Tres semanas después…
Si esto es una fantasía, no quiero que se termine. Nunca me había sentido tan viva desde que me casé con Brayden. Y es que estas tres semanas que llevo viéndome con Asher me he sentido en el paraíso. Un paraíso tentador, 3xcitante y peligroso que pone mi adrenalina al tope y desdibuja la línea de lo que siempre he establecido como una moral recta y buena.
Nunca en mis veinticinco años de vida pensé que iba a terminar haciendo algo así. Para mí, la fidelidad siempre ha sido el pilar fundamental en una relación, pero bien dice el dicho, “nunca digas de esta agua no he de beber”. Sé que soy la peor persona, sé que estoy jugando con fuego y sé que mis acciones podrían traer graves consecuencias y lastimar a alguien que ha estado ahí para mí, pero… no puedo parar, no quiero parar.
El bichito de la culpa ha estado enterrado en un lado de mi cabeza, muy, muy al fondo donde no puedo escucharlo. Y es que, ¿cómo decirle que no a un hombre como Asher?
Él sabe hacerme llegar a la gloria, me hace sentir amada, deseada, me hace sentir que soy importante e indispensable en su vida.
Aun así, sé que no estoy haciendo las cosas bien, pero cada vez que quiero confesarle que soy una mujer casada él termina por hacerme olvidar hasta mi apellido.
Brayden por otro lado, ni siquiera se ha dignado en aparecerse en casa. Me ha llamado poco diciéndome que esta vez sí que se le han complicado las cosas y que tal vez esté un mes más fuera de casa. A penas y nos hemos visto por videollamada algunas veces, de resto, no sé nada de él.
¿Su ausencia justifica que me haya convertido en una inmoral que lo engaña? Por supuesto que no. A pesar de todo Brayden no se merece esto. Sin embargo, decirle que tengo otro por teléfono tampoco creo que sea la mejor opción.
Al principio pensaba que lo mío con Asher era algo meramente físico, no obstante, verlo todos los días, salir con él a comer algo, ir al hotel o a un bar, conocerlo cada vez más, hace que mi corazón de un vuelco y suspire de la sola idea de pensar en él.
¿Me estoy enamorando de este hombre? Es una pregunta que no sé responderme aún.
Justamente ahora iré a verlo, y me siento como una adolescente que tiene su primer amor. Me arreglo para él, quiero verme bien porque esta noche es importante. Me ha invitado a pasar el rato en su casa. ¿Significará esto algo más entre los dos? No lo sé, pero definitivamente quiero averiguarlo.
Salgo de la mansión como llevo haciendo estos días, Nuria no me pregunta a dónde voy aunque me imagino que algo sospechará. Tomo un taxi y le doy la dirección que él me ha enviado. Estoy tan nerviosa que no quepo de la emoción dentro de mí.
Después de varios minutos el taxi estaciona frente a su casa, me bajo en un preámbulo abrumador en el que dejo todo atrás, no pienso en mi marido, ni en lo inmoral que estoy haciendo, solo quiero vivir esta fantasía hasta que se termine.
Toco su puerta y de inmediato Asher me abre con una gran sonrisa.
—Bienvenida, preciosa —saluda con amabilidad. Me toma de la mano y me atrae hacia su cuerpo cerrando la puerta en el proceso. Me da un suave beso en los labios que me deja atontada.
—Así que esta es tu casa —digo con un suspiro.
—Disculpa el desorden, pero recién me estoy mudando y pues, no he tenido demasiado tiempo para desempacar.
Observo el lugar, se nota que no lo ha personalizado demasiado. La mayoría de sus cosas están apiladas en cajas de cartón que tiene al final del pasillo, pero lo demás se ve bastante bien.
—¿Mudando? ¿Y dónde vivías antes? —pregunto con curiosidad.
—En Irlanda —comenta. Eso era algo que no sabía.
Asher me hace pasar a la sala, donde una mesa baja está elegantemente decorada con una botella de vino tinto, uvas y una selección de quesos, de fondo, una suave melodía suena en el altavoz. Es evidente que ha preparado todo con cuidado y premeditación, lo que aumenta mi emoción ante la velada que nos espera.
