George.Cuando creí que podría resolver todo por Marina, para quitarle el peso que no era necesario que tuviera, llegó el momento donde para que su tranquilidad no se viera interrumpida, decidiera ver a su padre. No podía negarle eso, no era mi decisión, por más que me molestara el ver que Bruno podría aprovecharse de ella. Marina no tenía ingenuidad, pero si era bondadosa, lo que la convertía en un blanco fácil para su padre. Pensar en eso me distraía del trabajo. La construcción de la casa para Aiden y su esposa estaba iniciando, por lo que debía asegurarme que no hubiera fallos. Prince, el hermano de Isabella sería quien llevaría la supervisión a su cargo, por ello los siguientes días me aseguré que supiera exactamente las especificaciones que estos habían pedido. Cambiar malos recuerdos por unos nuevos, era su plan. El mío que eso se viera reflejado en la obra que comenzaba apenas. Tuve que abordar el helicóptero que me sacó de ese lugar para ir por Marina a su universidad. T
Narrador omnisciente.La noticia se esparció como pólvora, a todos sus amigos les llegó la noticia esperada. Juliana salió de su trabajo para ir a recoger a su hija e ir a la clínica. Susan no pudo contener la emoción al saber que sus sobrinos venían en camino, subiendo al auto que la esperaba. Aiden por su parte junto con Isabella y Tej salieron en sus autos rumbo a ese lugar donde sabían George debería ir llegando. Nada alejado de la realidad ya que para el arquitecto la distancia recorrida había sido mucha, antes de llegar al sitio donde ya estaban esperando por él Un traje especial lo esperaba. Ya no era un momento de angustia por perder la vida, porque literalmente estaba por comenzar una nueva o un par más que llegarian a su vida como un trébol, el cual traería no solo su felicidad sino la nueva dirección de su existencia. Con sus pies siguiendo un instinto persuasivo recorrió el pasillo que lo llevó hasta la sala donde su esposa ya estaba enojada porque no llegaba rápido com
George.Revisé rápidamente los papeles que pusieron frente a mí, mirando a cada nada el reloj en mi mano. No podía abandonar mi trabajo, pero también estaba deseando poder salir lo más rápido posible. Tenía el tiempo contado, por ello le puse velocidad a todo, firmando los que debía, enviando los correos a Daniel para que se hiciera cargo de la entrega de los planos y que dejara en claro que nadie podía hacerle el minimo cambio. No iba a perder por culpa de alguien inexperto que creía podía hacer las cosas a su gusto. Terminé con la firma del nuevo cliente. Revisando la construcción de la casa de Aiden, la cual estaba por terminar. Le envié los detalles para que fuera a verificar que todo hubiera quedado a su gusto, con todos los detalles que pidió, siendo el último correo que envié para tomar las llaves de mi auto y salir rumbo a la casa. El alboroto en ese sitio me hizo ver como la amiga de Marina y su hermana se esforzaban por tener todo a tiempo. Me hice a un lado cuando pasaron
George. El sol golpeó mi cara al salir, mirando desde desde la parte trasera del yate la playa que tengo frente a mis ojos. Respiré profundo recordando la forma en que he despertado estos días, con una mujer, la cual se acostumbró a no soltarme por las noches, ni en la llegada de la mañana. A eso se le suma tener a dos bebés que con solo despertar ya están inquietos, quieren tocar todo, jugar con lo que encuentren y no descansan más que para comer. Esa había sido mi vida, entre cambios que si los viera en una pantalla de un antes y un después de tres años antes y el ahora, no creería que algo como eso fuera real...incluso lo pensaría imposible. Pero lo era, tenía una esposa que enmedio de besos sobre mi espalda me avisó sobre su presencia. Rodeó mi cuerpo con sus manos en lo que solo seguí viendo lo que tenía a unos metros de donde estábamos. __ ¿Me extrañaste? - cuestionó y giré en mi lugar, para poder verla a los ojos, ella requería toda mi atención, así lo sentía. __ No ha ll
