Era una mañana calurosa en Ajedraz, que Bartolomé Tercero aprovecho para pasar un buen rato en la playa con modelos de sastrecistas para entretenerse. Por su parte Garlan quien fungía como secretario y administrador, era quien permitía que el país se mantuviera pues Bartolomé Tercero rara vez se involucraba en esos asuntos, pues se la pasaba de fiesta en fiesta.Garlan era un hombre honorable, detestaba a Bartolomé Tercero, pero carecía del poder para rebelarse, así como estar traumado por la guerra del pasado, que prefiero ayudar sin llamar mucho la atención, los plebeyos sabían y los Nobles sopechaban aunque estos creían que tenía una relación con Anaís, debido a su cercanía no obstante esto era falso, pues era una persona homosexual y Anaís, no era una mujer que cayera en las pasiones tan fácil, a tal punto que su guardia de confiaza; Jess, tuvo que ahuyentar a posibles amantes. Esa tarde, Garlan tuvo que recibir a Rin-bran un rundiano de Van-sera la zona que habían recibido hace a
El viento chocaba con las velas, las olas meneaban la pequeña embarcación, el joven padre y su hijo de tez morena, con cabello negro y ojos del mismo color, pescaban solos, debido a la situación precaria en la que vivían. Hacían su trabajo con alegría y ahínco hasta que una tormenta los alcanzó, los fuertes vientos rasgaron las velas y hacían que los maderos crujían. Ambos trataban por todos los medios de salvar el barco, sin embargo una enorme ola se trago el mismo, destrozandolo por completo. El niño salió a flote y se agarro de un madero que lo mantuvo en la superficie, gritaba el nombre de su padre, pero no hubo respuesta en la inmensidad del mar. Se despertó recostado sobre la playa, gritó de emoción y alegría, que se esfumo al darse cuenta que su padre no se encontraba y que el lugar a donde había llegado no era su hogar. Desorientado, con hambre y sueño busco ayuda por la cercanias, hasta que encontró un camino que lo siguió por unos días hasta llegar a una ciudad amurallada en
Los niños tiene padres que proveen de lo necesario para una vida plena y feliz, los nobles deparan lo mejor para sus hijos, los plebeyos lo necesario, pero los huérfanos, junto con el extranjero, deben pasar largas horas de trabajo, si quieren tener derecho al hogar y crianza en el orfanato. Los débiles y pequeños reparten pan, los fuertes y mal portados en la mina de carbón de la región o en otros oficios pesados. Los gritos del capataz resonaban por la mina. A sus diez años los sueños de la niñes han dejado de existir y ahora son la realidad de una adultez que llego muy pronto. Achecar ha trabajado aquí desde hace un mes, la paga es precaria más para ellos, pero el se siente con la fuerza de realizar más. A fin de cuentas, en sus tierras natales, amar al trabajo sea lo que fuese mientras trajera beneficios para el pueblo, eran sin lugar a dudas bien recibido, pero en este momento y tras un largo tiempo se percato de la injusta paga a pesar de que el carbón sea de muy buen provecho p
El palacio de Rigar de Rosei; era el quinto más grande, con jardines llenos de rosas y claveles, que rodeaban el lugar y se encontraba a un kilometro de la ciudad de Breñas, que es donde ocurre la mayor parte de esta historia. Uno en el centro e incluso una cascada que se logró mediante un acueducto desde la montaña más cercana, y servía además para regar sus tierras. Rigar pasaba gran parte del día en las tierras; vigilando a los trabajadores, y cuidando que no le ocurran revueltas como el caso de la mina de Alfredad. Mientras tanto su esposa Carolina, solía revisar los estados de cuenta, como pasar largos ratos en la biblioteca. En tanto a Charlotte, desde el momento en qué se entero de la maldición, entrena casi ocho horas diarias para poder soportar el poder de está. A diferencia de los plebeyos que desconocen su reflejo o sus poderes hasta los quince, los Nobles tienen pequeñas muestras de este desde muy pequeños, y es lo que Charlotte práctica. Su reflejo se relaciono con la nat