—Espero que te guste —comenta mientras me invita a tomar asiento.
Me encanta, es perfecto —respondo con una sonrisa genuina.
Nos sentamos juntos en el cómodo sillón, y Asher muestra destreza al destapar el vino y servirnos a ambos una copa.
—Pareces saber mucho sobre servir vinos —comento, admirando su habilidad.
Trabajé en un bar por varios años, eso te vuelve experto en servir vinos —responde.
Durante un momento, nuestras miradas se encuentran en un silencio cómplice. Aunque no hay incomodidad entre nosotros, la tensión s3xual y romántica es palpable en el aire.
—Entonces, vives solo —susurro, sin apartar la mirada.
—Completamente —confirma, intensificando aún más la conexión que se está formando entre nosotros.
La atmósfera se carga de una energía especial, como si el mundo exterior se desvaneciera y solo existiéramos él y yo en ese momento. Asher se acerca un poco más, y puedo sentir su mirada intensa sobre la mía.
El sonido de la música se desvanece en el fondo mientras nos sumergimos en una conversación que parece fluir sin esfuerzo. Hablamos de todo, desde nuestros trabajos hasta nuestros sueños y pasiones más profundos.
—Entonces, ¿no te dedicas a nada en particular? —me pregunta.
—Bueno, estudié administración, pero al final nunca llegué a ejercer.
—Curioso, y entonces, ¿a qué te dedicas para vivir? —Bebo un poco del vino antes de contestarle. Esta es una de esas veces en las que me siento culpable por mentirle, porque obviamente no puedo decirle que no trabajo porque Brayden no me deja.
—Hago diseños gráficos como freelance. No sé, es algo que me gusta hacer. Pero, cuéntame más sobre ti, ¿cómo es vivir en Irlanda?
Con cada momento que pasa, me siento más atraída hacia él, hacia su forma de ser, su inteligencia y su encanto natural. La tensión entre nosotros es innegable, y sé que estamos en un territorio peligroso. Me quedo escuchándolo atentamente, sus aventuras, todo lo que ha visto y conoce. Es un hombre de mundo, no como yo que si acaso he salido de Pensilvania.
En este momento, las preocupaciones y las responsabilidades parecen lejanas. Solo estoy aquí, con Asher, sintiendo una conexión que nunca había experimentado con nadie. Ni siquiera con mi esposo.
La noche avanza y la botella de vino se vacía lentamente, pero ninguno de los dos parece querer que este momento termine. Nos miramos el uno al otro, y sin decir una palabra, ambos sabemos lo que está por venir.
Asher se acerca un poco más, sus labios rozan los míos en un beso suave pero lleno de pasión. Me dejo llevar por el momento, por la emoción del deseo y la atracción que siento hacia él.
Mientras las horas pasan nos perdemos en un mundo de sensaciones y emociones, dejando atrás todas las inhibiciones y los miedos. En ese momento, solo existimos él y yo, unidos por el deseo y la pasión de una noche inolvidable.
Una vez más me lleva al cielo con sus besos y sus caricias. Su experiencia al ser bastante mayor que yo se puede notar, porque sabe muy bien donde tocarme para hacerme gritar como una condenada al placer y la lujuria pecadora que me provoca. Acabamos agotados, sudados y 3xcitados sobre la alfombra en el suelo. Ahí bajo la luz de la chimenea y cubiertos con una delgada tela, me siento tan bien.
Delimito su pecho con mis dedos suavemente, en silencio, solo sopesando en que debería ser honesta si quiero que esto continúe, pero ¿me perdonaría la mentira? La sola idea de que él se aleje de mí provoca un intenso dolor en mi pecho. No quiero perderlo.
—¿En qué piensas Quinn? —murmura cerca de mi oído.
—En que debería ayudarte a desempacar. Esas cajas afean la vista.
Él suelta una suave risa que suena como una deliciosa melodía.
—Estoy seguro de que esta casa necesita un toque femenino.
