Hola, hola, ¿Qué tal las ideas brillantes del Beta Aston?
Aston besó la frente de Zaira con ternura antes de despedirla en la puerta de su oficina. La preocupación seguía en sus ojos, pero confiaba en que su hija era fuerte y capaz. Zaira, por su parte, intentó mantener la compostura mientras caminaba hacia el ascensor, con la mente enfocada en el plan que acababa de discutir con su padre.Sin embargo, en cuanto las puertas del ascensor se abrieron, un fuerte mareo la invadió de repente. Sus piernas flaquearon, y el mundo a su alrededor comenzó a girar. Trató de sujetarse a algo, pero todo sucedió demasiado rápido, y cuando estuvo a punto de caer, unos brazos la sostuvieron con cuidado, impidiendo que se desplomara.—Zaira... tranquila, estoy aquí —susurró una voz familiar. Era Joaquín Esparta.Joaquín la había seguido a una distancia prudente, sabiendo que Zaira últimamente no se encontraba bien. No era la primera vez que ella se desmayaba, y él, preocupado, siempre estaba atento para ayudarla cuando ocurría. Sin perder tiempo, la cargó en s
El silencio en el auto se volvió denso, casi palpable, mientras Joaquín observaba a Zaira, y ella fingía dormir. Él sabía que ella no dormía, pero respetó su necesidad de evitar la conversación. Ambos compartían una historia complicada, cargada de sentimientos no correspondidos y decisiones difíciles, pero Joaquín nunca había dejado de esperar que las cosas cambiaran.De repente, el sonido de su teléfono rompió el silencio incómodo. Joaquín lo tomó del asiento trasero y vio que era su asistente.—¿Sí? —respondió, bajando la voz para no molestar a Zaira.—Sr. Esparta, el Sr. Aston lo está esperando para su reunión. Ha preguntado por usted varias veces. —dijo su asistente al otro lado de la línea, con tono profesional, pero algo apurado.Joaquín frunció el ceño, recordando que tenía una cita programada con Aston, el padre de Zaira. Sabía que no podía faltar, especialmente cuando estaba involucrado en asuntos tan importantes para la familia de ella. No obstante, mirar a Zaira allí, aún dé
Mientras tanto en Miami, la pareja del momento se despedía en el aeropuerto, Amira estuvo todo el tiempo contoneando a David y a Zeus que como niños malcriados no dejaron de hacer pucheros, por no lograr que Amira cediera en el mes que necesitaba para dejar las cosas listas en LA FIRMA.-David, cariño, con todo el trabajo que tienes que hacer, en Seattle, un mes se te pasará volando. Sabes que no se puede hacer una transición de autoridad en menos tiempo, pórtate bien ¿sí? – le dijo con suavidad colocando sus manos en su pecho mientras lo miraba a los ojos. Ella Sabía que su Alfa odiaba estar lejos de ella, pero las responsabilidades eran parte de la vida que ambos habían elegido-Cariño, créeme, no hay nada que desee más que estar a tu lado todo el tiempo. Pero Ronny necesita mi apoyo para hacer la transición, y ya sabes lo importante que es que las cosas en Miami queden bien organizadas antes de mi partida definitiva —dijo Amira con ternura, acariciando el cuello de David con sus de
David, por su parte no lo tuvo nada fácil en Seattle. Y no por el trabajo, eso fluyó de maravilla, ya que Román y Vanessa eran muy eficientes. No, realmente lo que le amargó la vida fue llegar y encontrar al Consejo en pleno reunido, por petición del Anciano Aston, para que eligiera a una Luna, y como si fuera poco propuso a su hija Zaira, (que para ese entonces era Naja, con el control total del cuerpo de Zaira.), como la candidata perfecta para el puesto de Luna.Cede de ALFA CORPORATION S.A., sala de juntas.David Stone:Me encuentro en sala de juntas de mi empresa, rodeado de los miembros del Consejo de Ancianos de la manada, la atmósfera está tensa, y mi frustración crece con cada segundo que pasaba. Había acabado de llegar de Miami feliz, con la intención de enfocarse en el trabajo y en mi relación con Amira. Pero no, me encuentro aquí, en esta m*****a reunión convocada por las presiones ejercidas por el Anciano del Consejo Aston, que solamente consiguió irritarme en gran manera
