El sueño de toda niña en su niñez, es ser una bella y encantadora princesa, conocer a un príncipe azul de brillante armadura y vivir en un gran y esplendoroso castillo, todo un sueño de hadas. La verdad que no me burlo, ese era mi sueño y de vez en cuando, en los días difíciles aún sueño con que eso me suceda, no cuesta nada soñar, solo que a mí 23 años, trabajando y estudiando a la vez, casi no me da chance de soñar.
6 am. Y así comienza mi día. Pi, pi, pi, pi … suena la alarma. —¡Un día más! — Una frase un tanto motivadora para levantarme con todos los ánimos. Apagó la alarma y corro a tomar mi toalla para ir lo más rápido posible hasta el baño antes de que mi hermano se apodere de él. Ya era demasiado tarde, una vez más se me adelantó. —¡Mateo! ¡Sal ya! —comienzo a gritar y golpear con fuerza la puerta, mi hermano tiene la mala costumbre de durar horas en el baño, haciendo que me atrase. —¡Ya sal, Mateo! —Mientras más me apures, más me demoro, ya deberías saberlo, querida hermana.—dice, con ese tono burlón que sabe muy bien que me hace enojar y al final con esa carcajada tan fastidiosa. Yo continuaba tocando con mucha fuerza la puerta, tenía la esperanza que se cansará y terminara por abrir. —Hija, ya deja la puerta, la vas a tumbar. —dice mi padre que va pasando por el pasillo, ya listo con su traje elegante para ir a su exhaustivo trabajo en administración. Claro que ya estaba listo, contaba con baño en su habitación, mientras yo tenía que compartir el baño con mi irritante hermano. Me volteo para seguir tocando la puerta, pero veo que se está abriendo, por fin mi hermano estaba saliendo. —¡Listo hermana, disfruta tu ducha! —me toma de las mejillas y me da un beso en la frente. Hasta sus cariños eran insoportables. No me detuve a discutir, si no me daba prisa llegaría tarde a mi clase en la universidad, así que tenía que moverme. Corro a darme mi ducha y cuando enciendo la regadera para el agua caliente, me doy cuenta de que ya no sale, no puede ser, mi hermano una vez más se la acabo. —¡MATEO! —grito con total enojo, siempre que podía me hacía lo mismo. Mi mañana no iba nada bien, por lo menos no a todos le pasaba como a mí. En el centro de la ciudad, en el lujoso hotel Harrys, sin ningún tipo de molestia, habitando el penthouse, un hermoso apartamento con los mas finos acabados, en su gran ducha y contando con agua caliente, Theo Lancaster, un joven alto, piel pálida, ojos azules que parecían esferas brillantes, con un cuerpo de ensueño. No estaba solo, ya que a la ducha se le unió una bella chica, bella, rubia, toda una modelo. —¡Hola bello! ¿Puedo hacerte compañía? —le dice muy coqueta colocando sus manos en su cintura. —¡Claro que sí, hermosa! —se da vuelta y la toma con fuerza para darle un apasionado beso. Con el agua a la temperatura perfecta y con ellos totalmente excitados, entre caricias y picardía, esa ducha se presto para mucho que un simple baño. Saciaron sus deseos carnales para acabar totalmente complacidos. —¡Está noche ha sido totalmente exquisita! —comenta ella mientras sube el cierre de sus botas de cuero negro altas. Se levanta y se acerca a Theo quién está sentado en la esquina de la cama colocándose sus zapatos. Se sienta a su lado y comienza a acariciar su espalda con sus manos y algunos besos. —¿Repetimos está noche? Podemos ir al club, bailamos, bebemos y terminamos aquí a pasarla rico. ¿Qué te parece? — —¿Otra vez lo mismo, Jazmín? —pregunta con mucho fastidio. Se levanta de la cama y se acerca ala estantería frente de él a tomar su celular. —Lo siento bella, pero me aburro de siempre lo mismo y