Mi corazón se agita de tan solo pensar que él está insinuando que me mude a vivir con él. No lo creo, es demasiado pronto. «Contrólate Quinn», pienso.
—Si deseas puedo ayudarte, sería divertido.
Asher toma mi mentón entre sus dedos para levantar mi rostro, me da un beso en la frente y sonríe.
—No, no te preocupes por eso. Yo ordenaré todo después.
Nos quedamos así, hasta que, sin darnos cuenta, nos quedamos profundamente dormidos.
*
Me desperezo de un maravilloso sueño sobre una suave cama con telas blancas. Abro los ojos lentamente y cuando miro hacia la ventana me doy cuenta de que es de día. En ese instante me levanto de golpe y caigo en cuenta de que dormí fuera de casa.
—Maldición —susurro. Miro a todos lados, pero Asher no está en la habitación.
Siempre me cercioro de no quedarme durmiendo fuera, pero esta vez fue diferente. Corro para cambiarme y busco mi celular, por suerte no tengo ninguna llamada perdida de Brayden, pero sí varios mensajes de mi ama de llaves preguntando si me encuentro bien.
Me apresuro a llamarla y avisarle que todo está en orden. Ella no ha llamado a Brayden todavía, lo que me resulta un alivio. Esta mentira se me está complicando, se hará una bola cada vez más grande hasta que no la pueda detener.
Salgo de la habitación buscando a Asher. Bajo las escaleras pensando que estará en la sala o la cocina, pero no se encuentra ahí. Noto que las cajas de mudanza ya no están. En ese momento escucho un ruido fuerte provenir de la cochera. Salgo corriendo y abro la puerta de improvisto encontrando a Asher subido a una escalera y con la caja a punto de caérsele.
—¡Asher! ¿Estás bien?
—Sí, pero esta cosa… —dice con esfuerzo. A pesar de que es muy fuerte y musculoso, el peso de la caja acaba ganándole. Me echo hacia atrás en lo que todo el contenido que estaba dentro se sale y esparce por el suelo.
—¡No! —exclama con frustración.
—¡Dios mío! ¿Por qué estás guardando todo esto aquí?
—Solo, quería despejar la sala.
—Te ayudaré.
Juntos comenzamos a recoger las cosas y volver a guardarlas en la caja. Hay trofeos de primer lugar en beisbol, ropa, zapatos y algunos recuadros de fotos. Recojo todo lo que está mi alcance. Un cuadro en particular llama mi atención por el marco plateado. Se encuentra boca abajo así que lo levanto y le doy vuelta. En ese instante, todo mi mundo se detiene. Siento un revoltijo en el estómago y las ganas de vomitar se atoran en mi garganta. Me pongo tan pálida que estoy segura de que me voy a desmayar.
No sé cuánto tiempo me quedo en shock viendo aquella fotografía, pero seguramente debe ser mucho, o al menos así lo siento yo.
Esto no puede ser, esto tiene que ser una mala broma, una muy, muy terrible mala broma.
La foto es de Asher, posiblemente más joven, el problema es quien se encuentra a su lado. No necesito que nadie me lo confirme para saberlo con certeza. La persona que sale a su lado es Brayden Chase… mi esposo.
