Inicio / Fantasía / La doncella y el plebeyo: Ella desea libertad y aceptación / Capítulo treinta y cinco:La reunión de los vencedores.
Capítulo treinta y cinco:La reunión de los vencedores.

Fred y el resto de los presentes se sorprendieron debido a la enorme destrucción ocurrida por el ataque de Achecar.

—¡Es increible señor Achecar!—dijo Gina con un rostro de sorpresa.

Al oir esto Regina se dio una cachetada. Para después darle una palmada a Achecar.

—Fue un buen ataque, ¡aunque pudiste haberlo hecho antes!

—Ya quisiera hacerlo. Pero no todos los conjuros que poseo se pueden emplear con la magia que tengo como plebeyo, la cuál es inferior a la que posee un noble y de ahí que me quede exhausto después de usarlo. Además ese ataque es la muerte de agujero negro;el cual usualmente consiste en lanzar un agujero negro que se desintegra tan pronto se lanza, lo vieron hace poco cuando lo lance sobre el agujero donde estaba Rin-yark, el problema es que no son confiables, pues se desintegran sin tener una dirección estable, por lo que improvise, absorviendo la magia del lugar a modo de luz, dando como resultado eso.

—¿Puedes absorver magia?

—Es lo que hacen los agujeros negros con la luz y la materia, según los recuerdos de mi magia. Pero como sabemos nuestra magia réplica la realidad, pero no es igual.

—De ahí que los ataques mágicos se puedan repeler, a pesar de las habilidades qué podamos tener.

—Exacto, es una pena que esto te lo tenga que enseñar en el campo de batalla, después de la acción y no antes.

—Aún así, ¿no es un ataque muy tardado?

—Y con un daño colateral—dijo Achecar tras levantar su mano izquierda, y ver como su brazo quedo con partes del agujero negro pegado a su piel, había perdido la mitad de los dedos salvo el pulgar, además de que su katan se evaporo.

—¡Por los dioses! Señor Achecar, dejeme curarle—dijo Gina, quien envolvio el brazo de Achecar en energía.

—No sabía que podías hacer eso.

—Bueno, empece a descubrir que mi magia se manifiesta con energía que se moldea y, si hace lo que yo deseo en especial cuando mi voluntad es fuerte. Llegue a la conclusión de que podría usarlo para todo, entonces una mañana vi a un pajarito herido y pense si al envolverlo podría curarlo. Lo logre, aunque cuando trate con heridas más complejas en otras aves, las cosas no salieron como pensaba.

—Ya veo solo puedes curar heridas leves.

Gina agacho la cabeza, como si aquello no fuera la gran cosa. Además de que empezó a desesperarse al ver que no podía sanarle.

—Dejalo Gina, esos fragmentos de agujero negro absorven la magia y la dispersan, es un metodo de defensa incluso contra mi.

—De ser así deberan apuntartelo—agregó Regina.

Al oir esto Achecar tuvo malos recuerdos y contestó tajante.

—¡Nada de eso! Me oyes.

—Pero de que te servira un brazo atrofiado.

—¡No esta atrofiado! Aún sirve para mi.

Los presentes se sorprendieron al ver que Achecar, por primera vez intentara hacer un capricho no tan maduro;pues si bien no era tan común, los combatientes que solían perder una extremidad o se les atrofiaba y, no se pudiera recuperar con la magia de sanación se apuntaba, así como reemplazarlo por una prótesis en la actualidad, debido a los viajes del rey Bartolomé a los países del norte; donde vivian los sin magia quienes utilizaban este tipo de artefactos. Anteriormente aquellos que pudieran crear estás partes con su magia lo hacían y los que no se quedaban invalidos o marginados apoyados por su familia o abandonados.

En ese momento llego Karina quien había logrado ver el combate a distacia y bajo para mostrarles su respeto, qué debido a su emoción se empezó a comunicar en lenguaje de señas.

—No entiendo lo que dices—dijo Achecar.

—Kari—empezó Regina—el no te entiende, usa tu proyector de voz.

—Es verdad, lo olvide, es que gran parte de las legiones me entienden, así que pues me deje llevar, pero es que usted es increíble, ese ataque muy destructivo y... Ay lo olvide, debo volver donde mi capitana.

Tan pronto dijo eso, se marcho del lugar sorprendiendo a los presentes, y al poco rato llego Velario: un mago de la legión Rintar para reportar los daños del lugar, pues Josuea estaba interesado en los resultados finales. Al mirar el lugar se sorprendió por la destrucción ocurrida.

—¡Qué rayos paso aquí! ¿Acaso fueron ustedes?

