Capítulo diesiseis:Un combate desleal.

El momento del duelo había llegado. Dren estaba cerca de cumplir su más grande anhelo y era servir, para después escalar a ser un noble, y esto era lo que lo hizo mirar a Achecar con desagrado. Para Dren ser un noble era un cargo de honor y respeto, pues consideraba que aquellos que pertenecieran a la Nobleza era por que merecían estar en está. Su familia habían servido a los Brandon del Norte; una familia ganadera, sus padres sirvieron a esta familia por generaciones, primero siendo simples arrieros y ahora estaban en el puesto de guardias. Sin embargo eran lo máximo para alcanzar, si quería tener tierras a su nombre debía ser un guardián mágico o algo más, de ahí que no los odiara y los viera como una meta. Achecar al unirse con Charlotte era la peor falta de respeto y considero que no debería seguir en pie, y sus verdaderas intenciones habrían de ejecutarse ahora.

—Achecar ten Mare te desafío—grito Dren haciendo que hubiera expectación entre los capitanes, pues el había demostrado un buen control de la magia y una de las mejores calificaciones. En tanto la visión que tenían de Achecar, era de curiosidad, más que de espectación, pues sólo veían que lo más destacable de él era su fuerza

—¿A mi?—dijo Achecar algo sorprendido—supongo que está bien, aunque yo quería luchar con esa chica que está allá.

—¡Qué!—dijo Dren sorprendido—no puedo creer tal acción de un monstruo como tú , enfrentarte a una mujer débil.

—No te refieras así de mi, además veo que posee un gran potencial que no quiero que se desperdicie, esta prueba es bastante peligrosa, estoy seguro que algunos poseen una experiencia más alta que otros, pero quisa los que rechacen posean un potencial mayor.

Está afirmación hizo enfurecer a los capitanes, que mostraron su desagrado frunciendo el seño, salvo Astar que sólo mostró una sonrisa.

—¿Qué estupideces dices!—dijo Dren molesto—si vas a tener lastima de tus enemigos, o solapando que no entrenen y se preparen para esto, te haces débil y sobre todo los hechas a perder, progresa el que se prepara y quiere.

—Ya deja de ladrar, no todos nacen en cuna de oro como tú por lo que veo, peleare contigo para darte una lección de humildad y solidaridad con las personas.

—Tu no me vas a enseñar nada.

—¡Silencio los dos!—grito Valerian—son muchos combates por presenciar y están tomando tiempo valioso, por lo que será mejor que muestren su magia de una vez.

—Reflejo de facilidad—en ese momento Dren materializó una espada.

—¿De facilidad? No sería de armas—dijo Achecar confundido por el resultado.

—No, puedo defenderme con lo que tenga al alcance, con la capacidad de combertirla en arma u otra cosa para sobrevivir, de ahí el nombre, facilidad para todo.

—En es caso solo peleare con mi katan—Achecar la traía cubierta por la capucha y la desenfundo mostrando una hoja negra con el filo resplandeciente.

—¡Me subestimas!—grito enojado Dren.

—No, simplemente lucho en igualdad de condiciones y creeme para un chico tan delgado como tu es lo mejor.

Dren entró en cólera y se abalanzó sin poder mover a Achecar un solo centímetro, este desvió el ataque con la espada con suma facilidad y dio un fuerte manotazo que lanzó a Dren contra un muro, pero pudo dar vuelta e impulsarse de regreso, al tiempo que formó un martillo con la piedra del piso y lo golpeó con fuerza en el rostro, pero el maso de desbarato, sorprendiendo a los presentes, pues Achecar no recibió un rasguño. Dren se equipo con algo que le permitió moverse más rápido y así darle más pelea, así como colocarse guantes de piedra y lanzar fuertes presiones de aire comprimido, sin hacerle un rasguño. Charlotte noto que los ataques iban con intenciones asesinas, lo que le extraño pues si ella lo había notado el resto también, pero a estos no pareció importarles, ella cerró el puño y vio la pelea buscando el momento de interferir en caso de que todo se salga de control

Achecar por su parte no se movía mucho, pero lograba acertar los golpes que se proponía, por lo que Dren tuvo que usar un escudo y en una oportunidad cuando bloqueo un ataque de Achecar, Dren lanzó una estocada justo en el corazón de Achecar, que para sorpresa de todos no pareció recibir daño, al ver tal acción Charlotte quiso mostrar la falta, pero Sarai la miró amonestandola por lo que calló, pero no fue el caso de Achecar quien frunció el entrecejo y un resplandor amarillo emanaba de sus ojos cargados de rabia.

