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Capítulo Veintiocho. Las batallas sureñas parte dos

Antes del retumbar de aquel ataque, Evelin La roja y capitán de la legión de Jardar, se movía por los árboles del lugar, pues a diferencia de otros enfrentamientos, estos combates resultaron más estratégicos, que ser combates destructivos, mientras ella vigilaba fue atacada por un explorador, que la ataco por detrás, dandole un enorme golpe estrellandola contra un árbol, Evelin cayó y apenas se pudo levantar debido a su edad. Pero fue salvada por Marco, quien le dio un enorme golpe al invasor que lo mando a volar rompiendo unas ramas y estrellándose en un árbol.

—¡Capitana! ¿Está bien?—dijo Marco quien era un joven de veinte años con un apariencia robusta de una altura de un metro setenta, solía usar ropa comoda que era fácil de conseguir debido a las particularidades de su magia.

—Sí, ya uno no esta en forma a sus ochenta años—contestó Evelin quien se levantó con una ayuda de Marco, usaba ropa de color rojo, generalmente un vestido que apesar de cubrirla todo no le impidia moverse con agilidad, al ser anciana, su cabello era completamente blanco y solía usar lentes que estaban sostenidos por una correa muy dura.

—¿Por qué no se ha retirado? —contestó Marco.

—Porque no ha habido un reemplazo con mis habilidades, y estás son muy necesarias.

En ese momento en el cielo vio como un serino hecho de magia sobrevolaba y un simbolo de manos se levanto en el cielo. Ante esto se reagruparon, pero fueron emboscados por sus enemigos, a pesar de la insitensía de Marco a Evelin para descansar y se reagrupara con una guardía, pero esta se negó, decidió enfrentar a los cinco que decidieron hacerle frente.

—Una ansiana, ¿y eres una capitana?—dijo uno de los Qin, cuyo nombre era Re-nisda un joven de treinta años que se mofo junto a su colegas—no serás nada complicada de derrotar, y eso que nos dijeron que la capitana que nos tocaría enfrentar era bastante poderosa.

Evelin sonrió y expulso su magia de reflejo que los envolvió. Re-nisda junto al resto se abalanzaron con ataques de todos tipo. Evelin recibio los ataques de lleno en su contra, sin embargo fue sorprendente para sus atacantes pues esperaban derribarla de un solo golpe. El enfrentamiento fue sorprendente, y se extendió hasta el punto final. Algo que sus enemigos desconocieron y se dieron cuenta hasta cuando ya era tarde. Esto fue porque la magia de Evelin La Roja, era la de hacer que sus enemigos, mientras más peleban con ella estos se debiliatan y también empiezan a envejecer, a tal punto que terminan muriendo en el combate.

—No puede ser—dijo Re-nisda quien logro darse cuenta y retrocedió lo suficiente para sobrevivir, mientras que el resto de Qin seguían luchando hasta el punto final.

—¿Por qué retrocediste?—dijo Evelin al verlo prostado—tus compañeros también se percataron pero lucharon hasta el final.

—No lo creo, retrocedí aunque me di cuenta tarde, pude haber ganado de no ser por mi descuido. ¿Qué clase de mosntruo eres tú?

—No soy un monstruo, como ustedes, a fin de cuentas, las circunstancias si fueron monstruosas, y a fin de cuentas deseaba que toda la maldad desapareciera.

Hace ochenta años, Evelin había conseguido su reflejo, debido a que los tiempos eran dificiles, pues los enfrentamientos civiles eran bastantes duros, sus padres murieron en combates, debido a esto, fue criada por sus abuelos, que ya no podían luchar, la escondian en el sotano en una especie de bunker, esto hasta que su reflejo se manifestó, y pudo defender a sus abuelos, aunque su debilidad es que tenía que mantener a sus enemigos, en un radio de cien metros, por lo que se las arreglo con los hechizos que acompañan a su magia para mantenerlos a raya.

Tras escuchar aquella historia, Re-nisda había llegado a un punto de vejez que su cuerpo se veía bastante atrofiado. Su piel estaba bastante colgada y deshidratado, su cabello canoso se caía y de cierta forma al ver sus acciones dio su último suspiró.

—Es sorprendente que aguantaran tanto—se dijo Evelin—no existe nadie que pueda reemplazarme.

Marco enfrentaba a sus enemigos, por separado haciéndolo de frente. Marco El valiente: este sobrenombre no solo fue por que sí. Su magia de reflejo era muy peculiar por el hecho de que a diferencia de otros, su magia se internaba, lo que lo dejaba vulnerable, de ahí lo de valiente, pues debía enfrentar a sus enemigos, sin la ventaja de tener la protección de su magia, la que consistía en curarse de toda enfermedad como daño físico.

Algo que sus enemigos se dieron cuenta, cuando sano de todas sus heridas incluso reconstruyendo uno de sus brazos, también era por esto que usaba ropa demasiado sencilla.

—¿Cómo es que puedes hacer esto?—dijo uno de los Cun de nombre Jin-den quien tiritaba de miedo al ver como su cuerpo de tripas de fuera y extremidades destrozadas se reconstruia.

—Mi magia reflejo me deja vulnerable a todos los ataques externos, pero no me derrotaran tan fácil—concluyó Marcó al tiempo que este recuperaba parte de su rostro y sonreía.

El enfrentamiento fue algo destructivo, que resultó inusual para Marco ya que usualmente usaba la guerra psicológica para destruir a sus enemigos. Las magias suelen equiparse con hechizos que suelen usarse con propósitos ofensivos y defensivos. En algunos casos no se mantendrían y en el caso de él, algo que se podía usar para atacar era usar su propio cuerpo como arma con la que podía usar sus huesos y piel, de hay que le funcionara la guerra psicológica, pues sus enemigos tenían miedo con verlos, que iban desde el alargamiento de sus huesos a modo de garras, algo que incluso podía hacer con la sangre. Los Cun quedaban perplejos al verlo pelear, pues al golpearlo en el rostro su globo ocular se salio y este los miró con una sonrisa y a pesar de que se reconstruía, las formas con las que permanecía por un gran tiempo los dejo bastante aterrados.

Con este metodo, Marco logro derrotarlos sin muchas complicaciones, pues por mucho poder que tuvieran los Cun el miedo le daba tiempo para poder actuar.

Por su parte, Karina al ser muda usaba el lenguaje de señas para hacer creaciones holograficas completando con su mano una secuencia, que tras completarse se formaban los hologramas de serinos y criaturas que ella quería construir. Al darse cuenta, sus enemigos lograban evitar que completara sus oraciones, y cuando lograron sostenerla, ella hacía algo con su lengua y cejas con la que hizo aparecer unas gigantescas manos que se abalanzaron en su contra. Y así fue como se safo.

—¿Qué ha sido eso?—dijo uno de los Cun de nombre Er-lan

—Te sorprende—dijo Karina por medio de su mano que había hecho un holograma con su mano por el que podía expresarse de manera vocal—la magia es maravillosa, no te contare mi vida, por que son mis enemigos y como tal los tratare, aunque si se quieren rendirse de manera pacifista, tal vez nos llevemos bien.

—Eres muy gentil, tal vez lo tome en cosideración—contesto Er-lan.

En ese momento uno de su enemigos lo atacaron por detrás, pero ella lo detuvo y con una sonrisa dijo—. Soy gentil no ingenua, en ese momento hizo un conjunto de simbolos con la mano que debido a la velocidad con la que se movía no podían saber de que se trataba, hasta que vieron como su magia se acumulo alrededor de ella y, se manifesto un gigante con el que dejo caer un enorme puñetazo al tiempo que otros seres los rodearon y fueron derrotados con hologramas por lo que Karina logro derrotarlos.

Ante esto los tres miembros de alto rango se sentaron para descansar.

—Lo hiciste bien muchacha—dijo Evelin.

Karina sonrio, así como Marco quien vio que los enemigos era retrasados fácilmente por el resto de miembros. En ese momento se desato un temblor. Karina hizo una especie de aguila y se elevo para saber lo ocurrido que cuando bajo y decirle lo visto a sus compañeros y estos exclamaron.

—¡Qué el extranjero hizo que!

La legión Ñinrar estaba a unos cuantos kilometros de la ubicación de Sanber, la localización era de unos montes vacios, siendo unas de las extenciones más desavitadas de Ajedraz, sin embargo había unos cuantos poblados antiguamente pertenencientes a Run-dai, que mantenían cierta independencia debido a que no era un sitio muy accesible, ante esto, lograron evacuar a los presentes mientras algunos luchaban con los que vendrían.

Valindar era un hombre robusto, en sus cuarentas, llamado el misterioso por el hecho de que al no hablar y actuar con suma minuciosidad, a tal punto que nadie sabía cual era el limite de su magia, pues cuando se alisto, los antiguos capitanes y los miembros más grandes solo afirmaron ver una luz brillar con intesidad y tan pronto la luz se desvanecía se terminaba el combate.

