David sonrió al ver la curiosidad brillando en los ojos de Amira. Era un contraste adorable verla así, tan intrigada como una niña escuchando un cuento fantástico, y él disfrutaba cada segundo de su atención.
—La marca, mi Luna —dijo suavemente, acariciando con ternura, el lugar donde iba su maraca en la clavícula de Amira—, es visible para todos, pero se manifiesta de manera diferente dependiendo de quién la mire. Para los humanos, podría parecer un tatuaje delicado, casi como si tu piel hubiera sido besada por una tinta antigua y mágica. Un diseño que refleja quién eres, pero que nadie más entendería.
Hizo una pausa, su mirada recorriendo la piel de Amira, imaginando cómo se vería su marca en ella.
—Para los lobos, sin embargo —continuó—, será mucho más que eso. Verán la marca como un símbolo de poder, un reflejo del vínculo irrompible entre nosotros. No será sólo un dibujo en tu piel, sino un sello que los conectará directamente con el poder de la manada.
Amira se estremeció, no de miedo, sino de emoción. La idea de llevar algo tan poderoso y visible, algo que la conectara no solo con David, sino con su nueva vida y su papel en Luna Dorada, la llenaba de una mezcla de fascinación y orgullo.
—¿Y cómo se vería en mí? —preguntó con una sonrisa juguetona—. ¿Tienes alguna idea?
David inclinó la cabeza, sus ojos dorados brillando con intensidad mientras la contemplaba.
—Puedo imaginarlo. —dijo con un tono bajo, casi reverente—. En ti, la marca se vería como una luna creciente en tu clavícula, entrelazada con líneas que se asemejan a olas, quizás un toque de fuego que simboliza tu fuerza y tu conexión con el mar. Sería algo único, algo que resaltaría tu naturaleza poderosa y la calma que aportas a mi vida.
Amira lo miró, absorta en sus palabras, imaginando el diseño sobre su piel. La idea de llevar algo tan significativo la emocionaba, y por un momento, se vio a sí misma como la Luna de David, caminando a su lado, marcando un nuevo comienzo no solo para ellos, sino para la manada.
—Me gusta cómo suena —dijo suavemente, acercándose más a él—. Pero, si es tan visible, me va a tocar explicarlo a los demás… —bromeó, aunque la verdad era que no le molestaba en absoluto llevar algo que la conectara con él.
David rió con suavidad, abrazándola.
—Cuando llegue el momento, estarás más que orgullosa de esa marca. Será nuestro símbolo, algo que nadie podrá cuestionar.
De pronto surgió una pregunta para Amira que sería crucial en su nueva vida. -David, que es ser una Luna en una manada. ¿Cuál es mi papel?
David tomó un respiro profundo, comprendiendo lo importante de la pregunta que Amira acababa de hacerle. La miró con una mezcla de seriedad y ternura, sabiendo que no era solo curiosidad lo que la impulsaba a preguntar, sino el deseo genuino de entender su lugar en este nuevo mundo que apenas comenzaba a descubrir.
—Ser una Luna en una manada, mi Luna, es algo mucho más grande de lo que puedo describir con palabras simples, —dijo, su tono suave pero firme—. Es un papel fundamental, no solo para mí como Alfa, sino para cada lobo y loba que forma parte de Luna Dorada.
David la tomó de la mano, entrelazando sus dedos mientras continuaba.
—Como Luna, eres mi equilibrio, mi fuerza y mi guía. Mi poder como Alfa es grande, pero sin ti, sin mi Luna, hay una parte que permanece incompleta, una pieza esencial que trae estabilidad y prosperidad a la manada. Mi madre fue Luna antes que tú, y su desaparición dejó un vacío que se sintió en todos los rincones de nuestro territorio. Las cosechas eran menos abundantes, los nacimientos se hicieron raros, y la manada comenzó a perder la conexión con la vida.
Hizo una pausa, permitiendo que Amira absorbiera sus palabras antes de continuar.
—Tu papel es vital porque eres el corazón de la manada. Eres quien trae la fertilidad, la prosperidad y la protección a todos. No es solo un rol ceremonial, Amira, es un vínculo profundo con la naturaleza y con cada miembro de la manada. Como mi Luna, tienes la capacidad de influir en la salud, la fortaleza y la estabilidad de todos. No eres solo mi compañera; eres la madre espiritual de cada uno de nosotros.
