George Castelo días antes de su boda descubre que su prometida le fue infiel. Con la decepción de haber sido engañado decide emborracharse, topándose con Marina en su regreso a casa, una novia que tuvo que huir para no casarse por obligación con un hombre que le dobla la edad, sin conocer más que sus nombres saben que deben resolver sus vidas, uno por lograr su herencia y ella para que no la obliguen a casarse, por lo cual deciden embarcarse en un trato. Fingir que ambos están enamorados frente a todos y casarse para obtener beneficios. Ninguno sabe lo que está desencadenando hasta que tienen que convivir en un matrimonio forzado y en lugar de alejarse crean un vinculo que no esperaban. El descubre en ella a una mujer atrayente, que lo hace sentir celos de todos los que se acercan. Ella ve en George a un hombre protector que la hace reír y le gusta como replantea sus creencias que todos los hombres son iguales. ¿Podrán resolver sus vidas solo con un matrimonio o solo crearán dilemas mucho más grandes al casarse?
Leer másGeorge. Me despedí con un apretón de manos de mis clientes, yendo al auto junto a Prince, el cuñado de Aiden para dar las indicaciones de cómo comenzar con los pedido por los clientes del complejo hotelero que pensaban tener. __ Con la casa del candidato tendremos que hacer horas extras para tenerlo a tiempo. - miró su celular, en tanto sacó las llaves del vehículo. - Esta noche me daré a la tarea de terminar los planos de candidato y mañana lo tendrás en tu escritorio. __ Tenemos que revisar el terreno donde se construirá. - manifesté quitando la seguridad de mi auto. - Mañana podríamos ir. Tengo unas horas libres por la mañana.__ Creo que puedo desocuparme a tiempo. - subió a su auto. - Pero si no...__ Por ahora termina con el que tienes pendiente, revisaré lo que me entregues y vamos por el complejo para no quedar mal con ninguno. Ambos estábamos enfocados en tener la confianza de nuestros clientes para que la fama de ser uno de los mejores de nuestro ámbito no bajara.Regres
Marina.__ Sé que puedes cuidarlos, amor. Pero ellos son muy inquietos y te van a cansar mucho. - replanteé a Rose, la niña de moños en la cabeza que insistía en poder cuidar de mis hijos. Conocía a mis bebés. Adorarlos con toda mi alma no me cegaba para decir que eran los seres más tranquilos del mundo, sabía lo que tenía conmigo y por ello mis genes junto a los George se entendía a la perfección que en unas personitas de medio metro, no eran precisamente el sinónimo de calma. __ Le diré a Max que me ayude. - sugirió esperanzada en que eso podría ser la solución. __ Dile, si accede puedes cargarlos, aunque dudo que se dejen. - miré a mi amiga, la cual solo observaba a su pequeña hija entusiasmada por conseguir al menos una posibilidad.__ Mejor dile adiós. No regresará. Max está arreglando la cerca y ella ama ayudarle. - me dijo Juliana con una taza de café cerca de su boca, en tanto apoyada en la isla de la mesa, veía por la ventana al susodicho. __ ¿Lo quiere mucho, verdad? - m
George. El sol golpeó mi cara al salir, mirando desde desde la parte trasera del yate la playa que tengo frente a mis ojos. Respiré profundo recordando la forma en que he despertado estos días, con una mujer, la cual se acostumbró a no soltarme por las noches, ni en la llegada de la mañana. A eso se le suma tener a dos bebés que con solo despertar ya están inquietos, quieren tocar todo, jugar con lo que encuentren y no descansan más que para comer. Esa había sido mi vida, entre cambios que si los viera en una pantalla de un antes y un después de tres años antes y el ahora, no creería que algo como eso fuera real...incluso lo pensaría imposible. Pero lo era, tenía una esposa que enmedio de besos sobre mi espalda me avisó sobre su presencia. Rodeó mi cuerpo con sus manos en lo que solo seguí viendo lo que tenía a unos metros de donde estábamos. __ ¿Me extrañaste? - cuestionó y giré en mi lugar, para poder verla a los ojos, ella requería toda mi atención, así lo sentía. __ No ha ll
George.Revisé rápidamente los papeles que pusieron frente a mí, mirando a cada nada el reloj en mi mano. No podía abandonar mi trabajo, pero también estaba deseando poder salir lo más rápido posible. Tenía el tiempo contado, por ello le puse velocidad a todo, firmando los que debía, enviando los correos a Daniel para que se hiciera cargo de la entrega de los planos y que dejara en claro que nadie podía hacerle el minimo cambio. No iba a perder por culpa de alguien inexperto que creía podía hacer las cosas a su gusto. Terminé con la firma del nuevo cliente. Revisando la construcción de la casa de Aiden, la cual estaba por terminar. Le envié los detalles para que fuera a verificar que todo hubiera quedado a su gusto, con todos los detalles que pidió, siendo el último correo que envié para tomar las llaves de mi auto y salir rumbo a la casa. El alboroto en ese sitio me hizo ver como la amiga de Marina y su hermana se esforzaban por tener todo a tiempo. Me hice a un lado cuando pasaron