Han pasado unos días desde que Charlotte y Achecar se hicieron formalmente amigos. Sin embargo tal acción no fue tan fácil de cumplir. En primer lugar Achecar quizo hacer las pases con Rigar, pero este le cerró las puertas en la cara como mandar a los guardias y una criatura llamada cenrrar; una criatura similar a un perro, pero de mayor tamaño como envergadura, cuyas cualidades adaptadas al mundo consistía en devorar la magia y resistír a la misma. Los cenrrar no son los únicos seres con tales cualidades, y es por eso, que la mayoria de los guardianes mágicos a parte de custodiar las fronteras también tenían que controlar la fauna silvestre. Debido a esto Achecar no podría acercarse sin correr peligro a su edad. Por lo que Charlotte se las arreglo para escapar en sus horarios libres, cabría resaltar que lo que hizo, fue algo de lo que Achecar se burló después. —¡Señor!—grito Charlotte a un guardia. —Sí señorita—le contestó el guardia con suma cortesía, quien estaba vestido con una a
Arai se había unido a Aldar, debido a la insolencia de Achecar de reunirse con Charlotte. Siendo niños, y no tan maduros como lo sería Achecar, su primera tarea sería expulsar a Charlotte dejándola en evidencia con su padre, quien odiaba a Achecar. —¿Cómo podremos acusarla contra su padre? —Debemos saber cómo es que logra eludir a sus guardias, así como saber en qué momento suelen encontrarse. Arai recorrió los paraderos del palacio, pero casi fue atrapada por los guardias quienes desde la visita de Achecar subió en grande. Mientras Arai y Aldar se quebraba la cabeza con esto. Achecar y Charlotte paseaban por el río en busca de peces junto a los otros chicos. —¡Ah! Se escapo. Grito Charlotte al momento de intentar tomar un pez con la manos, algo que Achecar hacía con suma facilidad. Esta forma de pescar era muy común en su país, solía relacionarse con la pesca en ríos, pero algunos solían efectuarlos en el mar. —Te vez graciosa en paños menores—dijo Achecar con una sonrisa. —No
La casa de Doroty es una de las más lujosas de la ciudad y también una de las pocas que se encontraban dentro de la ciudad;el resto de Nobles solían vivir en las afueras. Desde el momento en que las puertas se abrieron Doroty se acercó de sobremanera a los chicos, haciéndola reflexionar sobre la vida que ella llevaba y la de ellos. Los chicos le contaban historias que le ocasionaba pesadillas, desde el hecho de ver a sus padres morir en riñas callejeras, hasta no saber el por qué un día simplemente se despertaron en el orfanato. Debido a esto en uno de esos días después de la despedida por la puerta trasera, Doroty se atrevió a preguntar. —Madre, ¿por qué no se nos permite tener relaciones con los plebeyos? —Aún eres muy pequeña para entender. —Pues si no me explicas, menos entendere. —Ay mi niña—dijo Beatriz con una sonrisa, la tomó en sus brazos pues Doroty se encontraba levitando y la llevó a una biblioteca donde había pinturas de tiempos pasados, pues su esposo; Brendan, suele
El pequeño club estaba lleno gran parte del tiempo y lograban eludir a Rigar, quien basándose en los rumores, no sabía bien a quién hacer caso, hasta que se harto y decidió hablar con Aldar, aunque decidió hacerlo en un lugar donde no lo verían junto con él. —Señor Rigar es un gusto verlo—dijo Aldar dándole la mano. —No lo es para mi —contestó Rigar rechazando el apretón de manos con un fuerte manotazo—tu lengua habla de mi hija conviviendo con los de tu realea—. Rigar lo tomo de su ropa y lo alzó de una manera amenazante. —¡No son mentiras!—dijo Aldar con dificultad—si ha eso se refiere, se trata de una verdad. Ella se encuentra con el extranjero. —¡No te atrevas a decir eso! —Busquelo y se dará cuenta, ahora no se donde se encuentran, pero se que lo hacen. Rigar miró los ojos del niño, con una rabia tan grande que pudiera atravesar lo que sea, sin embargo, los rumores sobre eso no sólo venían de él, sino de muchos. Lo bajó con brusquedad para decir. —Más te vale que la informa