Capítulo trece:La calma se vuelve tormenta.

El conflicto con lo separatistas iba en aumento teniendo de cabesillas a Venabente y Sander, plebeyos que antaño habían sido respetados en su país original y deseaban volver, Gilbart los eligió por tener una gran oratoria y ser los más interesados en llevar sus objetivos sin importar las consecuencias. Habían pasado seis días desde que había ocurrido el primer ataque, y algunas personas empezaban a interesarse, aunque temían al poder de las legiones que ahora se movían y se presentaban a posibles candidatos.

Por su parte Joan seguía el rastro de los chicos con ayuda del vendedor de ropa que correspondía al nombre de Jax y estaba en sus cincuenta. Al parecer un peligro muy grande acechaba a Achecar y Charlotte, pues Jax siempre obtenía información de los chicos sin muchas complicaciones, algo que les había costado a Joan y al resto de guardianes mágicos a cargo de su busqueda.

En tanto Charlotte y Achecar habían tenido una gran pesca en un lago, y por ende una gran venta, por lo que para festejar se pusieron a nadar en el mismo. Al salir hicieron un banquete y pasaron una linda tarde leyendo y descansando.

—No encuentro información de tu magia Achecar.

—Dejalo por hoy, ya veremos al llegar a Sanbir.

—Sí, oye, puedo llamarte por tu nombre original.

—No.

—¿Por qué? Creo que es más lindo, que me dices.

—Siendo el caso, esta bien.

—Gracias Yami, solamente.

—Solamente.

—Bueno, que te parece, Yami el extranjero del mar(en el lenguaje de este mundo: Yami te Achecar ten mare).

—Suena algo extravagante.

—Un nombre extravagante para mi amigo extravagante.

—Sabes Char, que pasará cuando de verdad te enamores de alguien mucho más genial que yo.

—No creo que cambie mucho, además no he roto mi maldición.

—Y de ser así.

—Seguiría viendote, aunque dudo que me enamore, y de ser el caso ¿por qué no lo haría de ti?

—Por el simple hecho de que nos llevamos tan bien, que hacer un amorío quiza no salga tan bien, según me han dicho.

—Te preocupas mucho, aún somos unos niños, tenemos mucho tiempo, y muchas cosas que hacer.

—Tienes razón.

Tras unos días, llegaron a Crentar, una ciudad menor enfocada en la agricultura, era rica pues proporcionaba de trigo y demás cereales, aunque los beneficiados eran pocos en comparación con los habitantes. Charlotte noto que en la ciudad no había cartelones, consideró que al estar muy lejos del sur, supuso que consideraron que era imposible que unos niños llegarán tan lejos, por lo que convenció a Achecar de ir a una posada o rentar un cuarto. Achecar se resistío mucho, pero ella lo miraba con ojos llorosos y tiernos que no podía resistir a decir que no. Charlotte se puso contenta y fueron a una posada barata, donde no se percataron que un sirviente de Gilbart los reconocio, pues este no consumía los granos que cosechaba:los de menor calidad eran destinados para los plebeyos y los mejores granos eran exportados a los otros reinos. Los granos de Crentar estaban fertilizados con una magia especial, pero cuya fórmula no era conocida, dándose esclusividad, cada semana enviaba un sirviente por su grano especial. Tras reconocerlos, Gilbart consideró varias opciones, pero se decantó por tenerla como rehen y ejecutar a Achecar, por todas las molestias que le ocasionaba.

En tanto Charlotte y Achecar se acomodaron en una posada no tan barata, y ella disfrutaba de los lujos que hasta ese momento no había sentido.

—Mira Yami, la cama es muy suave, mira un candil hace tiempo que no lo había visto, ¡un espejote!

—Perdón—dijo Achecar algo triste.

—¿Por qué?—preguntó Charlotte sorprendida.

—Supongo que estrañas tu vida pasada.

—Claro, pero he pasado gratos momentos contigo.

—Pero no es así, como una niñes se vive. Lamento lo que hice.

—No te tienes que sentír así, no hubo otra opción.

—Pero te aleje de tu madre, eso no es propio de la niñes.

—Achecar—dijo algo molesta—se que estas algo obsesionado por proteger mi niñes, y te lo agradezco, pero no quiero que me recuerdes a mamá, a fin de cuentas ella no me protegió cuando más lo necesite.

—Tal vez si, tu papá pudo alcanzarnos, barrer con los guardias incluido Segrat, pero eso no paso, no lo había pensado, pero espero no le haya pasado nada malo.

—¡Por los dioses! Tienes razón debí escribirle o algo así.

Charlotte se puso a buscar papel y pudo hacer su carta, explicando todo los motivos de su viaje y también pidiendo disculpas, esto le trajo tranquilidad y tras ponerla en un sobre, dijo como si la tristeza no hubiera existido.

—Ya esta, muy bien ahora aprovechemos el lugar, mira el baño dos cabrían ahí, no bañamos juntos.

—A que viene eso.

—Pues solo es bañarnos no, eso tiene algo malo.

—Supongo que no, pero no estoy acostumbrado a verte sin ropa.

—Entonces conservemos nuestra ropa interor.

Achecar acepto, así que se metieron a la bañera jugando con el agua tibia de la bañera y limpiandose mutuamente. El encargado se sentía intrigado, sobre lo que harían unos niños. Después del baño, Achecar cepillo el cabello de Charlotte y posteriormente ella se lo recorto, para volverse a bañar, pues el cabello le picaba. Esa noche durmieron cómodamente sin saber que esa sería su última noche juntos.

Al amanecer, tras prepararse para su viaje, un grupo de hombres se acercó a los niños rodeandolos.

