Amira Gutiérrez:
Me sentí un poco insegura, pero de pronto recordé que debía jugar este juego con astucia. Observando a David frente a mí, pensé: - “Este hombre es astuto, ahora se deshace en amabilidad. Pero estoy aquí para hacer negocios, así que, ok, Amira, juega su juego.”
Con una determinación renovada, le devolví la mirada, manteniendo la compostura mientras tomaba una respiración profunda.
—Gracias, Sr. Stone. La verdad es que me sentí un poco abrumada ayer, pero dormí lo suficiente. Aprecio su preocupación, realmente significa mucho para mí —dije con una sonrisa sincera.
—Estoy segura de que tengo mucho que aprender de usted, y espero que podamos trabajar juntos para lograr un acuerdo que beneficie a ambas partes —agrego, dejando entrever su interés en la reunión que tenían por delante.
David, viendo cómo Amira respondía con confianza, sintió una chispa de admiración. Sabía que era una mujer formidable en el mundo de los negocios, y su respuesta solo confirmaba eso. Sin embargo, también había algo más en su mirada que lo intrigaba, y eso lo mantenía alerta y ansioso por conocerla mejor.
-Sr. Stone, para mostrarle toda mi sinceridad en que las negociaciones y nuestra amistad van a prosperar muy bien, le invito a un almuerzo. Yo no conozco bien la ciudad, pero usted sí. Elija un restaurant de su gusto, y reitero, yo invito, sin reclamos. - dije con la mejor de mis sonrisas.
David la miró con interés al escuchar su propuesta. Su sonrisa era genuina y reflejaba una disposición a abrirse, lo que solo aumentó la curiosidad que sentía por ella.
—Me parece una excelente idea, Srta. Gutiérrez. —dijo, disfrutando de la oportunidad de tenerla a solas y conocerla mejor—. Estoy seguro de que hay muchos lugares maravillosos en la ciudad. Si no le importa, podría sugerir un par de opciones que me gustan, y así podrá elegir.
David, aprovechó el momento para explorar la idea de llevarla a un restaurante que conocía, donde la comida era deliciosa y el ambiente perfecto para una conversación más distendida. Además, le daría la oportunidad de ver a Amira en un entorno más relajado, lejos del estrés de las negociaciones.
—Y por supuesto, no hay forma de que acepte su invitación sin dejar claro que mi intención es disfrutar de su compañía tanto como de la comida. —agregó David, guiñándole un ojo de manera juguetona, aunque su voz mantenía ese tono serio y controlado que le era característico.
Amira Gutiérrez:
Sentí una mezcla de emoción y desafío que me hiso sonreírle de vuelta. Me quedó claro que esta sería una gran oportunidad para fortalecer mi relación, y también para entender mejor a David Stone.
-Perfecto Sr. Stone, le espero a la una y treinta de la tarde, y tenga en cuenta que aprecio la puntualidad. ¿Sabe eso? ¿Verdad?
Él asintió con una sonrisa, apreciando la confianza y el desafío en mi voz.
—A la una y treinta, entonces. —respondió, su mirada fija en mi—. Y no se preocupe, aprecio la puntualidad tanto como usted.
David sintió que había algo especial en su determinación, y eso lo motivaba aún más a cumplir con su palabra. Además, la idea de compartir ese tiempo con ella lo emocionaba, a pesar de que sabía que tendría que mantener su autocontrol.
—Estaré allí, lista para disfrutar de su elección. —agregó, su tono un poco más ligero—. Espero que el lugar que elija esté a la altura de lo que promete.
Amira no pudo evitar sonreír ante su confianza. Era un juego de poder que ambos parecían disfrutar, y cada vez estaba más convencida de que la reunión de esta tarde podría ser el comienzo de algo interesante, tanto en lo personal como en lo profesional.
-Ah, Sr. Stone, dígame algo. ¿Debo ir formal o relajada?
- David, dígame David, por favor, después de todo como usted misma dijo, este almuerzo es para limar asperezas - respondió él, y continuó diciendo, - Vistase como se sientas más cómoda. Mi recomendación es que optes por algo relajado. Quiero que disfrutes del almuerzo sin preocuparte por los formalismos.
Se inclinó un poco hacia ella, con su mirada intensa pero cálida.
—Además, quiero conocer a la verdadera Amira, no solo a la empresaria. Así que relájate y elige algo que te haga sentir bien.
Había un matiz de sinceridad en su voz, David estaba ansioso por descubrir más sobre ella, tanto en su faceta profesional como en su vida personal. Sabía que el almuerzo sería una buena oportunidad para derribar barreras y construir una relación más sólida.
