Mientras el coche se acercaba a la entrada principal, Amira no pudo evitar pensar en lo que aquella casa significaba para los Smith. No solo era una muestra de poder, sino de tradición y de algo que ellos querían construir a largo plazo.
Amira, se quedo mirando, recordando su infancia en Cuba, donde no tenía muchos hermanos, solo eran ella y su hermana menor, Suset, pero tenía muchos primos que en verano se reunían en su casa, que era la de sus abuelos y todo era bullicio y fiesta. A pesar de todo el tiempo que había pasado, ella seguía recordando con mucho cariño esos años de su infancia.
Por fin el auto se detuvo en la entrada principal y el chofer con una sonrisa profesional, se bajó del coche y se acercó para abrirle la portezuela
Chofer:
-Adelante Srta., hemos llegado, ha sido un gusto servirle. -dijo.
Amira quedo agradecida con la amabilidad del joven.
-Gracias, buenas noches. -le contestó con una cálida sonrisa, iluminó su rostro.
La recién llegada toco el timbre de la residencia y rápidamente la puerta se abrió, dando paso a un elegante Sr.
-Buenas noches Srta. Gutiérrez, soy el Sr. Tok, William Tok, mayordomo de la Familia Smith. -se presentó así mismo de manera muy ceremonial. - acompáñeme por favor, los señores y demás invitados ya la esperan.
Para Amira fue como ver un mayordomo de las series inglesas de televisión. Agradeció y lo siguió por todos los pasillos hasta llegar al salón donde tenía lugar la velada.
Si la casa por fuera, Amira le pareció encantadora, verla por dentro fue alucinante. Las paredes estaban adornadas con arte cuidadosamente seleccionado, y el mobiliario era una mezcla perfecta de lujo y confort. Cada detalle, desde los candelabros que iluminaban con suavidad los pasillos hasta los tapices que vestían las paredes, reflejaba buen gusto. Pero lo que más le impresionaba era el ambiente cálido y acogedor que se respiraba. A pesar del lujo, aquella mansión no era simplemente una demostración de riqueza, era un hogar. Sentía que los Smith no solo estaban invirtiendo en su presente, sino que estaban construyendo algo para el futuro, una estructura para toda la vida.
Mientras caminaba, sus pensamientos volvían a su propia familia y la casa de sus abuelos en Cuba. Aunque no tenían el lujo de los Smith, el bullicio y la calidez familiar de los veranos le recordaban que un hogar, más que un lugar, era una sensación.
Finalmente, el Sr. Tok se detuvo frente a una gran puerta doble.
Sr. Tok:
—Aquí estamos, Srta. Gutiérrez. Los señores Smith la esperan.Con una sonrisa enigmática, el mayordomo abrió la puerta, revelando el salón principal donde tendría lugar la velada. Amira inspiró profundamente, lista para lo que la noche le tenía preparado.
Dos horas antes.
David Stone.
Legué a casa de mi Bata y amigo prácticamente junto con él y su esposa, cosa que me gano sus burlas.
-Dígame mi amada Sra. Smith, no era que la cena era a las 8 de la noche, - preguntó Román con tono de burla.
-Si, mi amor, pero no sé por que cierto Alfa ya está aquí y tengo la impresión que nuestro cuarto de huéspedes favorito va a estar ocupado por los próximos siete días. -dijo Vanessa, sin poder retener una sonora carcajada.
No les hice caso y pasé por su lado sin mirarlos, sus constantes demostraciones de cariño me producen urticarias. Será porque no tengo pareja, bueno eso es irrelevante.
Subí a mi cuarto, unas de la suite de la mansión. Realmente no se los digo, pero su casa tiene algo que me fascina y que la mía no tiene. Por eso me gusta estar aquí y como es una mansión de 500 metros cuadrados sólo en área construida, no me molesta que sean recién casados, hay espacio para todos, jajaja.
—Al menos aquí no tengo que soportar su afecto las 24 horas... hay espacio suficiente para evitarlo —se dijo con una sonrisa socarrona mientras cerraba la puerta de su habitación.
