Punto Rojo

* * * * * * * * * DANAÍ * * * * * * * * * *

—Estoy aquí.

—Estaba esperando tu llamada —respondo sonriente al echarme sobre la cama y esperar a escuchar las muy buenas noticias—. ¿Qué sucedió? ¿La camarera esa ya se fue? ¿Dejó a Bayá? Ah… —suspiro y sonrío mucho—. Imagino que sí. La mujer esa es TAN tonta que se cree todo. Jamás me había tocado alguien tan fácil. Pero ya; quiero escucharte. Dime que la tonta esa ya se fue de la vida de Bayá.

—Pues te equivocas.

—¿Qué estás diciendo? —contesto impresionada al dar un salto de la cama y ponerme de pie.

—Lo que escuchaste. Tu estúpido plan no sirvió más que para reforzar lo que sea que tuviesen.

—¿QUÉ ESTÁS DICIENDO?

—¿Acaso no entendiste? NO SIRVIÓ DE NADA.

—¿CÓMO QUE NO SIRVIÓ DE NADA? ¿ACASO LA ESTÚPIDA ESA NO LEYÓ LOS EXÁMENES DEL LABORATORIO?

—Lo hizo, claro que lo hizo, pero no sé qué pasó. El asunto es que los dos no solo no se separaron, sino que, por el contrario, parecen más unidos que nunca. Incluso ahora han salido.

—¡NO, NO, NO, NO! ¡ESO NO PUEDE SER! ¡NOOO! —reniego al empezar a caminar desesperada por toda la habitación—. ¡MALDI TA SEA! ¡¿PERO QUÉ PASÓ?! ¡SE SUPONE QUE FUNCIONARÍA!

—PERO NO PASÓ. AHORA CÁLLATE.

—A MÍ TÚ NO ME DAS ÓRDENES IGUALADO.

—SOLO TRATO DE AYUDARTE.

—Sí, claro —sonrío sarcástica—. Si haces esto es solo porque te pagaré bien.

—¿Qué harás ahora?

—No dejaré que esa mujercita se salga con la suya. No dejaré que una simple camarera se interponga en mi camino.

—¿Cuál es el siguiente paso entonces?

—Pues ya estoy muy cansada de todo esto. Le he dado muchas oportunidades a Maximiliano. Incluso me he quedado en esta estúpi da residencia y he arruinado mi cuerpo dando a luz a su hijo.

—La prueba decía otra cosa.

—¡ESE NO ES ASUNTO TUYO! ¡ASÍ QUE NO TE METAS!

—¿Por qué no me lo contaste?

—NO TENGO POR QUÉ CONTARTE TODO LO QUE HARÉ; ADEMÁS, AÚN NO PODÍA CONFIAR EN TI.

—Pero ya ves que ahora sí.

—Sí, creo que sí.

—¿Cuál es el siguiente paso? Espero tus órdenes.

—Como ya te dije, he sido muy paciente con él, pero ya no más. Le demostraré todo el poder que he podido hacer sin su ayuda. Es hora de enseñarle a Maximiliano Fisterra que la única mujer que está a su altura soy yo.

—¿Qué tienes en mente? —pregunta; y yo sonrío maliciosa.

—Le enseñaré a Bayá que él es solo mío, que yo soy la mujer perfecta para él y que… si no es para mí, tampoco lo será para nadie, ¡Y MUCHO MENOS DE UNA TONTA Y ESTÚ PIDA CAMARERA DE QUINTA!

—Ya veo… entonces, ¿qué procedo? ¿qué deberé hacer?

—Llamar a todos mis aliados y a todo aquel que desee colaborar. Diles que habrá una muy buena recompensa. TAN BUENA que no tendrán la necesidad de trabajar nunca más. Llama a todos los que puedas porque… ya me cansé. Hoy… inicia la guerra.

—¿Qué es lo que estás diciendo?

—Lo que escuchaste —sonrío muy complacida—. Hoy inicia la guerra. Hoy empiezo mi conquista a Bayá porque ese hombre es solo mío y JUNTOS conquistaremos todo Europa. ¡ASÍ QUE NO PIERDAS TIEMPO Y REÚNE A TODOS!

—Para hacer eso, necesito negociar con algunos y para ello necesito que…

—SÉ LO QUE NECESITAS Y… te lo voy a dar.

—¿Eso quiere decir que confías en mí?

—Eso quiere decir que te pago muy bien y confío que por ello no harás nada estúpido.

—Bueno, gracias de todas maneras por la confianza.

—YA, VE DE UNA VEZ. NO QUIERO PERDER NI UN SOLO INSTANTE. AH…

—¿Qué sucede?

