Arai se había unido a Aldar, debido a la insolencia de Achecar de reunirse con Charlotte. Siendo niños, y no tan maduros como lo sería Achecar, su primera tarea sería expulsar a Charlotte dejándola en evidencia con su padre, quien odiaba a Achecar.
—¿Cómo podremos acusarla contra su padre?—Debemos saber cómo es que logra eludir a sus guardias, así como saber en qué momento suelen encontrarse.Arai recorrió los paraderos del palacio, pero casi fue atrapada por los guardias quienes desde la visita de Achecar subió en grande. Mientras Arai y Aldar se quebraba la cabeza con esto. Achecar y Charlotte paseaban por el río en busca de peces junto a los otros chicos.—¡Ah! Se escapo.Grito Charlotte al momento de intentar tomar un pez con la manos, algo que Achecar hacía con suma facilidad. Esta forma de pescar era muy común en su país, solía relacionarse con la pesca en ríos, pero algunos solían efectuarlos en el mar.—Te vez graciosa en paños menores—dijo Achecar con una sonrisa.—No te burles—le contestó Charlotte.—No me burlo, simplemente me hace feliz verte feliz.Charlotte se sonrojo y lo jalo con su liana al agua del río, y los dos rieron. Arai los observaba con rabia a tal punto que deseaba encontrarse en tal situación con él, pero este parecía ignorarla siempre. Sucede que Achecar veía a Charlotte como alguien que necesitaba ayuda, un apoyo que la salvará de un infierno que anulaba su potencial y sobre todo arruinara su niñes. En tanto Arai siempre se mostró como una chica fuerte, segura de si, como si no fuera necesario un apoyo moral, más que la compañía que le brindaba como un amigo y hermano.—Cocinaste bastante bien Arai.—Gracias Achecar, soy muy buena cocinando—contesto Arai tratando de ser simpática con él.—Eso lo puedo ver.—Aunque seguramente la comida de los Nobles debe ser un manjar—dijo Aldar que se encontraba de casualidad comiendo enfrente de él. —A qué viene eso Aldar—agregó Achecar con cierta molestia enmascarada con una sonrisa.—Solo digo, pasas mucho tiempo con esa doncella de ropa fina.—No te veo quejarte de la comida que compramos con el dinero que ella nos da de buena voluntad.—Entonces, ¡tragatela toda!Al decir eso, Aldar le arrojó el plato de comida caliente, que de no ser por la rapidez de Achecar, seguramente se habría lastimado mucho más, pues parte de la sustancia líquida llego a rozar su mejilla, Achecar no se quedó quieto y empezó a pelear con Aldar, Arai trató de separarlos, pero la fuerza física de ambos ya empezaba a notarse;debido a que la magia fortalece también el cuerpo en mayor o menor medida. Los golpes que se daban con fuerza rompían mesas, y un golpe de Achecar chocó contra la pared que para sorpresa de Aldar y el resto de niños, en lugar de que la mano de Achecar se fracturara, fue la piedra que lo hizo, aunque terminó abriéndole una herida, otro golpe se estrellarería en contra de Aldar de no ser por Ana quien los separó con la magia de su reflejo;que no solía mostrar, pero debido a su calidez podía generar ondas de calor que generaban mareos y cansancio.—¡Quietos los dos! A que se debe esta insensates—grito Ana.—¡Eso quisiera saber!—grito Achecar—. Se atreve a ofender la buena voluntad de Charlotte.—Eso es mentira,—agregó Aldar—es el quien dice que Charlotte es una niña ridicula—¡Maldito mentiroso!—grito Achecar a punto de darle un puñetazo, que Ana detuvo que, debido a su edad, ella sintió un fuerte impacto.—¡Ya basta!—concluyó Ana poniendo más fuerza haciendo que ambos se quedaron exhaustos—Aldar, cuida tu lengua, Achecar ha estado poco tiempo con nosostros, pero es seguro que no es un mentiroso, como tu lo insunuas, de hecho eso creo que va contigo—¿Duda de mi? Señora—arremetió Aldar.—El herrero con el que trabajas—empezó Ana—. A buscado unas evillas de oro, solo hay cinco trabajadores y tu eres sospechoso, conozco tu afición por las cosas caras, así que será mejor que no me hagas comprobar.Aldar trago saliva y si bien no admitió nada, es cierto que las había tomado, pensaba venderlas a un mercader de paso, para tener ropa mucho más glamurosa que la que llevaba puesta. Ana los separo y para evitar el conflicto los puso en mesas separadas donde les asignó un lugar definido. Arai se acercó a Achecar para ayudarlo, comportándose amable y cariñosa, algo que de cierta forma incómodo a Achecar, pues no sentía la misma confianza con ella que con Charlotte. Ana sabía que Aldar tenía un odio que no lograba entender, por lo que ese día trató de esclarecerlo, pero Aldar no contestó a ninguna pregunta, pues Ana no comprendería sus motivos y sabía que le daría preferencia, ya que simplemente la presencia y acciones de un extranjero plebeyo le fastidiaban, sobre todo alguien que empezaría a manifestar su reflejo en unos días.Ese día Charlotte no pudo salir en la tarde, pero Achecar se las arreglo para ir a visitarla, como se le había hecho costumbre durante estos días.