Quinn Gray es una esposa trofeo. Rodeada de lujos, pero no de amor. Lleva tres años de infeliz matrimonio con un hombre que le prometió amor, pero si acaso lo ve algunos días cada mes, pues se la pasa viajando por negocios. Un día cualquiera, una pr0stituta llega a su puerta clamando que está su marido y necesita dinero para hacerse un ab0rto. Ella no puede creer que su amado esposo capaz algo así, no obstante, ya han sembrado la duda en su interior, así que, para despejarse decide salir de fiesta con sus amigas a un bar. Allí, un hombre seductor y misterioso pondrá a prueba los límites de su moralidad. Quinn sabe que no debe caer en la tentación, pero se le hace muy fácil ceder y culpar al por ello; pues ese hombre despierta pasiones prohibidas en ella que creyó no volver a sentir nunca más. Pronto el desliz de una noche se transforma en una relación clandestina, excitante y apasionada de la que no puede ni quiere escapar. Sin embargo, la realidad le golpea como un vendaval cuando una visita a la casa de este hombre le hace tener un descubrimiento que ni en sus peores pesadillas hubiera podido imaginar… Él, Asher Donovan, es el hermano de su esposo. ¿Qué hará Quinn ahora que sabe la terrible verdad? En especial cuando descubra que no es la única mentirosa de esta historia.
Leer másCAPÍTULO 39: MI FINAL FELIZUn mes después…El sonido de las olas golpeando suavemente contra las rocas es la banda sonora de nuestra ceremonia. Estamos parados frente a los acantilados de Moher, rodeados por un círculo íntimo de amigos y unos cuantos curiosos locales que han venido a presenciar algo que llaman "la boda más romántica que han visto en años".El viento sopla con fuerza, pero no me importa. Llevo un vestido de encaje sencillo, blanco como la espuma del océano, y una corona de flores silvestres en mi cabello. Asher está de pie frente a mí, con un traje azul marino que resalta el color de sus ojos. Su sonrisa es pequeña, pero está llena de una calidez que me derrite por completo.—¿Estás lista? —me pregunta en voz baja, como si necesitara confirmar que esto es real.—Más que nunca —respondo, tomando sus manos.El oficiante, un hombre mayor con barba blanca y voz grave, comienza a hablar, pero apenas escucho sus palabras. Mi atención está completamente en Asher. En la manera
CAPÍTULO 38: 29 DE FEBREROAsher no me rechaza, pero tampoco dice nada. Permanece en silencio, mirándome con esos ojos que siempre parecen estar al borde de desentrañar mis secretos. Sé que no puedo presionarlo más, no aquí, no ahora.—Voy a quedarme en Galway por unos días —digo, intentando que mi voz suene segura, aunque por dentro siento un nudo de incertidumbre—. Si decides que quieres hablar, estaré en el hotel de la calle principal.Me doy la vuelta antes de que pueda cambiar de opinión y me alejo con el corazón encogido. No sé si he hecho lo correcto, pero no quiero empujarlo más allá de lo que pueda soportar.En el hotel, me siento junto a la ventana, mirando las luces de Galway reflejándose en las calles mojadas por la lluvia. Mi mente no deja de dar vueltas. Cada vez que cierro los ojos, veo su rostro. La manera en que sus labios se tensaron, cómo sus ojos parecían estar luchando contra algo que no podía decir en voz alta.Tomo mi teléfono y reviso sus red3s social3s de nuev
CAPÍTULO 37: HASTA EL FIN DEL MUNDOEl vuelo a Pensilvania es largo, pero ni siquiera lo noto. Estoy demasiado perdida en mis pensamientos, tratando de encontrar sentido a todo lo que ha sucedido. La traición de Brayden, la partida de Asher, la forma en que todo se desmoronó tan rápido. ¿Cómo no vi las señales?Cuando aterrizo, el frío de Pensilvania me recibe como un golpe directo al rostro. Me ajusto la bufanda y tomo un taxi al apartamento que compartía con Asher antes de que todo esto comenzara.No es mucho, solo un pequeño espacio en el centro de la ciudad, pero siempre se sintió como nuestro hogar. Ahora, al entrar, me envuelve una sensación de vacío.—Asher… —susurro para mí misma, dejando caer mi maleta en la entrada.El silencio es ensordecedor. Camino por el apartamento, cada rincón trae recuerdos de nosotros. La risa, las discusiones, los momentos en que todo parecía perfecto. Y ahora, no hay nada.Voy a la habitación y me dejo caer en la cama. Los ojos se me llenan de lágr
CAPÍTULO 36: SE ACABÓMi cabeza da vueltas mientras camino por la casa. No puedo sacarme de la cabeza la mirada de decepción y furia de Asher. No estaba segura de lo que sentía, sin embargo, ahora sé que no quiero perderlo, no puedo.No pienso rendirme, no ahora. Tal vez si hablo con Brayden, si logro ser honesta y que él lo sea también por una vez en su vida, todo esto pueda arreglarse.Regreso al pasillo, esta vez con pasos firmes. El corazón me late rápido, pero me obligo a respirar hondo antes de entrar a la habitación. No voy a dejar que se salga con la suya otra vez. Le diré la verdad sin importar lo que pase.La puerta está entreabierta, y justo cuando estoy a punto de empujarla, escucho una voz conocida. Es la madre de Brayden.—Brayden, esto tiene que parar. No puedes seguir jugando con esta situación —dice con un tono lleno de reproche.Me detengo en seco, pegada al marco de la puerta, conteniendo el aliento.—¿Por qué no? —responde él con desdén—. Todo va según el plan.Fru