—Entrega a la chica y quisa te vayas completo—le dijo Venabente formando un círculo de fuego con grabados que provocaban conjuros.

—¡Vayase al peor lugar para vivir!—grito Achecar—¿que es lo que quieren con nosostros?

—Cómo te lo hemos dicho, no queremos nada contigo, sino con ella, la hija del conde de Rosei.

—Quien les...

—Eso no importa, por lo que nos dijeron será un instintivo para poder efectuar nuestro plan.

—Pues si creen que estamos indefensos eso no es cierto.

Charlotte había mejorado con su magia y no sólo creo lianas, sino que pudo incluso cubrir su cuerpo con una cortesa que le servía de armadura, como también extendió una rama que tomó la forma de una espada con espinas, en tanto Achecar sólo recubrio con su magia su katan, y ambos atacaron a los sujetos que eran tres, quienes peleaban usando magia circundandante. Achecar se avalanzo y dio un golpe con su Katan pero se dio cuenta que no hacía el mismo daño, algo que incluso afecto a Charlotte pues sus ataques no surtian efecto.

—Los veo sorprendidos, su magia es sorprendente, pero sin importar la habilidad que tengan, siguen siendo niños, la magia aumenta en el cuerpo con el tiempo, haciéndonos más poderosos, se podría decir que si han ganado en el pasado, es porque no se han enfrentado a enemigos tan poderosos.

Charlotte y Achecar empezaron a sentir miedo y trataron de escapar, pero uno logró darles un golpe que los separo, además de que lanzaron a Achecar contra un muro dejándolo herido. En tanto a Charlotte, lograron someterla a pesar de defenderse, al ver esto Achecar se levantó y peleó contra Venabente, pero no podía hacer mucho, aunque para sorpresa y desgracia de Venabente el cuerpo de Achecar era tan duro que sus nudillos sangraba y dolían, aunque logro someterlo y quemarle la espalda para debilitarlo, a su vez que trataba de aplastar le la cabeza enfrente de Charlotte quien empezó a llorar, algo que Achecar vio y trato de luchar, pero no podía hacer nada. Sin embargo del cielo cayó un hombre a quien no habían visto en mucho tiempo.

—¿Quién eres?—preguntó Venabente.

—No será necesario decirtelo—dijo aquel hombre dando un golpe y lanzandolo lejos.

—Señor Segrat, como llegó aqui—dijo Achecar sorprendido y feliz.

—Gracias a ese vendedor y al guardia—dijo Segrat señalando a Joan y Jax quienes habían salvado a Charlotte noqueando a los dos secuaces.

—La magia de Jax—empezó Joan— sí es conveniente, pero algo complicada. Nos llevó por caminos enredados, cuando nos acercamos a ustedes aparecimos enfrente de este sujeto y de hay tan pronto nos reunimos aparecimos cerca de ustedes justo después del asalto.

—Ventajas y desventajas de la magia de aparición—dijo Segrat.

Sin embargo, Venabente se levantó para atacar a Segrat por la espalda, de no se por qué Achecar al verlo canalizó su magia en su katan y logró golpearlo, haciendo que este perdiera la cabeza debido al impacto, además de que parte del brazo de Segrat se perdió cuando Achecar solo lo roso. Al darse cuenta de esto, Achecar cayó de rodillas pues no quería golpearlo a tal punto, ni dañar a Segrat.

—Yo no quería hacerle daño...

—Achecar—dijo Charlotte abrazandolo—ya paso, todo terminó.

—Una magia peligrosa—empezó Joan—he sabido que eres responsable, pero andar por ahí con una niña y una magia tan poderosa es demasiado irresponsable.

—Señorita—continuó Segrat—debemos volver a casa.

—¡No quiero hacerlo!—gritó Chalotte—estamos bien, ya nos hemos acostumbrado a vivir así.

—Eso lo veo—asintió Segrat—pero me parece que las cosas son un poco más complejas. Pará empezar, su padre está en prisión, su madre fue lastimada, pero ya está bien.

—Yo no sabía de eso—dijo Charlotte sentida—pero, si volvemos, ¿podremos seguir viendonos?

—No exactamente—empezó Segrat—para empezar, su madre y yo tratamos de hacernos cargo de los negocios de su padre, pero no fuimos tan buenos, y perdimos ganancias, que no sólo llamaron la atención de sus acreedores y socios. Y sobre todo de su abuelo Renavier.

—¡Mi abuelo!

—No sabía que tenías un abuelo—agregó Achecar sorprendido.

—Es que, el es mucho peor que mi padre.

—Ya entiendo.

—El se encargo de hablar con su hijo—empezó Joan—y le dio un escarmiento por su comportamiento, pero esto también los involucra a ustedes. En especial a ti Achecar.

—A mi.

—Sí, tendrás un castigo por secuestrar a Charlotte.

—¿Por qué? Si ambos huimos juntos—dijo Charlotte.

—Puede ser—continuo Joan—pero se castiga al hombre y se victimiza a la mujer, si es la conveniencia de ella o de sus familiares.

—Eso significa que...

—Char—empezó Achecar—una infancia feliz se pasa con la familia, en especial con una madre.

—Pero, que será de ti.

—Ya nos arreglaremos, en especial con el cascarrabias de tu abuelo y padre.

Charlotte sonrió y tomados de la mano, se fueron de ahí regresando a casa. Por parte de los separatistas, estos fueron cazados y arrestados por Eldran, de maneras que no fueron aprobadas por el rey ni el general de legiones. Por su parte Gilbart decidió retirar los fondos de los pocos separatistas, bajo el pretexto de reagrupacion, aunque por parte de Sander, empezó a formular un movimiento que daría un gran golpe al reino que cambiaría la historia, aunque fuera del país.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo