Amira y Ronny llegaron al elegante restaurante del JW Marriott, listos para su reunión con Harry Wood. Al entrar, Amira captó la atención del lugar con su impecable estilo y seguridad, y como siempre, Harry no pudo evitar quedarse maravillado por su presencia. Esta cena prometía ser mucho más que solo negocios, por las dinámicas de buenas relaciones que siempre han existido entre ellos.
Esta vez hubo un detalle en Amira que Harry Wood no pudo evitar notar y fue el pequeño aro de tres tipos de oro que colgaba del cuello de la chica. Aunque para otros podría parecer una joya más, para él fue como una alarma silenciosa. Sus ojos se clavaron en el anillo, su ceño se frunció por un instante, conocía bien el simbolismo de ese tipo de pieza, aunque no quería admitirlo. El hombre que siempre había creído tener alguna oportunidad con Amira, ahora sentía una barrera que nunca antes había percibido tan claramente. Mientras intentaba ignorar la incomodidad, algo en su interior le susurraba que ese anillo marcaba un territorio que él no podía cruzar.
La cena había transcurrido sin problemas, llena de risas, comentarios agudos y una conversación fluida. Amira, como siempre, brillaba en su elemento, segura y relajada. Harry, aunque un poco más reservado y con la mente aun divagando en ese anillo que colgaba de su cuello, mantenía la conversación centrada en el negocio hasta que finalmente firmaron el contrato. Ronny, satisfecho, celebraba con una sonrisa discreta pero evidente.
Cuando los últimos documentos fueron guardados, y los brindis iniciales habían pasado, el ambiente cambió de un tono formal a uno más distendido. Harry se recostó un poco en su silla, finalmente dispuesto a dejar de lado el contrato y conocer mejor a Amira en un contexto más casual.
—Bueno, ahora que todo está en orden —dijo Harry con una sonrisa—, cuéntame, Amira, ¿Cómo fue que llegaste a convertirte en una de las mejores en el negocio de la negociación? Siempre me ha fascinado tu capacidad tanto para encantar, como para cerrar acuerdos. ¿Es un talento innato o lo has perfeccionado con el tiempo?
Amira lo miró con una sonrisa juguetona, su confianza plena irradiando en la sala. Sabía que tenía la atención total de Harry, pero ahora estaba más relajada, sintiendo que ya podía disfrutar de la velada sin la presión de los negocios.
-Bueno Harry, sabes que me ha tocado lucharla muy duro. -Amira habló con firmeza y orgullo, su tono reflejaba la experiencia de años de esfuerzo y superación en un mundo donde pocas mujeres habían logrado ascender tan alto. —Este mundo es de hombres —continuó—, y aunque eso me ha causado más de un disgusto, también ha sido mi mayor satisfacción. Me ha tocado parar a muchos en seco por sus actitudes atrevidas o la falta de respeto, cada vez que me subestiman por mi apariencia. Realmente lo que más disfruto es demostrarles que soy más que eso, y que detrás de esta cara hay mucho estudio, preparación y una determinación inquebrantable.
Harry la observaba con atención, impresionado por su sinceridad y determinación. Ronny, que ya conocía bien esta faceta de su amiga, la miraba con orgullo. Era una conversación que ya habían tenido antes, pero verla expresar con tanta seguridad sus logros en frente de un hombre como Harry Wood era siempre un placer.
—No tengo ninguna duda de que lo has luchado, Amira —dijo Harry, con una mirada más seria—. Esa es justamente el tipo de energía que te hace destacar, y es una de las razones por las que siempre he tenido respeto por ti, desde la primera vez que te vi. No solo cierras negocios, también dejas una gran impresión.
Amira sonrió, ligeramente sorprendida por el tono directo y sincero de Harry. Le gustaba saber que se ganaba el respeto de personas importantes por sus méritos y no por su apariencia.
—Gracias, Harry. Es bueno saber que eso se nota —respondió, levantando su copa en señal de gratitud.
—Bueno, creo que todos podemos brindar por eso —dijo Ronny con una sonrisa traviesa, levantando su copa también—, por la mujer que ha sabido dejar huella en un mundo que no siempre se lo ha puesto fácil.
Los tres chocaron sus copas, el tintineo resonando como un símbolo de respeto mutuo, y la conversación continuó por otros temas más ligeros mientras la noche avanzaba en el elegante restaurante del JW Marriott.