Amira lo miraba en silencio, procesando la magnitud de lo que David le estaba explicando. Lo que antes parecía un cuento de fantasía se estaba transformando en una realidad palpable, una responsabilidad que no imaginaba asumir, pero que, de alguna manera, le emocionaba.—¿Y cómo hago eso? —preguntó, con una mezcla de curiosidad y asombro—. ¿Cómo me convierto en esa Luna que tú y la manada necesitan?David sonrió suavemente, acariciando su mejilla.—Ya lo eres. Desde el momento en que entraste en mi vida, sentí que algo en el equilibrio comenzaba a restaurarse. La manada lo siente también, aunque aún no lo sepan. Lo que has traído no es solo el deseo de estar a mi lado, sino un poder más profundo, uno que ya está despertando en ti. Ser mi Luna no es algo que se aprende, es algo que se siente, que se vive. Y cuando llegue el momento, tod
David y Amira pasaron juntos el domingo, prácticamente sin salir de la cama, pidieron comida a domicilio y David, se comunicó con el hotel para que enviaran sus maletas a la dirección de Amira, su dinámica de pareja no necesitó adaptación, todas las piezas encajaron a la medida, tenían una conexión profunda que iba más allá de lo físico, haciendo que su relación fluya de manera natural y sin complicaciones. Lo que llenaba de felicidad a Amira.Pero como hasta en el Paraíso se rompe de vez en cuando un plato, el lunes en la mañana cuando Amira se tomó un tiempo para leer la propuesta de ALFA CORPORATION S.A., aprovechando que David aun dormía, descubrió que la oferta era para comprar su empresa, no para hacer negocios juntos, si bien el valor de adquisición era muy generoso, para ella era como tirar todo su trabajo de años a la basura, porque al
David la miró con intensidad, sintiendo que su corazón latía con fuerza.—Tus deseos son órdenes, mi Luna —respondió con una voz grave, debido a su propio deseo.La conexión entre ellos era palpable, y cada palabra que pronunciaban parecía cargada de deseo y promesas. David que ya estaba duro, por la excitación que le provocó "negociar" con Amira de esa manera, y el hecho de que ella estuviera sentada sobre él, sólo tuvo que quitarse su short con cuidado para que Amira no se callera, tampoco quería que se bajara de encima de él.Su polla dura, revotó con el gesto y Amira que literalmente sólo tenía puesto un pequeño camisón de seda y encaje con tirantes finos, se sentó sobre ella engulléndola totalmente, comenzó a mover sus caderas de forma rítmica, David le quitó el camisón quedando a
Luego de que Amira recuperara la cordura nuevamente algo en su cabeza hizo clic David, le había hablado en perfecto español cada vez que habían hecho el amor, y sin acento.-Titi, anoche me hablaste en perfecto español y ahora cuando me hiciste el amor otra vez. ¿Cómo así?David sonrió con picardía al escuchar la pregunta de Amira. Sabía que eventualmente tendría que explicar ese detalle, pero había disfrutado de mantener el misterio.—Bueno, mi Luna, creo que no puedo ocultarlo más. —dijo mientras le acariciaba suavemente el rostro—. Viajé bastante por América Latina en los últimos 50 años, y siempre me atrajo el español. Es un idioma tan apasionado... Y si me preguntas, creo que me preparé sin saberlo para conocerte.Amira arqueó una ceja, sorprendida y a la vez intrigada.&
Amira:—Hola, Ronny, buenos días —saludé con una sonrisa mientras entraba a la oficina.Ronny, levantando una ceja y con un tono lleno de ironía, me respondió:—Mira quién apareció, la señorita desaparecida, que no contesta el teléfono ni se digna a venir por aquí.me rió suavemente, ya estoy acostumbrada al humor sarcástico de mi amigo.—Sí, Ronny, yo también te quiero y me preocupo por ti —respondí en el mismo tono, acercándome a él—. Pero ya estoy aquí, ¿verdad? Así que cuéntame, ¿cómo va todo por aquí sin mí?Ronny me miró con una mezcla de reproche fingido y diversión, dejando escapar un suspiro exagerado.-Mejor dime ¿Cómo fue tu fin de semana con el grandulón del Sr. Stone, que dicho sea
David Stone: -Mi querido Beta, ¿cómo estás hoy? Espero que hayas tenido un buen fin de semana con Vanessa. Te anuncio que Luna Dorada ya tiene Luna. Y, además, esta noche se firma el contrato con LA FIRMA, así que prepárate: después de eso, estamos oficialmente de vacaciones.–Muy bien, amigo, ya era hora. Estoy seguro que la Sta. Amira Gutiérrez será una gran Luna, –dijo Román, con una sonrisa sincera, feliz por mí.–Ya lo creo, mi amigo. Ella es increíble. La Diosa me ha premiado esta vez, –respondí, con un entusiasmo que Román no veía en mi desde hacía años.La conexión entre David y Amira era mucho más que un simple vínculo; era un destino m
David Stone:-Tal como me imaginé, la cara de Román Smith es un poema. Me miró con cara de pocos amigos, claramente no esperaba una contrapropuesta así. Pero yo mantuve mi cara de póker, dándole la oportunidad de enfrentarse a la fiera de mi mujer. –Sonreí por dentro, disfrutando del momento. Me encanta cómo suena eso, "MI MUJER".Volviendo a la realidad de la sala de juntas, la escena era perfecta. Amira estaba sentada en su butaca, con los brazos abiertos, sus piernas elegantemente cruzadas y una ceja alzada en una clara señal de desafío. En sus labios se dibujaba una sonrisa de suficiencia que no dejaba lugar a dudas: estaba en control.Román, siempre seguro de sí mismo, se encontraba frente a algo diferente. La mirada de Amira era un reto silencioso, pero poderoso. Decía sin p
El ambiente se transformó en uno más relajado, lleno de risas y bromas. Los empleados que trabajaban en la logística comenzaron a preparar la cena, mientras todos se preparaban para una noche de celebración. Amira se levantó con una energía contagiosa y dio las instrucciones con una sonrisa llena de entusiasmo:–Chicos, hoy nos vamos a un concierto exclusivo con música cubana, –anunció, haciendo que todos se volvieran hacia ella con curiosidad. –Así que, por favor, se cambian: shorts y top sexy para nosotras, jeans y camisetas cómodas, para ustedes, porque hoy vamos a sudar bastante bailando. –Su voz reflejaba pura emoción, y los rostros a su alrededor empezaron a animarse con la perspectiva de una noche fuera de lo común.David arqueó una ceja, claramente intrigado por la idea, mientras Román y Van