CAPÍTULO 5: SE ACABÓ EL CUENTO DE HADAS —¿Quinn? ¿Estás bien? —La voz de Asher llega lejana, como un eco de algo que mi cerebro deliberadamente bloquea. Los latidos de mi corazón retumban tan fuerte en mis oídos que por un momento es todo lo que puedo escuchar. Esto no puede ser verdad, esto tiene que ser una pesadilla. Trato de mantener la compostura, aunque todo lo que puedo pensar es que él me tendió una trampa. Asher todo el tiempo ha sabido quién soy yo, o peor, mi marido lo mandó a tenderme una trampa y ahora mismo debe estar burlándose de mí, sabiendo que soy una traidora mentirosa. Claro, todo empezó con el envío de esa prostitut4 a mi casa. Él sabía que saldría de casa y entonces… —¿Quinn? —Asher me sacude suavemente del hombro, haciendo que vuelva a la realidad. Tengo que tranquilizarme, tengo que pensar esto con cabeza fría, de otro modo podría hundirme más de lo que ya estoy. —¿Ah? Lo siento yo… es que recordé que tengo una cita urgente, tengo que irme. Dejo la foto
CAPÍTULO 6: ¿ERES PEOR QUE YO?No sé ni cómo fui capaz de regresar a mi casa sin explotar frente a Asher. Procesar toda la información que me dio de golpe me ha dejado en estado de shock. Entro arrastrando los pies a la casa, me dejo caer sobre el sofá y miro hacia el horizonte. El tiempo pasa con indiferencia para mí, pero supongo que transcurren muchas horas, porque luego de un buen rato veo el amanecer asomarse por la ventana.En el momento en que sale el sol es como si algo se despertara dentro de mí. Rompo en llanto, cubro mi rostro con las manos y me hago un ovillo sin poder comprender cómo es que todo esto pasó. ¿Es un castigo de Dios? ¿Esto es lo que me merezco? Ni siquiera sé si tengo derecho a sentirme destrozada. Tal vez yo lo engañé durante tres semanas, pero Brayden lleva tres maldit0s años viéndome la cara de estúpida. ¿Es mi pecado peor que el suyo?Un sentimiento de rabia, frustración y vergüenza se apodera de mí. Me levanto del sofá y limpio mis lágrimas, ahora mismo
CAPÍTULO 7: LA VENGANZA—¡Quinn! Te estuve llamando todo el día, preciosa, ¿qué pasó? Te fuiste en la madrugada de la casa.Me recibe con un semblante preocupado cuando abre la puerta. Me encantaría decirle ahora mismo que le he mentido, pero sé que si lo hago, por obvias razones no me ayudará con el plan.—Lo siento, Asher, tuve que salir con urgencia.Entro a su casa agachando la cabeza y con expresión consternada, tengo que fingir una mentira para que sea creíble.—¿Qué sucedió? Pareces alterada.—Un amigo muy cercano tuvo un accidente —invento—, tuve que ir a ayudarlo porque no tiene a nadie más. Estuve todo el día con él en el hospital.—¡Oh! Lo lamento mucho, espero que se encuentre mejor.—Sí, lo estará —digo dejando caer el bolso que traigo colgando en mi hombro—, ahora solo necesito un abrazo tuyo.—No necesitas pedírmelo, preciosa —dice con una sonrisa. Enseguida me atrae hacia su cuerpo rodeándome con sus brazos en un abrazo fuerte y cálido. Cierro mis ojos dejándome llevar
CAPÍTULO 8: ME IRÉ CON GUSTO AL INFIERNO—Estoy completamente loca. ¿Sabes qué? Yo mejor lo llamo y le digo que no.Wanda detiene mi mano en el celular antes de que apriete el botón de llamada al número de Asher.—No, no lo hagas. No puedes renunciar ahora. ¡Vamos Quinn! Ese infeliz no merece que le tengas piedad.Hace dos días que acepté ser novia de Asher, hace dos días le dije que lo acompañaría a visitar a su hermano… mi esposo. ¿En qué demonios estaba pensando? —¿Con qué cara voy yo a reclamarle algo? Si también lo engañé.—¡No! Es el destino, ¿es que no lo ves? Esto tenía que pasar para que te dieras cuenta de la clase de calaña mentirosa que es Brayden. Todavía me cuesta creer que de verdad tenga otra familia en Oregon.—Lo sé, pero… —suspiro con pesadez, me dejo caer en la cama mientras observo la maleta pequeña que preparé para el viaje. Asher está a punto de pasar por mí, y yo solo estoy muriendo de los nervios—… ¿y si estoy cometiendo otro error? Asher no se merece esto.—
