Amira:
Eran las cinco de la mañana del sábado cuando un timbre que no puedo dejar de reconocer me despertó, -Dime Ronny que pasa, -le pregunto, porque sé que él no me llamaría a esta hora un sábado a menos que fuera vital.
-Amira, -dijo el aludido- tienes reservado un vuelo de regreso a Miami, para las 8.30 de la mañana, el cliente de Londres llega a la 3 de la tarde de hoy y pido reunirse con nosotros a las 8 de la noche. Es para ayer, recoge tus cosas y muévete.
Me quedé unos segundos en silencio en silencio, procesando la información mientras me desperezaba. El tono urgente de Ronny no dejaba lugar a dudas: esto era un asunto crítico.
—Está bien, Ronny, no te preocupes, estaré en el aeropuerto a tiempo —respondí con determinación, aunque una pequeña parte de mi lamentaba tener que irse tan abruptamente.
Colgué el teléfono y miré alrededor de mi habitación. La tarde anterior con David había sido un giro inesperado en este viaje, y no podía evitar sentir una mezcla de emociones. "Así son los negocios", pensé, mientras me levanté de la cama y fua al baño a tomar una ducha.
El agua caliente caía sobre mi cuerpo, mis pensamientos volvieron a David. ¿Debería avisarle antes de irme? Una parte de mi quería hacerlo, pero otra me decía que no era necesario. Apenas es el comienzo de algo que ni siquiera estaba claro.
—Primero lo primero, Amira —me dije mientras salía de la ducha.
Me vistió rápidamente, optando por algo cómodo para el vuelo, y empiezo a empacar. Miró el anillo mi mano, este anillo que David me ofrecido en su taller, y una sonrisa suave se formó en mis labios. “Supongo que tendré que regresar a Seattle pronto”, pensé, mientras lo giraba entre mis dedos.
Tomo el anillo de su dedo, no quería que le hicieran preguntas que todavía no podía responde, se quitó la cadena de oro que siempre llevaba pueta y lo colgó en ella devolviéndola nuevamente a su cuello, suspiró profundamente, dejándolo descansar el anillo sobre su pecho. No estaba lista para tener que explicar algo que ni ella misma entendía por completo. David y todo lo que había sucedido en Seattle eran como una tormenta repentina, algo poderoso y desconocido que aún no sabía cómo procesar.
Se miró al espejo, viendo cómo la cadena se ocultaba bajo su blusa. "Así está mejor", pensó, sintiendo que con ese pequeño gesto mantenía algo de control sobre la situación. Era demasiado pronto para entender qué significaba ese anillo y lo que representaba su conexión con David.
Con su equipaje listo y una última mirada a la habitación, Amira tomó su maleta y se dirigió a la puerta. Antes de salir, envió un rápido mensaje de texto a David:
"David, me surgió una urgencia en Miami y debo tomar un vuelo temprano. Gracias por todo, fue un placer conocerte. Nos veremos pronto. Amira."
Suspiró y apagó el teléfono, sintiendo una mezcla de alivio y melancolía. Ahora solo tenía que concentrarse en su trabajo, pero sabía que algo había cambiado en su vida. Y tarde o temprano, tendría que enfrentarlo.
David:
-Zeus, siento que hoy será mejor que ayer - después de un año entero al fin logré dormir, toda la noche sin sobre saltos ni pesadillas-, pero algo de pronto me sacó de mi optimismo, Zeus no me contestó, eso encendió mis alarmas, algo grave pasó. Desde que tengo memoria, Zeus siempre está presente, en especial en los momentos de tensión. Pero ahora, su ausencia era casi palpable, una sombra de tristeza se apoderó de mi.
—Zeus, ¿qué sucede? —intenté comunicarme mentalmente de nuevo, pero no obtuvo respuesta.
Comencé a vestirme rápidamente, mientras mi mente se agitaba con preguntas. ¿Por qué Zeus cerro el vínculo de repente dejándome en silencio? ¿Había algún peligro inminente? La sensación de alerta se intensificaba con cada minuto que pasaba.
Mientras me abrochaba la chaqueta, recordé lo último que había sentido antes de despertar esa mañana: una paz que no había experimentado en años. Dormí toda la noche sin pesadillas, sin el peso constante de mi misión, eso fue un respiro, pero esa tranquilidad ahora parecía el preludio de algo que no pude prever.