—¡Achecar! ¿Qué te paso?—preguntó Charlotte al ver la venda en la mano y el moretón en su mejilla.—Una pelea por tu causa.—¿Qué? Pero ¿por qué?—A Aldar le molesta que vayas, supongo que tiene que ver con su pasado, debe tenerles rencor por haberlo reducido a un plebeyo, siendo un sujeto con sangre azul.—Es algo natural—contestó Charlotte con cierta melancolía—no tenemos una buena fama entre ellos, supongo que tú también nos odias.—No pienses eso por favor—Solo estas aquí, por que les doy dinero.—No pienses eso Charlotte—Achecar la abrazo tan fuerte, como aferrándose a madero que flota en medio del mar, ya que te garantiza la vida y es la única esperanza de sobrevivir.—No te odio, ni odio a tu padre, o a los Nobles. Solo somos personas, odio las ideas que envenenan su mente, pero esas no las puedo cambiar, solo soy un chico.—Las cambiaste en mi—dijo Charlotte devolviendo su abrazo y sintiendo que era sincero—yo tampoco te odio, realmente me siento segura, eres el único amigo sincero que tengo, ya que estas aquí. Pues, no quiero decirlo o creerlo pero siento que los chicos del orfanato no me han terminado de aceptar.—Eso lo se, pero estos meses han sido agradables no crees, y con el tiempo se acabará.—Sí, aunque, ¿por cuanto tiempo seguiremos así? Hasta que seamos adultos.—Cuando seamos adultos, tendremos aún más libertad.—Tal vez en tu caso, pero no creo que sea el mío.—Si es así, te prometo que te sacare de aquí. No importa si tengo que luchar contra un millar de tus hombres o enfrentarme a tu padre, yo te rescatare de esas costumbres que te mantienen apresada, nos iremos a un lugar muy lejos y viviremos aventuras al por mayor.—¿Cómo esposos?—No había pensado en eso, sabes, soy un ser horrible, y aún no conoces otros chicos, que te parece si cuando seamos viejos, y permanezcamos solteros, nos casemos y cuidemos el uno y el otro.—Eso... No se.—Deja de preocuparte de eso, mejor divertamonos.Charlotte le sonrió y se taparon con la sabana y se contaron historias de terror, aunque ella se dormio en su brazos y la arropo, una escena que le trajo secuelas. Pues en el pasado, en tiempos de la guerra en su país hubo niños que morían en los brazos de sus padres. Al otro día Doroty estuvo meditando por las visitas de Charlotte, pues a pesar de pasarla bien la veía distante.—Ah, mamá, ¿Charlotte vendrá hoy?—preguntó Doroty.—No lo sé cariño—respondió Beatriz.—Has notado que sus visitas no son tan recurrentes como debieran, debe ocultar algo ¿no crees?—Eso parece ocurrir, no te parece.—Es cierto.Doroty se puso pensativa y envió a uno de sus guardias de la tarde para ver a donde iba su amiga, este vio algo que le desagrado a tal punto que estuvo por ir a donde el Conde de Rosei para decirle, pero Doroty, demostró lo ágil y poderosa que podría ser al aparecer de la nada y susurrarle al oído,—no haga tonterias.—Si usted podría venir por que me mando—le dijo el guardia asustado.—Acabo de aprender esto, y es increíble que pueda hacerlo a mi edad tan corta.El guardia se quedó absorto y se retiró junto con Doroty, al otro día Charlotte se presentó frente a Doroty quien ocultaba tras su sonrisa una molestia.—Doroty, te vez molesta—dijo Charlotte al ver que su sonrisa era falsa—Somos amigas o no—empezó Doroty con cierta rudeza.—Sí, ¿por qué?—Te vez con los plebeyos.—¡Qué! pero esta bien, he sido deshonesta estos meses, pero esta amistad que tengo contigo es real como la que tengo con ellos, en especial con él. Es realmente agradable, y a fin de cuentas no veo el por qué no debamos estar juntos.—Me haz relegado.—No, es que estoy tan asustada Doroty.—Y, ¿es que no soy de tu confianza?—Estas sobre un unicornio volador, con una sonrisa que se supone debería ser sería—dijo Charlotte al señalar que durante este tiempo Doroty se mostraba feliz y rodeada de pelcuches. —Perdoname amiga—agregó Doroty al darse cuenta—cuéntanos todo.