Mi guapo hermanastro
Mi guapo hermanastro
Por: Nessa Franco
Capitulo 1

El sueño de toda niña en su niñez, es ser una bella y encantadora princesa, conocer a un príncipe azul de brillante armadura y vivir en un gran y esplendoroso castillo, todo un sueño de hadas. La verdad que no me burlo, ese era mi sueño y de vez en cuando, en los días difíciles aún sueño con que eso me suceda, no cuesta nada soñar, solo que a mí 23 años, trabajando y estudiando a la vez, casi no me da chance de soñar.

6 am. Y así comienza mi día.

Pi, pi, pi, pi … suena la alarma.

—¡Un día más! —

Una frase un tanto motivadora para levantarme con todos los ánimos. Apagó la alarma y corro a tomar mi toalla para ir lo más rápido posible hasta el baño antes de que mi hermano se apodere de él. Ya era demasiado tarde, una vez más se me adelantó.

—¡Mateo! ¡Sal ya! —comienzo a gritar y golpear con fuerza la puerta, mi hermano tiene la mala costumbre de durar horas en el baño, haciendo que me atrase. —¡Ya sal, Mateo!

—Mientras más me apures, más me demoro, ya deberías saberlo, querida hermana.—dice, con ese tono burlón que sabe muy bien que me hace enojar y al final con esa carcajada tan fastidiosa.

Yo continuaba tocando con mucha fuerza la puerta, tenía la esperanza que se cansará y terminara por abrir.

—Hija, ya deja la puerta, la vas a tumbar. —dice mi padre que va pasando por el pasillo, ya listo con su traje elegante para ir a su exhaustivo trabajo en administración.

Claro que ya estaba listo, contaba con baño en su habitación, mientras yo tenía que compartir el baño con mi irritante hermano. Me volteo para seguir tocando la puerta, pero veo que se está abriendo, por fin mi hermano estaba saliendo.

—¡Listo hermana, disfruta tu ducha! —me toma de las mejillas y me da un beso en la frente. Hasta sus cariños eran insoportables.

No me detuve a discutir, si no me daba prisa llegaría tarde a mi clase en la universidad, así que tenía que moverme. Corro a darme mi ducha y cuando enciendo la regadera para el agua caliente, me doy cuenta de que ya no sale, no puede ser, mi hermano una vez más se la acabo.

—¡MATEO! —grito con total enojo, siempre que podía me hacía lo mismo.

Mi mañana no iba nada bien, por lo menos no a todos le pasaba como a mí. En el centro de la ciudad, en el lujoso hotel Harrys, sin ningún tipo de molestia, habitando el penthouse, un hermoso apartamento con los mas finos acabados, en su gran ducha y contando con agua caliente, Theo Lancaster, un joven alto, piel pálida, ojos azules que parecían esferas brillantes, con un cuerpo de ensueño. No estaba solo, ya que a la ducha se le unió una bella chica, bella, rubia, toda una modelo.

—¡Hola bello! ¿Puedo hacerte compañía? —le dice muy coqueta colocando sus manos en su cintura.

—¡Claro que sí, hermosa! —se da vuelta y la toma con fuerza para darle un apasionado beso.

Con el agua a la temperatura perfecta y con ellos totalmente excitados, entre caricias y picardía, esa ducha se presto para mucho que un simple baño.

Saciaron sus deseos carnales para acabar totalmente complacidos.

—¡Está noche ha sido totalmente exquisita! —comenta ella mientras sube el cierre de sus botas de cuero negro altas. Se levanta y se acerca a Theo quién está sentado en la esquina de la cama colocándose sus zapatos. Se sienta a su lado y comienza a acariciar su espalda con sus manos y algunos besos. —¿Repetimos está noche? Podemos ir al club, bailamos, bebemos y terminamos aquí a pasarla rico. ¿Qué te parece? —

—¿Otra vez lo mismo, Jazmín? —pregunta con mucho fastidio. Se levanta de la cama y se acerca ala estantería frente de él a tomar su celular. —Lo siento bella, pero me aburro de siempre lo mismo y ya llevamos varios días haciendo lo mismo, hoy ve con quién te vas. —

—¿Es enserio lo que me dices, Theo? —pregunta, obvio muy disgustada por lo que escuchó.

—Pues sí. —le responde, sin el más mínimo sentimiento y sin voltear a verla, estaba muy concentrada en su teléfono.

—¡Un momento, Theo! —se acerca a él muy enojada y le arrebata el celular de la mano. —Tú como que no entiendes. ¿Crees que mi padre va a querer hacer negocios con el tuyo después de que le cuente que me has estado cogiendo? —

—Lo siento bella, pero aquí la que no entiende eres tú por lo visto. —le arrebata de vuelta su celular. —¿Crees que tú padre, el hombre más avariciosa con el dinero, va a dejar de hacer un contrato millonario con mi padre solo porque su niñita no pudo mantener las piernas cerradas? A tú padre no le conviene dejar de hacer negocios con el mío, sino se va a la ruina y lo sabes muy bien. Yo no estoy obligado a estar contigo, ya me aburriste. Ahora vete de aquí. —

Jazmín tenía intención de responder y el enojo también, pero sabía que nada de lo que dijera iba a combatir lo que él ya le dijo, ya que de cierto modo tenía razón. Se volteó y agarró su bolso y salió de la habitación a toda prisa. En el ascensor tuvo la coincidencia de encontrarse con Octavio, el mejor amigo de Theo.