Amira sonrió, sintiéndose más cómoda con la cercanía que David había establecido al pedirle que lo llamara por su nombre.—Gracias por la recomendación, prometo que no te decepcionaré con mi elección de vestuario, y también me puede llamar por mi nombre. —agregó con una sonrisa confiada, sintiendo que ese encuentro podría ser el comienzo de algo interesante entre ellos.Sintió que la atmósfera se estaba aligerando, y eso la motivaba aún más para prepararse adecuadamente. La idea de un almuerzo en un ambiente relajado le gustaba, y estaba decidida a hacer que fuera un momento me
En el hotel, Amira disfrutó de un reconfortante baño de tina, dejando que el agua caliente relajara su cuerpo después de una noche cargada de emociones. Mientras se sumergía, cerró los ojos y permitió que sus pensamientos volvieran a David Stone, el hombre que había despertado algo inesperado en ella.Aunque su primera intención había sido enfrentarse a él con una actitud desafiante, ahora se encontraba cambiando de perspectiva. "El bello gruñón", como lo había bautizado en su mente, ya no era sólo un obstáculo o un oponente en la negociación. Ahora había algo más que la atraía, y se sorprendió admitiendo el deseo repentino de verse bien sólo para él, eso la desconcertó. -"¿Qué me está pasando?" se preguntó, mientras se incorporaba y comenzaba a pensar en qué vestir para el almuerzo. Quería impresionar, pero no de una manera excesiva, sino más bien con sutileza y elegancia.Amira salió del baño y se dirigió a su maleta, rebuscando entre su ropa hasta encontrar lo que buscaba: un conjun
Era claro que la tensión entre ambos seguía creciendo, y aunque ambos intentaban mantener las cosas bajo control, había una energía innegable en el ambiente. Este almuerzo prometía ser mucho más interesante de lo que cualquiera de ellos hubiera anticipado.Avanzaron durante media hora para llegar a un lugar de apariencia rustica, Amira miró alrededor con interés mientras entraban en el restaurante. El ambiente rústico pero refinado del lugar le llamó la atención de inmediato. Las cálidas luces y la música suave creaban una atmósfera acogedora, justo lo que necesitaba después de tanta tensión. La decoración estaba llena de detalles cuidadosamente elegidos, desde las mesas de madera maciza hasta los cuadros que adornaban las paredes, todo armonizaba perfectamente.David, a su lado, pare
-Quizá solo eres muy perceptiva, -respondió él con un tono más bajo, inclinándose un poco hacia adelante. -Pero todos tenemos nuestros secretos, ¿no es así, Amira? Tal vez, en lugar de hablar de mí, deberíamos hablar de ti. ¿Qué es lo que realmente te trajo hasta Seattle, más allá de los negocios?"Amira sonrió, notando el cambio de tema. Pero no lo presionó más. Sabía que había algo más en David, y estaba decidida a descubrirlo, pero entendía que ese juego requería tiempo. Mientras tanto, se concentró en seguir su propio planBueno..., primero conocer al “Gran Alfa” tras de ALFA CORPORATION S.A., jajajaja, discúlpame, es que realmente hay tanta desinformación sobre ti y el Sr. Smith, que en nuestra empresa comenzamos a llam
David la miró sorprendido por la forma en que Amira había dirigido la conversación. No podía evitar sonreír ante su picardía y el tono juguetón de sus palabras. Ella sabía exactamente cómo girar la situación a su favor, y eso lo fascinaba aún más.— Touché, Amira, me has pillado. -dijo con una sonrisa de medio lado.-Creo que los resultados son... impresionantes —respondió sin poder ocultar el ligero tono seductor en su voz—. Se nota que pones mucho esfuerzo en todo lo que haces, no solo en el gimnasio. Tu determinación es evidente.David hizo una pausa, cruzando las manos sobre la mesa mientras mantenía su mirada fija en ella.—Y tienes razón, definitivamente eres directa. Algo que aprecio mucho. Aunque debo admitir que aquella primera vez en el ascensor… —soltó una leve risa—, bueno, fue
Salieron de la ciudad, tomaron una autopista, sumidos ambos en un silencio que los llevaba a sus propios pensamientos, pero sin que fuera incomodo, luego de conducir durante una hora David tomó un camino a su derecha, que era más angosto, aunque le carretera estaba muy bien conservada, llegando a una villa, prácticamente en el medio del bosque.Amira se dejó envolver por el ambiente mágico de la villa. Todo allí parecía sacado de un cuento, desde el paisaje verde salpicado de flores silvestres hasta el aire fresco que le llenaba los pulmones con cada respiración. La paz que sentía era casi irreal, como si por un momento el bullicio del mundo exterior desapareciera, dejándola en un remanso de tranquilidad.David, a su lado, lucía más relajado que nunca. Con el viento jugando con su cabello suelto, parecía completamente en su elemento, como si la naturaleza misma lo reconociera como parte de ella. Amira lo notó, y aunque no comprendía exactamente por qué, algo en él parecía diferente. Ha
David se volvió para verla y le dijo:- Este es mi pequeño taller Amira, aquí vengo cuando quiero pensar o simplemente cuando estoy inspirado. Hace mucho tiempo que no venía por inspiración. -hiso una pausa y continuo, -Los "hombres" de mi familia, todos debemos aprender una práctica que nos entrene en la paciencia y la voluntad de dominar nuestro espíritu, mi padre eligió la joyería, y yo la he amado con pasión.-Amira, ¿Conoces la Casa oro rojo?Amira quedó completamente pasmada, incapaz de ocultar su sorpresa. Había escuchado rumores sobre la "Casa oro rojo", una joyería legendaria cuyas piezas eran famosas por ser únicas en su tipo, forjadas con una maestría sin igual y valoradas, la más mínima en más de un millón de dólares. Sin embargo, la parte más fascinante de la leyenda era que nadie conocía al verdadero creador de esas joyas; las piezas se subastaban o eran encargadas de manera privada. Y ahora, aquí estaba ella, en el taller personal del hombre que, aparentemente, era el m
Amira envuelta en tanta emoción, para ella sin sentido, pero super fuertes, trató de enfriar la atmosfera, con una pregunta.-Dime, David, dijiste cuando llegamos que hacía tiempo que no venias aquí por inspiración. -hizo una pausa para continuar, - Asumo entonces que hoy estas inspirado y que vas a comenzar algo.David observó a Amira con una sonrisa, apreciando su intento de aliviar la intensidad del momento. Sin embargo, sus ojos dorados seguían reflejando esa profundidad que parecía imposible de eludir.-Sí, Amira, tienes razón —respondió mientras caminaba hacia una mesa cercana, donde había herramientas y materiales esparcidos, claramente esperando ser usados—. Hoy me siento inspirado, aunque, para ser honesto, la inspiración no surgió hasta que llegaste tú.Sus palabras fueron directas, pero su tono era suave. No parecía querer