Amelia dejó que el ama de llaves de los Vazco le trajera el abrigo y se volvió hacia Anton. Quien se veia algo emocionado por estar aqui.- Anton se que tal vez tuvistes que cancelar algun plan que tenias para esta noche para traerme aqui. Eres tan amable que ni siquiera lo has mencionado...-No Amy, me alegro de que me lo pidieras. ¿Para qué están los antiguos novios más que para enseñarles a los nuevos como se hacen las cosas? Especialmente a tipos como Ryan.- Si te soy sincera nunca ha sido mi novio, no estábamos comprometidos, todo fue.. - Amelia se parto el pelo de la cara, no queria repetir las cosas menos con oidos indiscretos al acecho- Bueno en fin, mejor entramos y buscamos nuestro lugar para la cena.Había sido un alivio el poder confiar en Anton a pesar de todo lo que habia ocurrido entre ellos, siempre habia sido un buen amigo Se había puesto de su parte con vehemencia pero al final habia terminando cediendo aunque no sin advertirle que todo esto podia volverse en su c
Nadia sonrio de manera astuta, y eso solo provoco que el estomago de Amelia se revolviera, ellas nunca habian sido muy amigas siempre existio una hostilidad por parte de ella. Hace dos años habia descubierto que Nadia habia estado enamorada de Rafael desde que era una adolescente y la veia como una amenaza -Magnífico, Ryan también ha venido con una «amiga», ya me entiendes. Creo que se llama, a ver como fue que me dijo... a ya Aby. - Nadia dejó caer ese nombre para luego escrutar en su rostro, pero ella ni siquiera parpadeó.-Sí, lo sé -mintió con una sonrisa-. No queremos apartarte de tus otros invitados, Anton y yo ya conocemos a los demás.Se alejaron Amelia buscó por la habitación, estaba furiosa queria destrosa a Ryan para no decir de Aby penso que ella era su amiga a parte de su secretaria y aqui estaba no se habia hecho oficial la ruptura de su supuesto matrimonio y se encontraba babeando sobre su hombre. Demonios los celos eran malos consejeros como podria conciedara a Ryan
Ryan se inclinó hacia ella y dijo suavemente:-Hablemos claramente, señorita DeLucas. Yo no soy el único hostil. Una cosa es que te lances contra mí y otra muy distinta que te comportes así con la pobre de Aby. Ella ha venido sólo para hacerte un favor.-¿Para hacerme un favor? ¿Crees que soy tonta?-Estás celosa.- Ryan la miro algo incredula, la forma en la que se habia comportado hasta el momento solo le habia lanzado señales contradictorias, pero el indicio de celos solo podia ser si ella sentia algo por el.-Y tú eres ridículo.-No lo creo -contestó acercándose a ella, queria pobras su teoria y esta vez ella no tenia donde correr estaban en medio de una reunion social y ella tenia que mantener las apariencias si queria hacerle creer alos miembros de su familia que ellos se separaron en buenos terminos..Se acercó a ella, Amelia sintio el peligro que reperentaba tenerlo tan cerca. Había sobrepasado esa distancia critica más allá de la cual no podía resistirse a la atracción que s
Amelia DeLucas paso su mano por la ventanilla del taxi, llevaba más de diez horas de vuelo. No sabia que se le habia metido en la cabeza a su mejor amiga cuado decidio fugarse y casarse con su novio aquí en Las Vegas. Dios, Rosa solo había salido con Jefferson por menos de seis meses. Aun recordaba la llamada que le hizo para decirle que se casaba en unas horas y que esperaba que pudiera asistir y ser su dama de honor, el dolor de cabeza que había tenido desde ese momento comenzaba a tomar fuerza. Consulto la hora en su móvil, la medicación comenzaba a dejar de surtir efecto. Busco en su bolso de mano y tomo una tableta de comprimido y el pomo de agua. Le faltaba como veinte minutos para llegar a su destino tiempo suficiente para que el medicamento apaciguara el insipiente dolor que estaba comenzando a sentir. Ella solo podía rogar por llegar a tiempo y poder poner algo de sentido común en la cabeza de Rosa antes de que dijera el si quiero. Una boda así no era buena idea, si Rosa q
