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CAPÍTULO 5: SE ACABÓ EL CUENTO DE HADAS

CAPÍTULO 5: SE ACABÓ EL CUENTO DE HADAS

—¿Quinn? ¿Estás bien? —La voz de Asher llega lejana, como un eco de algo que mi cerebro deliberadamente bloquea.

Los latidos de mi corazón retumban tan fuerte en mis oídos que por un momento es todo lo que puedo escuchar. Esto no puede ser verdad, esto tiene que ser una pesadilla. Trato de mantener la compostura, aunque todo lo que puedo pensar es que él me tendió una trampa. Asher todo el tiempo ha sabido quién soy yo, o peor, mi marido lo mandó a tenderme una trampa y ahora mismo debe estar burlándose de mí, sabiendo que soy una traidora mentirosa.

Claro, todo empezó con el envío de esa prostitut4 a mi casa. Él sabía que saldría de casa y entonces…

—¿Quinn? —Asher me sacude suavemente del hombro, haciendo que vuelva a la realidad.

Tengo que tranquilizarme, tengo que pensar esto con cabeza fría, de otro modo podría hundirme más de lo que ya estoy.

—¿Ah? Lo siento yo… es que recordé que tengo una cita urgente, tengo que irme.

Dejo la foto en el suelo y salgo prácticamente corriendo hacia la puerta.

—Quinn, espera. ¿Segura que estás bien? Te ves pálida.

—Sí, estoy bien, de verdad. Te llamaré después.

Él hace el amago de darme un beso, pero yo desvío el rostro para que solo nuestras mejillas se rocen. No sé qué hacer ni qué pensar. Voy a enloquecer si no salgo de aquí ahora mismo.

Tomo mis cosas y me subo en el primer taxi que se detiene sin mirar atrás. No consigo tranquilizarme hasta que llego a mi casa. Entro como un torbellino, no saludo a nadie ni siquiera me cercioro de que Brayden esté ahí. Me meto directamente al baño y vomito todo lo que había comido la noche anterior.

Cada vez que me pongo muy nerviosa me pasa esto. Es molesto, pero es la manera en la que mi cuerpo reacciona ante las emociones fuertes.

Lavo mi cara en el lavabo e intento calmar la hiperventilación que tiene mi pecho ahora mismo.

—Esto no puede ser, no puede ser. ¿Por qué Asher tiene una foto con Brayden? Y además así, abrazados como si fueran los mejores amigos. ¿Qué está pasando?

Camino de un lado a otro pensando mil cosas, cada una peor que la otra. Esto debe ser un castigo divino. Un castigo por haber sido infiel y mentirosa.

Salgo del baño y me encuentro con Nuria que justo viene subiendo las escaleras.

—¡Señora Quinn! ¿Cuándo llegó? No la oí entrar.

—Hace poco.

—¿Se encuentra bien? Está muy pálida.

—Sí, no te preocupes, solo necesito un poco de agua, o mejor una botella de whisky —murmuro al final.

—Claro, le traeré agua. ¿Irá a recostarse en su habitación?

—No, necesito algo de aire, saldré al jardín trasero.

Suspiro y tomo respiraciones profundas una y otra vez. Ahora mismo estoy en el pánico absoluto. Sin saber qué más hacer, solo se me ocurre recurrir a la única persona que podría ayudarme en este momento. Tomo mi celular y llamo a Wanda, le pido que venga ya y para mi alivio, ella así lo hace.

Una hora después, Wanda se encuentra en la puerta de mi casa. Me saluda con un abrazo efusivo y su peculiar sonrisa.

—Amiga, ¿qué pasó? Te ves mal.

—Necesito contarte algo, ven conmigo.

La llevo hasta la parte más privada del jardín donde nadie podrá escucharnos. Tomamos asiento en las sillas. Nuria nos deja las bebidas y se retira.

—¿Qué pasó? —pregunta intrigada.

—Hice algo muy malo y ahora estoy pagando las consecuencias.

—¿De qué hablas? ¿Qué hiciste?

—Es que yo… —me muerdo el labio, no es fácil admitirlo en voz alta. ¡Dios! Soy tan hipócrita. No me costó nada hacerlo a escondidas, pero ahora no puedo ni admitirlo—… ¿recuerdas la noche que salimos de fiesta?

—Mmm, no mucho en realidad, pero sí, recuerdo algunas cosas, ¿por qué? ¿Qué hiciste? —pregunta como un detective.

—Esa noche ustedes se fueron, pero yo me quedé, y… ¿recuerdas el hombre con el que bailé?

—¿El que te mandó el cóctel? Sí, ¿cómo olvidarlo si estaba... Mmm, ardiente? —bromea soltando una carcajada—. No me digas que te besaste con él o algo así.

—Peor.

—Quinn Gray, ¿me estás diciendo que te acostaste con él? ¡Ay no! No me digas, estás embarazada.

