CAPÍTULO 39: MI FINAL FELIZUn mes después…El sonido de las olas golpeando suavemente contra las rocas es la banda sonora de nuestra ceremonia. Estamos parados frente a los acantilados de Moher, rodeados por un círculo íntimo de amigos y unos cuantos curiosos locales que han venido a presenciar algo que llaman "la boda más romántica que han visto en años".El viento sopla con fuerza, pero no me importa. Llevo un vestido de encaje sencillo, blanco como la espuma del océano, y una corona de flores silvestres en mi cabello. Asher está de pie frente a mí, con un traje azul marino que resalta el color de sus ojos. Su sonrisa es pequeña, pero está llena de una calidez que me derrite por completo.—¿Estás lista? —me pregunta en voz baja, como si necesitara confirmar que esto es real.—Más que nunca —respondo, tomando sus manos.El oficiante, un hombre mayor con barba blanca y voz grave, comienza a hablar, pero apenas escucho sus palabras. Mi atención está completamente en Asher. En la manera
CAPÍTULO 1: ESTÁS VIVIENDO UNA MENTIRA—Señora Quinn, están tocando el timbre.Nuria, mi ama de llaves me avisa desde la cocina que va a abrir la puerta. Le hago una seña para que vaya, y ni siquiera hago el amago de levantarme del sofá. Absorta en mis propios pensamientos y con la copa de vino blanco en mi mano, solo puedo pensar en lo que estará haciendo mi esposo ahora mismo.La conversación que tuvimos anoche me dejó pensativa, y no fue precisamente por lo que me dijo, sino por lo que escuché detrás de él. ¿Por qué habría risas de niños en una conferencia con los inversionistas en Texas? Eso no tiene sentido, pero él me insistió en que había escuchado mal.Suspiro y le doy otro sorbo a mi copa. A decir verdad, no me imaginaba que la vida de casada con Brayden Chase iba a ser así.Pronto mi ama de llaves regresa y por su expresión, presiento que no es una visita cualquiera.—¿Quién es, Nuria?—Es… una señorita, y dice que quiere hablar con usted.—¿Una señorita? ¿Te dijo su nombre?
CAPÍTULO 2: ES SOLO UN BAILE CON UN DESCONOCIDO—¡Ah! ¡Acéptalo, Quinn! —grita Wanda.—¿Estás loca? ¿Y si está adulterado? No, no lo beberé.Mi loca amiga toma el trago y le da un buen sorbo. Todas las demás nos quedamos en estado de shock.—¡¿Estás demente?! —reprende Loanne arrancándole la copa de las manos.—No pasa nada, ¿viste? Acéptalo —insiste.—¿Para qué? ¿Acaso se te olvida que estoy casada? —cuestiono.—¡Ay, amiga! Solo es una bebida, ni que fuese una propuesta de matrimonio. Tu marido no está, ¿verdad? No tiene nada de malo.—¡Wanda! —reprende Jennifer—, ella está casada, por supuesto que no está bien que acepte bebidas de desconocidos.Wanda pone los ojos en blanco y sigue bailando y bebiendo como si nada. Observo la bebida y una vez más miro en dirección a la esquina, pero para mi sorpresa, él ya no está ahí. Suspiro, aunque no sé bien si de alivio o qué. Nunca me había sentido así al ver a un hombre, y es que aunque no quiera admitirlo, llamó mi atención desde el primer
CAPÍTULO 3: CAER EN LA TENTACIÓNSoy una mentirosa, falsa, hipócrita y traicionera.¿Por qué le dije que sí? ¿Por qué le di mi número a ese hombre?—No me volverá a llamar, solo fue algo de una sola noche, ¿verdad? —me cuestiono a mí misma frente al espejo.Me lavo el rostro una vez más intentando borrar las sensaciones que Asher Donovan dejó en mi piel, pero es imposible. A medida que pasan las horas y el alcohol deja mi sistema los recuerdos regresan como bofetadas directas a mis mejillas.Los besos, las caricias, él tomándome con firmeza por las caderas e introduciéndose en mi interior… ha sido lo más placentero que he experimentado en años, divino, tentador y… el peor pecado que podría haber cometido.—Soy una basura —me digo a mí misma—. ¿Con qué cara podría reclamarle algo a Brayden? No puedo hacerlo, no puedo decirle nada porque evidentemente él no me ha engañado, en cambio yo…Suspiro, salgo del baño y me siento en la cama de mi habitación vacía.De pronto mi celular repica pr