—Ya veo—dijo Beatriz—y ese chico te dio seguridad, realmente te agrada, más que mi hija.—No es eso.—No te preocupes, yo no tengo ningún problema con eso, además de que conozco a tu padre, pueden venir si quieren, tanto tú como lo chicos del orfanato, mi marido es restrictivo, por lo que pueden entrar por la puerta de atras, el jardín es inmenso aunque no tanto como los tuyos.—¡Enserio señora!—Si ya ha habido muchos problemas por este tipo de diferencias, tal vez podamos solucionarlas juntos no te parece.Charlotte vio a Beatriz como una luz llena de esperanza en su complicada vida, a tal punto que lloro en su regazo. Achecar recibió la noticia y conoció tanto a Doroty como a su madre. Doroty era algo encimosa, pero amigable y carismática por lo que no tuvo problemas. Con esto se habían ganado nuevos amigos.La casa de Doroty es una de las más lujosas de la ciudad y también una de las pocas que se encontraban dentro de la ciudad;el resto de Nobles solían vivir en las afueras. Desde el momento en que las puertas se abrieron Doroty se acercó de sobremanera a los chicos, haciéndola reflexionar sobre la vida que ella llevaba y la de ellos. Los chicos le contaban historias que le ocasionaba pesadillas, desde el hecho de ver a sus padres morir en riñas callejeras, hasta no saber el por qué un día simplemente se despertaron en el orfanato. Debido a esto en uno de esos días después de la despedida por la puerta trasera, Doroty se atrevió a preguntar. —Madre, ¿por qué no se nos permite tener relaciones con los plebeyos? —Aún eres muy pequeña para entender. —Pues si no me explicas, menos entendere. —Ay mi niña—dijo Beatriz con una sonrisa, la tomó en sus brazos pues Doroty se encontraba levitando y la llevó a una biblioteca donde había pinturas de tiempos pasados, pues su esposo; Brendan, suele
El pequeño club estaba lleno gran parte del tiempo y lograban eludir a Rigar, quien basándose en los rumores, no sabía bien a quién hacer caso, hasta que se harto y decidió hablar con Aldar, aunque decidió hacerlo en un lugar donde no lo verían junto con él. —Señor Rigar es un gusto verlo—dijo Aldar dándole la mano. —No lo es para mi —contestó Rigar rechazando el apretón de manos con un fuerte manotazo—tu lengua habla de mi hija conviviendo con los de tu realea—. Rigar lo tomo de su ropa y lo alzó de una manera amenazante. —¡No son mentiras!—dijo Aldar con dificultad—si ha eso se refiere, se trata de una verdad. Ella se encuentra con el extranjero. —¡No te atrevas a decir eso! —Busquelo y se dará cuenta, ahora no se donde se encuentran, pero se que lo hacen. Rigar miró los ojos del niño, con una rabia tan grande que pudiera atravesar lo que sea, sin embargo, los rumores sobre eso no sólo venían de él, sino de muchos. Lo bajó con brusquedad para decir. —Más te vale que la informa
Tras lo ocurrido con los serinos, Rigar se sintió más tranquilo además de que Canras hablaba de los avances de Charlotte de manera optimista, para este punto ya ha pasado casi un año desde que se encontraron desde la primera vez y el día del cumpleaños de Charlotte se acercaba. Rigar se estaba emocionado y mostrando alegre, aunque algo que obviamente inquietaba a su esposa y extrañaban a su hija. —Papá esta raro, ¿no? Mamá. —Eso es por que esta feliz, desde la migración de lo serinos y las festividades de la fiesta de primavera, parece que los rumores sobre que haz salido con plebeyos se han apasiguado, además de que él no los cree. Charlotte se sentía feliz y satisfecha con lo escuchado. Durante este tiempo, Aldar había tratado de mostrar pruebas sobre sus palabras, y de no ser porque no aceptó ningún dinero, Rigar seguía atendiendolo por eso mismo, pero siempre terminaba ofendiendolo y hechandolo de la casa. Ya que todas las supuestas pruebas terminaban en perdidas de tiempo, gene
El río los había llevado más allá de las fronteras de la ciudad. Debido a la fuerte corriente ambos batallaron por mantenerse a flote, pues Charlotte no se pudo concentrar para poder usar su magia y mantenerse arriba, sin embargo ella se había aferrado fuerte a Achecar quien la sostenía con fuerza y se mantuvo contra corriente y sofocandose debido al peso, no sólo de Charlotte sino de la capucha que siempre llevaba como la katan que ahora estaba sujeta a su cuerpo y capa. Tras un rato lograron llegar a la orilla cuando la corriente había sesado. Al salir y tras tirarse en el suelo y respirar un poco, se miraron y notaron que se tomaban de la mano, al ver tal acción, los dos la soltaron. Charlotte se sonrojo un poco, pero noto que Achecar se veía preocupado y entristecido. —Achecar, ¿te encuentras bien? —¿Qué hicimos Char? —Creo que escapamos. —Eso parece, siempre tan torpe. —¡Oye! Perdona por bajar a ayudarte y correr hasta llegar hasta aquí y no saber qué hacer o a donde ir. Di