—¡Buenos días, Jazmín! —la saluda con total inocencia. Ella no le responde nada, solo como una fiera lo saca del ascensor, entra y presiona fuertemente los botones para que cerraran rápido las puertas.

Octavio estaba totalmente confundido y tras de él se acerca Theo, muerto de risa.

—Toda una fiera, ¿Verdad? —le dice Theo, con un tono burlón y muerto de risa.

—¿Me podrías explicar que ocurrió? —le pregunta Octavio aún en confusión.

—Una más que cree que por abrirme las piernas me voy a casar. —le responde dándose la vuelta y caminando hacía la cocina.

—Pues ya deberías ir buscando con quién sí ,o lograrás que tus padres se ocupen de eso. —le comenta Octavio siguiéndolo. Llegan a la cocina y enseguida se mete a ver qué consigue en el refrigerador. —Algún día llegará la que te domine y no lo vas a poder controlar. —

—No mi amigo, apenas estoy en mis 25 años, una mujer no me va a amarrar ahora, eso no pasará. —le asegura, muy confiado en su manera de pensar. —Cambiando de tema, espero que vengas a decirme que ya mi padre acabó con sus negocios, tengo la urgente necesidad de irme, ya yo terminé con mis obligaciones. —

—A tu padre aún le falta como una semana mi amigo, así que te recomiendo que te pongas cómodo. —le responde su amigo, mientras se prepara un sándwich. —Y no cantes victoria, pues tú padre te ha mandado otra actividad. —le da un mordisco al pan.

—¿Ahora qué? —pregunta con total fastidio, pasándose las manos por el rostro.

—La universidad contacto a tú padre para hacerle una entrevista, en realidad para los estudiantes de comunicación que ya están presentando su tesis le hicieran una entrevista para su tema, pero tu padre tiene la agenda muy ocupada y no va a poder atender a esos chicos, pero le interesa, ya que es la universidad a la que él es donador. —le explica. Continúa comiendo. —Así que les dijo que su hijo estaría encantado de atenderlos. Así que mañana serás entrevistado. —

—Mi padre es un genio la verdad. —comenta sarcásticamente. —Mañana y ¿Quién me hará la entrevista? —

Después de mi complicada mañana, al final logré ducharme y llegar a la universidad, con algunos minutos de retraso, pero para mi suerte aún el profesor no llegaba. Ya me esperaba mi mejor amiga, Sarah, mi amiga fiel de toda la vida.

—¡Al fin llegas! ¿Otra vez tú hermano? —pregunta. Ya ella sabía de mi odisea diaria.

—Mateo es mi karma por no haberme ido con mi madre. —le respondo.

—¿Ella te ha vuelto a contactar? —pregunta un poco curiosa por mi comentario.

—No que va, después de que se fue con su amante multimillonario nunca nos volvió a contactar. —le respondo, sin ninguna emoción. Era un tema que en un principio me afectaba demasiado, pero ya después de 4 años, ni se siente, solo se fue sin pensar en su familia. —Y ya, si a ella no le importó, ¿Por qué a mí sí? —

—Vamos a clase, aún el profesor no llega, pero ya casi todos los demás están en el salón. —me dice, ya ella me conocía y sabía muy bien lo de mi madre.

Llegamos al salón, pero ya como mi amiga había dicho, el profesor aún no llegaba. Estudio comunicación social y en realidad ya estoy por terminar la carrera, solo presento una dos materias y una de ellas es la de mi tesis.

—¡Buenos días estudiantes! —saluda el profesor entrando al salón. —Disculpen la tardanza, estaba confirmando algunos asuntos para el día de hoy darles las indicaciones de su proyecto final. —comenzó con sus orientaciones. —Como saben, ya está próxima las fechas para sus presentaciones de tesis y este año me he tomado el traba para que en los próximos 6 meses, investiguen, dialoguen, analicen y sobre todo convivan con grandes figuras reconocidas a nivel nacional e internacional, faltaban por confirmar algunos y hace unos 15 minutos termine de recibir sus aprobaciones. —coloca su maletín en la mesa, de donde saca una bolsa transparente llena de papeletas. Se coloca frente a su escritorio y abre la bolsa, bateándola un poco. —Ahora, lo que quiero que hagan es que cada uno de ustedes, se levante en orden y tomen una papeleta y veremos a quien les tocará hacer la entrevista. Ya todos éstos nombres confirmaron su colaboración en todo lo que necesiten para su trabajo. —

Cada uno siguió la orientación del profesor y comenzaron a levantarse a tomar su papeleta, grades nombres salían de allí, en verdad el profesor se esforzó por conseguir a grandes figuras para nosotros realizar nuestro proyecto de investigación periodística. Yo estaba en el último asiento, así que era la última en escoger, cuando al fin me tocó, el profesor me miró con firmeza y con una gran sonrisa me recibió.

—Miranda Cooper. —me llama por mi nombre completo. —Ya que eres la última y considerando todos los nombres que han salido, he de saber quién te tocó. —dice cuando me acerco a él. Saco la papeleta y sin siquiera dejar que la viera, él dice el nombre por mí. —Theodor Lancaster, gran donador de esta prestigiosa universidad, aunque en realidad no te toca entrevistarlo a él, si no a su hijo, Theo Lancaster, quién es socio en sus empresas. —

Yo quedó pálida al enterarme de a quien me tocaba entrevistar, al hijo del amante de mi madre, el hombre por quién nos abandonó.

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