No tenía intención de discutir sobre Ryan. Ella y Rosa nunca se habían sentido atraídas por los mismos hombres. Y no estaba dispuesta a tener una discusión sobre cual de los dos hombres era más atractivo el futuro esposo de su amiga o el sexy padrino. Además tenía algo más importante de qué hablar. Se preguntaba cómo iba a lograr convencerla para que abandonara una idea tan precipitada. -¿Qué es esto? -preguntó sacando el ramillete. -Se supone que es para mí, pero déjalo, tenemos que hablar. Esto no está bien, y tú lo sabes. -Por supuesto que no, sólo mi abuela llevar las flores en la cintura. - mientras le lenzaba estas palabras con una mirada picara en los ojos A Rosa y le gustaba malinterpretarla a propósito, sabiendo que esto la sacaba a ella de sus casillas. -Rosa, cambies el tema sabes bien de lo que estoy hablando, la boda. Rosa continuó mirando las flores sin hacerle caso. Por fin alzó la vista y sonrió. -Ya lo tengo. Te lo sujetaré al pelo. Acércate al tocador
Amelia camino hacia el pequeño cuarto de baño que su amiga le habia indicado, para salir unos minutos mas tardes ajustandose los tirantes del vestido. Se quedo parada y miró a Rosa a los ojos. -Probablemente nos queremos más de lo que se quieren las hermanas se pueda querer, no deseo otra cosa más que tu felicidad. Pero también quiero a tu madre y eso tu lo sabes de sobra. Sé que piensas que ella haría lo que tú le pidieras, pero no tenía por qué recogerme cuando mi madre murió. No tenía por qué cuidarme y quererme, pero aun asi lo hizo porque es una bellísima persona y no puedo soportar pensar el daño que esto le va a causar. Por favor, no te cases hoy. Espera sólo un par de meses. ¿Qué pueden importarte un mes o dos más? -¿Por qué sigues intentando hacerme cambiar de opinión? Esto es lo que quiero. Es lo que quiere Jeff. Va a ser para siempre, pero quiero que ese siempre comience hoy. Por favor, Amy, deséame felicidad y sé mi madrina de boda como habíamos planeado desde niñas. T
Era comprensible, se dijo Ryan. Rosa estaba guapísima: alta, rubia. Hacían una buena pareja. Sin embargo, pensó, parecía cansada al lado de Amelia Justo en ese momento Amelia lo miró. Con el ceiío algo fruncido y el mentón desafiante, parecía que le echaba a él la culpa de algo. Se acercó a ella, mejor era firmar una treugua o tratar sus mejores amigos se casaban y ellos no debian de arruinarles su gran momento. -¿Qué? -preguntó -Eso era lo que iba a preguntar yo. -Estabas ahí contra la pared como si fueras un semáforo, pero no sé qué tratas de decir. -Sólo me preguntaba si todo estaba en orden. -Todo perfecto, no podría ser mejor. Estoy a punto de ver cómo mi mejor amiga se casa sin que estén sus padres presentes, que ni siquiera lo saben. No sabemos como reccionaran cuando se enteren, sali corriendo de mi casa, llame a una de mis colegas para que se hicieran cargo de mi trabajo y solicitaran un permiso para mi, tome un vuelo, luego tuve que esperar en la terminal por otro, ll
De pie junto a Rosa observó cómo la esposa del parroco se levantaba del órgano para dirigir la ceremonia entre cestos de flores. Parecía que lo iba a hacer todo ella sola pero al final junto al altar la estaba esperando un señor, con solo una mirada Amelia vio el amor que la pareja de ya avanzada edad se profesaba. Debía de haber estudiado en el mismo colegio para expertos eficientes que Ryan, ese ridículo pensamiento se instaló por un segundo en su mente, era evidente que eso resultaba imposible por la gran diferencia de edad. Si torcía la cabeza hacia la derecha lo vería, pero prefirió centrar su atención en la mujer del parroco y luego en el hombre que estaba por comenzar la ceremonia de su mejor amiga. Ryan tenía algo que la hacía sentirse incómoda. Ni en un millón de años reconocería que él podía llegar a llamar su atención tenía esa cualidad de ser mandón y ella tenía problemas con las personas así. Sobre todo cuando dejaba su mirada fija en ella con esos ojos negros. Parec