Amira sonrió, sintiéndose más cómoda con la cercanía que David había establecido al pedirle que lo llamara por su nombre.
—Gracias por la recomendación, prometo que no te decepcionaré con mi elección de vestuario, y también me puede llamar por mi nombre. —agregó con una sonrisa confiada, sintiendo que ese encuentro podría ser el comienzo de algo interesante entre ellos.
Sintió que la atmósfera se estaba aligerando, y eso la motivaba aún más para prepararse adecuadamente. La idea de un almuerzo en un ambiente relajado le gustaba, y estaba decidida a hacer que fuera un momento memorable.
David asintió, complacido con su respuesta, y ambos sabían que estaban construyendo una conexión que iba más allá de lo profesional.
Román y Vanessa, sentados en la mesa, intercambiaron miradas cómplices mientras observaban la interacción entre David y Amira. Era evidente que había una chispa entre ellos, una química palpable que casi podían sentir en el aire.
—Mira cómo se miran, —susurró Román, una sonrisa en sus labios—. Esto podría volverse interesante.
Vanessa asintió, disfrutando del momento. La conexión entre el Alfa y su Luna parecía estar floreciendo, y ella se preguntaba qué pasaría después de su almuerzo.
—Tienen una dinámica especial, —respondió Vanessa, sin poder contener su emoción—. Es como si estuvieran bailando al mismo compás.
Ambos se quedaron en silencio, disfrutando de la escena como si fuera una película. Sabían que era un momento significativo, el inicio de algo que podría cambiar sus vidas y la de su manada para siempre.
Después de terminar el desayuno con los Smith, Amira se despidió amablemente y salió de la mansión. El mismo chofer que la había llevado la noche anterior estaba esperándola para llevarla de vuelta al hotel. Mientras David la observaba marcharse, sintió una fuerte tentación de ofrecerse para llevarla personalmente. Sin embargo, sabía que hacerlo sería demasiado intenso, especialmente considerando lo que había pasado la noche anterior.
—No tan rápido, —se dijo a sí mismo, intentando controlar sus emociones y el deseo que latía en su interior—. No quiero asustarla.
Amira, por su parte, se acomodó en el coche, mirando por la ventana mientras pensaba en todo lo ocurrido. Su mente no dejaba de repasar los momentos con David y la extraña conexión que parecía tener con él, aunque trataba de restarle importancia. Estaba agradecida por el trato amable de los Smith, pero una sensación persistente la hacía preguntarse si había algo más detrás de la actitud de David Stone.
Mientras el auto la alejaba de la mansión, David observaba desde la ventana de la sala, tratando de convencerse de que había tomado la decisión correcta al no intervenir. Zeus, su lobo interior, protestaba:
—Debiste llevarla tú, ¡es nuestra Luna!
David respiró profundamente, intentando calmarse.
—Ya habrá tiempo, Zeus. Por ahora, debemos ser pacientes, recuerda que acordamos que esto lo haríamos a mi forma, con mucho tacto. Amira no es de las mujeres que puedes forzar solo porque sí. Nuestro objetivo es lograr que nos acepte, con todo lo que eso conlleva, no olvides que “Luna Dorada” también la necesita, ella es vital para nuestra manada y su futuro. Así, que te ruego que por favor te calmes.
—Tienes razón, David —respondió Zeus, aunque su tono seguía cargado de impaciencia—. Pero es difícil contenerme cuando la siento tan cerca, tan perfecta.
David asintió, reconociendo la verdad en las palabras de su lobo. La conexión que sentía con Amira era única, casi mágica. Era un sentimiento que lo desarmaba y lo llenaba de anhelo a la vez.
—Confía en mí —dijo David, esforzándose por mantener el control—. Conocerla más y permitirle abrirse a nosotros es parte del proceso. Hoy es solo el comienzo, y aunque puede que no lo parezca, estoy seguro de que todo irá bien.
Zeus hizo un ruido de descontento, pero finalmente cedió. —Está bien, pero no dejaré de querer marcarla. Es nuestra, y quiero que sepa que lo es.