—Pues sí, un poco de ambos—dijo Fred sobandose la nuca.

—¿Qué le paso al extranjero? Pensé que era fuerte.

—Lo es, ¿por qué crees que esa montaña está fracturada?—contestó Regina.

Velario no podía creer lo ocurrido, pero al ver los fragmentos de agujeron negro en el lugar supo que decían la verdad, algo que todavía lo molesto más.

—Reportare lo ocurrido, en tu caso pedire que te apunten el brazo.

—¡Intentalo y te cortare en mil pedazos!

—¿Por qué tan agresivo?

—Eso es algo que no te incumbe.

—Está bien. Te reportare con heridas leves, pero no creas que te salvaras del todo, algo bueno debido a tener un brazo atrofiado, es que ahora te quitaran tu guardia y, quizá te reduzcan tu grado de peligrosidad.

—No se si es bueno o no.

—Bueno, es hora de reagruparnos.

Tras decir eso, Velario se marcho y el grupo de diez empezó a moverse de ahí, hasta que Astar llego de repente.

—¿Cómo les ha ido?

—¡Capitán se puede saber a dónde fue!

—Por que tan agresivo Fred.

—Nada, es que ¡casí nos matan!

—Nos dieron la opción de huir—agregó Gina.

—Pero hubieran llegado a la ciudad—añadió Fred.

—Allá literalmente están el general y los comandantes—concluyó Achecar.

Fred guardo silencio para que Astar siguiera hablando.

—Bueno, dejando eso de lado, fui acabar con unos Six.

—¿Six?

—Tenían seis magias diferentes y yo los derrote. ¿Qué tal ustedes?

—Derrotamos a Qin.

—Ya veo, eso es sorprendete y supongo que Achecar fue quien destrozó la montaña.

—Acerto—agregó Regina.

—Bueno esto si que es raro, está invasión la sentí más como una prueba para nosotros.

—¿Una prueba para medir nuestro poder?—preguntó Achecar.

—Está teoria la comprobare con el resultado de las otras batallas.

Astar y el resto de su legión se reunio para realizar el conteo de muertos como del resultado de batallas.

—Y lo venciste así nada más—dijo Astar al conocer el resultado del combate qué tuvo Carla.

—Sí, así fue.

—Eso estuvo bien, pero si ustedes han podido con estos, significa que han mejorado, lo que es bueno, pero también significaría que no eran la gran cosa.

—Eso lo tomare a mal—expresó Carla con cierta molestia.

—Solo piénsalo, Achecar le costo derrotar a ese enemigo, y a mi me parecio que los Six a pesar de su poder no eran la gran cosa para mi, aunque uno se me escapo.

—¿Por qué ha medido a los presentes con él?—agregó Aldo.

—Bueno, el sobrevio a tres años seguidos enfrentandose a Rigar de Rosei, y el no es alguien que se tome a la ligera, hasta yo le tengo miedo. Solo recuerdo aquella vez en que nos pusimos hasta perder el conocimiento con ese buen vino de Salandar. Después de eso evitó tomar con él, no saben lo que es amanecer en medió de los bosques con un dolor de cabeza de los diez mil legionarios del dios del trueno.

—La bebida.

—No, nos peleamos por la cuenta y tras perder una apuesta, me golpeo con tanta fuerza que termine como dije.

Los presentes se sorprendieron y algunos sintieron admiración, aunque Achecar se mostro bastante molesto por eso.

—No vanaglories mis logros ni compares con los de ellos, no enfrente a Rigar de Rosei por gusto.

—Bueno, lo olvide.

En ese momento Velario regreso.

—Bien señor Astar usted y su grupo de novatos renegados, incluyendo al extranjero, reunanse en Armenar inmediatamente.

—¿Cómo? En esta ocasión no permitiran a los tenientes y capitanes.

—No, presentaran su respeto a los mejores en este combate como tambien hablar con los capitanes.

—¿Qué dice? Pero yo y mis hombres ayudamos a vencer a los Qin de mi capitán—dijo Aldo con cierta molestia.

—Valerona lo sabe, pero los que quedaron en la vanguardia se enfrentaron a un Qin que tenían un nivel muy distinto al que enfrentaron, y es por eso que quieren cerrar cabos sueltos, además a diferencia de los presentes no tienen prisioneros, sino una desertora qué puede ayudar en este asunto, además su enfrentamiento sirvió a nuestro favor, pues de haber aceptado la huida, el general y comandantes habrían tenido problemas, pues las cartas mágicas hablan sobre revueltas de grupos separatistas en las fronteras. De no enfrentar a estos enemigos es muy probable que las cosas se hubieran complicado.

