Amelia DeLucas paso su mano por la ventanilla del taxi, llevaba más de diez horas de vuelo. No sabia que se le habia metido en la cabeza a su mejor amiga cuado decidio fugarse y casarse con su novio aquí en Las Vegas. Dios, Rosa solo había salido con Jefferson por menos de seis meses. Aun recordaba la llamada que le hizo para decirle que se casaba en unas horas y que esperaba que pudiera asistir y ser su dama de honor, el dolor de cabeza que había tenido desde ese momento comenzaba a tomar fuerza.
Consulto la hora en su móvil, la medicación comenzaba a dejar de surtir efecto. Busco en su bolso de mano y tomo una tableta de comprimido y el pomo de agua. Le faltaba como veinte minutos para llegar a su destino tiempo suficiente para que el medicamento apaciguara el insipiente dolor que estaba comenzando a sentir. Ella solo podía rogar por llegar a tiempo y poder poner algo de sentido común en la cabeza de Rosa antes de que dijera el si quiero. Una boda así no era buena idea, si Rosa quería casarse con Jefferson estaba bien pero por lo menos que lo notificarán a sus familiares. Miro por la ventanilla del taxi de nuevo para comprobar que aquel era el lugar, Capilla Matrimonio Feliz con letras en rosa, blanco y algo con toques en plateado y adornado con exquisita delicadeza, era fácil de encontrar parecía sacada de otra época con un estilo totalmente romántico y de ensueño. Sabía que esta había sido la elección de Rosa, ella era la romantica de las dos. Entregó al taxista el dinero y bajó con su pequeña bolsa de mano. Se preguntó nuevamnete qué le podría haber ocurrido a su mejor amiga para fugarse a Reno y tener una boda relampago. Ella sabía bien que desde que eran pequeñas siempre ella habia soñado con una gran boda, fuera lo que fuera tenía que pararla. Se apresuró por el camino nevado hacia la capilla, desde donde estaba se podia escuchar el sonido del órgano. Imaginó que Rosa la esperaría hasta el último segundo por ella, antes de llegar la puerta se abrió y atravesó el umbral. En la entrada no había nadie, sólo ella y el hombre que le sujetaba la puerta. -¿Amelia DeLucas? Se dio la vuelta para mirarlo. El hombre que la había llamado era Alto de rasgos fuertes, pelo negro, ojos oscuro como la noche, llevaba un traje negro hecho a la medida. Por si trabajo podía diferenciar cuando un traje era costoso y este era caro. Parecia un autentico galan de telenovelas, de esos culebrones que solía ver cuándo estaba algo triste y los cuales Rosa amaba. -¿Si? -contestó. -Casi íbamos a empezar sin ti -dijo agarrando su bolsa-. Por aquí, yo te guardaré esto. Tu aun debes de prepararte, así que ocuparme de tú equipaje ahorra tiempo. -¿Y tú eres ... ? -Lo siento, creí que Rosa te habría hablado de mí. Soy Ryan Croos -dijo sonriendo y mostrando unos dientes blancos y dos hoyuelos, que a cualquier mujer podia hacer que se le doblaran las rodillas. El era simplemente hermoso... Desde luego era el tipo de Rosa, se dijo. Demasiado atractivo, tanto para sí mismo como para ella. Así que mejor mantenía la distancia. -Creí que me dijo que se iba a casar con... -vaciló por un momento, exitia la posiblilidad de que su amiga hubiera perdido la cabeza y estuviera a punto de casarse con un hombre que solo habia conocido pr unas horas ... esa posibilidad seria un desastre aun mayor -¿Jefferson Sander? - Sí, así es si no llegamos tarde. Yo soy el padrino y mejor amigo de Jeff. ¡Gracias a Dios! Aquello comenzaba a tener sentido. Rosa le había comentado algo sobre un amigo de Jeff, pero estaba tan preocupada por la noticia de su boda que no le había prestado atención en ese momento. Lo único que quería hacer era llegar a su destino y hablar con ella sobre la locura que iba a cometer y si podía impedir esa locura de boda relámpago. -¿Crees que podrías hacerle entrar en razón a Jeff ? -¿Qué quieres decir?