Capítulo 4

Era comprensible, se dijo Ryan. Rosa estaba guapísima: alta, rubia. Hacían una buena pareja. Sin embargo, pensó, parecía cansada al lado de Amelia Justo en ese momento Amelia lo miró. Con el ceiío algo fruncido y el mentón desafiante, parecía que le echaba a él la culpa de algo. Se acercó a ella, mejor era firmar una treugua o tratar sus mejores amigos se casaban y ellos no debian de arruinarles su gran momento.

-¿Qué? -preguntó

-Eso era lo que iba a preguntar yo.

-Estabas ahí contra la pared como si fueras un semáforo, pero no sé qué tratas de decir.

-Sólo me preguntaba si todo estaba en orden.

-Todo perfecto, no podría ser mejor. Estoy a punto de ver cómo mi mejor amiga se casa sin que estén sus padres presentes, que ni siquiera lo saben. No sabemos como reccionaran cuando se enteren, sali corriendo de mi casa, llame a una de mis colegas para que se hicieran cargo de mi trabajo y solicitaran un permiso para mi, tome un vuelo, luego tuve que esperar en la terminal por otro, llevo mas de diez horas de camino. Y si a eso le añadimos que los pies me estan matando y que no he dormido nada, asi que si todo esta perfecto.

-Las parejas se fugan y se casan constantemente. ¿Cuál es el problema?

-Está claro que tú no lo comprendes -dijo dándose la vuelta y mostrando las

orquídeas y las rosas en su cabellera rizada.

-Al final te has puesto mis flores. Te quedan muy bien en el pelo.

Amelia se dio la vuelta para mirarlo ruborizado pero manteniendo un gesto de

desaprobación.

-Ha sido idea de Rosa, no mía. Ella es la romatica de las dos, la de veces que he tenido que sacarla de ...- dejo la frase sin concluir comocallendo en cuenta de algo - ¿ Qué quieres decir con eso de mis flores?

-Le ayudé a Jeff a prepararlo todo.

-¿Así que fuiste tú quien escogió esta capilla, de estilo tan romatico? ¿Y por qué? ¿Es que acaso la capilla no cerraba en invierno?

-Sí. Ya sé que no es una catedral pero a ellos no les importa, así que no veo por qué te preocupa a ti.

Ella pareció dispuesta a lanzarse al ataque otra vez, de modo que él levantó una mano y dijo:

-De acuerdo, no me lo digas, no lo entendería, ¿no?

-Exacto -dijo elevando el mentón y enseñando el cuello.

La verdad era que tenía un cuello extraordinariamente largo. O quizá era que con el pelo recogido lo parecía. Y algo en su piel, blanca y cremosa, unida a ese pelo rojizo invitaba a darle un mordisco y a besarla. Un momento, se dijo a sí mismo, que estaba pensando. Tratar de ligar a la dama de honor, acaso habia perdido la cordura, ella tenía un carácter tremendo. Era una gata, y justo en ese momento parecía dispuesta a arañarlo, aunque en realidad no sabía por qué, esta reacciones que ella tenia hacia el lellamaban la atencion y hasta le gustaba un poco.

-¿A qué estamos esperando? -preguntó -. Hace un momento ibas a tirar la

puerta para que saliéramos, y ahora estamos aquí parados.

-Se nos ha pasado el turno, pero el pastor ha dicho que los casará enseguida -contestó Ryan mirando su reloj-. Y debe de ser ya.

Como si hubiera estado planeado, justo en ese momento comenzó a sonar la marcha nupcial y se oyeron voces y risas. Ryan se dio la vuelta y trató de bajar a los novios de las nubes.

-Ha llegado el momento.

-¿Es la hora? ¿Estamos listos? ¿No falta nada?

Pobre Jeff. Siempre había sido un gran abogado, tenia una buena reputacion y era un poco temido por sus adversarios cuando se enfrentaban en los tribunales Manejaba un montón de casos al mismo tiempo. Y sin embargo en ese momento no podía ni con su boda. Ryan buscó en su bolsillo.

-Aquí tengo el anillo. Seguimos, nos toca abrir la marcha -dijo volviéndose a Amelia y ofreciéndole el brazo.

Ella se quedó mirando su brazo y luego puso una mano sobre su puño con solemnidad. Aún parecía enfadada. No, no era eso. Estaba triste. Le dio unos golpecitos con la mano que le quedaba libre, contrastando su piel morena con la blancura de la suya, y le dijo al oído:

-También tengo pañuelo por si te hace falta durante la ceremonia.- tratando de animar un poco, sabia que esa frase haria que ella reccionara y trataraia de plantarle cara.

-No seas tonto. ¿Por qué iba a llorar? No soy yo la que se casa.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo