Los hermanos Tonali: Atractivos y Peligrosos

Los hermanos Tonali: Atractivos y PeligrososES

Romántica
G Malcor  Recién actualizado
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Resumen
Índice

Ella no recuerda nada de su vida, todo lo que sabe es que es la prometida de un magnate italiano que la trata como si fuera una reina, sin embargo, no se siente en casa. Deberá contraer matrimonio con un hombre del que poco sabe para mantenerse a salvo.

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31 chapters
Capitulo 1
Cuando hubieron sucedido poco más de cuatro meses, Bethany Carter despertó del coma en una insípida y fría cama de hospital en la glamorosa ciudad de Florencia, en Italia. Sin el menor recuerdo de quién era, amnesia retrógrada fue su diagnóstico. El doctor Vitto, un hombre que a pesar de su avanzada edad, no sucumbía a los deterioros de la vejez, paseaba una suave luz por sus ojos, terminando con la revisión rutinaria. -Muy bien señorita Carter. Todo parece estar en orden, pero eso es algo que solo usted podría confirmarme. Dígame ¿algún mal la apercibido recientemente? -Preguntó el doctor.-No, en lo absoluto. -Respondió Bethany, sentada en la cama, vistiendo una bata de hospital. Era una mujer de tez pálida y cabello rojizo con un corte que le caía un poco más abajo de los hombros. -Perfecto. -Exclamó Vitto con simpatía, de pie en una esquina. -El señor Tonali se encuentra a esperas de poder verla ¿Desea que le permita el ingreso? -Inquirió. Bethany retorció la sábana, nerviosa. E
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Capitulo 2
A mitad de la madrugada, Bethany se removía y pataleaba en la cama, por respeto, Ciro le dejó la habitación principal para ella sola, mientras que él se cambió a una de huéspedes. La mujer era atacada por lo que parecían ser pesadillas. Un par de orbes negros que la miraban en una solemne oscuridad y unas manos que apretaban su delgado cuello. Ella forcejeaba por querer sobrevivir, aunque despacio iba perdiendo la consciencia. Finalmente, despertó sobresaltada cuando en sus pesadillas cayó al suelo. Se sentó con la respiración agitada, mirando a sus alrededores. Encendió la lámpara sobre la mesita auxiliar reconociendo la habitación en que se hallaba. Su memoria seguía siendo ineficaz, y era perturbador. Pisó el suelo, descalza y se aproximó a la puerta, la abrió y asomó la cabeza; todo parecía estar en orden: había silencio y oscuridad, normal considerando las altas horas de la noche. Regresó al interior de la habitación y cerró la puerta con seguro, también la del balcón. Volvió a
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Capitulo 3
La cama de Bethany era una marea de vestidos de todos los colores y formas, no conseguía uno que se amoldara a la ocasión. El vestido de tafetán color ciruela, de tirantes y corte superior a la rodilla le parecía ordinario. Hizo un pequeño berrinche y se dispuso a quitarse el décimo vestido, cuando bajó el escote volvió a notar la cicatriz en su abdomen. La inquietud que tenía por darle una explicación era tan arraigada que su memoria le combinó vagos recuerdos de un bebé: lo sostenía en sus brazos y en otras oportunidades lo dormía en una cuna. Bethany se preguntaba si en realidad eran recuerdos o si su mente le estaba jugando sucio y solo le daba lo que quería. Se apuntó aclararlo con el doctor Vitto en la siguiente consulta de revisión. Vestida solo en bragas, se metió al guardarropa y se dio su tiempo para seleccionar un vestido de los enésimos que habían, uno más encantador que el anterior. Le parecía alucinante cómo no podía escoger uno siendo todos elegantes. -¿Bethany? -Esc
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Capitulo 4
Temprano en la mañana, Ciro acompañó a Bethany a la consulta con el doctor Vitto. Esperaban en su despacho sentados a la mesa escritorio, entretanto el doctor buscaba los resultados de rayos X y demás exámenes. Bethany había sido renuente a hablar con el doctor Vitto acerca de los sueños y visiones que la habían azotado recientemente. Se cohibió a hacerlo frente a Ciro que en ningún instante se separó de ellos. -¿Algún problema? -Cuestionó Bethany fijándose en que la atención de Ciro estaba enfocada en su celular que no paraba de sonar.-Nada de vida o muerte. Es mi trabajo. -A penas despegó su atención del aparato.-Si tienes que irte lo entendería. -Todavía no. Hay algo que quisiera enseñarte al salir de aquí. -Dijo Ciro. El doctor Vitto hizo su entrada, ojeando los papeles en sus manos. Era difícil descifrar su rostro austero. -Todo pareciera estar en orden. -Habló el doctor terminando con una sonrisa. -Sí, así me he sentido. -Confirmó la mujer. Ciro estiró una de sus manos y
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Capitulo 5
Se acomodó en la cama y se afanó por volver a sus libros, pero le resultó imposible. El encuentro que sostuvo con su cuñado la había desestabilizado. La manera en que la miró y la mujer de la que habló. Desconocer los detalles que otros conocían la ponía en inferioridad, y era algo que le disgustaba. Cerró los ojos con fuerza en un vano intento por recordar algo, pero todo lo que su mente le ofrecía eran las visiones que ya había experimentado con amargas sensaciones que las acompañaban. ¿Por qué el trabajo me trajo tantos recuerdos? Pensó. Haber ingresadoa su empresa fue un respiro de alivio, y anhelaba experimentar más de eso, pero se hacía casi una ilusión. Miraba la casa en la que vivió por poco menos de diez años y le era desconocida. También el hombre que alguna vez amó, aunque no podía negar que se sentía segura junto a él. Ciro era un buen hombre, atento y respetuoso, que dejaba a la vista de todos cuánto la amaba. Vio que el picaporte de la puerta trató de girarse, y su co
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Capitulo 6
El vuelo partía poco antes del mediodía, así que Ciro aprovechó la mañana para cumplir con algunos recados y dejar los negocios en orden. No confiaba mucho en Brahim quien a lo largo de su vida le demostró ser un hombre irresponsable e incumplido. Había grandes posibilidades de que, a la vuelta de sus vacaciones, las empresas estuvieran, si no en quiebra, al borde de la ruina. Las máquinas funcionaban debidamente. Se detuvo frente a la cinta corrediza, y tomó una de las latas que fabricaban, con una buena imitación de la etiqueta de formula para bebés pasó su dedo asegurándose de la calidad, que no se corriera la tinta. La regresó a la cinta para que siguiera su recorrido, al final sería llenada con el polvo blanco. Él se subió al ascensor para llegar a la última sala en donde los empleados terminaban de dar los últimos detalles a las latas, identificando sutilmente cuáles eran genuinas y cuáles imitación, para luego empacarlas en palés. El pedido que se alistaba sería enviado a Ru
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Capitulo 7
El bikini de Bethany era azul índigo que dejaba poco a la imaginación, con flecos que bailaban de un lado al otro al caminar. Se había bronceado tumbada en la arena hasta notarse sofocada y entonces decidió entrar al mar que se contoneaban al ritmo de las olas. Ya recordaba cuáles habían sido sus ansias por acudir a esa playa. La veía en folletos y catálogos, deseando verse bajo su incandescente sol mientras rodaba sobre la arena y la cristalizada agua mojaba su piel. Era el Edén en la tierra. Salió del mar y se aproximó a su prometido que estaba cubierto por un toldo, presumiendo unos costosos lentes oscuros, sentado en una silla plegable. No había apartado sus ojos de su amada en ningún momento. -¿Nadas? -Preguntó Bethany acomodándose en la silla plegable junto a él y secándose sus mechones con una toalla. -Sí, aunque por ahora no tengo muchas ganas. -Se rehusó el italiano quitándose los lentes. No era entusiasta por convivir con la muchedumbre. Había sido la razón por la que se
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Capitulo 8
Más calmado, retornó a la playa y su desagradable muchedumbre. Se presentó frente a su prometida con una sonrisa que eliminará de su rostro la amargura. -Lamento la demora, estaba... -Intentó analizar un pretexto, pero su mente era ineficaz para hacerlo. -Alguien del hotel me ha informado que el spa está listo. -Dijo Bethany no tan sonriente.-Lo había olvidado. -Dijo profiriendo una maldición. Planeaba sorprenderla. Una vez más permitía que su trabajo lo distrajera de lo importante. Avanzaron al hotel donde fueron guiados por una pareja de masajistas a una sala privada.Les apuntaron una segunda estancia en donde podían desprenderse de sus vestiduras. Estaban en pro de convertirse en un matrimonio así que a ambos los guiaron a la misma estancia. Si lo hubiesen consultado, Bethany se habría decantado una para ella sola.-Tranquila, no veré nada. –La consoló Ciro, conociéndola tan bien. Y añadió con un malicioso tono de voz, cargado de deseo: –Tú, en cambio, puedes ver si lo prefier
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Capitulo 9
Los párpados de Bethany se levantaron abruptamente. Los malos sueños continuaban perturbando su descanso. Una persecución y disparos, ella corriendo, escapando de la muerte. Visiones que disparaba su ritmo cardíaco. Era tortuoso. Se giró sobre la cama notándose sola, Ciro no estaba. Dejó el lecho vistiendo una bata de seda azul a rayas blancas. Salió del dormitorio sin hacer ruido, su falta de calzado la hacía sigilosa. No tuvo que andar demasiado para encontrar a su prometido quien estaba en la sala de estar, sentado frente a una laptop que ni siquiera sabía cómo obtuvo. Reteniendo un aparato celular en su oído, que suponía no era el suyo, puesto que ése había volado en cientos de pedazos contra las piedras. -Deten la producción. En este momento la policía rusa ha de estar investigando su procedencia. Debemos mantener un perfil bajo. Cancela números telefónicos comerciales, correos o cualquier otro medio de contacto. -Escuchó Bethany a pesar del cuidadoso tono con el que hablaba.
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Capitulo 10
Estiró una de sus manos para deslizar el reloj despertador y ojear la hora: 1:00pm. Bethany llevaba un largo tiempo en la cama sin lograr conciliar el sueño. Se calzó con unas pantuflas de tela peluche y abandonó la habitación. Sabía qué andaba mal con su descanso. Una noche durmiendo junto a Ciro fue suficiente para que su cuerpo recordara la esencia de dormir junto al cálido abrigo de otro cuerpo. Anduvo por los pasillos y llegó a la habitación en la que Ciro dormía. La puerta estaba entre abierta así que ingresó sin antes avisar. No había nadie. La cama estaba sin hacer y el ya conocido ordenador portátil de Ciro reposando sobre ella. En serio era un adicto al trabajo. Gateó desde la parte inferior de la cama para llegar al aparato que estaba sobre las almohadas. Y cuando sus dedos rozaron el ordenador, sintió una segunda mano que tomaba la suya. De un tirón Ciro la levantó y la besó. -¿Qué haces levantada? -Preguntó el italiano sobre sus labios.-Yo podría hacerte la misma preg
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