-frunció el ceño. -Bueno, convencerle para que haga las cosas bien. -¿Hacer las cosas bien? No entiendo que es para ti hacer las cosas bien - la mirodetenidamente, tratando de buscar la respuesta - Ah ... ¿Te refieres a hacer esto mismo pero con siete damas de honor, una orquesta y quinientos invitados sentados a cenar que aseguren la bancarrota de su padre? Aquella contestación era típica de los hombres. No pensaban sino en el dinero. Mientras que ella estaba pensando en todas las veces en la que su amiga habia planeado su boda de ensueño y el hecho de que estaba renunciando a ese sueño. -No creo que eso arruinara a al señor Saggeri, pero no, no me refería a eso. Sino porque cuando se entere su madre la va a destrozar saber que no estuvo presente en el gran día de su hija. - Ése era verdaderamente el quid de la cuestión. No podía soportar que nadie hiciera daño a Mary y Vincen -Rosa ya no es una niña, ¿no va a cumplir treinta años el mes que viene? -¿Qué quieres decir? ¿Que está desesperada por casarse? - Amelia casi pierde los estribos con semejante contesta, así que decidió respirar mientras le réplica - Ha estado comprometida dos veces y desde luego ha tenido muchas proposiciones aparte de ésta. Podía haberse casado hace tiempo. Sólo estaba esperando al hombre adecuado. -Entonces tienes razón. Jeff es el hombre adecuado para ella. Y ambos son ya adultos, saben lo que hacen. Amelia miro al hombre que tenia delante ¿Por qué estaba perdiendo el tiempo con ese hombre?, se preguntó. Estaba claro que no iba a ayudarla, al parecer dependía de ella y solo de ella tratar de para esta boda. Así que decidio cambiar de táctica en vista de que el señor guapeton y bombon andante no le iba a ayudar en nada ... -¿Dónde está Rosa? - cambiando el tema - Por fin algo lógico sale de esa hermosa boca tuya. Tu amiga te esta esperándo en el salón femenino. -¿Y por qué no me lo habías dicho? -dijo haciendo ademán de marcharse. -Espera un minuto, ¿quieres? -¿Qué? -preguntó dándose la vuelta de nuevo y sin disimular su irritación. -Necesitarás esto -dijo acercándose para darle una caja de la floristería. -¿Qué es? -Lo habitual en estos casos, un ramo para la novia y un ramillete de los que se ponen en la cintura para la madrina. Ya he cortado una flor para el novio. Se la llevaré a Jeff mientras tú recoges a Rosa... Y señorita el salón femenino está en la dirección contraria. Haciendo que Amelia se quedará en el lugar, pero ella sin querer dar su brazo a torcer ni que el tuviera la última palabra preguntó. - Y dónde está Jeff? -En el salón masculino intentando no salir corriendo. -¿Qué ? Escucha, si se lo está pensando mejor entonces debemos hacerles un favor e intervenir ahora mismo. - Parece que entendiste mal, Jeff esta intentando no salir corrindo, no por que no quiera esta bodas sino porque el tiene miedo de que Rosa cambie de opinión. No se ha cansado de repetir que no se casaría si tú no venías -dijo mirando el reloj-. Quedan unos veinte minutos para la hora asignada en la capilla, así que por favor, trae a Rosa. Aunque había dicho «por favor» el tono era el de una orden. Quizá estuviera acostumbrado a que la gente viviera pendiente de él y lo obedeciera. Si era así desde luego aquel día iba a conocer una nueva experiencia, para no contestarle a este hombre mandon, se dio la vuelta y se dirigió hacia donde Ryan le había indicado. Cuando dio la vuelta en la esquina vio la puerta que decía novia , suspiro y camino con paso desidido dispuesta a sacar a la loca de su mejor amiga de allí. Empujó la puerta y encontró a Rosa frente a un espejo. Estaba girando y su vestido blanco con toques en dorado se enrollaba en sus piernas. -¡Amy , por fin has venido! -dijo corriendo hacia ella y agarrándola del brazo para luego apartarla lo suficiente para mirarla-. He estado esperándote, pense que con la nevada no ibas a poder llegar, así que cuentame rápido como le hiciste para llegar. ¿Qué llevas ahí? Sin darle tiempo a responder tomó la pequeña y delicada caja, desatando la cinta mirando en el interior. -Flores, son hermosas - luego Rosa se comenzó a mirar buscando un lugar donde dejarlas - Escucha, Rosa, tenemos que hablar. Rosa aún con la caja en sus manos, la llevó a un sofá y sacando las rosas del paquete y esparciendo su olor por la habitación. Mientras las miraba -Rosas y orquídeas blancas. ¿No son preciosas? Las ha comprado