Sabía que la cena sería un desafío. Vería de nuevo a Amira Gutiérrez, la mujer que no había logrado sacar de su cabeza desde su primer encuentro. Aunque él intentaba mantener el control, su lobo, Zeus, estaba impaciente. Sabía que la noche iba a ser larga, y no solo por las bromas de Román y Vanessa.
Son las 7:50 de la noche, y Amira aún no ha llegado. David observaba el salón, intentando no mostrar la impaciencia que lo carcomía por dentro. Román y Vanessa habían organizado la cena de manera impecable, invitando a todos los miembros más cercanos de su círculo, lo que le dio a la velada un aire de formalidad y camaradería.
Sin embargo, entre los invitados había alguien que le provocaba una ligera incomodidad: Zaira McKency, una loba con la que había salido hace algunos años. Aunque ambos sabían que nunca había sido algo serio. Zaira a veces olvidaba ese detalle y se pegaba a él como si fueran algo más. Esa noche, Zaira ya había comenzado a moverse con la confianza de quien siente que tiene un derecho no concedido.
Alta, de cabello oscuro y ojos que irradiaban poder y determinación, se había acercado a David apenas entró al salón, ocupando su espacio personal de una manera que le resultaba incómoda.
Zaira (sonriente):
—David, qué gusto verte otra vez. Sabes que siempre es una delicia compartir contigo estas veladas.David, manteniendo la compostura, se limitó a asentir, su rostro imperturbable, pero Zeus, su lobo interior, ya estaba gruñendo con disgusto. Zaira nunca había sido una amenaza real para él, pero su insistencia comenzaba a molestar, especialmente ahora que todo su ser estaba en un estado de alerta esperando a Amira.
—Esto no va a ser algo serio, Zaira. ¿Cuándo lo entenderás? -pensó David.
El tiempo avanzaba lentamente, y aunque David intentaba no mirar el reloj, la espera por la llegada de Amira parecía interminable.
Ocho en punto. Justo cuando el reloj marcó la hora, las puertas del salón se abrieron, y Amira Gutiérrez hizo su entrada. Todo lo que había estado preocupando a David Stone hasta ese momento desapareció en un instante. La sala, repleta de su círculo cercano, quedó sumida en un silencio absoluto. Era como si el mundo mismo hubiese hecho una pausa para admirarla.Amira, con su piel color canela que brillaba bajo la luz suave del salón, caminaba con una gracia natural y una presencia que llenaba todo el espacio. Vestida con su impresionante enterizo gris perla, el contraste entre su frente serio y la sensualidad de su espalda descubierta era suficiente para dejar a todos sin palabras. Parecía una reina que acababa de entrar en la presenc
-Sr. Stone, buenas noches, es un gusto volver a verlo- me dijo la muy ladina.-Srta. Gutiérrez, el gusto es todo mío, - fue todo lo que pude decir antes de que se volteara.Todo se mantuvo bajo control hasta que Amira se dio la vuelta para continuar su recorrido. Zeus y yo sentimos lo mismo en ese momento, incapaces de soportar más lo que estábamos viendo, Amira literalmente rompió no sólo la bajilla, si no también mi razón y mi cordura, Zeus lanzó un rugido con una fuerza que sacudió todo mi ser. Fue un rugido que resonó en lo más profundo de mi alma, yo, por primera vez en mucho tiempo, no pude contener el poder que llevaba dentro.El cambio fue instantáneo, sentí cómo mis ojos, usualmente dorados y calculadores, se oscurecían, tiñéndose de ese rojo profundo que solo aparecía cuando mi Alfa interior tomaba el control. La me