Marina.__ Sé que puedes cuidarlos, amor. Pero ellos son muy inquietos y te van a cansar mucho. - replanteé a Rose, la niña de moños en la cabeza que insistía en poder cuidar de mis hijos. Conocía a mis bebés. Adorarlos con toda mi alma no me cegaba para decir que eran los seres más tranquilos del mundo, sabía lo que tenía conmigo y por ello mis genes junto a los George se entendía a la perfección que en unas personitas de medio metro, no eran precisamente el sinónimo de calma. __ Le diré a Max que me ayude. - sugirió esperanzada en que eso podría ser la solución. __ Dile, si accede puedes cargarlos, aunque dudo que se dejen. - miré a mi amiga, la cual solo observaba a su pequeña hija entusiasmada por conseguir al menos una posibilidad.__ Mejor dile adiós. No regresará. Max está arreglando la cerca y ella ama ayudarle. - me dijo Juliana con una taza de café cerca de su boca, en tanto apoyada en la isla de la mesa, veía por la ventana al susodicho. __ ¿Lo quiere mucho, verdad? - m
George. Me despedí con un apretón de manos de mis clientes, yendo al auto junto a Prince, el cuñado de Aiden para dar las indicaciones de cómo comenzar con los pedido por los clientes del complejo hotelero que pensaban tener. __ Con la casa del candidato tendremos que hacer horas extras para tenerlo a tiempo. - miró su celular, en tanto sacó las llaves del vehículo. - Esta noche me daré a la tarea de terminar los planos de candidato y mañana lo tendrás en tu escritorio. __ Tenemos que revisar el terreno donde se construirá. - manifesté quitando la seguridad de mi auto. - Mañana podríamos ir. Tengo unas horas libres por la mañana.__ Creo que puedo desocuparme a tiempo. - subió a su auto. - Pero si no...__ Por ahora termina con el que tienes pendiente, revisaré lo que me entregues y vamos por el complejo para no quedar mal con ninguno. Ambos estábamos enfocados en tener la confianza de nuestros clientes para que la fama de ser uno de los mejores de nuestro ámbito no bajara.Regres
Los preparativos para la boda fueron la causa de tantos viajes, eso según mi prometida. Pero tal cosa quedó descartado cuando sostuve en mis manos las pruebas de su engaño. Fotografías de ella por diversos lugares en situaciones comprometedoras con quien menos imaginé. Zac Russell, mi primo.La rabia hizo que lanzara las cosas de mi escritorio al suelo. Lleno de furia por no haberme dado cuenta antes. Me jode su infidelidad porque un día la quise, dispuesto a formar una familia con ella por la relación de tres años que tuvimos, pero la muy descarada en el piso inferior sigue presumiendo que en una semana será la esposa de George Castelo, mientras esté tiempo se encamó con mi primo. __¿Que harás ahora? - preguntó, Gregory mi hermano. - El motivo para casarte también era recibir la herencia de nuestros padres. Tengo la mía pero si no te casas en el tiempo estipulado y procreas un hijo tardará más tiempo en obtener tu parte.__ Me las arreglaré. - dije tomando el último sorbo de mi vas
George.Me froté la cara, el dolor martilló mi cabeza al solo ver la luz del sol. Mi estómago quemaba exigiendo que tomara un poco de agua para que la garganta no se me agriete. Como pude me levanté y bajé agarrado de las paredes por el intenso mareo que me mantenía con la mano en mi sien. Llegué hasta el refrigerador, saqué un jarrón que me empiné para beber la mayor cantidad de agua posible. Me urgía, tanto que por poco acabé con el contenido del recipiente. Solté un suspiro, pensé. Siempre estaba Gregory o Aiden conmigo. Incluso Tej se sumaba cuando el trabajo no lo absorbía y lo perdía del mundo exterior. __ ¡Santa madre de...Giré sobre mis talones para ver a la mujer vestida de blanco con sus ojos clavados en mí, con un bocado a medio camino y cara de no haber dormido. __ ¿Quién demonios eres tú? - pregunté a la defensiva. __ ¿Porqué no traes ropa? - preguntó reparando mi torso sin nada de disimulo. __ Porque estoy en mi casa. ¿Quién eres y qué haces aquí? - agregué. Solt