—Ya veo, eso tiene sentido—dijo Aldo más tranquilo.

—Bien, de todas formas aquellos que han tenido un desempeño favorable, serán premiados y recibirán un bono. En especial si no tuvieron bastantes bajas, o masacraron a sus enemigos.

—Bueno es algo—agregó Carla—. Aunque entre nosotros, Valerona comparo nuestro nivel con él, ¿no es cierto?

Velario asintió sin decir palabra y, los diez se retiraron junto a Astar sobre uno de los barcos voladores.

—Es molesto, no crees Aldo—dijo Carla.

—Decir solo molesto, no es todo.

Los capitanes qué se dirigían a Armenar con sus respectivos reclutas solicitados iban, ya sea con una mirada de satisfacción o tristeza, además de ver por la borda diversos lugares destruidos debido a algunas revueltas, lo que en cierta forma les generaba incomodidad.

—Reval—empezó Vanesa.

—Ya lo vi, siempre hubo inconformidad por su anexión, a pesar de que la gran mayoría estuvo de acuerdo.

Armenar tenía a gente siendo arrestada por los comandantes y el general, al tiempo que Haldran hacía lo propio y vio llegar los barcos.

Al notar a Charlotte este se apresuró a ceder su prisionero a otro que andaba desprevenido y fue a saludar.

Por su parte Charlotte estaba aliviada de que no hubiera tantas bajas , aunque ella no fue a está reunión para que la felicitaran sino para resibir una amonestación.

—¡Ah! Por que cuando papá hace algo considerado, me toca ser castigada.

—No estaba en su obligación, además es molesto ser salvada por un hombre.

—Basta Rita—la reprendió Sarai—, sera conversación para otro día.

En ese momento, Haldran se hizo presente frente a Charlotte, aunque recibió un recibimiento no tan grato de parte de las otras mujeres.

—¿Qué quieres? Puedes retirarte.

—Rita—dijo Sarai—, esa no es forma de referirte a un compañero.

—Ja.

—Si qué tiene su carácter—agrego Haldran—, pero no hay problema, como ejecutor suelo tener reacciones un tanto agresivas. Me alegran que hayan venido, en especial tu Charlotte.

—No tenemos tanta familiaridad.

Haldran cambio su sonrisa coqueta por una de decepción. Antes de que hubiera un silencio incómodo Rita habló.

—Capitana mire, los de Sanber, oi que hicieron un excelente trabajo para ser hombres mojigatos.

—No te refieras a ellos por ese término, además hubo mujeres que también han sido elogiadas.

—Menos mal.

En ese momento Charlotte se disculpo con Haldran por dejarlo colgado y se marchó a saludar a Achecar.

—Achecar ¿cómo estás?—dijo Charlotte al acercarse, aunque su expresión cambio drásticamente al ver de reojo su mano izquierda—¿qué te paso en la mano?

—Esto—dijo Achecar al tiempo que levantaba la mano—no es nada solo perdi la mitad de los dedos.

—¡No digas tonterias! ¿Ya fuiste a ver un mago curativo para que los restaure?

—No, es inútil señorita. Los fragmentos de agujero negro impiden que las magias tengan efecto—dijo Gina.

—Dejame tratar.

Charlotte cubrió la herida de Achecar con su rosa blanca qué tenía la capacidad de restaurar, pero comprobó qué era cierto y no tuvo efecto en él.

—Es verdad—dijo Charlotte triste—, parece que tendrán que apuntartelo o ponerte una prótesis.

—No mensionate la prótesis—dijo Achecar dirigiéndose a Regina.

—No son tan útiles en combate, en especial para alguien que utiliza pesos tan elevados y una arma de filo a dos manos.

En ese momento Reval y su grupo pasaron al lado.

—Oye, te conozco—dijo Reval.

—Ah, sí—dijo Gina con cierto nerviosismo.

—En las pruebas, dude de que tuvieras cualidades para ser un guardián mágico, por eso no te reclute apesar de que me sentí impresionado de que estabas ahí.

—Bueno, tenías algo de razón, no soy tan útil como esperaba.

—Eso lo dudo, no estarías aquí. Supongo que debí reclutarte.

—¿Cómo?

—Si bien se que no eres tan poderosa, el simple hecho de que te hayan llamado aquí, dice bastantes cosas buenas. Nos vemos luego.

—Ah, sí.

—Mirá, se ve que le atraes—dijo Regina.

—No creo, viste a la chica.