—¡No! Ni lo digas. Pero lo primero sí pasó. Me acosté con él.

Wanda pega un grito que sin duda se ha escuchado en todo el vecindario.

—¡¿Qué?! No puede ser, ¡¿tú?! ¿La fiel y casta Quinn le fue infiel a su marido? Estás jugando conmigo.

—Basta Wanda, te estoy hablando en serio, no es momento para bromear.

—Ya, pero si no estás embarazada y fue algo de una noche, ¿por qué estás tan alterada? Si no es eso entonces es una enfermedad…

—¡No! Wannda, ¿me dejas terminar de contarte?

Ella asiente en silencio. Aprovecho para confesarle todo lo que ha estado sucediendo estas semanas. Le confieso que lo seguí viendo, que no le dije que soy casada y que incluso me quedé a dormir en su casa.

—Oh por Dios, Quinn, esto no es algo fugaz. ¿Estás enamorada de ese hombre?

—No lo sé, es muy poco tiempo, pero el problema no es ese.

—¿Acaso hay más?

—Y es mucho peor. Wanda, encontré una foto entre sus cosas, una foto con Brayden.

A mi amiga se le borra la sonrisa en cuanto escucha el nombre de mi esposo.

—¿Estamos hablando del mismo Brayden? ¿Brayden Chase? ¿Tu esposo?

—Sí, sí, ¡sí! —exclamo con desesperación. Me pongo de pie llevándome las manos a la cabeza.

—¿Estás segura?

—Creo que he conozco bien a mi marido como para saber cuando lo veo en una foto.

—Quinn, pero eso… no es posible. ¿Lo conoce? ¿Te conoce a ti?

—No sé, no lo sé, no lo sé —respondo sin parar de caminar de un lado a otro—. Cuando vi eso hui de su casa, no le pregunté nada.

—Ok. Esto es muy raro, o es la coincidencia más desgraciada de la vida. Me dijiste que había regresado de Irlanda, así que tal vez no sepa quién eres porque tiene muchos años fuera. Tal vez era un amigo de la universidad.

—Sea lo que sea, se conocen. ¿Entiendes lo que eso significa? Que la c4gué y la c4gué en grande. Ya de por sí era malo ser una put4 infiel, pero ¿esto? Soy lo peor que existe.

—No, no, no. Detente ahí. No eres nada de eso Quinn. Mira, sí, ser infiel está mal y bla, bla, bla, pero yo no te culparía. Ambas sabemos que Brayden no te trata bien. Ni siquiera está en casa. Nunca está. Llevo tres años viéndote sufrir en silencio su ausencia, sus supuestos viajes.

Cuando dice “supuestos viajes”, el recuerdo de aquella mujer regresa a mi conciencia, sin embargo, no le digo a mi amiga nada de eso.

—Como sea, él no merece esto. Tengo que acabar con esa relación antes de que sea tarde. Nunca debí hacerlo.

—Bueno, pero primero, cálmate. Piensa las cosas con tranquilidad y antes de decir cualquier tontería, averigua primero qué relación tiene Asher con Brayden. Tal vez ni siquiera se acuerde de él.

—¡Vamos! No seamos ilusas, tiene una foto suya en sus cosas. Algo me dice que le recuerda muy bien.

Wanda pasa todo el día junto a mí. Asher me llama varias veces, pero yo evito contestarle. Necesito pensar y no puedo hacerlo si me pide que lo vea. Por otro lado, llamo a mi esposo, mas, Brayden no me contesta, como se ha vuelto habitual en estas semanas. A veces me pregunto si es que se ha ido para nunca volver.

Casi al finalizar el día y poco antes de que Wanda se vaya, me devuelve la llamada.

—Mi amor, discúlpame, te prometo que te compensare mucho cuando regrese. Nos iremos de vacaciones, ¿qué te parece?

—Me encantaría —le digo con un ánimo fingido.

—Regresaré en una semana, esta vez lo digo en serio, lo prometo.

—Está bien amor, te esperaré.

Cuelgo la llamada sintiéndome como una basura.

Wanda me mira y entonces rompo en llanto. ¿Qué es lo que he hecho?

—Ya, ya, tranquila. Habla con ese hombre, termina la relación si es necesario y no le digas a Brayden lo que hiciste —me aconseja.

—¿Dices que le mienta?

—Si le dices la verdad no te va a perdonar.

—Y es lo que me merezco, por ser una falsa.

Wanda suspira, pero no me dice nada. Se despide de mí justo cuando el sol se oculta en el horizonte, dejándome sola y a merced de mis pensamientos oscuros.

Una vez más, Asher me llama con insistencia. Creo que es hora de contestarle.

—¿Hola?

—Quinn, preciosa, ¿qué pasó? Estuve preocupado por ti todo el día. Creí que… nada, no importa.

—Lo siento, estuve muy ocupada y no pude responderte.

