestara.Amelia le devolvió los besos con entusiasmo, dejandose llebar por los sentimientos que Ryan estaba despertando en ella. Adoraba su cuello, adoraba su risa. ¿No sería quizá que la adoraba a ella? De pronto él levantó la cabeza con sobresalto como si recordara algo de pronto.-Oh, demonios, los Adamos -se apoyó en un codo y miró el reloj-. Hace cinco minutos que teníamos que estar abajo.Volvió a bajar la cabeza hasta su cuello. Podía sentir sus labios a pesar del enredo de su pelo, suelto y esparcido por la cama.-Adoro tu pelo -murmuró contra su cuello.Cerró los ojos y sonrió. Risa, cuello y pelo. Quizá se iba a ir declarando por partes. ¿Es que nunca nadie le había dicho que el todo era más que la suma de las partes? rió para sí misma. Abrió los ojos y lo apartó de sí para mirar su rostro increíblemente bello y sexy. ¿Debería decirle que lo amaba? Quizá él no se atrevía a de
Amelia se puso derecha, si iba a decir mejor soltaba todo de una sola vez, tenia que establecer limites con Ryan para su propia seguridad y paz mental -No me gusta la forma en que me hiciste cosquillas en la nuca.-¿En serio? No me daba cuenta de que tenías cosquillas -dijo poniéndose una mano delante de la boca como para esconder una sonrisa, sabia bien la reccion que habia provocado en ella, aunque al principio trato de ocultarlo las señales estaban por todo su cuerpo.,¿Te estás burlando de mí?El levantó las manos como si fuera a detenerle un policía.-Soy inocente, lo juro -rió agarrándola por los hombros-. Si sonrío es sólo porque eres adorable.-¡Bah! -bufó-. ¡Menuda excusa!-No es una excusa. Y Arthur también piensa que eres encantadora. Me lo hadicho.No iba a creerse esa mentira. Estaba tan cerca que tenía que echar la cabeza hacia atrás para mirarlo. Cuando lo hizo por fin no pudo pensar en otra cosa más queen por qué no la besaba. -¿Él te ha dicho que pensaba que era e
Lo que Harriet quiere saber realmente es cómo os enamorasteis -aclaró Arturo.-Bueno, tú también quieres saberlo -replicó Harriet-. No lo niegues.Arthur no lo negó. Ambos estaban sentados expectantes, con la mirada fija y sonriente, como si tener ese tipo de conversaciones íntimas con personas a las que apenas conocían fuera lo más natural del mundo. Amelia sabía que si conseguían el contrato Ryan conservaría su trabajo, así que era mejor darles lo que pedían. Sin embargo necesitaba concentrarse para pensar en una explicación razonable.- Fue amor a primera vista, aunque no lo supimos hasta la tercera o la cuarta vez que nos vimos.- Amelia no podia creer que Ryan lanzara este clichet-¡Qué romántico! -exclamó Harriet.Amelia se volvió y se quedó mirándolo. Era cierto, absolutamente cierto. Y ella no se había dado cuenta hasta ese momento. Por supuesto, se dijo, se había enamorado en el mismo instante en que lo había visto. ¿Pero cómo, se preguntó, lo había sabido él?-Te toca -dijo R
La sonrisa afectuosa en el rostro de la pareja decia mucho, ellos eran buenos juzgando a las personas sino como pudieron hacer crecer su negocio-Venid por aquí- Indico Harriet. -. Dejaden las malestas por aqui alguien las llevaran a su habiatacion, vamos al salón. ¿Tenéis un poco de hambre? Que tonta, claro que deben de tener ustedes llevan varias horas en camino, solo tendran que esperar un poco, Luisa nuestra cocinera esta haciendo una de sus especialidades. Harriet y Arturo se sentaron cada uno en un sillón de orejas. Parecían ser sus sillones habituales. Amelia se sentó en el sofá de piel y Ryan a su lado. Estuvo a punto de apartarse un poco para hacerle sitio pero recordó- a tiempo que no debía hacerlo.Se sentó tan cerca que sus piernas se tocaban desde la cadera hasta la rodilla. Era imposible mantener una conversación racional en aquellas condiciones.-He sabido por John que tu madre está mucho mejor, Amelia, me alegro mucho que la operacion fuera todo un exito -dijo Harriet
Dos semanas despues, aqui estaban Amelia y Ryan llegaban en el auto de aquiler desde el aeropuerto a la casa familiar de los Adamos en el valle de Napal, era tal cual Amy se la habia imaginado una arquitectura majestuosa en medio de un gran viñedo. Suspiro antes de bajar del auto y poner las gafas del sol en su cabeza, Amelia pensó , porque tenía los nervios de punta pensando en qué iba a ocurrir aquel fin de semana.Ryan subió las escaleras principales detrás de ella llevando las bolsas.-Menuda extensión tiene la finca. Me pregunto si fabricarán su propio vino.-Seguramente. Si son tal y como afirman que son, fabricarán hasta sus propias uvas -contestó llamando a la puerta.-Bueno, esto es una casa -dijo Ryan sonriendo.Amelia se dio la vuelta para mirar a la puerta. Era demasiado susceptible a sus sonrisas y, en el fondo, a cualquier otra expresión que cruzara su semblante. Desde la operación de Mary él se había mostrado tan solícito con ella, tan cariñoso, que había tenido que
Amelia abrió la boca para protestar. No le había importado que Mary pensara que lo amaba cuando no era así, pero en ese momento, cuando sí sentía algo por él, quiso negarlo. Aquello era una contradicción. Y después de la noche pasada, después de haberla abrazado durante toda la noche con tanta dulzura, sus sentimientos por él eran más fuertes que nunca. No eran sentimientos de amor, desde luego. Eran... simplemente sentimientos, se dijo a sí misma. Después de todo no le pertenecía ni nada por el estilo.Mary frunció el ceño con expresión preocupada. -¿Amy, querida? ¿Estás bien?-Estoy bien -contestó automáticamente. No pertenecía a Ryan, pero sí a Vincen y a Mary-. ¿Mary? -¿Sí?-Mmm -era más difícil decirlo de lo que pensaba-. Hay algo que necesito decirte.-¿Qué es, Amy?-Sabes que siempre he dicho -respiró hondo- que tú eras como una madre para mí. Eso no es exactamente cierto. No eres como una madre, eres mi madre, y Vincen es mi padre. Y estoy muy contenta de pertenecemos a los
Sí, se dijo a sí mismo, él era un hombre maravilloso. Ahí estaba, tumbado en la oscuridad pensando como demonios habia llegado a esta situacion, miro de reojo y vio que Amelia estaba muy comoda en la posicion el a que se encontraban mientras que el se sentia como si estuviera a punto de explotar, necesitaba una ducha rapida. Suspiro, se merecia lo que le estaba pasando nadie le habia puestoun arma en la cabeza, si sus hermanos se enteraban de que por primera vez estaba con una muejer en sus brazos que no era ni su madre, alguna de sus cuñadas o hermanas y no habia hecho ninguno de sus famosos movimientos de conquista... mejor ni pensar en eso.-Olvídalo.-Quiero que sepas que te ayudaré a conseguir ese contrato, se que tienes grandes ambisiones y ese seria algo importante que puede ayudarte a impulsar tu carrera. ¿Dijiste que íbamos a ir a su casa?-Sí, a su casa de campo, que milagrosamente es uno de los viñedos mas prestigiosos del valle de Napal. No estoy muy seguro de dónde está e