Capítulo Veinticuatro: Conspiración

Los capitanes habían aumentado los entrenamientos de sus reclutas, sin decir el porque, salvo a los cargos más altos. No obstante Astar no se mostro preocupado y volvía a la base a la hora de siempre. Regina quiso preguntar, pero este solo los felicitaba por el progreso que mostraban. En tanto Achecar había visitado a Hectar para poder entrenar mejor su punto de equilibrio.

—No uses la magia de esa forma—le decía Hectar al ver como Achecar tras usar su magia terminaba con ciertas heridas.

—Es cosa de la misma, he tratado de poder equilibrar, pero es muy arrolladora.

—Cuando entrenabamos para que enfrentaras a Rigar, me pareció decirte que no forzaras a usar tu magia a hacer lo que tu quisieras.

—Lo que hace es destruir y tragarse todo, ¿cómo la voy a dejar hacer lo que quiera?

—No es comparable, pero se parece a mi magia elemental de fuego;cuando era niño, me aterraba la oscuridad, y también quedarme indefenso, considere que el fuego era un elemento que servía para muchas cosas, y me alegre mucho cuando supe que mi reflejo era eso.

—No es lo mismo, su magia puede ser usada para bien y mal.

—Me sorprende que digas eso, las magias funcionan de la misma manera, no hay excepciones, y la tuya puede, solo debemos encontrarlo.

Ambos sonrieron y siguieron con su entrenamiento un rato más hasta que Achecar volvio a Lislan. En el camino noto que la gente lo miraba con cierto miedo y uno le arrojo un jitomate.

—¿Qué te pasa?—gritó Achecar.

El joven se escondio rápido para evitar ser amonestado, en ese momento Elaina lo tomo de la mano y lo metió a su barberia.

—¿Qué sucede Elaina?

—¿Por qué anda por aquí?

—Es mi trabajo, ¿no?

—Lo se, ay, supongo que no te han dicho, pero los rumores vuelan como el aire.

—Dejate de rodeos y dime que pasa.

—Alguien a estado diciendo que, tu violaste a Charlotte y que probablemente lo has hecho con más.

—Que ridiculez dices, ¿es una broma de las chicas de Galvidan?

—No se sabe, los periodicos no han querido publicar nada, pero la gente cree que puede ser real por alguna razón.

Achecar sonrió ocultando su preocupación. Elaina lo tomo del brazo y le dijo que se quedara en la peluqueria, pero el se rehusó pues no le gustaba ocultarse y salio de nuevo a la calle, Elaina hizo una oración para que las cosas no se descontolaran, considero ir a avisar a los de Sanber, pero estos ya sabían y se movían por la ciudad para investigar y tratar de encontrar al culpable. En tanto Achecar caminaba ante la mirada de las personas que ahora no sabían que creer, en ese momento un hombre arrojandole un valde de orines grito.

—¡Sabía que usted era una farsa! Esconden con una acción buena todas las acciones malas.

—Podría haberme arrojado otra cosa.

—Vaya cinismo el suyo.

—No diga estupideces, habría preferido que me cortarán el miembro a violar a cualquier persona. Además, Charlotte es mi amiga, no la tocaría o haría tal cosa a no ser que ella... Sabe de lo que hablo.

—Si es verdad lo que afirma entonces, ponga ese honor que dice tener para ayudarme en mi caso.

—¿Qué caso?

El hombre lo llevo a su casa que se encontraba a la vuelta de la calle. Al entrar se llevo a su esposa que claramente estaba molesta, pero platicaron en privado en la cosina. Achecar miró cuidadosamente el lugar. Desde las escaleras vio como un niño lo miraba con miedo, cuando el se acerco, el niño corrio dejando orina en el lugar. La madre y el padre volvieron al escuchar los pasos.

—¡Alejese de mi hijo!—le grito la esposa.

—Me teme, por lo que soy, un guardián mágico. Así que diganme que sucedió.

Las palabras de la pareja describió como hace un año su hijo era feliz y gran admirador de los guardias mágicos. Solía disfrazarse de ellos anhelando formar parte de una legión algún día. Uno de ellos se hizo su amigo al ser un guardían, no dudaban de su bondad, y su hijo solía pasar días con él hasta que se percatarón que mostraba signos extraños, como tambíen un cambio en sus hábitos y actitud.

Achecar no la dejo terminar, su mente sabía de que se trataba y se asquió con solo visualizar eso. Pidió el nombre del guardián y se marcho lo más rápido posible, aquel sujeto pertenecía a la legión de Silvar y su rabía hacía él era tal que cuando la gente lo vio andar por la calle, realmente sintierón miedo al ver un aura oscura detrás y sus ojos amarillos que penetraban el alma.

Entre tanto, Charlotte volvía de una misión y las chicas le dijeron que fuera rápido a Lislan pues el rumor había llegado a ellas por parte de Sarai. Charlotte se movío lo más rápido que pudo, pues sabía que una acusación tan grave como está no se podía debatir con Haldran, quien ya estaba cerca de Lislan y sabía hacía donde iba Achecar.

En un parque infantil un guardián jugaba con los niños, estos se veían felices hasta la llegada de Achecar que lo miraba con una rabía contenida que se mostraba tan terrorifico que los niños se escondieron tras él, la madre de los chicos se aproximó, pero Achecar habló.

—Veo que te gustan los niños.

—Por lo visto tu no, espantas a los niños.

—Te haces el inocente, se que eres Julian de Brin de Silvar, y violaste a un niño.

—Esa es una acusación muy fuerte. Pero si tu eres el violador.

—Ese rumor, no se quien lo propago, pero voy a desmentirlo.

—No puedes esconder la verdad.

—Eso digo yo.

—Señor, usted no entiende Julian es alguien caritativo y bueno, puede que ese sujeto lo este usando para chantajearlo—dijo la madre de los niños.

—¿Usted confía en este hombre?—pregunto Achecar molesto.

—Claro, daría mi vida por él.

En ese momento Achecar noto algo extraño en los ojos de la madre. Miró con una sonrisa a Julian y en ese momento grito Ton 6 "revelación", haciendo que la magia presente fuera absorvida, la mujer se mostro algo confundida y los niños empezarón a quejarse de ciertos malestares en sus partes intimas.

—¿Qué nos hiciste?—preguntó la madre como si hubiera salido de un trance, y tras recordar lanzó una cachetada que Julian le contesto de igual manera, pero Achecar le corto el brazo desde la distancía. Mientras la mujer y sus hijos huían.

—Maldito, todo este año puliendo mi magia para que tu vengas a arruinarlo todo. Pero no importa, llevame al hospital, por favor.

—Vete al agujero más profundo del mundo.

—No lo entiendo—se mostró Julian confundido—debiste obedecer.

—De que hablas, acaso tu magia tiene algo que ver con esto.

—Es obvio que sí, cuando era pequeño usaba mi voz para poder manejar a las personas y que hicieran lo que quisiera.

—Manipulación, la madre de todas las complicaciones.

Achecar lo levantó y arrojo contra un árbol, Julian dio un grito ensordecedor y empezó a suplicar que no le hicera daño, pero Achecar lo arrastró y estrello contra el suelo, fracturando su columna, exigiéndole que confesara, este lo hizo, pero antes de que Achecar se marchara una voz se escucho al tiempo que un estruendo.

—Vaya forma de hacer el trabajo—dijo Haldran.

—¿Quien eres tú? Te vez bastante agresivo. Eres de Silvar, debes tener sangre bendecida ¿no?—contestó desafiante Achecar.

—Veo que no me conoces, pero yo sí. Ya que oí de los rumores, así como de tu rivalidad amistosa con Rigar de Rosei.

—Ya recuerdo, eres el "carcelero de la muerte". Nos amenazarón con tu presencia, pero nunca te presentaste.

—Tengo mis motivos.

—Vienes a proteger a este seguramente, pues no me queda otra que pelear contra ti.

—Pues ven.

Ambos chocaron sus puños pues Achecar no quería usar su katan. El impacto entre ambos levanto polvo, pero antes de lanzar otro golpe, la voz de Charlotte se escucho.

—¡Basta Haldran! Achecar controlate.

—Charlotte, has...—empezó Haldran aunque fue interrumpido por Charlotte mientras que Achecar permanecio callado

—Sí, vengo por eso. Así que controlate.

—Ahora mismo, mi deber es arrestarle por brutalidad y violación.

—¿No? Por brutalidad tal vez, pero por violación es algo que puedo esclarecer.

—La brutalidad no me importa, hay casos que se esconden y por lo general suelen aprovechar eso para eludir la ley, así que Julian si será arrestado junto a Achecar. Os queda claro. Así que si no quieres darle más vuelta al asunto, resolvamos esto de la mejor manera.

Achecar vio la condición en la que estaba Julian, que lo solto y se calmó bajando la cara, aunque está calma no duro por mucho. Pues una sensación extraña y tenebrosa se aproximaba. Que cuando aterrizó Haldran se mostró asustado por primera vez en mucho tiempo.

—¡Ahí estás! En que quedamos con respecto a mi hija—dijo Rigar de Rosei.

—Yo no hice nada y no tengo interés en pelear—contestó desanimado Achecar.

—Nada de eso, esto se soluciona rápido.

—¡Espera papá!

Achecar le toco el hombro, y antes de que Charlotte lo detuviera, ambos alzarón la mano y empezarón a jugar:puñetazo, cachetada y paz:una variante del ya conocido piedra papel y tijera. Un juego, que debido a los destrozos y debido a los peligros para Achecar fue inventado por Renavier. Aunque por parte de Rigar hubiera preferido matarlo de un puñetazo, pero no se lo permitierón. Rigar gano el juego y con una sonrisa le dio un puñetazo que cuando Achecar lo recibió quedo sepultado en el suelo.

—Padre, ¿qué es lo que te pasa? Pudiste haberlo matado—dijo Charlotte al momento de ver a Achecar que se encontraba enterrado en el suelo. Haldran se mostro sorprendido y asustado diciendose en sus adentros "por eso no quise ir a enfrentarle durante estos años".

—Ha decir verdad, no me permitierón hacerlo hace un tiempo. Pero puedes afirmar que limamos esperezas, así que es por eso que mi padre nos hizo jugar a esto. Le he ganado casi todas la veces que puedas imaginar. Pero yo no vine por una revancha, sino a saldar aquella cuenta de la que se rumora.

—¡Él no hizo nada! Lo puedo comprobar.

—Entonces no se resistirá a ser arrestado o sí—dijo Haldran ocultando su sorpresa.

—No lo hará, ¿verdad?—le pregunto Charlotte, pero Achecar no contestó pues estaba inconsiente, por lo que Haldran se llevo a Jualian y Achecar a prisión.

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