CAPÍTULO 34: ME SIENTO EN DEUDAUna semana después…—Con cuidado, niña —me advierte la señora Isabella.Por fin Brayden salió del hospital. Fue una semana larga y dura, el médico dijo que su condición de amnesia mejoraría con el tiempo, pero mientras tanto, debíamos mantenerlo lo más calmado y relajado posible, ya que una emoción fuerte podría traer graves consecuencias. Por ese motivo su madre decidió que debía seguir fingiendo ser su esposa hasta que mejorase.Bárbara no ha querido regresar, ni tampoco saber nada sobre la condición de salud de su esposo, a pesar de que Isabella no ha parado de amenazarla con demandas y abogados por lo que hizo.De algún modo logré tranquilizarla, y decirle que era mejor que dejase las cosas así por ahora. Si Bárbara vuelve, solo complicará más todo con la memoria de Brayden.Por otro lado, Asher se fue. No he sabido nada más de él a pesar de que le he dejado múltiples mensajes y llamadas. Fui a buscarlo al hotel, pero cuando llegué, ya no estaba. Ta
CAPÍTULO 35: NO CREO QUE LO VALGAAntes de que pueda reaccionar veo a Asher parado en el umbral. Su mirada está clavada en nosotros: yo acostada en el borde de la cama y Brayden a mi lado, abrazándome con tranquilidad, como si esto fuese lo más normal del mundo.—Asher... —Su nombre apenas escapa de mis labios, pero él ya está frunciendo el ceño y tiene su mandíbula apretada como si intentara contenerse.—¿Qué demonios es esto? —Su voz es baja, peligrosa.Me levanto de un salto, alzo las manos como si eso pudiera calmarlo.—No es lo que parece. Déjame explicarte.Pero no me deja. Asher suelta una risa amarga, cargada de ironía, y da un paso hacia atrás.—Claro, Quinn. Porque seguro que hay una excelente explicación para esto. Como siempre, Brayden consigue lo que quiere, ¿no?—No. —La desesperación se arrastra en mi voz mientras camino hacia él—. Él... él solo está mal, necesita… —intento buscar una explicación, pero sé cómo se ve esto.—¿Qué necesita, Quinn? ¿Tanto debes fingir que i
CAPÍTULO 36: SE ACABÓMi cabeza da vueltas mientras camino por la casa. No puedo sacarme de la cabeza la mirada de decepción y furia de Asher. No estaba segura de lo que sentía, sin embargo, ahora sé que no quiero perderlo, no puedo.No pienso rendirme, no ahora. Tal vez si hablo con Brayden, si logro ser honesta y que él lo sea también por una vez en su vida, todo esto pueda arreglarse.Regreso al pasillo, esta vez con pasos firmes. El corazón me late rápido, pero me obligo a respirar hondo antes de entrar a la habitación. No voy a dejar que se salga con la suya otra vez. Le diré la verdad sin importar lo que pase.La puerta está entreabierta, y justo cuando estoy a punto de empujarla, escucho una voz conocida. Es la madre de Brayden.—Brayden, esto tiene que parar. No puedes seguir jugando con esta situación —dice con un tono lleno de reproche.Me detengo en seco, pegada al marco de la puerta, conteniendo el aliento.—¿Por qué no? —responde él con desdén—. Todo va según el plan.Fru
CAPÍTULO 37: HASTA EL FIN DEL MUNDOEl vuelo a Pensilvania es largo, pero ni siquiera lo noto. Estoy demasiado perdida en mis pensamientos, tratando de encontrar sentido a todo lo que ha sucedido. La traición de Brayden, la partida de Asher, la forma en que todo se desmoronó tan rápido. ¿Cómo no vi las señales?Cuando aterrizo, el frío de Pensilvania me recibe como un golpe directo al rostro. Me ajusto la bufanda y tomo un taxi al apartamento que compartía con Asher antes de que todo esto comenzara.No es mucho, solo un pequeño espacio en el centro de la ciudad, pero siempre se sintió como nuestro hogar. Ahora, al entrar, me envuelve una sensación de vacío.—Asher… —susurro para mí misma, dejando caer mi maleta en la entrada.El silencio es ensordecedor. Camino por el apartamento, cada rincón trae recuerdos de nosotros. La risa, las discusiones, los momentos en que todo parecía perfecto. Y ahora, no hay nada.Voy a la habitación y me dejo caer en la cama. Los ojos se me llenan de lágr