—¿Franco ya se terminó la evacuación?—dijo Valindar.

—Si capitán, Valdar esta en el frente, desde hace poco veo algunas muestras de poder, no cree que debamos ayudarles.

—Ayudarle, si quieres hacerlo hazlo, confio en él, desde que ha estado en mi legión no ha habido necesidad de entrar en combate.

—No se oxida, si no pelea.

—Bueno, Valdar no me a derrotado, así que no, sigo en igualdad de condiciones.

Franco lo siguio, logrando salir del poblado cuando algo cayó en uno de los edificios. Valdar se levantó de los escombros.

—Vaya—se dijo Valdar—luchar contra esos trece realmente me molesta. Pero el capitán me derrotaria de nuevo, debo superarle, me convertire en el proximo general y derrotare a mi capitán.

De ahí le llaman soñador, debido a que es un plebeyo que a pesar de ser un vicecapitan seguía muy por debajo de los niveles de aquellos a los que quiere superar, manteniendo esta idea por ocho años, por lo que más que era su apodo ya se había vuelto su modo de ser.

Los trece aparecieron y se habalanzaron sobre él, logro derribar y derrotar a tres, pero el resto lo puso contra las cuerdas. La magia de Valdar:era una magia que funcionaba con su volutad. Cuando niño su admiración por los caballeros magicos era tal, que deseaba no solo ser uno de ellos, si no que ser el mejor de todos, grande fue su desilusión cuando su magia resultó ser muy abstracta, pues conseguía más fuerza física y velocidad siempre y cuando no perdiera su voluntad, no poseía defensas ni ataques que no fueran físicos, además de estar aún más limitados que Carla o Diana, pues el limite era su propio cuerpo, pues si no podía ser más fuerte físicamente, su cuerpo se desgastaba y se volvía lento, además de no poder volar como Achecar, sin embargo durante ocho años, se puso una meta y constantemente gritaba su sueño, tanto en competiciones deportivas como en ataques de opositores y otros seres. Es de hecho un evento que sorpredio a muchos, cuando el fue el último en pie contra un mago de herramientas, en una misión de otro país, Valindar tardaría en llegar, pero el se levanto con el cuerpo en llamas y apenas aguantando tomo un palo envuelto en fuego y siguió con la lucha, contra ese sujeto, tras pelear por dos horas de manera física y ambos sangraban y apenas se levantaba, Valdar lo tomo sobre sus hombros y le rompio la columna, siendo la primera victoria que tuvo, al llegar Valindar, este sonrio y lo nombro vicecapitan.

Ese recuerdo lo motivaba de tal manera que siempre que recordaba eso, su cuerpo se cubría con un haz verde claro que lo impulsaba, a pesar de atacarlo con todo, otros tres cayeron. Ya cansado uno de los Qin hizo un hechizo tan complejo que tuvieron que cubrirlo sus compañeros, quedando solo los cinco destinados a luchar contra un capitán y así fue como Valar fue derrotado tras recibir un impacto de diamante y oscuridad que lo arrojaron a una gran distancia, pero antes de caer Franco lo detuvo en el aire y lo cargo al tiempo que un haz de luz cubrio la localidad y de nuevo cuando este se desvanecía. Sus enemigos ya estaban en el suelo.

—Capitan, ¿cómo es que lo hace? Es que su magia puede provocar un gran resplandor que paraliza a sus enemigos.

—Eso sería más útil de lo que yo hago—Franco se sorprendió—¿que te sorprende?

—Sigo sin saber por que me hizo teniente, si no creo llegar a sus talones.

—Si esto te motiva, es por que eres el único que no retrocede, a pesar de que las circunstancias sean por de más difíciles. Como ese día que te encontró Astar.

Franco era un adolescente de una localidad atacada por los denmanio, a pesar de su miedo no retrocedio, y protegio a cuanto pudo, a pesar de que su magia no se manifesto, a pesar de su edad, salvado por Astar, este le dijo que hiciera el examen, lo hizo y para su sorpresa ese capitán no levanto la mano, pero Valindar sí y desde ese día, hace su mejor esfuerzo, ayudando en lo que puede.

—¿Gracias capitan?

Tras oir esto, ambos escucharon un retumbar como también se pudo ver un gran resplandor, se sorprendieron al saber quien lo hizo.

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