Los preparativos para la boda fueron la causa de tantos viajes, eso según mi prometida. Pero tal cosa quedó descartado cuando sostuve en mis manos las pruebas de su engaño. Fotografías de ella por diversos lugares en situaciones comprometedoras con quien menos imaginé. Zac Russell, mi primo.La rabia hizo que lanzara las cosas de mi escritorio al suelo. Lleno de furia por no haberme dado cuenta antes. Me jode su infidelidad porque un día la quise, dispuesto a formar una familia con ella por la relación de tres años que tuvimos, pero la muy descarada en el piso inferior sigue presumiendo que en una semana será la esposa de George Castelo, mientras esté tiempo se encamó con mi primo. __¿Que harás ahora? - preguntó, Gregory mi hermano. - El motivo para casarte también era recibir la herencia de nuestros padres. Tengo la mía pero si no te casas en el tiempo estipulado y procreas un hijo tardará más tiempo en obtener tu parte.__ Me las arreglaré. - dije tomando el último sorbo de mi vas
George.Me froté la cara, el dolor martilló mi cabeza al solo ver la luz del sol. Mi estómago quemaba exigiendo que tomara un poco de agua para que la garganta no se me agriete. Como pude me levanté y bajé agarrado de las paredes por el intenso mareo que me mantenía con la mano en mi sien. Llegué hasta el refrigerador, saqué un jarrón que me empiné para beber la mayor cantidad de agua posible. Me urgía, tanto que por poco acabé con el contenido del recipiente. Solté un suspiro, pensé. Siempre estaba Gregory o Aiden conmigo. Incluso Tej se sumaba cuando el trabajo no lo absorbía y lo perdía del mundo exterior. __ ¡Santa madre de...Giré sobre mis talones para ver a la mujer vestida de blanco con sus ojos clavados en mí, con un bocado a medio camino y cara de no haber dormido. __ ¿Quién demonios eres tú? - pregunté a la defensiva. __ ¿Porqué no traes ropa? - preguntó reparando mi torso sin nada de disimulo. __ Porque estoy en mi casa. ¿Quién eres y qué haces aquí? - agregué. Solt
Marina. Me preparé para muchas cosas, entre esas estaban, ser asaltada, quedarme varada en la calle, mecánica, sobrevivir cuando practicamos senderismo, incluso hacer origamis me salían muy bien. Porqué sencillamente vi muchos panoramas en la vida, llegué al punto de que cuando mi padre me propuso ser la esposa de uno de sus socios a quien le debía dinero, dije que sí, pero en mi cabeza ya tenía la idea de escapar. Solo me avisaron con dos semanas de antelación y no pude sacar dinero porque me canceló las tarjetas y el poco dinero que me daba era para gastos diarios. Mi única opción fue escaparme de la limosina que me llevó a la iglesia. Preparada para muchas cosas, no para recibir una segunda propuesta de matrimonio en menos de una semana. Pero ahí estaba, con un hombre de mirada color miel proponiendo que fuera su esposa. Mi respuesta estaba dicha, por ello me incorporé para alejarme de alguien extraño que me compró mi primer vestido de novia. __ Es conveniente para tí - insisti
George.__ Solo quiero saber de dónde sacaste esa idea. - reprendió Aiden con un tono neutro. - ¿Sabes lo complejo de la situación? Entiendo que estés enojado por lo de Marlene, pero de eso a buscar un matrimonio por conveniencia, hay mucha diferencia. __ Te casaste por una razón similar. - le recordé. - No tienes derecho a reprocharme nada.__ No te estoy reprochando nada. Quiero que veas cómo esa decisión puede llevarte a tener problemas después. - se recostó en su silla.- ¿Crees que no pensé en cada posible escenario antes de casarme? Lo hice y en todos odié el resultado. Gracias al cielo, nada de lo pensado ocurrió, pero no siempre puede resultar del mismo modo.__ Opino que es una buena opción. - se metió Tej. - Un contrato antes del matrimonio donde se especifique a qué tiene derecho la chica. Sus beneficios, los tuyos también y algunas cláusulas para que en el futuro no haya rencillas. - comentó. __ Al menos uno me apoya. - murmuré. Aiden lo acribilló con la mirada. __ Deja