Un mes después en Miami:Amira:Me senté en la mesa del elegante restaurante con Ronny y el Sr. Wood, el ambiente estaba lleno de risas y un aire de camaradería que hacía que mi despedida no se sintiera tan amarga. El aroma de los platos deliciosos llenaba el aire mientras yo hablaba, con toda la ilusión y emoción de compartir mis sentimientos, con mis amigos.—Un mes pasa rápido, cuando el trabajo que tienes que hacer garantiza tu tranquilidad y poder estar con la persona que amas. —dije, mirándolos con determinación—. David y yo nos hemos comunicado a diario, hemos trazado estrategias, tanto para el trabajo como para nuestra vida juntos.Ronny me observaba con una mezcla de admiración y sorpresa. Él sabía lo que representaba para mí tomar esta decisión tan importante en mi vida. Apreciaba el hecho de que mi relación con David se fortaleciera, en tan poco tiempo.—Y… Sí, puede parecer muy pronto, pero no me importa, —continué, soltando una alegre carcajada—. Me enamoré del Sr. Stone
Su teléfono vibró, interrumpiendo sus pensamientos. Era un mensaje de Vanessa:"Encontré el lugar perfecto. Moderno, con una vista espectacular al lago. Amira va a amarlo. ¿Quieres que se lo muestre cuando llegue la próxima semana?"David sonrió por primera vez en días. Visualizó a Amira sonriendo cuando viera el departamento. Todo estaba tomando forma. Solo tenía que sobrevivir una semana más de trabajo y tormentas, y entonces, su Luna estaría a su lado.—Pronto, mi amor, muy pronto —murmuró, mientras escribía un mensaje para Vanessa, “Vanessa, confió en ti, decóralo tú y que sea un hogar, no un sitio de exposiciones, además prepáralo todo para que sea habitable desde el día en que llegue Amira, tú ya la conoces. Lo dejo en tus manos amiga.” -Guardó su teléfono y volvió a concentrarse, al menos por un momento, en los documentos frente a él.Vanessa sonrió al leer el mensaje de David. Sabía que cuando él confiaba una tarea a alguien, lo hacía plenamente, y ella no iba a decepcionarlo.
El gran día había llegado, y David se encontraba más nervioso de lo que hubiera imaginado. A pesar de ser un hombre acostumbrado a controlar situaciones difíciles y a lidiar con tensiones empresariales y familiares, esta ocasión era diferente. Amira, su Luna, regresaba después de un mes y una semana de separación, y aunque había logrado mantenerse ocupado con el trabajo, la espera había sido casi insoportable para él y Zeus.David estaba en el hangar privado, esperando con un ramo de rosas rojas en una mano y algunos globos en la otra, algo fuera de lo común para él. Se reía por lo bajo, sintiendo que era un adolescente nervioso esperando a su cita por primera vez. Pero esta no era cualquier cita: era Amira, su bandida, la mujer que lo había puesto de cabeza durante las últimas semanas.—Dios, no sé cómo sobreviví todo este tiempo sin ella —murmuró mientras su sonrisa se hacía más amplia.Cuando finalmente el avión privado aterrizó y la puerta se abrió, David sintió su corazón acelera
Amira caminó lentamente, asombrada por la atención al detalle. Todo el espacio irradiaba serenidad y lujo sin pretensiones, pero lo que más la impresionaba era cómo ese lugar parecía estar hecho para ella, reflejando su estilo y personalidad.—Esto es... increíble —murmuró Amira, girándose hacia David, que la observaba desde la puerta del ascensor con una sonrisa de satisfacción.—Vanessa hizo un trabajo excelente, ¿no? —respondió David mientras se acercaba, deslizando sus manos por su cintura—. Quería que este lugar se sintiera como un hogar, nuestro hogar.Amira lo miró, conmovida por sus palabras. El lugar era perfecto, pero lo que realmente la hacía sentir en casa era estar con él.—Es hermoso, David. Es perfecto.David se inclinó para besarla suavemente en la frente.—Todo lo que necesito para que sea perfecto es a ti. —Su voz era baja, íntima, mientras la tomaba de la mano y la guiaba por la sala, mostrándole cada detalle que habían planeado con Vanessa.Sobre una mesita lateral