CAPÍTULO 35: NO CREO QUE LO VALGAAntes de que pueda reaccionar veo a Asher parado en el umbral. Su mirada está clavada en nosotros: yo acostada en el borde de la cama y Brayden a mi lado, abrazándome con tranquilidad, como si esto fuese lo más normal del mundo.—Asher... —Su nombre apenas escapa de mis labios, pero él ya está frunciendo el ceño y tiene su mandíbula apretada como si intentara contenerse.—¿Qué demonios es esto? —Su voz es baja, peligrosa.Me levanto de un salto, alzo las manos como si eso pudiera calmarlo.—No es lo que parece. Déjame explicarte.Pero no me deja. Asher suelta una risa amarga, cargada de ironía, y da un paso hacia atrás.—Claro, Quinn. Porque seguro que hay una excelente explicación para esto. Como siempre, Brayden consigue lo que quiere, ¿no?—No. —La desesperación se arrastra en mi voz mientras camino hacia él—. Él... él solo está mal, necesita… —intento buscar una explicación, pero sé cómo se ve esto.—¿Qué necesita, Quinn? ¿Tanto debes fingir que i
CAPÍTULO 34: ME SIENTO EN DEUDAUna semana después…—Con cuidado, niña —me advierte la señora Isabella.Por fin Brayden salió del hospital. Fue una semana larga y dura, el médico dijo que su condición de amnesia mejoraría con el tiempo, pero mientras tanto, debíamos mantenerlo lo más calmado y relajado posible, ya que una emoción fuerte podría traer graves consecuencias. Por ese motivo su madre decidió que debía seguir fingiendo ser su esposa hasta que mejorase.Bárbara no ha querido regresar, ni tampoco saber nada sobre la condición de salud de su esposo, a pesar de que Isabella no ha parado de amenazarla con demandas y abogados por lo que hizo.De algún modo logré tranquilizarla, y decirle que era mejor que dejase las cosas así por ahora. Si Bárbara vuelve, solo complicará más todo con la memoria de Brayden.Por otro lado, Asher se fue. No he sabido nada más de él a pesar de que le he dejado múltiples mensajes y llamadas. Fui a buscarlo al hotel, pero cuando llegué, ya no estaba. Ta
CAPÍTULO 33: CONFUNDIDATodas las miradas en la habitación recaen en mí. Esperan que tome una decisión, pero no es tan fácil como parece. Sé que Brayden está mal, su memoria no parece ser la misma y por poco se pone peor cuando su madre me confrontó acerca de quién soy en realidad. ¿Será posible que me recuerde a mí y no a Bárbara?Asher sigue mirándome con desconcierto, mientras que parece que mi garganta ha decidido tragarse mis palabras.—Ella se quedará, Asher, puedes irte —dice su madre.—¿Qué?—¿No ves que Brayden no recuerda nada? La enfermera ya lo dijo, debe estar tranquilo para que pueda recuperarse, así que lo mínimo que podría hacer esta… Quinn, es quedarse.Me siento como un muñeco al que todos manipulan a su antojo, miro a ambos lados de la sala, Brayden sin saber qué ocurre, y ahora una deuda que parece pesar sobre mis hombros.—Me quedaré solo un momento —hablo en voz baja.Asher empuña las manos y sale de allí con evidente enojo.—Asher, espera —llamo. Salgo corriendo
CAPÍTULO 32: REINICIO—¿D-donde estoy?La voz rasposa de Brayden suena como un murmullo apagado. Lentamente trata de incorporarse, pero Asher se lo impide poniéndole una mano con gentileza en el pecho.—Estás en el hospital, tuviste un accidente.—¿He-hermano? —pregunta visiblemente confundido.—Sí, soy yo. Será mejor que no hables demasiado, traeré al doctor para que te revise.Asher y yo nos miramos con una especie de complicidad. Ninguno de los dos menciona nada sobre lo ocurrido, Brayden tampoco pregunta.Con un asentimiento de cabeza, Asher sale de la habitación para traer al médico mientras yo me quedo ahí de pie en la mitad del lugar sin saber muy bien qué hacer o decir al respecto.Brayden intenta acomodarse, pero no puede hacerlo solo, así que me acerco a su cama y le ayudo a poner bien la almohada detrás de su cabeza.—Déjame… ayudarte —le digo.—Gracias Quinn —susurra—. ¿Qué fue lo que ocurrió?—¿No lo recuerdas?—Mmm… no —dice tomando mi mano repentinamente. Su toque me po
CAPÍTULO 31: ENTRE LA VIDA Y LA MUERTEDespués de que Bárbara se va con sus hijos, la tensión en el ambiente se relaja un poco más. Asher y yo nos quedamos en la enorme mansión sin saber qué hacer con exactitud.—Creo que deberíamos ir al hospital.—Sí, tienes razón, vamos —me dice, pero no parece demasiado convencido.Le sigo hasta su auto, nos adentramos en un incómodo silencio. Asher cierra la puerta de su lado mientras que yo me pongo el cinturón y espero que arranque, mas, no lo hace.—¿Qué sucede? —pregunto.—Quinn, yo…—No digas nada ahora, mejor vayamos a ver a tu hermano primero.Asher asiente, pone en marcha el auto hacia el hospital donde se han llevado a Brayden. Siento un extraño nudo en el estómago, una incomodidad que no para de crecer a medida que nos acercamos. Por el momento, prefiero mantener mis sentimientos contenidos en una represa; el problema es que no sé cuánto tiempo más resistiré todo esto.La oscuridad de la noche acompaña a la tragedia. Cuando entramos en e