ya llevamos varios días haciendo lo mismo, hoy ve con quién te vas. — —¿Es enserio lo que me dices, Theo? —pregunta, obvio muy disgustada por lo que escuchó. —Pues sí. —le responde, sin el más mínimo sentimiento y sin voltear a verla, estaba muy concentrada en su teléfono. —¡Un momento, Theo! —se acerca a él muy enojada y le arrebata el celular de la mano. —Tú como que no entiendes. ¿Crees que mi padre va a querer hacer negocios con el tuyo después de que le cuente que me has estado cogiendo? — —Lo siento bella, pero aquí la que no entiende eres tú por lo visto. —le arrebata de vuelta su celular. —¿Crees que tú padre, el hombre más avariciosa con el dinero, va a dejar de hacer un contrato millonario con mi padre solo porque su niñita no pudo mantener las piernas cerradas? A tú padre no le conviene dejar de hacer negocios con el mío, sino se va a la ruina y lo sabes muy bien. Yo no estoy obligado a estar contigo, ya me aburriste. Ahora vete de aquí. — Jazmín tenía intención de responder y el enojo también, pero sabía que nada de lo que dijera iba a combatir lo que él ya le dijo, ya que de cierto modo tenía razón. Se volteó y agarró su bolso y salió de la habitación a toda prisa. En el ascensor tuvo la coincidencia de encontrarse con Octavio, el mejor amigo de Theo. —¡Buenos días, Jazmín! —la saluda con total inocencia. Ella no le responde nada, solo como una fiera lo saca del ascensor, entra y presiona fuertemente los botones para que cerraran rápido las puertas. Octavio estaba totalmente confundido y tras de él se acerca Theo, muerto de risa. —Toda una fiera, ¿Verdad? —le dice Theo, con un tono burlón y muerto de risa. —¿Me podrías explicar que ocurrió? —le pregunta Octavio aún en confusión. —Una más que cree que por abrirme las piernas me voy a casar. —le responde dándose la vuelta y caminando hacía la cocina. —Pues ya deberías ir buscando con quién sí ,o lograrás que tus padres se ocupen de eso. —le comenta Octavio siguiéndolo. Llegan a la cocina y enseguida se mete a ver qué consigue en el refrigerador. —Algún día llegará la que te domine y no lo vas a poder controlar. — —No mi amigo, apenas estoy en mis 25 años, una mujer no me va a amarrar ahora, eso no pasará. —le asegura, muy confiado en su manera de pensar. —Cambiando de tema, espero que vengas a decirme que ya mi padre acabó con sus negocios, tengo la urgente necesidad de irme, ya yo terminé con mis obligaciones. — —A tu padre aún le falta como una semana mi amigo, así que te recomiendo que te pongas cómodo. —le responde su amigo, mientras se prepara un sándwich. —Y no cantes victoria, pues tú padre te ha mandado otra actividad. —le da un mordisco al pan. —¿Ahora qué? —pregunta con total fastidio, pasándose las manos por el rostro. —La universidad contacto a tú padre para hacerle una entrevista, en realidad para los estudiantes de comunicación que ya están presentando su tesis le hicieran una entrevista para su tema, pero tu padre tiene la agenda muy ocupada y no va a poder atender a esos chicos, pero le interesa, ya que es la universidad a la que él es donador. —le explica. Continúa comiendo. —Así que les dijo que su hijo estaría encantado de atenderlos. Así que mañana serás entrevistado. — —Mi padre es un genio la verdad. —comenta sarcásticamente. —Mañana y ¿Quién me hará la entrevista? — Después de mi complicada mañana, al final logré ducharme y llegar a la universidad, con algunos minutos de retraso, pero para mi suerte aún el profesor no llegaba. Ya me esperaba mi mejor amiga, Sarah, mi amiga fiel de toda la vida. —¡Al fin llegas! ¿Otra vez tú hermano? —pregunta. Ya