CAPÍTULO 38: 29 DE FEBREROAsher no me rechaza, pero tampoco dice nada. Permanece en silencio, mirándome con esos ojos que siempre parecen estar al borde de desentrañar mis secretos. Sé que no puedo presionarlo más, no aquí, no ahora.—Voy a quedarme en Galway por unos días —digo, intentando que mi voz suene segura, aunque por dentro siento un nudo de incertidumbre—. Si decides que quieres hablar, estaré en el hotel de la calle principal.Me doy la vuelta antes de que pueda cambiar de opinión y me alejo con el corazón encogido. No sé si he hecho lo correcto, pero no quiero empujarlo más allá de lo que pueda soportar.En el hotel, me siento junto a la ventana, mirando las luces de Galway reflejándose en las calles mojadas por la lluvia. Mi mente no deja de dar vueltas. Cada vez que cierro los ojos, veo su rostro. La manera en que sus labios se tensaron, cómo sus ojos parecían estar luchando contra algo que no podía decir en voz alta.Tomo mi teléfono y reviso sus red3s social3s de nuev
CAPÍTULO 39: MI FINAL FELIZUn mes después…El sonido de las olas golpeando suavemente contra las rocas es la banda sonora de nuestra ceremonia. Estamos parados frente a los acantilados de Moher, rodeados por un círculo íntimo de amigos y unos cuantos curiosos locales que han venido a presenciar algo que llaman "la boda más romántica que han visto en años".El viento sopla con fuerza, pero no me importa. Llevo un vestido de encaje sencillo, blanco como la espuma del océano, y una corona de flores silvestres en mi cabello. Asher está de pie frente a mí, con un traje azul marino que resalta el color de sus ojos. Su sonrisa es pequeña, pero está llena de una calidez que me derrite por completo.—¿Estás lista? —me pregunta en voz baja, como si necesitara confirmar que esto es real.—Más que nunca —respondo, tomando sus manos.El oficiante, un hombre mayor con barba blanca y voz grave, comienza a hablar, pero apenas escucho sus palabras. Mi atención está completamente en Asher. En la manera
CAPÍTULO 1: ESTÁS VIVIENDO UNA MENTIRA—Señora Quinn, están tocando el timbre.Nuria, mi ama de llaves me avisa desde la cocina que va a abrir la puerta. Le hago una seña para que vaya, y ni siquiera hago el amago de levantarme del sofá. Absorta en mis propios pensamientos y con la copa de vino blanco en mi mano, solo puedo pensar en lo que estará haciendo mi esposo ahora mismo.La conversación que tuvimos anoche me dejó pensativa, y no fue precisamente por lo que me dijo, sino por lo que escuché detrás de él. ¿Por qué habría risas de niños en una conferencia con los inversionistas en Texas? Eso no tiene sentido, pero él me insistió en que había escuchado mal.Suspiro y le doy otro sorbo a mi copa. A decir verdad, no me imaginaba que la vida de casada con Brayden Chase iba a ser así.Pronto mi ama de llaves regresa y por su expresión, presiento que no es una visita cualquiera.—¿Quién es, Nuria?—Es… una señorita, y dice que quiere hablar con usted.—¿Una señorita? ¿Te dijo su nombre?
CAPÍTULO 2: ES SOLO UN BAILE CON UN DESCONOCIDO—¡Ah! ¡Acéptalo, Quinn! —grita Wanda.—¿Estás loca? ¿Y si está adulterado? No, no lo beberé.Mi loca amiga toma el trago y le da un buen sorbo. Todas las demás nos quedamos en estado de shock.—¡¿Estás demente?! —reprende Loanne arrancándole la copa de las manos.—No pasa nada, ¿viste? Acéptalo —insiste.—¿Para qué? ¿Acaso se te olvida que estoy casada? —cuestiono.—¡Ay, amiga! Solo es una bebida, ni que fuese una propuesta de matrimonio. Tu marido no está, ¿verdad? No tiene nada de malo.—¡Wanda! —reprende Jennifer—, ella está casada, por supuesto que no está bien que acepte bebidas de desconocidos.Wanda pone los ojos en blanco y sigue bailando y bebiendo como si nada. Observo la bebida y una vez más miro en dirección a la esquina, pero para mi sorpresa, él ya no está ahí. Suspiro, aunque no sé bien si de alivio o qué. Nunca me había sentido así al ver a un hombre, y es que aunque no quiera admitirlo, llamó mi atención desde el primer