—¿Todo está bien? Quiero decir, entre nosotros. No puedo evitar sentir que estás un poco fría y distante conmigo.

Suspiro, él tiene razón, no puedo hacerle esto, debo terminar todo antes de que los sentimientos se vuelvan más grandes.

—Ah, sí. ¿Puedo pasar por tu casa ahora? Necesito verte.

—Por supuesto, mi casa siempre estará dispuesta para ti.

Me alisto para salir, pero esta vez se siente como si estuviese yendo a mi propio funeral. El corazón me late acelerado, ya no de alegría y 3xcitación, sino de miedo y tristeza. El taxi me deja frente a su casa, toco la puerta y Asher me recibe enseguida.

—¿Cómo estás? —pregunta con una sonrisa dulce.

No sé ni cómo iniciar esto, ¿qué le digo? “Oye, ¿sabes qué? Te mentí, soy casada”. No puedo.

La casa se ve diferente esta vez. Ha puesto algunas de las decoraciones que se habían caído de la caja, no obstante, noto rápidamente que no colgó los retratos.

—Estoy bien —le digo observando todo.

Él viene de la cocina con dos botellas de vino y no la rechazo porque necesito un buen trago para pasar esto.

—Veo que decoraste —comento.

—Te hice caso. ¿Te gusta?

—Sí, quedó muy bien, pero ¿por qué no colgaste los cuadros? Pensé que querrías ver a tu familia y amigos aunque fuese en fotos.

—No me gusta poner fotos, siento que me miran —bromea con una risa nerviosa.

—Oh, entiendo. Las fotos que vi, ¿son tus amigos?

—Amigos, familia.

—Pensé que estabas solo.

—Bueno, estoy solo, pero alguna vez tuve una familia, como todos. No nos llevamos muy bien ahora, por esa razón tampoco cuelgo los cuadros.

—Mmm, pero te veías muy sonriente en la que vi. —Sé que estoy jugando un juego peligroso, estoy metiendo el dedo al fuego y me voy a quemar, pero necesito averiguarlo.

—¿Cuál fue? —pregunta él ladeando la cabeza.

—Estabas con un chico, parecían muy amigos.

—¡Oh! Ya sé de cual hablas, ese chico es mi hermano.

Nada en el mundo me hubiera preparado para esa respuesta. Esperaba que me dijese que era un amigo de la universidad, un desconocido, no lo sé, pero ¡¿su hermano?! No, esto no puede ser.

Me bebo todo el contenido del vino para no gritar en ese mismo momento, me siento en el sofá y me sirvo otra copa.

—¿Qué pasa? Pareces alterada.

—No, no pasa nada. No sabía que tenías un hermano.

—Es que él y yo no nos llevamos bien, por eso no me gusta hablar de él. Es mi medio hermano en realidad, el hijo menor de mi madre.

Pero ¿qué estoy escuchando? Esto es una completa locura. Brayden me dijo que era huérfano y que siempre ha sido hijo único. No sé si mi corazón soporte todo esto. Uno de los dos me está mintiendo y Asher parece muy honesto al respecto.

—Las relaciones entre hermanos pueden ser complicadas —digo como si esta pudiera ser una conversación normal.

—Y que lo digas. En realidad es extraño, ¿sabes? Porque a pesar de todo, él me sigue enviando fotos de su familia, su esposa, sus hijos.

Me ahogo inconscientemente con la copa de vino. ¡¿Qué?!

—¿Estás bien, Quinn?

—Sí, lo siento, qué torpe —le digo con una risa incómoda—. Entonces, ¿conoces a su esposa?

—Solo de foto, ellos viven en Oregon y no he tenido la oportunidad de viajar hasta allá.

Ok, ¿qué demonios está pasando? ¿Es posible que me haya equivocado de persona? ¿Es posible que sea un hombre que simplemente se parece demasiado a Brayden?

—Deberías ir a visitarlos —le digo encogiéndome de hombros.

—Me gustaría, por mis sobrinos, pero eso implicaría hablar con él de nuevo y… no lo sé. Pero sus niños son adorables, mira. —Saca su celular y empieza a mostrarme fotos de los hijos—. De hecho creo que tuvo un bebé hace poco con su esposa, Bárbara.

Las fotos pasan una tras otras, los niños tienen entre los cinco, ocho y meses de edad. No es otro Brayden, lo que veo es lo es. Ese hombre es mi esposo, pero… tiene otra familia.

Aurora Love

Mis amores, bienvenidos a esta novela. Aquí habrá acciones inmorales y cuestionables, engaños, mentiras, secretos. Por favor, leer con discresión pues algunas personas son sensibles a estos temas. Por supuesto que la moralidad que manejan los personajes es meramente ficción, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Y una advertencia más, la visión y/o pensamientos aquí planteados no van con mi manera de pensar, de nuevo, es solo ficción así que leanlo sabiendo esto claramente. Gracias y espero que la disfruten :D

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