ella sabía de mi odisea diaria. —Mateo es mi karma por no haberme ido con mi madre. —le respondo. —¿Ella te ha vuelto a contactar? —pregunta un poco curiosa por mi comentario. —No que va, después de que se fue con su amante multimillonario nunca nos volvió a contactar. —le respondo, sin ninguna emoción. Era un tema que en un principio me afectaba demasiado, pero ya después de 4 años, ni se siente, solo se fue sin pensar en su familia. —Y ya, si a ella no le importó, ¿Por qué a mí sí? — —Vamos a clase, aún el profesor no llega, pero ya casi todos los demás están en el salón. —me dice, ya ella me conocía y sabía muy bien lo de mi madre. Llegamos al salón, pero ya como mi amiga había dicho, el profesor aún no llegaba. Estudio comunicación social y en realidad ya estoy por terminar la carrera, solo presento una dos materias y una de ellas es la de mi tesis. —¡Buenos días estudiantes! —saluda el profesor entrando al salón. —Disculpen la tardanza, estaba confirmando algunos asuntos para el día de hoy darles las indicaciones de su proyecto final. —comenzó con sus orientaciones. —Como saben, ya está próxima las fechas para sus presentaciones de tesis y este año me he tomado el traba para que en los próximos 6 meses, investiguen, dialoguen, analicen y sobre todo convivan con grandes figuras reconocidas a nivel nacional e internacional, faltaban por confirmar algunos y hace unos 15 minutos termine de recibir sus aprobaciones. —coloca su maletín en la mesa, de donde saca una bolsa transparente llena de papeletas. Se coloca frente a su escritorio y abre la bolsa, bateándola un poco. —Ahora, lo que quiero que hagan es que cada uno de ustedes, se levante en orden y tomen una papeleta y veremos a quien les tocará hacer la entrevista. Ya todos éstos nombres confirmaron su colaboración en todo lo que necesiten para su trabajo. — Cada uno siguió la orientación del profesor y comenzaron a levantarse a tomar su papeleta, grades nombres salían de allí, en verdad el profesor se esforzó por conseguir a grandes figuras para nosotros realizar nuestro proyecto de investigación periodística. Yo estaba en el último asiento, así que era la última en escoger, cuando al fin me tocó, el profesor me miró con firmeza y con una gran sonrisa me recibió. —Miranda Cooper. —me llama por mi nombre completo. —Ya que eres la última y considerando todos los nombres que han salido, he de saber quién te tocó. —dice cuando me acerco a él. Saco la papeleta y sin siquiera dejar que la viera, él dice el nombre por mí. —Theodor Lancaster, gran donador de esta prestigiosa universidad, aunque en realidad no te toca entrevistarlo a él, si no a su hijo, Theo Lancaster, quién es socio en sus empresas. — Yo quedó pálida al enterarme de a quien me tocaba entrevistar, al hijo del amante de mi madre, el hombre por quién nos abandonó.—¡Miranda, Miranda! —me llama mi amiga, quién me viene persiguiendo, ya que después dela clase salí corriendo del salón. —¡Miranda, alto! —continua insistiendo, ya agotada de correr tras de mí.—No puedo creer mi tan mala suerte. —comento, al fin deteniéndome, yo también estaba exhausta de correr.—¿Me explicas para poder entender? —pregunta, encorvada con sus manos en sus rodillas, tomando aire.—Theodor Lancaster es el mantenimiento de mi madre y Theo Lancaster su hijastro. Hasta lo que tengo entendido es un pedante insoportable hijo de papi. —le explico.—¿Y como sabes eso? —pregunta confundida. —Se supone que no sabías nada de ese hombre, ni siquiera si tenía familia. ——Pues al principio, cuando mamá se fue, dijo el nombre de ese sujeto y yo me sentía tan mal, abandonada, que me puse a investigar y descubrí que era un multimillonario inglés, con empresas y asociaciones en este país, que tenía un hijo y había enviudado. —le conté, mi tono y expresión cambiaron por completo, en vez
—¡Qué hotel! —exclama Sarah. Ya era el día que tocaba ir a mi entrevista con Theo Lancaster, Sarah me había acompañado, sobre mis nervios y en verdad la necesitaba allí conmigo. Entramos al hotel donde se quedaba, pasamos primero por recepción para avisar sobre nuestra presencia y nos permitieran entrar.—Es recepción, nos avisa que Miranda Cooper está abajo y ya viene subiendo al penthouse. —le avisa Octavio. —Ella es la chica que hará tú entrevista. ——Por lo visto Miranda es un nombre común en esta ciudad así se llama la chica de la cafetería. —comenta Theo, un poco asombrado.Las puertas del ascensor se abrieron y nos dio con un vestíbulo enorme, estábamos dentro del lujoso penthouse. Theo y Octavio se encontraba en la sala del fondo, cuando las puertas del ascensor se abrieron ellos enseguida voltearon, nosotras al igual que ellos nos los quedamos viendo, ¡No puede ser! Theo Lancaster es el mismo chico con que ayer me tropecé en la cafetería.—¡Esto es increíble! —exclama The
Esos labios tan ricos me impedían apartarme, era el beso más apasionado e intenso que había dado en mi vida. Sus manos sujetaban con fuerza mi cintura, mi cuerpo pegado al suyo, mi corazón latía a mil por horas y sentía al suyo latir con la misma intensidad. Mi mano sujetaban su mejilla y con mi otra mano lo tomaba del pecho, ese pecho duro, y ancho. Su mano subía a mi mejilla y la otra poco a poco bajaba a mi trasero, cuando llegó allí y dio un ligero apretón, cuando sentí esa acción regresé en mi, ¡Oh por Dios! ¿Qué estoy haciendo? Abro los ojos y me empujó con las manos. Lo veo directamente, esto no podía estar pasando, él era un desconocido y a parte de eso, era mi hermanastro, aunque no lo supiera en ese momento.—¿Qué te pasa idiota? En serio, ¿Qué te pasa? —le grito. —En serio que eres un desubicado, ¿Cómo te atreves a besarme? Ni nos conocemos. ——¡Lo siento! Tienes razón, me provocó. —intentaba excusarse, pero la verdad que quedaba peor.—Eres un abusador, eso es lo que eres.
—¿Tienes un novio del cual no sabemos nada, hermanita? —pregunta Mateo, curioseando un poco.—Si así fuera, no es tú problema, hermano. —le respondo, ocultando la nota en el bolsillo de mi pantalón. —Ahora si me disculpas, voy a llevar este ramo de flores a mi habitación. ¡Nos vemos! —Tomo el ramo de flores, era enorme y lo llevo a mi habitación. En verdad que era un hermoso e inesperado detalle, más aún por quién lo envía. Llego a mi habitación y solo me quedó admirando ese hermoso arreglo, primera vez que recibía algo así de bello, en eso escucho que llega un mensaje a mi celular, era de un número desconocido.“Te espero en la cafetería que está frente al parque en una hora. Por favor no faltes.Atentamente: Theo”Ahora me estaba citando, ¿Qué querrá? Después de lo que pasó está mañana, en verdad no lo quiero volver a ver, pero después de este tan hermoso detalle, tal vez quiere que nos veamos para pedirme disculpas en persona.Estaba en un debate entre ir o no ir, estaba molesta
—¡El placer es para nosotros, Miranda! —me saluda el señor Theodor con un beso en la mejilla. —Cuando mi hijo me dijo que se reuniría contigo, insistí en venir para pedirle disculpas de antemano, pero sé que mi hijo te ayudará en todo lo que necesites para tu tesis. —dice, dándole una palmada por la espalda a Theo.—Sí, en eso ya hemos quedado. —digo en forma de broma.—Sí, un poco mano dura la niña. —me sigue el juego.Ella seguía en silencio, solo me veía, intentaba disimular y mezclarse en nuestra conversación, pero se notaba que mi presencia le afectaba.—¡Por cierto! ¿Qué pasó con nuestros modales, Theo? —dice el señor Theodor un poco alarmado. —No te hemos presentado a mi hermosa esposa, Mérida. —Volteo a verla, ella obvio me miró fijamente, con miedo, no sé si por encontrarnos después de tanto miedo o porque le arruine su falsa, obvio si nueva familia no tenía idea de que ella era casada y con hijos además.—¡Mucho gusto, señora Mérida! —le estrecho la mano. Continuo con su ju
—¿En dónde estabas? —a penas abría la puerta de mi casa, para encontrarme con la sorpresa de que mi padre estaba sentado en el sofá de la sala, creo que esperándome. —Te he hecho una pregunta, Miranda. ¿Dónde estabas? —Yo estaba sorprendida por ese repentino interrogatorio que me quedé pasmada.—Estaba en una reunión sobre mi tesis. —respondo.—¿Así de elegante? —continua con sus extrañas preguntas.—¡Por favor, papá! Hablas como si estuviera vestida de gala. —bromeo, al escuchar lo tonta de su pregunta.—¿Por qué me mientes? —sigue, en verdad no sé que estaba pasando, estaba extraño. —Cuando llegue me encontré con tú hermano, quién me dijo que después de que recibiste un ramo de flores, te arreglaste y saliste. Fui a tú habitación y junto al ramo había una nota firmada por un tal Theo, solo quiero saber quién es y por qué se disculpa. ——Theo es mi tesis, papá. Está mañana fui a reunirme con él y no estaba, pero si su asistente. Me imagino que este le comento que estuve allá y él me
—Bueno, el trabajo se ve interesante y con buen pago. —comento.Ya habíamos llegado a la empresa y hablado con la que sería mi supervisora, el trabajo era verdad era increíble y bien pagado, pero no quería actuar desesperada frente a Theo.—Entonces, ¿Qué dices? ¿Entras a trabajar con nosotros? —me pregunta muy entusiasmado. —¡Sí, me encantaría trabajar aquí! —respondo, en verdad si me emociona la idea.—¡Excelente! Entonces le voy a decir a Silvia para que haga tu contrato y mañana mismo empieces. —se emociona. —Espera aquí, ya regreso. —Por lo que me había comentado, Silvia era la señora de recursos humanos, obvio con ella tenía que hablar para darme el empleo. De cierto modo me siento mal de conseguir mi empleo así y no por mérito propio, pero Theo estaba muy entusiasmado.—¡Buenos días! —de repente a la recepción llegó una chica muy guapa, vestía un hermoso vestido de envidia y su zapatos eran demasiado bellos. —¿Será que se encuentra Theo Lancaster? —preguntó por Theo, tal vez
—Lo siento, no quería interrumpir. —se me hizo un nudo en la garganta y sentí de repente que los ojos se me llenaban de lágrimas. —Solo venía a avisarte que ya me iba. ——No… Miranda. Espera, deja que te explique. —insistía totalmente desesperado y nervioso. Se acercaba a mi rápidamente.—No tienes porque explicar nada, Theo. —digo, trato de alejarme de él.—Es verdad Theo, ella es simplemente una empleada, ¿Por qué tendrías que explicarle sobre nuestra relación? —dice ella, con una actitud pedante y con satisfacción de que lo hayas encontrado besándose —¡Cállate Jazmín! —le grita Theo, bastante enojado.—Jazmín tiene razón, yo mejor me voy Theo, ya mañana vengo a comenzar con mi trabajo. —Sin decir más, salí casi que corriendo de la oficina, me sentía fatal, aunque sin razón, como dijo ella, yo solo soy una empleada, no tengo porque meterme en eso y como yo misma lo he repetido, es solo mi tesis. Tal vez la discusión con Mérida me dejó tan afectada que esto también me hizo sentir m