CAPÍTULO 4: LA FOTOGRAFÍATres semanas después…Si esto es una fantasía, no quiero que se termine. Nunca me había sentido tan viva desde que me casé con Brayden. Y es que estas tres semanas que llevo viéndome con Asher me he sentido en el paraíso. Un paraíso tentador, 3xcitante y peligroso que pone mi adrenalina al tope y desdibuja la línea de lo que siempre he establecido como una moral recta y buena.Nunca en mis veinticinco años de vida pensé que iba a terminar haciendo algo así. Para mí, la fidelidad siempre ha sido el pilar fundamental en una relación, pero bien dice el dicho, “nunca digas de esta agua no he de beber”. Sé que soy la peor persona, sé que estoy jugando con fuego y sé que mis acciones podrían traer graves consecuencias y lastimar a alguien que ha estado ahí para mí, pero… no puedo parar, no quiero parar.El bichito de la culpa ha estado enterrado en un lado de mi cabeza, muy, muy al fondo donde no puedo escucharlo. Y es que, ¿cómo decirle que no a un hombre como Ash
CAPÍTULO 5: SE ACABÓ EL CUENTO DE HADAS —¿Quinn? ¿Estás bien? —La voz de Asher llega lejana, como un eco de algo que mi cerebro deliberadamente bloquea. Los latidos de mi corazón retumban tan fuerte en mis oídos que por un momento es todo lo que puedo escuchar. Esto no puede ser verdad, esto tiene que ser una pesadilla. Trato de mantener la compostura, aunque todo lo que puedo pensar es que él me tendió una trampa. Asher todo el tiempo ha sabido quién soy yo, o peor, mi marido lo mandó a tenderme una trampa y ahora mismo debe estar burlándose de mí, sabiendo que soy una traidora mentirosa. Claro, todo empezó con el envío de esa prostitut4 a mi casa. Él sabía que saldría de casa y entonces… —¿Quinn? —Asher me sacude suavemente del hombro, haciendo que vuelva a la realidad. Tengo que tranquilizarme, tengo que pensar esto con cabeza fría, de otro modo podría hundirme más de lo que ya estoy. —¿Ah? Lo siento yo… es que recordé que tengo una cita urgente, tengo que irme. Dejo la foto
CAPÍTULO 6: ¿ERES PEOR QUE YO?No sé ni cómo fui capaz de regresar a mi casa sin explotar frente a Asher. Procesar toda la información que me dio de golpe me ha dejado en estado de shock. Entro arrastrando los pies a la casa, me dejo caer sobre el sofá y miro hacia el horizonte. El tiempo pasa con indiferencia para mí, pero supongo que transcurren muchas horas, porque luego de un buen rato veo el amanecer asomarse por la ventana.En el momento en que sale el sol es como si algo se despertara dentro de mí. Rompo en llanto, cubro mi rostro con las manos y me hago un ovillo sin poder comprender cómo es que todo esto pasó. ¿Es un castigo de Dios? ¿Esto es lo que me merezco? Ni siquiera sé si tengo derecho a sentirme destrozada. Tal vez yo lo engañé durante tres semanas, pero Brayden lleva tres maldit0s años viéndome la cara de estúpida. ¿Es mi pecado peor que el suyo?Un sentimiento de rabia, frustración y vergüenza se apodera de mí. Me levanto del sofá y limpio mis lágrimas, ahora mismo
CAPÍTULO 7: LA VENGANZA—¡Quinn! Te estuve llamando todo el día, preciosa, ¿qué pasó? Te fuiste en la madrugada de la casa.Me recibe con un semblante preocupado cuando abre la puerta. Me encantaría decirle ahora mismo que le he mentido, pero sé que si lo hago, por obvias razones no me ayudará con el plan.—Lo siento, Asher, tuve que salir con urgencia.Entro a su casa agachando la cabeza y con expresión consternada, tengo que fingir una mentira para que sea creíble.—¿Qué sucedió? Pareces alterada.—Un amigo muy cercano tuvo un accidente —invento—, tuve que ir a ayudarlo porque no tiene a nadie más. Estuve todo el día con él en el hospital.—¡Oh! Lo lamento mucho, espero que se encuentre mejor.—Sí, lo estará —digo dejando caer el bolso que traigo colgando en mi hombro—, ahora solo necesito un abrazo tuyo.—No necesitas pedírmelo, preciosa —dice con una sonrisa. Enseguida me atrae hacia su cuerpo rodeándome con sus brazos en un abrazo fuerte y cálido. Cierro mis ojos dejándome llevar