Justo cuando estaba a punto de salir, revisé mi teléfono, viendo un mensaje de Amira enviado hace ya cuatro horas que fue lo que me dio luces de porque mi angustia y el silencio de Zeus. Amira se había ido
Leí otra vez su mensaje, sin nada que decir sólo con tristeza. "David, me surgió una urgencia en Miami y debo tomar un vuelo temprano. Gracias por todo, fue un placer conocerte. Nos veremos pronto. Amira."
Zeus, el lobo dentro de David, sufría en silencio mientras sentía la creciente distancia entre él y Amira. Aunque no podía hablar con ella ni expresarle lo profundo de su conexión, su espíritu estaba entrelazado con el de ella de una manera que trascendía lo físico.
Zeus:
"Mi Luna, no tienes idea del poder de este vínculo, pero lo siento en cada latido de tu corazón. Tu ausencia me cala más allá de lo imaginable, como una herida que nunca deja de sangrar. Cada paso que tomas lejos de mí es un vacío más profundo que la propia muerte."
El dolor de Zeus era inmenso. Su alma, al igual que la de David, se encontraba atrapada entre el deber de proteger a su manada y el deseo abrumador de estar con Amira. Cada minuto lejos de ella lo desgarraba, pero sabía que debía ser paciente, que no podía forzar el destino.
Sin embargo, cada vez que Amira se alejaba, Zeus sentía que una parte de él se quebraba, David también lo sabía, aunque intentaba mantener el control. Ambos estaban
Ambos estaban atados a una mujer que aún no comprendía la magnitud de su conexión, y el hecho de no poder explicarle lo que realmente sentían hacía que su partida y el vacío que dejo fueran insoportableAmira, llegó a su departamento de Miami Beach, triste y con la cabeza en otro lugar, sólo fueron cuarenta y ocho horas en Seattle, pero para ella era como si esa ciudad y David fueran su vida entera y esto un viaje de negocios que no quería hacer; se sentó en el sofá, mirando por la ventana hacia el mar. La brisa del mar no lograba aliviar la tristeza que sentía. A pesar de lo breve que había sido su estancia en Seattle, cada momento con David había dejado una huella en su corazón. Los recuerdos de su conexión, las risas y la complicidad, la perseguían mientras intentaba prepararse mentalmente para la reunión con su cliente esa noche. "¿Qué estaba pasando con ella?", se preguntó. ¿Era solo el encanto de un viaje de negocios o había algo más profundo en su conexión con él?Ronny, llegó
Amira y Ronny llegaron al elegante restaurante del JW Marriott, listos para su reunión con Harry Wood. Al entrar, Amira captó la atención del lugar con su impecable estilo y seguridad, y como siempre, Harry no pudo evitar quedarse maravillado por su presencia. Esta cena prometía ser mucho más que solo negocios, por las dinámicas de buenas relaciones que siempre han existido entre ellos.Esta vez hubo un detalle en Amira que Harry Wood no pudo evitar notar y fue el pequeño aro de tres tipos de oro que colgaba del cuello de la chica. Aunque para otros podría parecer una joya más, para él fue como una alarma silenciosa. Sus ojos se clavaron en el anillo, su ceño se frunció por un instante, conocía bien el simbolismo de ese tipo de pieza, aunque no quería admitirlo. El hombre que siempre había creído tener alguna oportunidad con Amira, ahora sentía una barrera qu
—La verdad, Harry, es que esta pieza me la regaló alguien muy especial. —Su voz salió suave, pero segura—. No fue comprada, ni subastada. Es un detalle personal que me entregaron como... bueno, como un símbolo.Harry ladeó la cabeza, visiblemente intrigado.—Un símbolo, dices. ¿De qué?Amira lo miró con una sonrisa que decía más de lo que las palabras podían expresar.—De una conexión que no muchos podrían entender. —Respondió de manera enigmática, dejando la explicación flotando en el aire, sin revelar más de lo necesario. Sabía que esa respuesta dejaría a Harry insatisfecho, pero era todo lo que estaba dispuesta a decir en ese momento.Ronny, viendo la intensidad del momento, decidió cambiar el tema antes de que las preguntas de Harry se volvieran demasiado personales.—Bueno, Harry, creo que todos tenemos nuestras historias detrás de lo que usamos —dijo Ronny con una sonrisa—, pero lo importante es que cerramos el trato de esta noche y qu