Amira GutiérrezSentí como si el tiempo se hubiera detenido por completo. Durante ese breve pero intenso instante, solo existíamos David y yo, frente a frente, como si el resto del mundo hubiera desaparecido. Era una batalla silenciosa, una prueba de fuerza entre dos almas poderosas, midiendo nuestras voluntades como si fuésemos titanes en un campo de batalla invisible. La tensión en el aire era palpable, y mi corazón latía con fuerza mientras intentaba procesar lo que estaba sucediendo.Y de repente, todo se desvaneció.Me estoy despertando justo ahora en una cama y en una habitación nueva para mí. Miro todo a mi alrededor, para afirmar lo que ya sé, no es mi habitación. Mi mente trata de encontrar respuestas rápidamente. ¿Qué había pasado? No recuerdo cómo llegué aquí. El pánico me golpeó con fuerza cuando mir&oacut
David, se encontraba solo en su habitación, la misma que había usado tantas veces en la casa de Román y Vanessa, pero esta noche su mente no estaba tranquila. Se pasó la mano por el rostro, intentando sacudir la tensión acumulada.—Lo que pasó en la cena no puede volver a ocurrir —murmuró en voz baja, hablando tanto para sí como para Zeus, su lobo interior, quien permanecía inquieto en su mente.Zeus gruñó, claramente insatisfecho, pero David lo ignoró.—Es crucial que mantengamos el autocontrol —continuó, su tono firme pero lleno de frustración—. No podemos permitirnos perder el control de esta manera, no frente a todos... y mucho menos frente a ella.La imagen de Amira entrando al salón, el impacto que tuvo en todos y, sobre todo, en él, lo golpeaba una y otra vez. El simple hecho de que todos la hubieran mirado c
Soltó una risa interna ante el entusiasmo de su lobo. Sabía que tendría que mantener a Zeus bajo control, pero también debía admitir que su propio autocontrol estaba tambaleándose desde que Amira apareció en su vida.—No te preocupes —dijo con determinación—. Yo me encargaré de hacer que se quede. Amira no podrá resistirse a mis encantos de hombre. La haremos nuestra, pero a su tiempo, de la forma correcta, tú déjamelo a mí.Zeus, aunque impaciente, pareció satisfecho con la promesa.—Lo que sea, David, tenemos un trato, pero no podemos perderla.
Amira Gutiérrez:Me sentí un poco insegura, pero de pronto recordé que debía jugar este juego con astucia. Observando a David frente a mí, pensé: - “Este hombre es astuto, ahora se deshace en amabilidad. Pero estoy aquí para hacer negocios, así que, ok, Amira, juega su juego.”Con una determinación renovada, le devolví la mirada, manteniendo la compostura mientras tomaba una respiración profunda.—Gracias, Sr. Stone. La verdad es que me sentí un poco abrumada ayer, pero dormí lo suficiente. Aprecio su preocupación, realmente significa mucho para mí —dije con una sonrisa sincera.— Amira sonrió, sintiéndose más cómoda con la cercanía que David había establecido al pedirle que lo llamara por su nombre.—Gracias por la recomendación, prometo que no te decepcionaré con mi elección de vestuario, y también me puede llamar por mi nombre. —agregó con una sonrisa confiada, sintiendo que ese encuentro podría ser el comienzo de algo interesante entre ellos.Sintió que la atmósfera se estaba aligerando, y eso la motivaba aún más para prepararse adecuadamente. La idea de un almuerzo en un ambiente relajado le gustaba, y estaba decidida a hacer que fuera un momento meBien, te invito a almorzar (II)
En el hotel, Amira disfrutó de un reconfortante baño de tina, dejando que el agua caliente relajara su cuerpo después de una noche cargada de emociones. Mientras se sumergía, cerró los ojos y permitió que sus pensamientos volvieran a David Stone, el hombre que había despertado algo inesperado en ella.Aunque su primera intención había sido enfrentarse a él con una actitud desafiante, ahora se encontraba cambiando de perspectiva. "El bello gruñón", como lo había bautizado en su mente, ya no era sólo un obstáculo o un oponente en la negociación. Ahora había algo más que la atraía, y se sorprendió admitiendo el deseo repentino de verse bien sólo para él, eso la desconcertó. -"¿Qué me está pasando?" se preguntó, mientras se incorporaba y comenzaba a pe