Narrador omnisciente.La noticia se esparció como pólvora, a todos sus amigos les llegó la noticia esperada. Juliana salió de su trabajo para ir a recoger a su hija e ir a la clínica. Susan no pudo contener la emoción al saber que sus sobrinos venían en camino, subiendo al auto que la esperaba. Aiden por su parte junto con Isabella y Tej salieron en sus autos rumbo a ese lugar donde sabían George debería ir llegando. Nada alejado de la realidad ya que para el arquitecto la distancia recorrida había sido mucha, antes de llegar al sitio donde ya estaban esperando por él Un traje especial lo esperaba. Ya no era un momento de angustia por perder la vida, porque literalmente estaba por comenzar una nueva o un par más que llegarian a su vida como un trébol, el cual traería no solo su felicidad sino la nueva dirección de su existencia. Con sus pies siguiendo un instinto persuasivo recorrió el pasillo que lo llevó hasta la sala donde su esposa ya estaba enojada porque no llegaba rápido com
George.Cuando creí que podría resolver todo por Marina, para quitarle el peso que no era necesario que tuviera, llegó el momento donde para que su tranquilidad no se viera interrumpida, decidiera ver a su padre. No podía negarle eso, no era mi decisión, por más que me molestara el ver que Bruno podría aprovecharse de ella. Marina no tenía ingenuidad, pero si era bondadosa, lo que la convertía en un blanco fácil para su padre. Pensar en eso me distraía del trabajo. La construcción de la casa para Aiden y su esposa estaba iniciando, por lo que debía asegurarme que no hubiera fallos. Prince, el hermano de Isabella sería quien llevaría la supervisión a su cargo, por ello los siguientes días me aseguré que supiera exactamente las especificaciones que estos habían pedido. Cambiar malos recuerdos por unos nuevos, era su plan. El mío que eso se viera reflejado en la obra que comenzaba apenas. Tuve que abordar el helicóptero que me sacó de ese lugar para ir por Marina a su universidad. T
Marina. __ Necesito levantarme de aquí. - refunfuñó George con hastío. - Me duele la espalda de estar en esta misma posición todo el tiempo.__ Deja de pelear con la sábana y mejor quédate quieto. - reprendí del mismo modo haciéndolo reír.- ¿Te estás burlando de mí? Su risa se hizo aún más grande. Le di un manotazo que desató la carcajada que inundó la habitación donde nos encontrabamos. __ ¡Hey! - se puso serio. - ¿Este matrimonio será con mucha violencia? porque ya me estoy arrepintiendo de no ser quién firme los papeles. __ No hay divorcio. Los dieciocho meses aún no se cumplen.__ Pero el pago ya se realizó. - siguió, achiqué la mirada. __ Eso es mentira. No he recibido ningún...No te atreverías. __ Hace una excelente mañana ¿no crees? Un sol radiante. - miró hacia la ventana. - Bueno, llovizna muy suave. __ George. __ ¿No tienes hambre? Con los bebés de seguro sí, le llamaré a Max que traiga algo para ustedes. - le arrebaté el teléfono para verlo a los ojos. __ ¿Que hici
Marina__ ¿Que pasa? ¿porque no responde? - pregunté al hombre con bata al ver que George no se movió ni un poco. - ¿Doctor porqué no...__ Calmese, veremos que sucede en un momento. - pidió en lo que me hizo apartarme de la camilla para tomar sus signos vitales. Abrió los párpados para ver sus reflejos, en lo que impaciente estuve esperando algo que tardó en llegar. - Tenemos que tenerlo en observación. Si ese antídoto llegó a tiempo podremos ver resultados en un par de horas como mucho.__ Pero está bien ¿verdad? - me esperancé. - ¿George se va a reponer?__ No sabemos a ciencia cierta. Tomaré una muestra de sangre, tenemos que descartar todo. - asentí solamente. Las enfermeras se pasearon en el lugar haciendo su trabajo, en lo que se me dijo tenía que salir un momento.Solté el aire retenido. Aún la mano me ardía, pero no medí mi fuerza con nadie para obtener lo que el padre de mis hijos requería. __ ¿Que pasó? ¿Si era ese? - interrogó Aiden con prisa al verme llegar. Gregory esta
Narrador omnisciente.La ventisca fuerte levantó las hojas en casa de los Murcia, nadie supo de quién se trataba porque no fueron avisados de alguna visita, por ello su reacción inmediata fue el hacer espacio a la aeronave que no pretendía quedarse sin aterrizar.La mujer que bajó con paso firme, se abrió paso entre los sirvientes que quisieron saber quién era, más lo único que pidieron ver fue el cabello levantado por el aire, al pasar a su lado siendo custodiada por los tres hombres vestido con traje y cara de no dejar que le pusieran un dedo encima a quien seguían. Entró sin pedir permiso. No iba a esperar a ser anunciada, por ello pasó directamente a las escaleras donde vio aparecer a una señora de edad, acompañada de un sujeto que había visto en el velorio del primo de George. Era por él que estaba ahí, de otra manera jamás iría en búsqueda de la mujer que llevaba en mente. __ ¿Puede alguien decirme que ocurre? - cuestionó Jan con intención de detenerla, pero Max se interpuso