David sonrió con esa mezcla de arrogancia y vulnerabilidad que solo él sabía conjugar. Sabía que era cuestión de tiempo antes de que Amira entendiera el verdadero significado del anillo. Pero por ahora, estaba dispuesto a esperar, porque, en el fondo, él también disfrutaba del juego.—Sabes que siempre será tuyo —murmuró, apenas audible, pero lo suficientemente claro para que sólo ella lo escuchara.Pero no fue solo Amira la única que la escucho. Esa frase hiso que Harry se pusiera alerta y David supo que el Sr. Wood era otro Alfa, no como él, pero fuerte también y si bien Amira no era su destinada, tanto el hombre como su lobo estaban alucinando con ella. David captó inmediatamente el cambio en el ambiente. La mirada de Harry Wood se endureció, su cuerpo se tensó casi imperceptiblemente. No era solo una reacción humana; su instinto alfa se
La emoción en la mesa se volvió palpable cuando Ronny preguntó dónde irían a bailar.—Salsa Mia —respondió Harry, con algo de escepticismo—. Dicen que es la mejor.Para sorpresa de David y Harry, Amira y Ronny coincidieron en un sonoro "¡Sí!", casi como dos adolescentes entusiasmados por una noche de fiesta. La energía era contagiosa, y David sintió un impulso de ser parte de esa alegría.—Bueno, entonces, parece que tenemos un plan —dijo David, intentando mantener la seriedad a pesar de la diversión que estaba empezando a emerger dentro de él.Harry, aunque un poco desconcertado por la unión casi instantánea de Amira y Ronny, decidió seguir el juego. La noche se volvía cada vez más interesante, y la idea de ver a Amira bailando lo llenaba de una mezcla de admiración y deseo.—Perfec
La pista de baile se llenó de energía, y todos los ojos estaban en ellos. Amira, con su vestido de un solo hombro y su cabello suelto, brillaba. Y David, con su encanto natural, era imposible de ignorar. La química entre ellos era palpable, y la forma en que se miraban hacía que el resto del mundo desapareciera.—¿Te gustaría bailar un poco más? —le preguntó David, su voz más profunda por la emoción.Amira asintió, sintiendo que la noche apenas comenzaba. Con cada acorde, se acercaban más el uno al otro, disfrutando no solo de la música, sino también de la promesa de lo que podría venir.Cuando, "Qué manera de quererte" llenó el aire, la música cubana envolvió la pista de baile. David, sintiendo cada nota, se entregó completamente al ritmo, moviéndose con Amira de manera sincronizada. Era como si cada acor
Al llegar a su departamento, Amira abrió la puerta y lo invitó a pasar. La vista desde su balcón era impresionante: la ciudad iluminada brillaba como un océano de estrellas. David se acercó a la barandilla, maravillado por la belleza del lugar, pero su atención rápidamente se desvió hacia Amira, que lo observaba con una mezcla de nerviosismo y expectativa.—Eres hermosa, —dijo él, sin apartar la vista de ella.—No tanto como tú, —respondió Amira, dando un paso más cerca, restando el espacio entre ellos.David se giró hacia ella, su corazón latiendo con fuerza. —¿Sabes? Desde el momento en que te vi, supe que había algo especial entre nosotros.Amira sintió que una chispa de electricidad recorría su piel. Era el momento perfecto, y aunque la tensión era palpable, también había una t
El juego de seducción se intensificó mientras él la miraba a los ojos, lleno de deseo y determinación. Amira sintió que cada parte de ella respondía a su cercanía, y no había marcha atrás. Estaba lista para descubrir hasta dónde los llevaría esa noche.Amira siguió en su juego pasando sus uñas por el torso de Davis una vez que le quitó la camisa, quería gravar en su mente ese abdomen tipo tableta de chocolate blanco y eso pectorales de piedra, fue tanta su excitación que en un momento en que lo besaba mordió con fuerza su cuello. Él sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando Amira lo mordió, la combinación de dolor y placer lo dejó aturdido y aún más ansioso. Su instinto alfa se activó, y sintió que la energía entre ellos se disparaba.—Esa fue una jugada arriesgada,