—Lo sé —respondió David, sintiendo la mezcla de ansias y determinación en su interior—. Pero lo haremos a nuestra manera. Amira debe sentir que tiene el control, que puede decidir su destino con nosotros. Es lo que la hará nuestra verdadera Luna.
Con esas palabras resonando en su mente, David se centró en el momento presente, recordando la mirada de Amira, su risa, y la forma en que había capturado su atención desde el primer instante. No podía esperar a que ese día diera forma a un futuro que ambos parecían estar destinados a compartir.
En el hotel, Amira disfrutó de un reconfortante baño de tina, dejando que el agua caliente relajara su cuerpo después de una noche cargada de emociones. Mientras se sumergía, cerró los ojos y permitió que sus pensamientos volvieran a David Stone, el hombre que había despertado algo inesperado en ella.Aunque su primera intención había sido enfrentarse a él con una actitud desafiante, ahora se encontraba cambiando de perspectiva. "El bello gruñón", como lo había bautizado en su mente, ya no era sólo un obstáculo o un oponente en la negociación. Ahora había algo más que la atraía, y se sorprendió admitiendo el deseo repentino de verse bien sólo para él, eso la desconcertó. -"¿Qué me está pasando?" se preguntó, mientras se incorporaba y comenzaba a pensar en qué vestir para el almuerzo. Quería impresionar, pero no de una manera excesiva, sino más bien con sutileza y elegancia.Amira salió del baño y se dirigió a su maleta, rebuscando entre su ropa hasta encontrar lo que buscaba: un conjun
Era claro que la tensión entre ambos seguía creciendo, y aunque ambos intentaban mantener las cosas bajo control, había una energía innegable en el ambiente. Este almuerzo prometía ser mucho más interesante de lo que cualquiera de ellos hubiera anticipado.Avanzaron durante media hora para llegar a un lugar de apariencia rustica, Amira miró alrededor con interés mientras entraban en el restaurante. El ambiente rústico pero refinado del lugar le llamó la atención de inmediato. Las cálidas luces y la música suave creaban una atmósfera acogedora, justo lo que necesitaba después de tanta tensión. La decoración estaba llena de detalles cuidadosamente elegidos, desde las mesas de madera maciza hasta los cuadros que adornaban las paredes, todo armonizaba perfectamente.David, a su lado, pare
-Quizá solo eres muy perceptiva, -respondió él con un tono más bajo, inclinándose un poco hacia adelante. -Pero todos tenemos nuestros secretos, ¿no es así, Amira? Tal vez, en lugar de hablar de mí, deberíamos hablar de ti. ¿Qué es lo que realmente te trajo hasta Seattle, más allá de los negocios?"Amira sonrió, notando el cambio de tema. Pero no lo presionó más. Sabía que había algo más en David, y estaba decidida a descubrirlo, pero entendía que ese juego requería tiempo. Mientras tanto, se concentró en seguir su propio planBueno..., primero conocer al “Gran Alfa” tras de ALFA CORPORATION S.A., jajajaja, discúlpame, es que realmente hay tanta desinformación sobre ti y el Sr. Smith, que en nuestra empresa comenzamos a llam
David la miró sorprendido por la forma en que Amira había dirigido la conversación. No podía evitar sonreír ante su picardía y el tono juguetón de sus palabras. Ella sabía exactamente cómo girar la situación a su favor, y eso lo fascinaba aún más.— Touché, Amira, me has pillado. -dijo con una sonrisa de medio lado.-Creo que los resultados son... impresionantes —respondió sin poder ocultar el ligero tono seductor en su voz—. Se nota que pones mucho esfuerzo en todo lo que haces, no solo en el gimnasio. Tu determinación es evidente.David hizo una pausa, cruzando las manos sobre la mesa mientras mantenía su mirada fija en ella.—Y tienes razón, definitivamente eres directa. Algo que aprecio mucho. Aunque debo admitir que aquella primera vez en el ascensor… —soltó una leve risa—, bueno, fue