Al despertar, Charlotte vio cómo Achecar se había levantado y se había hecho de más pescado como avivado el fuego, ella se sonrojo al darse cuenta que había dormido con él, pero esa sensación no duró mucho, pues se dio cuenta que el sol estaba casi en medio y Achecar estaba haciendo el trabajo, por lo que se levantó y se dio cuenta que sus pies estaban vendados con tiras de la camisa de Achecar así como el hecho de que le dolían un poco. —Descuida Char—le dijo Achecar al notar que trataba de caminar—haré el trabajo mientras te repones. Te nacieron algunas ampollas, además de que esta zona está cubierta de pequeñas piedras. —Veo que ya has asado el pescado. —Sí, le agregué unos pimientos. —Yo, te habría... Espera, ¿pimientos? —Sí, la corriente y la caminata nos trajo a una pequeña villa que posee un mercado, logre capturar unos peces y venderlos. Compre una cobijita. —Vaya, es muy linda, pero supongo que nos dedicaremos a eso verdad, pescar y venderlos. —Así es, pregunté por un p
La cárcel era lúgubre y fría, pero un malestar lo afligía, Rigar había pasado una semana en prisión sin noticias de su familia, ese día habrían festejado el cumpleaños de Charlotte de no ser por los eventos del pasado. Debido a que Charlotte no se encontraba en Breñas, Doroty obto por irse de ahí y comenzar de nuevo en Armenar. Ana se mostraba afligida como la mayoría de los chicos que se preguntaban constantemente como estaría Achecar, a lo que no podía contestar. Arai se empezaba a resignar de haber perdido a su querido, y Aldar iba y venía con una sonrisa. Carolina había regresado a su casa y se apoyaba en sus trabajadores para llevar a cabo los negocios de su esposo, y a muchos les pareció extraño que no se viera preocupada por la ausencia de su hija. Por su parte los guardias de rastreo de Gigar no se daban por vencidos y habían seguido el caudal del río sin encontrar cuerpos, por lo que habían llegado a la conclusión de que seguían vivos. Ante esta posibilidad, Gigar ordenó la c
Hace algunos días y tras la reunión fallida, los Flores Doradas estaban en busca de un movimiento similar al suyo, siendo Gilbart de Montain el único que tuvo suerte al encontrar un movimiento separatista que se encontraban no sólo buscando miembros, sino recursos monetarios, pues eran plebeyos algo que a Gilbart no le gusto, pero apoyo, porque buscaban ganar poderío en clases, por lo que logrando llegar a un acuerdo ocultando sus intenciones, dio una fecha para iniciar su ataque. Ya había pasado un mes desde que Charlotte y Achecar habían iniciado su viaje, en los últimos días las cosas eran tranquilas, lograron llegar a la ciudad de Sildras la tercera más grande e importante, siendo como la capital del conocimiento, sin embargo era muy custodiada y las bibliotecas ni siquieran estaban abiertas a todos, un problema que podía ser evitado por Charlotte y Achecar. —¡Es increíble Achecar! —Eso veo, parece diferente a Breñas. —La ciudad del conocimiento es como la llaman, Breñas es una
El conflicto con lo separatistas iba en aumento teniendo de cabesillas a Venabente y Sander, plebeyos que antaño habían sido respetados en su país original y deseaban volver, Gilbart los eligió por tener una gran oratoria y ser los más interesados en llevar sus objetivos sin importar las consecuencias. Habían pasado seis días desde que había ocurrido el primer ataque, y algunas personas empezaban a interesarse, aunque temían al poder de las legiones que ahora se movían y se presentaban a posibles candidatos. Por su parte Joan seguía el rastro de los chicos con ayuda del vendedor de ropa que correspondía al nombre de Jax y estaba en sus cincuenta. Al parecer un peligro muy grande acechaba a Achecar y Charlotte, pues Jax siempre obtenía información de los chicos sin muchas complicaciones, algo que les había costado a Joan y al resto de guardianes mágicos a cargo de su busqueda. En tanto Charlotte y Achecar habían tenido una gran pesca en un lago, y por ende una gran venta, por lo que p