Ryan, ¿no? El es tan amable, nos ha ayudado a organizarlo todo. Jeff tiene mucha suerte de tener un amigo como él. -«Amable» no es precisamente el adjetivo que yo usaría para hablar de ese tal Ryan... -Lo sé. Es realmente atractivo, ¿verdad? No tanto como Jeff, claro, pero en su estilo está muy bien.No tenía intención de discutir sobre Ryan. Ella y Rosa nunca se habían sentido atraídas por los mismos hombres. Y no estaba dispuesta a tener una discusión sobre cual de los dos hombres era más atractivo el futuro esposo de su amiga o el sexy padrino. Además tenía algo más importante de qué hablar. Se preguntaba cómo iba a lograr convencerla para que abandonara una idea tan precipitada. -¿Qué es esto? -preguntó sacando el ramillete. -Se supone que es para mí, pero déjalo, tenemos que hablar. Esto no está bien, y tú lo sabes. -Por supuesto que no, sólo mi abuela llevar las flores en la cintura. - mientras le lenzaba estas palabras con una mirada picara en los ojos A Rosa y le gustaba malinterpretarla a propósito, sabiendo que esto la sacaba a ella de sus casillas. -Rosa, cambies el tema sabes bien de lo que estoy hablando, la boda. Rosa continuó mirando las flores sin hacerle caso. Por fin alzó la vista y sonrió. -Ya lo tengo. Te lo sujetaré al pelo. Acércate al tocador
Amelia camino hacia el pequeño cuarto de baño que su amiga le habia indicado, para salir unos minutos mas tardes ajustandose los tirantes del vestido. Se quedo parada y miró a Rosa a los ojos. -Probablemente nos queremos más de lo que se quieren las hermanas se pueda querer, no deseo otra cosa más que tu felicidad. Pero también quiero a tu madre y eso tu lo sabes de sobra. Sé que piensas que ella haría lo que tú le pidieras, pero no tenía por qué recogerme cuando mi madre murió. No tenía por qué cuidarme y quererme, pero aun asi lo hizo porque es una bellísima persona y no puedo soportar pensar el daño que esto le va a causar. Por favor, no te cases hoy. Espera sólo un par de meses. ¿Qué pueden importarte un mes o dos más? -¿Por qué sigues intentando hacerme cambiar de opinión? Esto es lo que quiero. Es lo que quiere Jeff. Va a ser para siempre, pero quiero que ese siempre comience hoy. Por favor, Amy, deséame felicidad y sé mi madrina de boda como habíamos planeado desde niñas. T
Era comprensible, se dijo Ryan. Rosa estaba guapísima: alta, rubia. Hacían una buena pareja. Sin embargo, pensó, parecía cansada al lado de Amelia Justo en ese momento Amelia lo miró. Con el ceiío algo fruncido y el mentón desafiante, parecía que le echaba a él la culpa de algo. Se acercó a ella, mejor era firmar una treugua o tratar sus mejores amigos se casaban y ellos no debian de arruinarles su gran momento. -¿Qué? -preguntó -Eso era lo que iba a preguntar yo. -Estabas ahí contra la pared como si fueras un semáforo, pero no sé qué tratas de decir. -Sólo me preguntaba si todo estaba en orden. -Todo perfecto, no podría ser mejor. Estoy a punto de ver cómo mi mejor amiga se casa sin que estén sus padres presentes, que ni siquiera lo saben. No sabemos como reccionaran cuando se enteren, sali corriendo de mi casa, llame a una de mis colegas para que se hicieran cargo de mi trabajo y solicitaran un permiso para mi, tome un vuelo, luego tuve que esperar en la terminal por otro, ll
De pie junto a Rosa observó cómo la esposa del parroco se levantaba del órgano para dirigir la ceremonia entre cestos de flores. Parecía que lo iba a hacer todo ella sola pero al final junto al altar la estaba esperando un señor, con solo una mirada Amelia vio el amor que la pareja de ya avanzada edad se profesaba. Debía de haber estudiado en el mismo colegio para expertos eficientes que Ryan, ese ridículo pensamiento se instaló por un segundo en su mente, era evidente que eso resultaba imposible por la gran diferencia de edad. Si torcía la cabeza hacia la derecha lo vería, pero prefirió centrar su atención en la mujer del parroco y luego en el hombre que estaba por comenzar la ceremonia de su mejor amiga. Ryan tenía algo que la hacía sentirse incómoda. Ni en un millón de años reconocería que él podía llegar a llamar su atención tenía esa cualidad de ser mandón y ella tenía problemas con las personas así. Sobre todo cuando dejaba su mirada fija en ella con esos ojos negros. Parec
