La suerte y el lazo habían sido sellados. Ahora solo quedaba vivir y esperar que el tiempo hiciera lo suyo en ella. La fiesta continuó, pero aquel momento quedaría grabado como un recordatorio de que incluso las noches más perfectas pueden traer sorpresas inesperadas, capaces de remover las emociones más profundas.David no pudo contenerse. El impacto del momento lo obligó a entregar a Atenea a los brazos de Amira y apresurarse nuevamente al baño. Su estómago, como en las últimas cuarenta y ocho horas, le exigía liberar todo lo que había consumido, y esta vez no iba a ser diferente. Después de recomponerse, se lavó la cara y enjuagó su boca, tratando de calmarse. Cuando finalmente estuvo listo, salió del baño con determinación.Frente a él, apareció su esposa, quien había dejado atrás la sobrefalda de su vestido de novia, revelando una figura espectacular y seductora que lo dejó sin aliento. La radiante sonrisa de Amira, ajena a su incomodidad previa, lo hizo sonreír también, pero esa
Era una noche gélida de febrero, la primera luna nueva del año. El bosque, normalmente lleno de vida, se sumía en un silencio reverente, como si incluso los animales más pequeños entendieran la magnitud del momento. Las estrellas brillaban intensamente, iluminando el cielo oscuro con su resplandor, como testigos eternos del gran acontecimiento que estaba por suceder.En el corazón del bosque de Luna Dorada, en el lugar donde por última vez se alzó la majestuosa Arena “Ascenso de Luna”, la manada se había reunido nuevamente, ahora para un acontecimiento totalmente distinto y auspicioso.Una tienda había sido levantada, dando cobijo a la Luna, que ya estaba lista para recibir a sus nuevos cachorros. Dentro, Zeus, permanecía junto a su Luna, atento a cada detalle, ofreciéndole apoyo como en el nacimiento de Atenea.Nueva mente la doctora Miroslava y su esposo asistieron a la Luna en tan importante evento, asistidos por el personal médico de la manada. Astra y Zaira también estaban present
La llamada llegó cerca del mediodía. David respondió con tranquilidad, aunque algo en su instinto ya lo había alertado.—Hola, buenas tardes, Sr. Stone. Soy la directora del colegio en el que estudian sus hijos.—Buenas tardes, señora directora. ¿En qué puedo ayudarle?La mujer hizo una breve pausa, lo que solo aumentó la tensión en el pecho de David.—Señor Stone, sería posible que usted y su esposa nos visitaran esta misma tarde, por favor. Ha surgido un inconveniente que debemos conversar.—Claro, señora Lambert, ¿Le parece bien si nos reunimos a las cuatro?—Perfecto, le espero a esa hora.La directora cortó la llamada, dejando a David con un suspiro que no aliviaba la presión en su pecho. No era la primera vez que recibía una llamada así; de hecho, ya era la tercera en el último año. Fuera lo que fuera, no podía evitar pensar que sus tres hijos habían vuelto a hacer de las suyas.Guardó el teléfono, y con las manos hundidas en los bolsillos de su pantalón, salió de la oficina. Su
PrologoAmira Gutiérrez es una mujer fuerte y decidida. Su origen cubano y su experiencia como emigrante moldeó su carácter y resiliencia. A sus 29 años, ha superado muchas barreras y ha construido con éxito LA FIRMA, su agencia de gestión de negociación en ventas. Tiene una figura impresionante: mide 1.70 m, pesa 75 kg, y su silueta se distingue por una cintura pequeña y un trasero llamativo, lo que atrae miradas, pero no define quién es realmente. Su inteligencia y habilidad en los negocios son lo que la han llevado a donde está.David Stone es el hombre con el que Amira tuvo su encuentro el presidente de ALFA CORPORATION S.A., y aunque él es visualmente impactante, su arrogancia y descaro han encendido la chispa de una rivalidad. Él es un hombre acostumbrado a conseguir lo que quiere. Además, no sólo es un poderoso empresario, sino también el Alfa de una antigua manada de lobos llamada "Luna Dorada", que ha estado sin su Luna por dos siglos. Su instinto le dice que algo grande está
Amira Gutiérrez:Todo bien hasta que ese Adonis me miró con esos ojos que me perecieron el sol de mi Cuba hermosa, en los que me pareció ver un breve aro rojizo, que de pronto se desapareció, para dejar ese dorado intenso que me dejó sin habla. Pero como nada en esta vida es perfecto, el sujeto, me dijo con vos de jefe con mal dormir, - ¿Sube o se queda? - Frase que me trajo de regreso de mi ensoñación. Entré y como ya me cayó mal, me puse despaldas a él. Al fijarme en el botón que debía presionar este ya estaba activado, me dije, -Genial, el "Bello Gruñón" será mi compañero por los próximos 50 pisos. Pero como si eso no fuera suficiente, al fijarme en el reflejo del metal del ascensor, me doy cuenta que no ha dejado de mirarme y además de que fijó su mirada en mi trasero como si fuera su comida favorita.-Descarado- pense. Estoy a
Hoy me dijo Román que tenía la reunión con la dueña de La FIRMA S.A., una compañía de gestión y negociación en ventas del sur de la Florida, que, aunque lleva sólo 5 años en operaciones, ha logrado posicionarse en el mercado como una de las 5 primeras, además esta empresa opera también en Ecuador, por lo que nos pareció interesante su adquisición para expandir la nuestra en América del Sur. Por eso y aunque estoy con un humor que se lo lleva el demonio, voy hoy a la compañía, más le vale a esa Sra., VenderDavid está listo para la reunión con Amira, aunque su mal humor marca el tono del día. La adquisición de La FIRMA S.A. representa una oportunidad estratégica para ALFA CORPORATION en América del Sur, y él está decidido a conseguirlo. Sin embargo, Amira no es alguien que se deje presionar f&aacut
Amira Gutiérrez:Salgo del ascensor y una espectacular mujer trigueña de ojos negros, unos centímetros más alta que yo, se me acerca con una sonrisa y una mano extendida, diciéndome.-Buenas tardes Srta. Gutiérrez, soy la Sra. Smith, es un gusto recibirla en ALFA CORPORATION, sígame por favor, mi esposo y el Sr. presidente la esperan.-El gusto es todo mío, - le digo estrechando su mano, - felicidades por su matrimonio.-Gracias. - me dice y yo la sigo hasta el final del pasillo.Abre la única puerta al final del pacillo y una oficina inmensa y muy lujosa se muestra ante mis ojos, todo combinado em negro, blanco y gris plateado. En un extremo del lugar un escritorio dominaba el salón, además una mesa oval con unas ocho sillas, para reuniones y en otro espacio un sofá, con una pequeña mesa de centro y otros dos cómodos sillones, hacían como una m
David, por su parte, no apartaba la vista de Amira. Su mirada dorada era intensa, y algo en su expresión la desafiaba, como si disfrutara viéndola incómoda. Amira respiró hondo, intentando recuperar la compostura que tanto la caracterizaba.—Mis disculpas, Sr. Stone —dijo finalmente, obligándose a sonreír—. No esperaba encontrarlo aquí tan... pronto.David esbozó una media sonrisa que no llegó a sus ojos, y en su tono frío respondió:—El placer es todo mío, Srta. Gutiérrez. Estoy ansioso por discutir el futuro de nuestras empresas.Amira sintió una mezcla de frustración y desafío. No iba a dejar que aquel hombre la intimidara. La reunión aún podía salvarse, pero tendría que jugar sus cartas con cuidado.-Bueno, ya que estamos todos retomo donde nos quedamos. - dijo el Sr. Román. &