—Ven por mí. Necesito salir de este maldi to lugar y tú eres el único que puede sacarme.

—Bien, así será, pero no iré yo. No quiero que nadie sospeche. Serán otras personas las que te rescatarán.

—No quiero fallas —advierto.

—No habrá una sola.

—Los quiero aquí en cuanto se pueda; solo no demores mucho porque lo tomaré como una traición.

—Irán por ti pronto. No te preocupes —contesta; y le corto.

Después, solo me siento en la cama a terminar de repasar un plan que ya tenía hecho y aprendido de memoria.

—Si Bayá no es mío, no será para nadie. Y no es obsesión…, es amor.

** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

* * * * * * * * * MERLÍ * * * * * * * * * *

—Eres muy buena —comenta sorprendido al ver las botellas hechas trizas a muchos metros de nosotros—. Y esta es solo tu primera clase.

—Dime…, ¿ya soy una mafiosa? —cuestiono con diversión; y él sonríe mientras me abraza por detrás y me da un delicioso beso en los labios.

—La más hermosa de todas, pero… eres mi mafiosa…, de nadie más.

—Mmmm… celoso —susurro al darme media vuelta y abrazarlo—. ¿Qué sigue ahora?

—Bueno, ya sabes manejar el arma. Ahora tienes que conocer a quienes te enfrentas.

—¿Eso significa?

—Significa que tenemos que ir al Punto Rojo.

—¿El Punto Rojo?

—Sí, el Punto Rojo. Ahí está todo lo que debes conocer sobre nuestros aliados y enemigos y… también te quiero llevar ahí porque quiero que todos te conozcan, Quiero que todos conozcan a la señora de Maximiliano Fisterra, aunque ahí deberás llamarme Bayá.

—Bayá… —susurro; y le sonrío—. ¿Sabes algo?

—¿Qué cosa?

—De verdad adoro tu nombre de mafioso —señalo; y él sonríe mientras niega con la cabeza—, pero amo más tu verdadero nombre. “Maximiliano”

—Merlí —musita al acariciar mi rostro con sus dedos y luego, dejar un beso muy suave, el cual, en instantes, se transforma en uno apasionado e intenso.

—Te amo…, te amo mucho —susurro con la respiración entrecortada al separarnos un poco.

—Te amo —responde él; y nos sonreímos—. ¿Nos vamos?

—Sí, pero antes quiero ir a la casa a ver a nuestro hijo. No puedo estar mucho tiempo alejada de él.

—Ni yo de ustedes —precisa; y yo le sonrío y le doy otro beso—. Bueno, entonces vamos a ver a nuestro hijo y después, vamos un momento al Punto Rojo.

—Sí, está bien —respondo; y salimos tomados de la mano, de aquel campo, luego de que me enseñara a manejar un arma.

Llegamos a la casa, pasamos tiempo con nuestro hijo y fuimos al “Punto Rojo”. El lugar era muy grande y parecía una impenetrable fortaleza, en la cual había muchos, pero muchos hombres.

Ahí, Maximiliano me presentó como su esposa y exigió a todos el mismo respeto y lealtad que tenían hacia él. Los hombres con los principales cargos me saludaron y me dieron su palabra de protegerme a mí y a mi hijo, así como de siempre mostrarme su respeto y lealtad.

Inmediatamente después de ello, Maximiliano me llevó a un salón en el cual había muchas fotografías y ahí me empezó a decir quién era cada persona, qué territorio controlaba y si era su enemigo o no. También estaba la foto de ella, de Danaí y, para mi sorpresa, la mujer tenía mucho poder y aliados, según lo que Maximiliano había podido averiguar a partir de la información que le traían sus hombres.

Luego de todo ello, regresamos a la casa, hicimos dormir a nuestro hijo y nos marchamos a nuestra habitación para… hacer el amor todas las veces que se nos había hecho posible.

** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

* * * * * * * * * BAYÁ * * * * * * * * * *

Me despierto al escuchar mi celular vibrar. Veo a Merlí durmiendo plácidamente, así que me apresuro en ir al baño a atender la llamada para no despertarla.

 —¿Ramsés? ¿Qué pasa? ¿Por qué me llamas a esta hora?

—Maximiliano, hay problemas. Necesitas ir al Punto Rojo ya.

—¿Ya?

—Ahora, Maximiliano —dice muy serio; y yo frunzo mi ceño, ya que mi amigo parecía verdaderamente preocupado.

—Salgo de inmediato.

—Te espero allá. Yo también estoy en camino.

—No demoro —es lo único que digo; y le corto para regresar a la habitación a vestirme.

Evelyn Zap

Entramos a los capítulos finales!!!! ¿Qué creen que sucederá?

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