Marina.__ Sé que puedes cuidarlos, amor. Pero ellos son muy inquietos y te van a cansar mucho. - replanteé a Rose, la niña de moños en la cabeza que insistía en poder cuidar de mis hijos. Conocía a mis bebés. Adorarlos con toda mi alma no me cegaba para decir que eran los seres más tranquilos del mundo, sabía lo que tenía conmigo y por ello mis genes junto a los George se entendía a la perfección que en unas personitas de medio metro, no eran precisamente el sinónimo de calma. __ Le diré a Max que me ayude. - sugirió esperanzada en que eso podría ser la solución. __ Dile, si accede puedes cargarlos, aunque dudo que se dejen. - miré a mi amiga, la cual solo observaba a su pequeña hija entusiasmada por conseguir al menos una posibilidad.__ Mejor dile adiós. No regresará. Max está arreglando la cerca y ella ama ayudarle. - me dijo Juliana con una taza de café cerca de su boca, en tanto apoyada en la isla de la mesa, veía por la ventana al susodicho. __ ¿Lo quiere mucho, verdad? - m
George. Me despedí con un apretón de manos de mis clientes, yendo al auto junto a Prince, el cuñado de Aiden para dar las indicaciones de cómo comenzar con los pedido por los clientes del complejo hotelero que pensaban tener. __ Con la casa del candidato tendremos que hacer horas extras para tenerlo a tiempo. - miró su celular, en tanto sacó las llaves del vehículo. - Esta noche me daré a la tarea de terminar los planos de candidato y mañana lo tendrás en tu escritorio. __ Tenemos que revisar el terreno donde se construirá. - manifesté quitando la seguridad de mi auto. - Mañana podríamos ir. Tengo unas horas libres por la mañana.__ Creo que puedo desocuparme a tiempo. - subió a su auto. - Pero si no...__ Por ahora termina con el que tienes pendiente, revisaré lo que me entregues y vamos por el complejo para no quedar mal con ninguno. Ambos estábamos enfocados en tener la confianza de nuestros clientes para que la fama de ser uno de los mejores de nuestro ámbito no bajara.Regres
Los preparativos para la boda fueron la causa de tantos viajes, eso según mi prometida. Pero tal cosa quedó descartado cuando sostuve en mis manos las pruebas de su engaño. Fotografías de ella por diversos lugares en situaciones comprometedoras con quien menos imaginé. Zac Russell, mi primo.La rabia hizo que lanzara las cosas de mi escritorio al suelo. Lleno de furia por no haberme dado cuenta antes. Me jode su infidelidad porque un día la quise, dispuesto a formar una familia con ella por la relación de tres años que tuvimos, pero la muy descarada en el piso inferior sigue presumiendo que en una semana será la esposa de George Castelo, mientras esté tiempo se encamó con mi primo. __¿Que harás ahora? - preguntó, Gregory mi hermano. - El motivo para casarte también era recibir la herencia de nuestros padres. Tengo la mía pero si no te casas en el tiempo estipulado y procreas un hijo tardará más tiempo en obtener tu parte.__ Me las arreglaré. - dije tomando el último sorbo de mi vas
George.Me froté la cara, el dolor martilló mi cabeza al solo ver la luz del sol. Mi estómago quemaba exigiendo que tomara un poco de agua para que la garganta no se me agriete. Como pude me levanté y bajé agarrado de las paredes por el intenso mareo que me mantenía con la mano en mi sien. Llegué hasta el refrigerador, saqué un jarrón que me empiné para beber la mayor cantidad de agua posible. Me urgía, tanto que por poco acabé con el contenido del recipiente. Solté un suspiro, pensé. Siempre estaba Gregory o Aiden conmigo. Incluso Tej se sumaba cuando el trabajo no lo absorbía y lo perdía del mundo exterior. __ ¡Santa madre de...Giré sobre mis talones para ver a la mujer vestida de blanco con sus ojos clavados en mí, con un bocado a medio camino y cara de no haber dormido. __ ¿Quién demonios eres tú? - pregunté a la defensiva. __ ¿Porqué no traes ropa? - preguntó reparando mi torso sin nada de disimulo. __ Porque estoy en mi casa. ¿Quién eres y qué haces aquí? - agregué. Solt
Marina. Me preparé para muchas cosas, entre esas estaban, ser asaltada, quedarme varada en la calle, mecánica, sobrevivir cuando practicamos senderismo, incluso hacer origamis me salían muy bien. Porqué sencillamente vi muchos panoramas en la vida, llegué al punto de que cuando mi padre me propuso ser la esposa de uno de sus socios a quien le debía dinero, dije que sí, pero en mi cabeza ya tenía la idea de escapar. Solo me avisaron con dos semanas de antelación y no pude sacar dinero porque me canceló las tarjetas y el poco dinero que me daba era para gastos diarios. Mi única opción fue escaparme de la limosina que me llevó a la iglesia. Preparada para muchas cosas, no para recibir una segunda propuesta de matrimonio en menos de una semana. Pero ahí estaba, con un hombre de mirada color miel proponiendo que fuera su esposa. Mi respuesta estaba dicha, por ello me incorporé para alejarme de alguien extraño que me compró mi primer vestido de novia. __ Es conveniente para tí - insisti
George.__ Solo quiero saber de dónde sacaste esa idea. - reprendió Aiden con un tono neutro. - ¿Sabes lo complejo de la situación? Entiendo que estés enojado por lo de Marlene, pero de eso a buscar un matrimonio por conveniencia, hay mucha diferencia. __ Te casaste por una razón similar. - le recordé. - No tienes derecho a reprocharme nada.__ No te estoy reprochando nada. Quiero que veas cómo esa decisión puede llevarte a tener problemas después. - se recostó en su silla.- ¿Crees que no pensé en cada posible escenario antes de casarme? Lo hice y en todos odié el resultado. Gracias al cielo, nada de lo pensado ocurrió, pero no siempre puede resultar del mismo modo.__ Opino que es una buena opción. - se metió Tej. - Un contrato antes del matrimonio donde se especifique a qué tiene derecho la chica. Sus beneficios, los tuyos también y algunas cláusulas para que en el futuro no haya rencillas. - comentó. __ Al menos uno me apoya. - murmuré. Aiden lo acribilló con la mirada. __ Deja
George.La marcha nupcial inició, todos estuvieron pendientes de la mujer que comenzó a caminar con una gran sonrisa en el rostro. Posó en cada paso para ser fotografiada de los mejores ángulos. Miré la hora y supe que estaba por llegar. Tej me miró y asintió, Aiden por su parte solo me observó imperturbable en señal muy clara de no estar de acuerdo en lo que estaba haciendo, Isabella, su mujer miró mi acción sin entender. __ No habrá boda, padre. - avisé. El señor de edad me vió sin comprender, pero fue todo lo que recibió. - Ya estoy casado. Levanté la mano mostrando el anillo que me puse horas atrás, el cual Marina también llevaba. Los susurros en alto comenzaron, fotografías fueron tomadas en un pestañeo. Marlene se quedó a medio camino con la mueca de sonrisa queriendo aparecer de nuevo y solo avancé ante la mirada de todos, ella extendió su mano y la ignoré pasando a su lado sin importar los murmullos que se dieron y mi nombre en un pedido disimulado de parte de la mujer de
MarinaPlaya, desenfreno, calor, risas. Eso es lo suele describir a una luna de miel o lugares fríos también pero siempre llegando con alegría al destino escogido por la pareja. En cambio con nosotros no, no nos dirigimos la palabra en todo el viaje, dormí luego de no querer llorar por lo ya hecho y así llegamos a Cancún. __Escoge el lugar que quieras para dormir. Igual no importa. - dijo George sin mucho interés, pasando de largo hacia el bar. __ Me llevaré esto. - mostré la botella de champagne que nos dieron en el avión. - Quiero emborracharme y dejar de pensar que me casé con alguien que solo se llama George Castelo. __ No me agrada más que a tí este matrimonio así que no te sientas única. - suspiró bebiendo de golpe el trago de licor para llenarlo de nuevo. - Si vas a salir, mide lo que haces afuera. Nada de exponerte a ser fotografiada en situaciones que nos pongan en aprietos.__ Entonces de mi ida a un club de stripper ya no hablamos. - refunfuñé arrastrando la maleta con a