CAPÍTULO 9: CARA A CARADespierto luego de una noche intensa con Asher. Mi mente divaga por breves instantes hasta que recuerdo lo que estoy haciendo y dónde me encuentro. Tanteo la cama buscándolo, pero descubro que no se encuentra a mi lado. En cambio, hay un precioso vestido rojo colgado en la pared, demasiado sensual como para una visita casual; a decir verdad. Me levanto de la cama envuelta en las sábanas y rozo la tela con mis dedos. Una pequeña nota sobresale del gancho de ropa que lo sostiene. La tomo con un preámbulo demasiado dramático hasta que leo el interior.“He comprado esto para ti, sé que te verás preciosa en él. Vendré por ti poco antes de las doce para ir a visitar a mi hermano, tuve que salir a hacer algo antes”. Suspiro y me siento en el borde de la cama, sosteniendo la nota en mis manos. La dulzura de las palabras de Asher me conmueve profundamente. A pesar de todas las complicaciones y confusiones de los últimos días, su gesto me hace sentir especial y querida
CAPÍTULO 10: ENFRENTANDO AL TRAIDORLa presión de su mano sobre mi cuello me impide respirar. Nunca había visto tanta furia y odio en los ojos de Brayden como ahora. Lucho por separarlo de mí, de alguna forma se da cuenta de que me está haciendo daño porque me suelta con un empujón que por poco me hace tropezar con la ducha. —¿Qué hago aquí? ¿Esa es tu pregunta? —¿A qué estás jugando Quinn? Te apareces con mi hermano, ¿cómo…?—¿Cómo qué? ¿Cómo lo conocí? ¿O cómo supe que has tenido una doble vida todo este tiempo? Eres tan cínico que ni siquiera intentarás explicarte con alguna excusa barata —respondo apretando los dientes. El valor se apodera de mi fuero interno, si todo va a explotar ahora, que así sea.—¿Excusarme? ¿Y para qué? Es evidente que ya lo sabes todo. Lo único que quiero saber es cómo conseguiste que mi hermano te trajera hasta aquí.—Eso no importa. Ahora sé que eres la peor basura con la que pude haberme encontrado. ¿Cómo pudiste hacerme esto Brayden? ¿Por qué me enga
CAPÍTULO 11: MI MUNDO SE DESMORONA3 Semanas después…—Quinn, ¿vas a salir de esa cueva al fin?Llevo tres semanas oculta en la casa de mi mejor amiga Wanda. Después de mi breve encuentro en Nueva York con Dafne decidí volver a Pensilvania, recuperar el resto de mis cosas e irme lejos antes de que la familia Chase o Donovan, o como sea que se llamen, me alcancen.Solo pude pensar en Wanda para quedarme en algún lugar, pues no tengo a nadie ya que mis padres murieron y no tengo más familia, hermanos o tíos. Es la primera vez en mucho tiempo que me siento realmente sola.—No —contesto con la sábana cubriendo mi cabeza. De pronto siento un tirón que me deja descubierta. El frío me recorre el cuerpo erizando toda mi piel.—Ya, es hora de salir de ahí y enfrentar el mundo —me dice con determinación.—Pero no quiero enfrentar el mundo —protesto.Wanda se sienta a mi lado en la cama y suspira.—Lo sé, pero no puedes esconderte para siempre. Lo hecho, hecho está. Le conté todo lo que sucedi
CAPÍTULO 12: LA VERDAD DE ASHERAsher3 semanas atrás…—¡Quinn, espera!Corro tras ella, pero no consigo alcanzarla antes de que se suba al taxi y se aleje de mí a toda velocidad.Sabía que este día iba a ser una completa locura, pero no esperaba que todo terminase así. Regreso mis pasos hasta la casa de Brayden, pero evito hacer comentarios al respecto.—Lo lamento, tengo que irme.—Hermano, ¿puedo decirte algo antes de que te vayas? —me pregunta.Brayden siempre ha sido un cínico en toda regla, dudo mucho que me admita la verdad, porque estoy seguro de que piensa que no lo sé. —Sí, claro —le respondo con una expresión fingida.—No creo que esa mujer te convenga, se me insinuó en el baño, pero te juro que le dije que no.—¿Ah sí? —Sí, te lo digo porque eres mi hermano. Es una pena que la reunión tenga que acabar tan pronto, y después de tantos años sin vernos.—Sí, una pena. Me despides de tu esposa, tal vez nos veamos luego, si decido ir a la reunión familiar.Él no responde, trag