Salieron de la ciudad, tomaron una autopista, sumidos ambos en un silencio que los llevaba a sus propios pensamientos, pero sin que fuera incomodo, luego de conducir durante una hora David tomó un camino a su derecha, que era más angosto, aunque le carretera estaba muy bien conservada, llegando a una villa, prácticamente en el medio del bosque.Amira se dejó envolver por el ambiente mágico de la villa. Todo allí parecía sacado de un cuento, desde el paisaje verde salpicado de flores silvestres hasta el aire fresco que le llenaba los pulmones con cada respiración. La paz que sentía era casi irreal, como si por un momento el bullicio del mundo exterior desapareciera, dejándola en un remanso de tranquilidad.David, a su lado, lucía más relajado que nunca. Con el viento jugando con su cabello suelto, parecía completamente en su elemento, como si la naturaleza misma lo reconociera como parte de ella. Amira lo notó, y aunque no comprendía exactamente por qué, algo en él parecía diferente. Ha
David se volvió para verla y le dijo:- Este es mi pequeño taller Amira, aquí vengo cuando quiero pensar o simplemente cuando estoy inspirado. Hace mucho tiempo que no venía por inspiración. -hiso una pausa y continuo, -Los "hombres" de mi familia, todos debemos aprender una práctica que nos entrene en la paciencia y la voluntad de dominar nuestro espíritu, mi padre eligió la joyería, y yo la he amado con pasión.-Amira, ¿Conoces la Casa oro rojo?Amira quedó completamente pasmada, incapaz de ocultar su sorpresa. Había escuchado rumores sobre la "Casa oro rojo", una joyería legendaria cuyas piezas eran famosas por ser únicas en su tipo, forjadas con una maestría sin igual y valoradas, la más mínima en más de un millón de dólares. Sin embargo, la parte más fascinante de la leyenda era que nadie conocía al verdadero creador de esas joyas; las piezas se subastaban o eran encargadas de manera privada. Y ahora, aquí estaba ella, en el taller personal del hombre que, aparentemente, era el m
Amira envuelta en tanta emoción, para ella sin sentido, pero super fuertes, trató de enfriar la atmosfera, con una pregunta.-Dime, David, dijiste cuando llegamos que hacía tiempo que no venias aquí por inspiración. -hizo una pausa para continuar, - Asumo entonces que hoy estas inspirado y que vas a comenzar algo.David observó a Amira con una sonrisa, apreciando su intento de aliviar la intensidad del momento. Sin embargo, sus ojos dorados seguían reflejando esa profundidad que parecía imposible de eludir.-Sí, Amira, tienes razón —respondió mientras caminaba hacia una mesa cercana, donde había herramientas y materiales esparcidos, claramente esperando ser usados—. Hoy me siento inspirado, aunque, para ser honesto, la inspiración no surgió hasta que llegaste tú.Sus palabras fueron directas, pero su tono era suave. No parecía querer
Amira:Eran las cinco de la mañana del sábado cuando un timbre que no puedo dejar de reconocer me despertó, -Dime Ronny que pasa, -le pregunto, porque sé que él no me llamaría a esta hora un sábado a menos que fuera vital.-Amira, -dijo el aludido- tienes reservado un vuelo de regreso a Miami, para las 8.30 de la mañana, el cliente de Londres llega a la 3 de la tarde de hoy y pido reunirse con nosotros a las 8 de la noche. Es para ayer, recoge tus cosas y muévete.Me quedé unos segundos en silencio en silencio, procesando la información mientras me desperezaba. El tono urgente de Ronny no dejaba lugar a dudas: esto era un asunto crítico.—Está bien, Ronny, no te preocupes, estaré en el aeropuerto a tiempo —respondí con determinación, aunque una pequeña parte de mi lamentaba tener que irse tan abruptamente.Colgué el teléfono y miré alrededor de mi habitación. La tarde anterior con David había sido un giro inesperado en este viaje, y no podía evitar sentir una mezcla de emociones. "Así