George.La marcha nupcial inició, todos estuvieron pendientes de la mujer que comenzó a caminar con una gran sonrisa en el rostro. Posó en cada paso para ser fotografiada de los mejores ángulos. Miré la hora y supe que estaba por llegar. Tej me miró y asintió, Aiden por su parte solo me observó imperturbable en señal muy clara de no estar de acuerdo en lo que estaba haciendo, Isabella, su mujer miró mi acción sin entender. __ No habrá boda, padre. - avisé. El señor de edad me vió sin comprender, pero fue todo lo que recibió. - Ya estoy casado. Levanté la mano mostrando el anillo que me puse horas atrás, el cual Marina también llevaba. Los susurros en alto comenzaron, fotografías fueron tomadas en un pestañeo. Marlene se quedó a medio camino con la mueca de sonrisa queriendo aparecer de nuevo y solo avancé ante la mirada de todos, ella extendió su mano y la ignoré pasando a su lado sin importar los murmullos que se dieron y mi nombre en un pedido disimulado de parte de la mujer de
MarinaPlaya, desenfreno, calor, risas. Eso es lo suele describir a una luna de miel o lugares fríos también pero siempre llegando con alegría al destino escogido por la pareja. En cambio con nosotros no, no nos dirigimos la palabra en todo el viaje, dormí luego de no querer llorar por lo ya hecho y así llegamos a Cancún. __Escoge el lugar que quieras para dormir. Igual no importa. - dijo George sin mucho interés, pasando de largo hacia el bar. __ Me llevaré esto. - mostré la botella de champagne que nos dieron en el avión. - Quiero emborracharme y dejar de pensar que me casé con alguien que solo se llama George Castelo. __ No me agrada más que a tí este matrimonio así que no te sientas única. - suspiró bebiendo de golpe el trago de licor para llenarlo de nuevo. - Si vas a salir, mide lo que haces afuera. Nada de exponerte a ser fotografiada en situaciones que nos pongan en aprietos.__ Entonces de mi ida a un club de stripper ya no hablamos. - refunfuñé arrastrando la maleta con a
Marina.El dolor de cabeza me estaba matando, los rayos del sol entrando por todos lados no ayudaba en nada a calmar los clavos que sentí entrando en mi sien. Las arcadas continuaron martirizandome, al punto que tuve que aferrarme al retrete al botar el único contenido de mi estómago. Estaba acalorada, sudando, con el estómago quemando y aún así no recordaba cómo había llegado a la casa más que en pequeños fragmentos en mi mente. Desde que desperté lo único que pude hacer fue llegar al baño. Necesitaba agua, en grandes cantidades, con hielo. Para bañarme y beber. Lo que encontrara primero. __ Bebe esto. - alcé la mirada para ver a George con su mano extendida ofreciendo una botella con agua, muy fría que agarré sin pensar para llevarlo a mi boca al tiempo que me incorporé. __ ¿Que sueles ingerir para la resaca? - consultó caminando atrás de mí, dejé la botella a un lado para sentarme en el colchón y caer sobre este.__ No lo sé. Es mi primera vez borracha. - admití. - La primera y l
GeorgeEl cuello empezó a picar, la corbata a cerrarse más y entre más risas el hijo de Daniel no dejaba de recordar sus encuentros con Marina en la universidad. Comenzaba a cansarme de su insistencia, porque de paso ella le seguía la conversación sintiendose cómoda ante la única persona que compartía temas con ella.Era extraño, no debería ni siquiera mosquearme su vida porque en el acuerdo fue especificado, pero la comida me supo a nada, pese a haberlo comido antes y saber que era uno de los mejores en el restaurante.__ Es lo único que recuerdo de tí. - le dijo la que era mi esposa. - Pero puede que tengas razón. Es que hay cosas que las he olvidado, es extraño, pero ocurrió con muchas cosas después de mí...Se calló de golpe, miró a todos en la mesa con nerviosismo. Mis ojos encontraron los suyos y solo sonrió como respuesta a la incógnita que creó en mí.__ Disculpen, es que suelo hablar mucho cuando algo me interesa. - se excusó apenada. - Está es una reunión de ustedes y ya les