19- Risas, amor y música cubana

El ambiente se transformó en uno más relajado, lleno de risas y bromas. Los empleados que trabajaban en la logística comenzaron a preparar la cena, mientras todos se preparaban para una noche de celebración. Amira se levantó con una energía contagiosa y dio las instrucciones con una sonrisa llena de entusiasmo:

 –Chicos, hoy nos vamos a un concierto exclusivo con música cubana, –anunció, haciendo que todos se volvieran hacia ella con curiosidad. Así que, por favor, se cambian: shorts y top sexy para nosotras, jeans y camisetas cómodas, para ustedes, porque hoy vamos a sudar bastante bailando. –Su voz reflejaba pura emoción, y los rostros a su alrededor empezaron a animarse con la perspectiva de una noche fuera de lo común.

David arqueó una ceja, claramente intrigado por la idea, mientras Román y Vanessa intercambiaban miradas divertidas. No estaban acostumbrados a este tipo de celebraciones, pero sabían que, con Amira al mando, la noche sería inolvidable.

 –Y, además,continuó, levantando un dedo con una sonrisa traviesa, –la fiesta tiene piscina, así que por si acaso, un traje de baño no estaría mal, ¿sí?

Vanessa fue la primera en reaccionar con una carcajada.

¡Me encanta! Nunca he ido a una fiesta así, –dijo, emocionada por la experiencia, mientras Román simplemente sonreía, ya mentalizándose para una noche de baile y diversión, algo completamente diferente a lo que estaba acostumbrado.

David, por su parte, se acercó a Amira, rodeándola por la cintura con una sonrisa de satisfacción.

Parece que me has estado guardando sorpresas, –susurró en su oído, claramente complacido con la idea de una noche relajada después de tanto ajetreo. Me encanta verte bailando… y para ser sincero, me quedé con ganas la última vez que bailamos. –añadió con un toque de humor.

Amira soltó una risa ligera y lo besó en la mejilla.

No te preocupes, amor, esta noche nos quitamos las ganas. Bailando. -aclaró ella con una sonrisa que decía varias cosas. - Sabía que David era un bailarín natural, y estaba dispuesta a disfrutar de la experiencia, la música y de estar juntos.

Ronny, quien había estado detrás de la planificación de la fiesta con Amira, llegó justo a tiempo, sonriendo con complicidad. Él había sido la mente detrás de los detalles logísticos para la gran celebración, que marcaría no solo el éxito del contrato sino también el inicio de una nueva etapa.

Todo está listo, querida, –dijo, guiñándole un ojo. –Esta fiesta será inolvidable. Vamos a ponerlos a todos a bailar como nunca antes.

El lugar era espectacular, decorado con luces brillantes y un ambiente vibrante que capturaba la esencia de Cuba. Cuando Amira y David llegaron, el sonido de Leoni Torres resonaba en el aire, interpretando uno de sus mayores éxitos, Amor Bonito. La energía de la música y la alegría de la multitud creaban una atmósfera mágica. Leoni, continuó con otros hits como Idilio, Pasándola bien, Mi loca y Soledad, el público se dejó llevar por la música, bailando y disfrutando cada instante. Amira y David se movían al ritmo, dejando atrás cualquier preocupación. Ya con la noche caliente y el sudor resbalando por sus pieles, el ambiente se tornó aún más electrizante cuando, El Chacal subió al escenario y comenzó a cantar Y llegaste tú, como si tuviera una conexión directa con David, siguió con los temas, Mi corazón es tuyo y Hazme el amor.

La emoción era palpable, y Amira, atrapada en el momento, miró a David con una sonrisa radiante. Sin pensarlo dos veces, él decidió que la noche necesitaba un poco más de locura. Se quitó la camiseta y los zapatos, mostrando su torso tonificado, y tomó a Amira en sus brazos.

¡Vamos a refrescarnos! –gritó con una mezcla de diversión y adrenalina, y sin esperar respuesta, saltó a la piscina con ella, creando una gran salpicadura que llamó la atención de todos a su alrededor.

Román y Vanessa, que estaban observando la escena desde la orilla, se quedaron asombrados. La transformación de David era inesperada y divertida.

¿Dónde quedó el Alfa, comedido y reservado? –exclamó Román, con una risa incrédula, mirando a Vanessa, que se unió a la risa. Por favor, devuélvanlo… ¡Jajaja!

Vanessa, entre risas, sacudió la cabeza con complicidad. –No hay nada más atractivo que un hombre que se suelta y disfruta, y eso es lo que está haciendo tu amigo, –dijo, mientras observaba a la pareja en la piscina.

La risa y la música llenaban el aire mientras David y Amira chapoteaban en la piscina, junto a otros que siguieron su ejemplo, disfrutando de la libertad del momento, completamente ajenos a lo que los demás pensaban. Amira se reía, y sus ojos brillaban con felicidad. Era una noche para recordar, llena de risas, amor y música cubana.

Eran las cuatro de la madrugada cuando David y Amira llegaron a su departamento de Miami Beach, aún vibrantes por la energía de la noche. La ropa estaba mojada y los cuerpos cansados, pero el brillo en sus ojos revelaba una felicidad desbordante.

Una vez dentro, se despojaron de sus atuendos húmedos y decidieron darse un baño. Sin embargo, a pesar del cansancio acumulado, el ambiente se volvió cargado de deseo. La ducha se convirtió en un lugar de intimidad donde se entregaron a una sección de sexo duro y muy caliente, cada caricia y susurro intensificando la conexión entre ellos.

El agua caliente caía sobre sus cuerpos, y el vapor llenaba el espacio, mientras se movían al compás de su pasión. Las risas y gemidos se mezclaban con el sonido del agua, creando una sinfonía de placer. Fue un momento que los unió aún más, un recordatorio de lo que estaban construyendo juntos.

Finalmente, exhaustos y satisfechos, se quedaron dormidos, sin preocupaciones, hasta las doce del mediodía. Al despertar, el sol brillaba intensamente a través de las ventanas, llenando el cuarto de luz cálida. David, estirándose perezosamente, fue el primero en romper el silencio.

Buenos días, Luna traviesa, –dijo con una sonrisa de satisfacción en su rostro, recordando los momentos de la noche anterior.

Amira, aún medio dormida, sonrió al escuchar su voz. Buenos días, mi Alfa parrandero, –respondió, dejando escapar una risita mientras se acomodaba en la cama.

Ambos se miraron, el cansancio se desvaneció al instante al recordar la noche intensa que compartieron. El día prometía ser hermoso, y había una calma placentera en el aire.

¿Qué le apetece hacer hoy a mi Sra. Stone?  –preguntó, David, acariciando suavemente su cadera.

No tengo planes, sólo quiero disfrutar de ti, mi querido Alfa–respondió, acercándose más a él, coqueta.

Él la besó, y ella correspondió, la tarde era prometedora, el amor estaba en el aire.

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