—Ese ataque fue a drede, no es así—dijo Achecar con clara molestia que Dren sintió como sus piernas empezaban a temblar.

—No.

—No mientas, nadie ataca al corazón no con la fuerza con la que lo hiciste.

—Puede ser, pero de que te quejas ningún ataque te hace el daño que deseo, además nadie extrañará a un sujeto como tú .

Achecar se molesto y un aura oscura salía de su cuerpo y que parecía engullir todo.

—En ese caso te mostraré mi magia, pero quiero que quede claro, que si hubiera querido matarte, ya lo estarías.

Achecar grito magia de cubierta, haciendo que su katan se volviera negra, un color que parecía tragarse todo y se avalanzó en contra de Dren, este la esquivo, pero vio como la hoja tocó el suelo partiendolo por completo y dejando un pequeño cráter. Dren se sorprendió pues previamente no tenía tal fuerza, así que volvió a atacar, pero no se quiso enfrentar a la espada, por lo que pensó que la misma tenía el poder, se acercó con la intención de arrebatarselo, Achecar lo noto y se la arrojó, pero este antes de tomarla simplemente la dejó caer.

—Hiciste bien, claro si no puedes cargar una kilanda(una tonelada en este mundo) es mejor dejarla caer.

—¿Qué dijiste? ¡Una kilanda!

—Así es, verás mi magia es denominada de agujero negro, cuando era niño empecé a usarla con la magia de cubierta y cuando realicé el ritual para ver el reflejo, creeme que me disguste un poco, una magia que no posee muchos beneficios, pero es buena para el combate, puedo hacer que ciertas cosas aumenten de peso, por ende tengo que ser fuerte físicamente y resistente. Además puedo atraer cosas.

Dicho esto atrajo su katan y a Dren quien uso una polea para poder sostenerse de los muros. Pero Achecar salto hasta él de una manera agresiva y violenta destrozando todo. Dren lo esquivo y cayendo en desesperación grito algo que le explotó algo a Achecar, pero este se abrió paso en el humo y de un solo golpe lo derrotó.

—No debiste provocarme.

Dren se levantó temeroso y no pudo decir nada. Así que los demás se reagruparon y siguieron las pruebas, curiosamente la chica a la que había señalado se sintió intimidada al verlo, algo de lo que Achecar se percató y fue a verla.

—Te doy miedo.

—Bueno, vine aquí para hacerme más fuerte y ayudar a mi familia, nací con una magia muy especial, pero me siento intemidada por todos.

—No te procupes, hay muchos con talento aquí, pero no había visto a nadie más fuera de lugar.

—¿A qué te refieres?

—Eres pequeña delgada, bonita pero no con características guerreras, tu descripción es de una princesa que tiene que ser rescatada, de una mujer que llora y se paraliza de miedo.

—Crees que no tengo posibilidad por lo que dices.

—No, eso dice tu apariencia, pero el simple hecho que estés aquí, ya da indicios de que eres diferente a esa descripción.

—¿Me ayudarás?.

—Me gusta ayudar a aquellos que lo necesitan. Así que no te preocupes. ¿Cuál es tu nombre?

—Gina.

—Bien, busca tu adversario.

—Medio mundo te escucho—dijo uno de los chicos cercanos, alto y de apariencia delgada y simpatica—creo que yo puedo ser su rival te parece.

—Vayan entonces.

Gina y Gerald que era el nombre del chico avanzaron al frente.

—Presentese—dijo Valerian.

—Soy Gina del Valle.

—¿Estas segura que quieres hacer esta prueba?

—¿Por qué lo dice general?

—No pareces alguien que pueda o deba estar en el frente.

—Tengo mucha determinación, déjeme probar y demostrar mis poderes.

—Bueno.

—Mi reflejo es...

Gina viajo al pasado recordando las cosas que la llevaron ahí. Una huérfana que fue criada por sus tíos, a la distancia veía un joven del que todos tenían espectactiva, y ese era el mismo Reval; el capitán más joven de todas las legiones. Ella sentía admiración por él y también un profundo amor, pero el estaba rodeado por mujeres fuertes, a él no le gustaba ser protegido pero un día, cuando las cosas se complicaron con los Dongos;que eran criaturas similares a ogros pero de complexión delgada y con la particularidad de no ser afectados por magia, atacaron la localidad que estaba en un valle rodeado por montañas donde vivían los dongos, ella se interpuso entre él y su enemigo al verlo en el suelo sin poder levantarse. Le salvo la vida y después él la suya pues salió herida y había sobrevivido de puro milagro.

—No tienes tu reflejo aún—dijo Reval cuando atendían sus heridas y ya los dongos se habían retirado—¿por qué me protegiste?

—Porque nos proteges.

—Si quieres proteger a alguien asegúrate de vivir, no sirve si ambos mueren.

Tras escuchar aquello, vio cómo muchos de sus compañeros y compañeras que venían a la capital para poder ser guardias magicos, hablaban de que había aquellos cuyo poder era inmenso y se sentían como espectadores que no podían hacer nada que mirar, como un personaje de relleno en un libro.

—Mi reflejo es convertir mis acciones y lo que yo realicé en un potenciador, no le he podido poner nombre.

—La mía—empezó Gerald—es que puedo moldear mi cuerpo a lo que yo desee, pues me gustaba jugar con el mismo.

La lucha comenzó terminando en un empate técnico, pues mientras Gerald se moldeaba a los ataques de Gina; que hacía aparecer escudos hechos de una especie de energía, además de aumentar de fuerza en base a sus emociones. Las pruebas terminaron y finalmente volvieron a dar veredictos. Los legionarios aceptaron y negaron la entrada a muchos, eligiendo levantando la mano, hasta llegar a Achecar que era probable ser rechazado, sin embargo Astar se levantó y dijo.

—E visto tu poder y es algo de temer, todos aquí han oído leyendas que te pueden terminar asustando, pero al menos te veo un potencial, así que si puedes controlar todo de la mejor manera y juras que controlaras tu temperamento hazlo.

—Lo acepto, creo que puedo mejorar aquí , y realmente me agrada que este tipo cosas se hagan.

—Bien.

Así fue como las nominaciones llegaron a Gerald que llegó a formar parte de la legión de Astar y cuando llegó el turno de Gina, Astar levantó la mano para eligirla, aunque fue por pedido de Achecar, jurando que se haría cargo de ella. Pues Astar no lo haría. Cuando los rechazados se retiraron y Achecar aprovecho que Astar había ido al sanitario y los otros tres por las cosas a la recepción este se encontro con Charlotte por casualidad, mientras daba una vuelta por el lugar y saludo.

—Charlotte, hace cuanto no te veo.

—Achecar, ha pasado tanto

—Que reencuentro más raro, para serte sincero esperaba un abrazo.

—¿Por qué tendría que hacer algo así?

—Supongo que... no importa, debe ser por que no somos niños.

—Es cierto, ya no somos niños.

—Pero tu has...

—Charlotte—grito Sarai—volvemos a la base.

—Ya voy capitana, ya oiste, me retiro, nos veremos en el trabajo.

—Espera...

Sin embargo Charlotte se retiró y este no podía creer que fuera la misma, respetaría y aceptaría que ya no fueran amigos si es que fuera su voluntad, pero al conocer su familia y sociedad pensaba que se trataba de estos presionandola por lo que no se quedó tranquilo, hasta que la verdad despeje su duda, aunque no la iba a hostigar e iba a tratar de resolver esto de la mejor manera.

Por su parte Charlotte se sentía mal por haberlo dejado así, le sorprendió que aún usará la capa que le dio, y de cierta forma le impresionó su apariencia y sobre todo el poder que ahora poseía, además de que parecía que sólo había ido ahí para verla. Aclararia todo, cuando sea el momento correcto.

"Cuando se es niño, la vida es sencilla y el tiempo poco importante, pero cuando se es adulto, el tiempo es tan importante que duele perderlo tratando de hacer la vida sencilla".

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