-Por cierto, Amira, cuéntame cómo llegó a tu cuello la pieza más exclusiva y nunca subastada de la colección privada de la Casa oro rojo. -Preguntó Harry con mucho interés.
Amira se quedó quieta por un segundo al escuchar la pregunta de Harry. Sabía que en algún momento saldría a la luz el tema del anillo colgado en su cuello, pero no había pensado que sería tan pronto. Su mano, casi de manera automática, tocó el aro mientras sus ojos se encontraron con los de Harry, notando el interés genuino en su mirada.
—Es... —comenzó, tratando de encontrar las palabras adecuadas—. Es una larga historia, Harry. —Rio un poco nerviosa, intentando suavizar la tensión.
Ronny, que conocía mejor que nadie a Amira, notó su incomodidad y decidió intervenir, levantando una ceja con su característica picardía.
—Vaya, Harry, parece que tienes un ojo afilado para detectar piezas únicas. —Ronny sonrió, intentando aligerar la situación—. ¿Acaso también tienes una pasión por las joyas?
Harry no desvió la mirada de Amira, pero sonrió ante el comentario de Ronny.
—Siempre he tenido buen ojo para reconocer lo que es raro y valioso —dijo, sin perder su tono inquisitivo—, y esta pieza en particular es una de las más codiciadas en el mundo de las subastas privadas. El hecho de que esté en tu cuello, Amira, me tiene intrigado.
Amira respiró hondo, sabiendo que no podría evitar la pregunta por mucho más tiempo. Se inclinó ligeramente hacia adelante, como si estuviera a punto de compartir un secreto importante.
—La verdad, Harry, es que esta pieza me la regaló alguien muy especial. —Su voz salió suave, pero segura—. No fue comprada, ni subastada. Es un detalle personal que me entregaron como... bueno, como un símbolo.Harry ladeó la cabeza, visiblemente intrigado.—Un símbolo, dices. ¿De qué?Amira lo miró con una sonrisa que decía más de lo que las palabras podían expresar.—De una conexión que no muchos podrían entender. —Respondió de manera enigmática, dejando la explicación flotando en el aire, sin revelar más de lo necesario. Sabía que esa respuesta dejaría a Harry insatisfecho, pero era todo lo que estaba dispuesta a decir en ese momento.Ronny, viendo la intensidad del momento, decidió cambiar el tema antes de que las preguntas de Harry se volvieran demasiado personales.—Bueno, Harry, creo que todos tenemos nuestras historias detrás de lo que usamos —dijo Ronny con una sonrisa—, pero lo importante es que cerramos el trato de esta noche y qu
David sonrió con esa mezcla de arrogancia y vulnerabilidad que solo él sabía conjugar. Sabía que era cuestión de tiempo antes de que Amira entendiera el verdadero significado del anillo. Pero por ahora, estaba dispuesto a esperar, porque, en el fondo, él también disfrutaba del juego.—Sabes que siempre será tuyo —murmuró, apenas audible, pero lo suficientemente claro para que sólo ella lo escuchara.Pero no fue solo Amira la única que la escucho. Esa frase hiso que Harry se pusiera alerta y David supo que el Sr. Wood era otro Alfa, no como él, pero fuerte también y si bien Amira no era su destinada, tanto el hombre como su lobo estaban alucinando con ella. David captó inmediatamente el cambio en el ambiente. La mirada de Harry Wood se endureció, su cuerpo se tensó casi imperceptiblemente. No era solo una reacción humana; su instinto alfa se
La emoción en la mesa se volvió palpable cuando Ronny preguntó dónde irían a bailar.—Salsa Mia —respondió Harry, con algo de escepticismo—. Dicen que es la mejor.Para sorpresa de David y Harry, Amira y Ronny coincidieron en un sonoro "¡Sí!", casi como dos adolescentes entusiasmados por una noche de fiesta. La energía era contagiosa, y David sintió un impulso de ser parte de esa alegría.—Bueno, entonces, parece que tenemos un plan —dijo David, intentando mantener la seriedad a pesar de la diversión que estaba empezando a emerger dentro de él.Harry, aunque un poco desconcertado por la unión casi instantánea de Amira y Ronny, decidió seguir el juego. La noche se volvía cada vez más interesante, y la idea de ver a Amira bailando lo llenaba de una mezcla de admiración y deseo.—Perfec
La pista de baile se llenó de energía, y todos los ojos estaban en ellos. Amira, con su vestido de un solo hombro y su cabello suelto, brillaba. Y David, con su encanto natural, era imposible de ignorar. La química entre ellos era palpable, y la forma en que se miraban hacía que el resto del mundo desapareciera.—¿Te gustaría bailar un poco más? —le preguntó David, su voz más profunda por la emoción.Amira asintió, sintiendo que la noche apenas comenzaba. Con cada acorde, se acercaban más el uno al otro, disfrutando no solo de la música, sino también de la promesa de lo que podría venir.Cuando, "Qué manera de quererte" llenó el aire, la música cubana envolvió la pista de baile. David, sintiendo cada nota, se entregó completamente al ritmo, moviéndose con Amira de manera sincronizada. Era como si cada acor
Al llegar a su departamento, Amira abrió la puerta y lo invitó a pasar. La vista desde su balcón era impresionante: la ciudad iluminada brillaba como un océano de estrellas. David se acercó a la barandilla, maravillado por la belleza del lugar, pero su atención rápidamente se desvió hacia Amira, que lo observaba con una mezcla de nerviosismo y expectativa.—Eres hermosa, —dijo él, sin apartar la vista de ella.—No tanto como tú, —respondió Amira, dando un paso más cerca, restando el espacio entre ellos.David se giró hacia ella, su corazón latiendo con fuerza. —¿Sabes? Desde el momento en que te vi, supe que había algo especial entre nosotros.Amira sintió que una chispa de electricidad recorría su piel. Era el momento perfecto, y aunque la tensión era palpable, también había una t
El juego de seducción se intensificó mientras él la miraba a los ojos, lleno de deseo y determinación. Amira sintió que cada parte de ella respondía a su cercanía, y no había marcha atrás. Estaba lista para descubrir hasta dónde los llevaría esa noche.Amira siguió en su juego pasando sus uñas por el torso de Davis una vez que le quitó la camisa, quería gravar en su mente ese abdomen tipo tableta de chocolate blanco y eso pectorales de piedra, fue tanta su excitación que en un momento en que lo besaba mordió con fuerza su cuello. Él sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando Amira lo mordió, la combinación de dolor y placer lo dejó aturdido y aún más ansioso. Su instinto alfa se activó, y sintió que la energía entre ellos se disparaba.—Esa fue una jugada arriesgada,
Sentir a David dentro de ella hizo que Amira se descontrolara y comenzara a mover sus caderas con frenesí, quería más, toda su polla dentro de ella,- si papi así todo métela toda, me gustas David, -, él alucinaba escuchándola hablar en español en sus momentos más íntimos, y la envestía con más fuerza y pasión, -Amira, Amira, -repetía su nombre con su vos ronca en cada movimiento,-si mi Alfa así- dijo ella, -esa frase que hacía alusión al sobre nombre de David en los negocios, provocó en él una excitación tal que por un momento sus ojo se enrojecieron y sus colmillos hicieron por salir. Justo en ese momento, David, salió de ella, y Amira gruñó, por el vacío que él dejo.David, la volteó, poniéndola en cuatro puntos, para seguir sus envestidas de manera circular, provocando que Amira gritara
David y Amira despertaron abrasados cuando el sol ya estaba en lo alto del cielo. Una sonrisa de satisfacción brillaba en sus rostros. David, safo suavemente la cadena del cuello de Amira y sacó el anillo volviéndolo a poner en su dedo, y con un beso en la mano y luego en sus labios le dijo, -no te lo vuelvas a quitar y si alguien te pregunta por él, por favor dile que tu novio David Stone te lo dio.Amira sonrió con ternura al sentir el anillo de nuevo en su dedo, y sus ojos se encontraron con los de David, cargados de promesas silenciosas. A pesar de lo rápido que todo había sucedido, algo en el gesto de él la hizo sentir segura, como si fuera el lugar al que siempre perteneció. Se acercó a él y, con un susurro suave pero firme, respondió:—David Stone, mi novio... —repitió con una leve risa, jugueteando con el anillo—. No suena nada mal, ¿sabes? Pero,