-Por fin -dijo -. ¿Por qué habéis tardado tanto? ¿Podéis creerlo? ¡Estamos casados! Se acercó a Jeff y lo besó de lleno, Jeff le devolvió el beso. Amelia sonrió y esperó a que terminaran. Miró su reloj. Probablemente querrían ir a comer a algún sitio, aunque era muy tarde. Si se daban prisa podría tomar el último vuelo de vuelta a casa y no tendría que quedarse a dormir en Reno. Quería volver a su apartamento, se sentía rara y algo fuera de lugar necesitaba estar en casa para dar riends suelta al gran nudo que estaba conteniendo no queria que su amiga la viera llorar, hoy era su gran dia aunque no como ella lo habia imaginado pero la vidaes asi. Por fin dejaron de besarse. -Tenemos que ir por los abrigos -dijo- dirigiéndose al salón femenino.De pronto Rosa se volvió y le tiró el ramo de flores. Antes de que pudiera contestar Amelia lo cazó al vuelo instintivamente. -¡Amy ! ¡Te toca! -rió -Querrás decir que me has atrapado -respondió Rosa sabia muy bien que Amelia nunc
Ahora sólo tendría que asegurarse de salir a tiempo hacia el aeropuerto y tomar su vuelo de regreso a su casa, rogando de que los padres de Rosa no la llamaran preguntando por su hija. Sacando cuentas tal vez tuviera cinco dias o una semana para inventar una escusa creible para eviatar encontarse con Mary o Vince, porque sabia bien que desde el momento que hablaran frente a frente descubririan todo. -Este lago y estas montañas son increíbles. Nunca había visto nada tan bonito -dijo Ryan. -¿No habías estado aquí nunca? -preguntó Creía que eras de San Francisco. -No, vine a vivir a San Francisco hace sólo un par de semanas. Sólo he visto la ciudad, no he tenido tiempo de ver el resto de California. - El camino que da a la cabaña es el siguiente en la tercera interaccion gira a la izquierda. Solo quedan diez minutos en coche y veremos los grandes pilares de piedras ... -Se dio la vuelta y le preguntó a Rosa-: ¿Estás segura de que no iba a venir nadie a pasar el fin de semana? -
Se quedó boquiabierta, mi cerebro no estaba procesando nada de la que siguiente que mi mejor amiga estaba diciendole a su madre. Tenía que decir algo, pero era incapaz. Sin darse cuenta mi mejor amiga le había hecho daño a su madre, justo lo que nunca hubiera deseado, Y todo en un abrir y cerrar de ojos.¿Cómo podía haber hecho eso Rosa? se preguntó. Mary se recobró y se apresuró a abrirle los brazos, y trato de recomponerse haciendo lo que mejor siempre ha hecho.-¡Querida mía, qué felicidad! -exclamó abrazándola y besándola-. Pero no osquedéis ahí en la puerta. Entrad y contádmelo todo. ¿Dónde está el novio?-Se ha ido con el padrino a comprar comida -volvio a responder Rosa-. Queríamos hacer una pequeña celebración en la cabaña.-¿Quién es el novio? ¿Lo conozco?-Se llama Rya, y acaba de raptarla ahora mismo. Es un hombre terrible.Espera a conocerlo. Amelia seguía inmóvil, Rosa era capaz de hablar y hablar aparentando inocencia aunque hubiera hecho cualquier barbaridad. En esa o
En eso tenía razón, Mary no creeria que ella se caso, habian varios factores la falta del anillo y el hecho de que ella nunca habia sido una entusiasta del matrimonio desde siempre y Mary sabía bien su opinión y lo que ella quería en la vida. Tenían que analizar bien la situacion loca en la que estaban metidas, le habia pedido a Rosa que no se casara apresuradamente porque temia que algo asi pudiera ser perjudicial para su mamá. Y si por algun motivo Mary llegara a sospechar la verdad el shock sería tremendo con consecuencias catastroficas. No sólo porque la pequeña de la casa s se hubiera fugado para casarse, sino porque además no la había avisado a nadie de la familia, solo ella y aunque sabía que la consideraban un miembro más del clan Saggari ella no llevaba ni gota de su sangre. Pensar solo que los progenitores de su mejor amiga se enteraban de que ella sabia y no les habia contado ... mejor no seguía con esa linea de pensamientos. Las ideas y escenarios locos que le pasaro