—Te refieres a Vanesa, si es bonita y todo, pero creeme tu lo eres más.

Gina se vio en el vidrio de la ventana, pero no se convenció.

—¡Ustedes!—grito Haldran—, vengan rápido, no retrasen la reunión.

Al ingresar a la sala de juntas, vieron con sorpresa que el rey Bartolomé se encontraba en el lugar.

—Un gusto saludarlos y felcicitarlos con su desempeño, en especial a aquellos que no tuvieron tantas victimas.

—Muchas gracias rey—dijo Josefina a sabiendas de qué ella no ejecutó a nadie.

—Y a ustedes jovenes—continuo Bartolomé—, gracias por demostrar su valía, tan pronto esto termine les otorgare un nuevo rango y una medalla.

—Muchas gracias señoria—habló Astar por todos.

—Bien, tomen asiento. Valerona explicara la situación.

—Como todos saben esta escaramuza fue bastante rara, en especial por los enfrentamientos finales. Que me resultaron por demás interesantes.

—¿Viste cada uno de los combates?—preguntó Achecar con cierta sorpresa

—Sí, cada uno y, es cierto que los enfrentamientos finales me llamaron la atención, pues los sujetos eran por demás diferentes, lo que significaría que solo se estaban preparando para un asalto mayor.

—Entonces debemos contraatacar—interrumpió Josuea.

—No creo que sea lo más conveniente—dijo Bartolomé—al igual qué ellos tenemos bajas y, hay más en un conflicto qué sólo pelear y vencer.

—El rey tiene razón—dijo Ildar—tener un conflicto con Run-dai significa menos piedras para caminos y ese trigo qué es un excelente complemento.

—Sin tomar en cuenta el dinero que recibimos de ellos.

—Perdón por interrumpir, pero creo que estos asuntos ya deberían tratarlos sin nosotros—dijo Achecar.

—No, los traje por un motivo, verdad señorita Ribulca-carmi.

—Sí señor.

—Como desertora, qué información nos trae, en especial por su actuar con está escaramuza.

—Bueno, desconozco muchos detalles, solo se que nos pidió a nosotros qué somos creación experimental, qué atravesaramos las filas mientras estaban ocupados.

—¿Por qué esa estrategia?

—Somos consiente de que uno de ustedes pueden destruir una gran extención. En especial los capitanes.

—Lo dicho, Run-dai no posee el potencial.

—Por eso recurrimos a la extracción experimental.

—La que posees y complicó el combate con Achecar verdad.

—Sí y no es grato para mi decirlo ahora.

—Dilo, no somos duros.

—Usamos niños en vez de adultos.

Un silencio se hizo presente.

—¿Eso lo hacen en Run-dai ahora?—pregunto Josefina con sorpresa y horror.

—Entonces que esperamos, debemos ir a rescatar a esos infantes.

—Eso no es posible Achecar.

—Porque no, ahora no es cosa de recursos, es cosa de vidas inocentes.

—Pero hay leyes y tratados qué debemos respetar.

—No para mi.

—Shiru man sen nen malet.

—No aplica a mi.

—Me parece que si.

—¿Qué han dicho Tin-deray?

—Shiru man sen nen malet, viene de Ming-son, qué significa, piensa en calma no en colera.

—Buen consejo, así que vienes de Ming-son—añadió Bartolomé.

—Sí señor.

—A decir verdad no te reconocí. Los mingsonianos era un poco más pequeños.

—Mi padre era de Val drenar, fue ahí durante la guerra como apoyo siendo niño, como otros, ellos son mucho más altos.

—¿Cómo conoces este país Tin-deray?—pregunto Astar.

—Bueno, mi padre era un marino mercante, llegue a conocer su nación siempre que navegabamos. Ming-son una nación muy rica y prospera en esos años, era tan diferente, había grandes construcciones arquitectónicas como tecnológicas.

—Tecno...

—Mi país no usaba mucha magia, sino;lo que vendría a ser la zentia de por aquí.

—Es cierto, eran cosas tan maravillosas que es el motivo del por que migramos ahí, debido a la guerra civil en nuestra nación y nos quedamos en unas zonas deshabitadas donde nos permitieron instalarnos para poder mantener nuestras costumbres y tipo de magia, así como poder tener un nuevo hogar. Sin embargo cerca de esas fronteras existía una nación igual de avanzada: Landeria. Y está atacó un día. Debido a la diferencia de poder nuestra gente migró hasta llegar a Run-dai y a juzgar por tu rostro. Supongo que Ming-son quedo debastada.

—¿Debastada? La redujo a cenizas.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo