Extraño

* * * * * * * * * MERLÍ * * * * * * * *

—¿Es este un sueño?... ¿Es… es este un sueño? —susurra muy débil al verme.

Yo tomo su mano y la llevo hasta una de mis mejillas.

—No…, no es un sueño, Maximiliano. Estás aquí…, estás con nosotros.

—Merlí…, te hirieron…

—Solo fue algo superficial. Nada de importancia.

—Es importante para mí.

—Estoy bien, Maximiliano —señalo serena; y él se queda observándome por unos largos segundos.

—Perdóname

—¿Por qué?

—Por ponerte en esta situación.

—Se supone que somos una familia, ¿no?

—Somos una familia, Merlí —aclara muy serio al fruncir su ceño—. ¿Qué sucede? ¿Por qué estás así?

—¿Así cómo?

—Así…, así como cuando hago algo que te disgusta.

—Tuve miedo de perderte, Maximiliano. Cuando regresé y… vi a todos esos hombres heridos, yo…, por un momento, pensé en lo peor. No puedo creer que no me hayas dicho nada.

—Solo quería protegerlos, Merlí.

—¿Protegernos? —lo miro fijamente—. ¿Protegernos, Maximiliano? —cuestiono frustrada—. ¿Protegernos cómo? ¿Dejándonos solos? ¿Arriesgando tu vida?

—Merlí…, perdóname.

—Eres un idiota, ¿sabes?

—Merlí…

—No digas nada más. Ahora solo abrázame por favor. Solo abrázame, por favor, Maximiliano —pido entre sollozos al esconderme en su pecho—. Creí que te perdería…

—Shhh… tranquila, Merlí. Yo estoy aquí.

—¿Por qué te arriesgaste tanto? Somos una familia, yo pude apoyarte desde un inicio.

—Merlí, no iba a arriesgarte.

—Somos una familia, Maximiliano. ¿Entiendes eso? —pregunto muy seria; y él se queda en silencio—. Una familia. La familia se apoya; yo te habría entendido.

—Lo sé, Merlí, pero te conozco. Sé lo obstinada que eres, mujer —precisa al tomar mis mejillas y mirarme profundamente—. Sé de lo que eres capaz. Mira lo que hiciste en mi ausencia.

—¿Te molesta que haya tomado el mando?

—No, claro que no.

—¿Entonces?

—También tuve mucho miedo cuando te vi en ese lugar. Si algo te pasara, Merlí. Si algo le pasara a nuestro hijo o a ti, jamás me lo perdonaría.

—Pues lo mismo sucedió conmigo. Te confesé mi amor, Maximiliano. Yo… me habría vuelto loca si esa demente te hubiese hecho algo peor. Me volvería loca si esa mujer nos hubiese dejado sin ti.

—Perdóname, Merlí.

—Podías confiar en mí, Maximiliano.

—Merlí, mi Merlí —susurra al abrazarme.

—Estás muy golpeado.

—Yo estoy bien…, yo estoy bien —musita al acariciar mi rostro y la punta de mi nariz con sus labios—. Te amo, Merlí.

—Bayá

—La amo, señora Fisterra —precisa; y me besa.

—Maximiliano…

—Por favor, no te molestes por haberte alejado.

—Creí que me tenías más confianza.

—Fui un est úpido…, lo sé, pero, por favor, perdóname.

—Ya es hora de que descanses.

—No tengo sueño.

—Debes recuperarte.

—¿Nuestro hijo?

—Con Cassandra. No lo he traído porque esto aún no se ha terminado.

—Pero se terminará.

—Sí, Ramsés me contó. Yo… creí que era un traidor.

—Sí…, tengo que aclarar eso cuanto antes. ¿Dónde está?

—Hablando con todos los hombres y los aliados —señalo al suspirar cansada.

—Perdóname, Merlí. Perdóname por no haberte dicho la verdad.

—Es hora de que tomes tus medicinas.

—¿Cómo estás?

—Ya te dije, nada de gravedad. El médico dijo que estaría bien en unos días.

—Debes descansar.

—No, tú debes descansar. Recibiste un disparo en las costillas. Lo bueno es que la ba la no tocó ningún órgano.

—Quisiera ver a nuestro hijo.

—Esto debe acabar primero. Jamás creí que esto fuera tan peligroso.

—Lamento no poderte dar una vida más tranquila.

—Eso no me molesta, Maximiliano.

—Pues no estoy convencido de ello.

—Por dios, Maximiliano. Yo sabía con quién estaba. Sabía de quién me había enamorado y a quién le había entregado mi corazón. Sabía de lo peligroso que era.

—Pero…

—Pero el haberlo experimentado resultó ser mucho peor; sin embargo, estaría gustosa de volver a pasar por ello si se trata de ti.

—Merlí…

—Habría vuelto arriesgar mi vida por ti. PORQUE TE AMO, porque eres el padre de mi hijo y… porque te necesitamos, Maximiliano. Habría hecho todo por ti. De verdad, lo habría hecho otra vez —susurro algo decepcionada; y él me mira apenado—. No necesitaba ser protegida por ti. ¿Sabes lo que necesitaba? La confianza de mi esposo para protegernos los dos y… para que JUNTOS protejamos a nuestro hijo —confieso por fin; y se hace un muy largo silencio.

Después, me levanto de la cama y salgo de su habitación.

** * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

* * * * * * * * * BAYÁ * * * * * * * *

—¿Sigue molesta?

—Sí —contesto desanimado al revisar los papeles que Ramsés y yo habíamos logrado sacar de aquella caja fuerte de Danaí.

Eran unos papeles muy importantes, ya que con ellos tenía mis enemigos en mis manos. Eran pruebas de muchas cosas, así como alianzas polí ticas y otras cosas más que a ellos, claramente, no les convenía que saliesen a la luz. Eran… muy importantes. Con ellos podría acabar con cualquiera cuando quisiese y porque quisiese.

—¿También conmigo?

—También.

—¿Dónde está?

—En nuestra habitación. Está escribiendo.

—¿Escribe?

—Sí, no sé qué es porque no me deja verlo. De verdad, ella está muy molesta y, hasta cierto punto, pienso que está decepcionada y es eso lo que más me preocupa.

—Entiendo.

—Me arrepiento de no haberle contado. Creo que ella… tiene razón.

—Solo querías protegerlos.

—Sí…, pero éramos una familia. Somos una familia. Ella merecía saber la verdad y yo, otra vez, la he jo dido.

—Tal vez tenga ella razón, pero… las cosas ya están hechas, Maximiliano.

—Sí, tienes razón. En este momento, lo más importante es acabar con Danaí y tomar el control de todo. Así, todos estaremos seguros, Merlí estará segura, nuestro hijo estará seguro.

—¿Qué piensas hacer cuando todo esto acabe?

—Quiero viajar con mi familia por un muy largo tiempo. Solo deseo estar con ellos, con nadie más…, nada más. Es lo único que necesito para ser feliz. Solo ellos, mi Merlí y… nuestro pequeño Maximiliano.

—Bueno, entonces debemos apresurarnos. Supe que Danaí está preparando otro ataque.

—Que prepare lo que quiera. Será presa fácil. Con estos papeles en nuestras manos, tenemos controlados a todos y eso la incluye. Así que quiero que envíen copias de los papeles que corresponde a cada uno de nuestros enemigos y adviertan que cualquier movimiento en nuestra contra, será motivo para destruirlos.

—Así será, Bayá.

—Gracias, Ramsés.

—Bayá

—Dime

—¿Qué pasa si Danaí expone lo de tu matrimonio falso?

—Nadie le creería, ni siquiera yo. Ese matrimonio es real. Estoy perdidamente enamorado de mi esposa y… tenemos un hijo. Nadie le creería esa mentira, ni siquiera mi familia.

—Entiendo… —sonríe.

—¿Qué pasa?

—Nada. Solo pienso en sus agallas al haberte ido a rescatar.

—Sí…, Merlí es una mujer sorprendente. Jamás hubiese creído que…

—¿Jamás hubieses creído qué?

—No todas las mujeres son iguales, Ramsés —digo por fin; y mi amigo vuelve a sonreír—. Merlí es diferente…, Merlí es especial.

—Lo sé, Bayá —dice de una forma extraña, pero lo dejo pasar.

—Ve a hacer lo que te dije.

—Está bien. Iré a repartir estos papeles y a mandar las advertencias. Al fin esto se acabará.

—Al fin, Ramsés…, al fin.

Evelyn Zap

Segundo capítulo!!!!

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